Partida Rol por web

Cielo....cielo...ielo....elo...lo...

Si en vez de una llamada telefónica, se lo hubiera dicho en vivo lo que Ura habría podido apreciar lo que sería algo semejante a ésto...

Pero para tranquilidad del asiático había sido por teléfono.

Pe...¿pero que mosca le ha picado? Pero... X3....Ay....

Ir posteando, eh, yo os leo ^^

A la mañana siguiente...

Ren no había podido pegar ojo de la emoción por lo que a primera hora de la mañana estaba marcando el número de Ura...

RIIIIING!!

¡¡ALARMA NUCLEAR!! - rodó de la cama hasta los papeles. Lo único que había cambiado en la habitación era que había más papeles, más botellas de cerveza, otro cenicero lleno de colillas adicional y, en lugar de la pizza, cajas de cartón de comida china con resquicios agonizantes de ella. Cayó al suelo.

- Diossss... - qué mal lo había pasado en la guerra. Las sirenas eran terribles. Cogió el móvil estirando el brazo debajo de la cama - ¿DIGAAAAH? JODERRRRR AGGGHHH - se había jodido la rodilla pero bien.

O_O...

Ren pensaba iniciar la convversacion con una "BUENOS DÍAS : D" pero...el plan al traste - ¿Estás bien? O.O

- ME HE HECHO DAÑO HUYENDO DE LA ZONA DE CONFLICTO, ME CAÍ A UNA ZANJA Y... - ¿Qué? ¿Es que nunca le ha pasado a nadie eso de decir estupideces propias de un sueño estando recién despierto? - Déjalo. Agghhh... Me he caído de la cama, no es nada. Dime, Ren.

Ren rie al otro lado del teléfono. Parece que el general Urahara ha tenido problemas en la misión - Perdón por despertarte pero... - Silencio - ...Es que me dejan : D. Mi padre ha convencido a mi madre ^^

- Guay... Pues... - echó un vistazo a la habitación - En cuanto concluya la excavación arqueológica para desenterrar mi ropa, cojo la tienda de campaña y todo lo necesario y... Te recojo en tu casa, ¿va? Para tí me llevo una tabla de las pequeñas, dudo que consigas levantarte tan pronto... Y un traje de neopreno que creo que te estará bien. Ya verás qué guay. ¿Te llevas tú el papeo?

- Claaaaro...La comida es mi especialidad - rie - ¿Qué te apetece que prepare?... ¿Y vas a poder cargar con todo? O_O

Menos mal que mi madre hizo la compra y está la despensa llena...Tendrá que salir a comprar también hoy : D

- A mi amiga Gemma siempre le llevaba la tabla, y siempre era yo el que llevaba la tienda a hombros, además de la mochila con mi ropa y la barbacoa portátil... Soy un sherpa experimentado, tranqui - rió, cogiendo con los dedos un puñado de tallarines fríos y resecos y llevándoselos a la boca.

- Vaaale...¿Entonces te apetece que prepare algo en concreto? Además ya que traes las cosas hasta aquí...te invito a desayunar ¿Te parece? - En su mente resuena de pronto una frase que en le dijo en algún momento el australiano...

El ama de casa perfecta...A veces me recuerdo a mi madre O_O

- Vale, porque estoy viendo mi desayuno y... No me encanta - dijo olisqueando el pollo en salsa agridulce solidificada - Voy para allá, ¿ok? Pero... ¿A tu madre no le escamará verme por ahí?

- ¿Y por qué? - Rie - Un compañero que viene a desayunar...Además, si no me equivoco iba a salir con Miki de compras porque es su cumpleaños la semana que viene - Mira el reloj - Y Ran y mi padre dormirán hasta la hora de comer...Así que no hay problema - Ren salta de la cama - Voy entonces preparando las cosas y me meto a la cocina ^^

- Perfecto. Yo me llevo lo básico para un fin de semana en la playa a lo supervivientes - ríe - Nos vemos en un rato... Voy colgando, en cuanto lo tenga todo listo voy para tu casa, sawadee! - se despidió alegremente.

