Partida Rol por web

¿¿Muñequita???... T_TU

(...)

No es el momento Ren...

Separa la cara, dejándola visible para analizar más de cerca la nariz de Ura. Aún tiene los ojos rojos y los colores en sus mejillas. Se pone de puntillas para tener un mejor ángulo de visión - No parece que esté torcida...pero está bastante roja - Dice con gesto de preocupación - ¿Aviso a Honda-sensei? - Se siente realmente culpable, como si el golpe se lo hubiera dado él en vez de Hiba.

entro a la habitacion... a primera vista no parese haber nadie, bueno...
se acerca a donde esta su mochila agarra el bañador se lo pone y va hacia las termas para meterse, se acomoda en el borde y extiende sus brasos sobre las piedras para estar mas comodo... tras 2 minutos empiesa a cabezear quedandose dormido, ya a la tercera se queda totalmente dormido quedando la punta de su pelo que cae desde su frente tocando el agua

ZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzz...

Indor entra y no ve a nadie a primera vista así que se cambia tranquilo y se pone el kimono. Cuando acaba de ponerselo se da cuenta de que Toshiro está dormido... sonríe para si mismo diabólicamente y poco a poco saca su okarina del estuche en el que la guarda. Se acerca sigilosamente hasta estar al lado de Sugimoto y toca la nota más aguda que consigue hacer mientras se contiene la risa al lado de la oreja del dormido, tras esto entra corriendo de nuevo a la habitación y deja la okarina en el estuche, sin poder parar de reir.
Vamos dormilón, que ya vamos al templo!
Consigue tranquilizarse tras un rato y sale por la puerta calmadamente.

Llego a la habitacion y hago un visto y no visto , me cambio de ropa a la misma velocidad que lo hace un virgen en un puticlub . Cojo macuto y saco del fondo un Kimono algo viejo , pero muy bien conservado....lo miro con nostalgio y triste.... y me lo pongo y me guardo mis cosas pertinentes y salgo de la habitacion algo rapido...

La cercanía de Ren y su preocupación por él lo enternecieron. Sonreiría si no le doliera la nariz al hacerlo, y las lágrimas de Ren estaban demasiado frescas aún...
En ningún momento soltó a Ren de su abrazo, de hecho...


Y cuando sus labios ya rozaban los del chico japonés, parecía que ya nada le dolía... Y sin separarlos ni llegar a besarle, rozándolos con cada palabra, le dijo en un ténue y suave susurro:

- Yo tampoco quiero vivir sin tí...

al escuchar el agudo ruido de la ocarina me despierto de manera abruta y con un salto
Aaaaaaaaaa!! que, que cosa que!
PLASH! cae profundo en el agua y se levanta al instante
aaaaa... que caliente!... ee? ya nos vamos? jeje, ok voy para alla Dice sonriendo mientras con la otra mano se rasca la cabeza
soy un idiota, me olvide de la regla basica, no te duermas en algun lugar donde la gente te vea
sale del agua algo mas calmado y se viste con ropa casual, pantalones marrones y una remera azul oscuro y sale de alli

Ahora comprendía Ren cuando decían que lo mejor son las reconciliaciones...Sentía que los pies no le tocaban el suelo, que estaba en una nube...Solo podía ver y sentir a Urahara y esa preciosa demostración de sus sentimientos.

Al escuchar ls palabras de Ura se estremece. Amenazan con salir de nuevo lágrimas, pero estas eran felicidad, completa y absoluta. Estira el cuello para besarle cuando de pronto un horrible silbido llega a sus oidos, acabando con la magia del momento - ¿Qué....qué ha sido eso?

- Problemas - responde, sin lugar a dudas, clavando la frente en la pared y reflejando una nube morada de frustración sobre su testa.

Abre la ventana del baño y se asoma para ver el plantel.

- ¡Oh, joder! ¡Todos con traje de Barbie-Albornoz! Hora de ponerme el mío... Al final me lo compré, para que me ayudaras a ponérmelo... Pero por si acaso, aprendí yo. ¿Vamos?

- ¿Con traje de Barbie te refieres a un yukata? - Pregunta alzando una ceja pero sonriente. Coge el peluche, que había estado observando la escena desde uno de los lavabos y da unos pasos hacia la puerta - Siempre nos interrumpen ¿Eh? - Rie aunque se nota que en el fondo está MUY fastidiado por el corte de rollo - Venga vamos...Puedo ayudarte, pero si prefieres ponértelo tu solo... - Saca la lengua y sale al dormitorio.

- Creo que podré yo... Si no quiero tardar demasiado - rió saliendo del baño, yendo hacia su maleta y extrayendo una caja con su yukata nuevo. o observó y se lo colocó como mejor supo, para luego calzarse las... - ¿Ésto que son? ¿Chanclas? ¿Sandalias? Por Dios... ¿Cómo se puede andar con dos cachos de madera...? - esperó a que Ren se pusiera el suyo mientras se hacía una coleta un poco anárquica - Miré en la tienda de Billabong, pero no había yukatas :__D... Ahhhjjjj... - rió, de mejor humor.

- Se llaman zori... - Rie y se dirige al armario para guardar el koalita de peluche dento de su macuto - Mira que no pensar en traerme el yuk... - Se da cuenta de que hay una caja dentro del macuto que no había observado antes. La saca y la abre para asegurarse de su contenido - ¡¡Si es que tengo que querer a mi madre!! - sonrie y extrae de la caja un yukata y unos zori - Debió de ver que no lo traía y me lo debió echar en el equipaje - Sin perder más tiempo se lo coloca con bastante facilidad - Tendrás que acostumbrarte a andar con esos cachos de madera...Es más facil de lo que parece - Vuelve a reir y se acerca a Ura corriendo - A ver...Tienes el obi torcido - Se lo arregla rápidamente - Listo. Vamos fuera que se nos hace tarde...

Keigo entra como una exhalación, se dirige son pensarlo y pisoteando los futones de sus compañeros hasta el suyo propio y abre su pesada mochila de un seco tirón.
Con cara de concentración comienza a sacar prendas al tuntún, sin orden ni concierto a la hora de dejarlas sobre el suelo. Pantalones cortos, largos, ropa interior, calcetines y demás. Estaba seguro de que se había traído el yukata especial que se compró la semana anterior a la excursión.
Al final lo localiza, envuelto todavía en su bolsa protectora y sin mas ceremonia se desnuda ahí mismo y se viste a la carrera.
No parece un experto con los yukatas, pero al final consigue tener una apariencia mas o menos decente.
Con las mismas y consciente de que tiene ser de los último o ya el último en salir del balneario, echa a correr descalzo, con las sandalias en las manos, por todos los pasillos hasta la salida.