Se incorporó y se estiró, desperezándose sin miedo a dejar escapar un bostezo de bastantes decibelios. Se le había quedado una hoja de apuntes pegada a la espalda, pero al estirar los brazos se cayó.
Abrió entonces las persianas y ventanas y se tomó un momento para apilar todos los papeles y meterlos en el bajo del armario. Ahí estarían localizados, ya los ordenaría al volver.

Escogió ropa limpia y la extendió sobre la cama. Organizó todos los útiles de excursionismo que tenía y que tánto le gustaban y recargó la cámara de bataría. Salió de su habitación, se dió una ducha y volvió a por sus cosas, incluído su sombrero. Cogió dinero suficiente y bajó... Pero cuando estuvo a mitad de las escaleras, algo le hizo detenerse, algo que escuchó... Los jadeos de una mujer.

Sintiendo que la piel del cuello se le erizaba, Hirose tragó con dificultad y bajó a pasos lentos el resto de peldaños, inclinando la cabeza para asomarse al salón conforme llegaba, con creciente angustia en el pecho.
Ahí estaba Kenji Urahara senior, sobre su secretaria en pleno sofá del salón, discreción mínima por no decir que inexistente.
Hirose se quedó petrificado, pero pronto, como fotógrafo que era, le salió su reflejo de esconderse de la realidad tras el objetivo de la cámara, y con el modo silencio hizo un par de fotografías... Sabía muy bien para qué...
Su padre ni siquiera se dió cuenta.
Una vez hizo las fotos, dejó la camara pender de su cuello y, apoyando una mano en la puerta, negó con la cabeza, asqueado...

- No me lo puedo creer... - no se atrevía a mirar a su padre, ni menos a aquella mujer...

Kenji Urahara, alarmado por la voz de su hijo mediano, se levantó y subió los pantalones al tiempo que su amante se cubría con unos cojines.

- ¡Hirose! - decía el hombre - Pensé que no estabas en casa... O que estarías durmiendo...

- Podría haberos visto Mai... - Hirose se sentía cansado de pronto... Se llevaba los dedos al puente de la nariz, si parar de menear la cabeza, exteriorizando su total desaprobación.

- Mai se ha ido a casa de una amiga a estudiar, y lo sabe.

- Lo sabe... ¿Cuánto tiempo...?

- Escucha, Rai: Te lo iba a decir, pero nunca tienes tiempo para...

- ¡No! - estalló Hirose, levantando una mano a su padre pidiéndole con ella que dejara de hablar - ¡No se te ocurra llamarme de pronto como lo hace mamá! ¿Cómo has podido...? Los dos... Mi hermana y mi jodido padre, por el amor de Dios, ¿¡sois conscientes de que existimos mamá, Ken y yo...!? ¿O es que también lo saben en Australia y he sido el último gilipollas en...?

- No, no lo saben.

- ¡Genial... Porque entonces es adulterio...! - hablaba el chico mientras la secretaria de Kenji se vestía - ¿Es éste tu concepto de esa super-decencia que defiendes, papá...? Mamá va a quedarse hecha una puta mierda cuando se entere... - se echó las manos al pelo, retirándose hacia atrás el sombrero, con todos los bártulos colgando.

Urahara Kenji miraba a su hijo con severidad.

- Tu madre no quiso venir conmigo.

- ¡No! - abrió las manos Hirose - ¡Eso no es así y tú lo sabes! ¡Has sido tú el que la abandonó! ¡Tú quisiste irte, ella era felíz y a tí de pronto no te gustaba que todos estuviésemos en la misma casa y nos riéramos delante de la tele, joder! ¡Fuiste tú!

- ¡¿Qué pasa conmigo y con Mai, Hirose?! - gritó su padre de pronto - ¡Yo nunca fuí felíz en Sidney! ¡Y no quería que Mai y tú acabaseis siendo como ella, como pasó con Ken!

De nuevo el impacto emocional era tremendo. Oir a tu padre decir que nunca fué felíz con tu madre y que no quería que tuviéses que ver con ella...
Con las manos en la cara, Hirose se sentó, cargado como iba para la excursión, en un puff, digiriendo como podía el asunto.

- ¿Cómo puedes decir eso...? Mamá siempre te ha querido tanto... - Qué mal le iba sentar aquello a la australiana... Qué mal le iba a sentar tener que decírselo él...

- ¿Se puede saber en base a qué dices eso, Hirose? ¿Qué sabes tú...? - Kenji se sirvió una copa, estresado, del minibar que había en el salón.

- La única vez que la he visto triste y apática fué cuando le dijiste que te venías aquí... Antes incluso de que le dijeras que nos llevarías contigo... Incluso cocinó y limpió a diario, dejó de ir en bikini por la casa y dejó de surfear los fines de semana...

- ¡Pero seguía siendo la maldita zumbada que ha sido siempre! - dijo volviéndose hacia su hijo, que lo miró perplejo - Hirose: Tu madre nunca ha sido normal. Ni aunque lo pretendiera era lo más mínimamente normal. Se comportaba como si nunca hubiese crecido...

- ¿Una zumbada? ¿Por ser diferente...? - no salía de su indignación - ¿¡Y qué si lo fuera!? ¿¡Porqué te casaste con ella entonces!?

- ¡Porque la dejé embarazada!

- ¿¡Tres veces, papá!?

- ¡Lo único que tenía de bueno era el sexo!

Hirose, ésta vez, se quedó inmóvil, con los ojos abiertos... Absolútamente horrorizado.

- Esa mujer - continuó su padre - es la más hermosa que había visto en mi vida. Y sigue siendo así... Con sus piernas largas, sus pechos enormes, su cintura de avispa, ojos y cabello dorados y piel bronceada... ESO me hizo estar a su lado tanto tiempo. Pero cuando tuve tres hijos que podían ser malinfluenciados por ella... ¿No lo entiendes? Lo mejor que pude hacer fué sacaros de Australia... Mai siempre fué una chica responsable y formal, pero tú... - se acercó y le cogió por detrás de la nuca, mirándole a los ojos - Tú eres exáctamente igual que tu madre. Hasta eres clavado físicamente a ella... Tus hermanos sólo han sacado el pelo y los ojos, pero tus rasgos... Excepto esos ojos... Son de australiano. Tu estatuda, tu buena complexión física, el color de tu piel... - Hirose empezó a sentir verdadero pánico al oir cerrarse la puerta de la casa. Ahora estaba sólo con su padre, y no le estaba gustando nada su forma de hablar - Al final ibas a convertirte en lo mismo que ella si seguías en Sidney, hijo: Merecerías la pena sólo por tener un buen cuerpo y una cara bonita - le acarició la mejilla con el dedo pulgar y el chico apartó la cara, quedándose encogido. Tenía la sensación de no saber nada del hombre que tenía delante... Nada en absoluto... Y cada vez le escamaba más - Pero te saqué de ahí porque en el fondo, siempre fuiste mi favorito... Por eso te he consentido todo lo que has querido... Pero un día me cansaré de no tener un poco de amabilidad a cambio - le acarició la línea de la mandíbula con las yemas de los dedos de una mano - Sería una pena... Porque eres perfecto... Mi talento para la fotografía y la belleza de tu madre, con ese toque de Japón en tus ojos...

- Quítame las manos de encima... Cabrón... - rugió entre dientes.

Kenji se sintió realmente irritado en ese momento, y le arreó una bofetada a su hijo, que se quedó finalmente estupefacto, y tampoco pudo contener las lágrimas, llevándose una mano a la mejilla dolorida y tragando saliva.
Se respiraba una tensión y una quietud demasiado peligrosa en aquel lugar... Tanto que el hecho de moverse le aterraba... Pero finalmente lo hizo... Movió una mano hacia el extremo del puff y se ayudó con ella a levantarse, claro que su padre le cogió la otra mano para hacerle incorporarse más rápido. De nuevo tragaba, nervioso, sin saber qué hacer o qué decir a un hombre al que había visto toda su vida y no conocía en absoluto.

- ¿Te vas de excursión? - preguntó Kenji.

- Sí... - asintió su hijo con un nudo en la garganta.

- Has estado estudiando mucho. Relájate y disfruta un poco.

- Vale... - Se giró dándole la espalda a su padre, caminando lentamente hacia la salida y casi rezando para poder salir de ahí. Abrió la puerta y realmente lo logró. Tuvo el presentimiento de que algo malo le podría haber pasado en su propia casa... Pero respiró tranquilo al salir.

Fué al llegar al metro y coger la línea a Shinjuku que reaccionó, sufriendo una pequeña crisis de ansiedad que intentó disimular bajándose el sombrero. Le aterrorizaba su padre de pronto, pero le daba mucho más miedo parecerse a él... ¿Quería a Ren realmente o sólo buscaba en él lo que Kenji buscó durante décadas en la madre de sus hijos? ¿El alcohol sacaba lo peor de él o lo que realmente era...?

Se acabaron las cervezas, los tequilas, se acabó el puto alcohol... Se acabó...

¿Qué le esperaba al volver de la excursión? Su padre no se estaba comportando como tal, sus halagos y su trato no es el que un padre suele darle a un hijo, y eso no se le pasó por alto. ¿Amabilidad? Iba a estar demasiado muerto de miedo como para no empezar a portarse de forma intachable, porque la cosa no pintaba nada bien...

Si me hace algo me largaré corriendo a casa de Honda... Y me llevaré a Mai, aunque no creo que ella... - era muy duro pensar algo así de un padre - Le interese... Como yo parezco interesarle... Joder... Joder, joder, joder... ¿¡Porqué tiene que pasarme ésto, joder...!?

Las puertas del metro se abrieron, había llegado a su destino, y Urahara bajó del vehículo intentando relajarse... Iba a pasar un fin de semana con Ren, lejos de Tokyo... Debería tranquilizarse para no asustar a su pareja... Pero también tenía que pensar mucho... Tenía las fotos de su padre con esa mujer, y con ello en un juicio por la custodia podría volverse con su madre... Pero si eso ocurriera, volvería a Sidney, y dejaría en Japón a Ren, a Mori y a todos los demás... La cosa estaba difícil, pero una vez fué al baño y vomitó por los nervios lo poco que tenía en el estómago, se lavó la cara en el lavabo, se echó un chicle fuerte de eucalipto a la boca y se presentó, algo más tarde de lo debido, en casa de Ren Takazuma, aparentemente sereno...

Urahara, que había tardado bastante más de lo que era de esperar, por fin tocó el timbre de Ren. Llevaba La enorme mochila redonda de la tienda de campaña, la de la ropa, otra adicional y dos tablas: Una de surf y otra de Bodyboard, ambas bajo un brazo. Hirose parecía algo desorientado, pero sereno, mientras esperaba a que le abrieran la puerta.

Ren, ya vestido y con la ropa lista en una mochila de afanaba en la cocina. Al escuchar el timbre se dirige hacia la puerta. Cuando la puerta se abre, Ura puede ver que lleva el pelo recogido hacia atrás con unas horquillas y que sobre la ropa lleva un delantal de color verde*

- Buenos días - Dice con una sonrisa mientras le abre la puerta de par en par para que descargue los bártulos.

Urahara ladea una sonrisa algo distante al verle de esa guisa. Verle tan radiante, tan emocionado... Eso puede hacer que en plena noche parezca haber luz solar.

- G'day - saludaba, ahora con una sonrisa mucho más tierna tras observarle un momento. Entró en la casa que tánto le gustaba y descargó todo lo que llevaba, que no era poca cosa - Te queda bien el verde... - no estaba muy elocuente, parecía algo nervioso, quién lo iba a decir del australiano impertinente.

Ren se sonroja y sonrie bastante cortado - Gra...gracias - Apoya la mano en el hombro de Ura y poniéndose de puntillas le da un beso en la mejilla a costa de ponerse aún más rojo que antes - Estaba haciendo el desayuno... - Dice mientras lo guía hacia la cocina - Pero quería esperarte porque no sabía si te gustaban los desayunos tradicionales o preferías más otra cosa...

Urahara le echó el brazo por detrás de la espalda a Ren cuando éste le besó la mejilla, pero no lo hizo con ninguna intención lasciva, sino con ternura y calidez.

- No pasa nada. No tengo mucha hambre de todas maneras... - le miró a los ojos y sonrió - ¡Me lo comeré por gula! ¡Lo que sea! ^_^