Partida Rol por web

No te preocupes, todos tenemos un mal día - y sin mas ceremonia siguió al enorme chico que le sacaba mas de una cabeza

Ya ves tío... yo me he perdido un par de veces, pero a final le coges el truco al sitio ¡jejeje!
Le contesta a Hiba cuando su reloj da un par de pitidos, avisando que ha llegado una hora en punto.
Keigo lo mira con los ojos cargados de extrañeza.
Keigo comprende que ya son las tres de la tarde y que entre unas cosas y otras apenas le queda tiempo para comer.
Keigo mira a Akira. Mira el reloj, mira de nuevo a Akira y con un hilillo de voz le confiesa.
Son las 3... si no nos vamos a comer ya... ¡¡moriré!!
Y con ese grito aprieta el paso para dirigirse a toda prisa a comer de una vez.

Ambos chavales -Keigo y Hiba- se habían quedado hablando en el pasillo, así que convergen con Ura y Tadao cuando estos salen del cuarto de los chicos.

Ren descorre la puerta para entrar a la habitación de los chicos. Lleva lo que parece un peluche en la mano y tiene los ojos rojos. Se percata de que hay compañeros en la habitación...El quiere estar solo, así que vuelve a cerrar la puerta y se va de allí.

El baño...allí no habrá nadie...
Ren corre hacia el cuarto de baño, donde se encierra en una de las letrinas. Sube las piernas sobre la tapa del vater y abrazado al koala vuelve a romper a llorar.

Solucionarlo parece cada vez más imposible...

Ren había dejado fluir libremente las lágrimas. Nunca había llorado tanto como lo había hecho en esos días. No había sido nunca tan feliz en unos momentos y se había sentido tan desdichado en su vida. ¿Eso era el amor? Las canciones y las películas mentían.

Al notar que ya no le quedan lágrimas, abre los ojos. Aún los tenía empañados. Se los restriega y fija su mirada en el peluche del regazo. Lo coge, sujetándolo frente a su rostro, encima de las rodillas. No puede evitar sonreir con dulzura al ver la simpática cara del animalito...¿Por qué no había corrido trás Ura?

¿Por qué no lo he hecho? Tal vez podríamos haberlo solucionado...Pero Shizuka...ella reaccionó mucho más rápido...Le gusta Ura...Y a Ura no parece disgustarle...

Suspira, intentando que llegue algo de oxígeno a sus pulmones. En situaciones como esa llegaba incluso a olvidarse de respirar....Juguetea con el pelo del koala, olvidándose que esa mano es la que tenía dañada, por lo que acaba notando un nuevo pinchazo de dolor en ella.

"No la fuerces", eso es lo que dijo Reira.

Miaka y Reira, ellas jamás podrían imaginar lo agradecido que les estaría toda la vida por haber estado a su lado...Se mira la mano, aún liada en el pañuelo...

Vaya...si que te la has jodido bien Ren...

¿No le quedaban lágrimas? Mentira. Vuelve a notar el dolor en el pecho.

Al rato consigue calmar el nuevo acceso de llanto. Se aclara la garganta y se seca las últimas lágrimas. Se pone de pie. había olvidado que tenía el peluche por lo que éste cae al suelo. Instintivamente, se agacha lo más rápido posible, coge el koalita y lo abraza. Ahora era un tesoro para él... Seguramente el último símbolo de los sentimientos de Urahara.

Sale del cubículo y se mira al espejo. Su cara era el retrato de la desolación...Vuelve a suspirar mientras abre el grifo con intención de echarse agua por la cara.

Entra en la habitación y ve a Yamiato. Le dedica un saludo con la mano y busca a Ren incluso en el armario de futones y finalmente el baño.

Vaya... Qué poco original...

Al encontrarle en el baño le mira durante un instante en silencio, alza las cejas hacia Yamiato y entra en el baño con Takazuma, cerrando la puerta desde dentro.

Ura entra en el baño y se sienta frente a la puerta, para impedir que nadie entre y salga de ahí. Su expresión es cansada y sus ojos enrojecidos, aún húmedos... Se queda mirando a Ren, y no puede apartar la mirada, aunque cree que debería hacerlo...
Ya le tiene ahí, ya puede desahogarse cuanto quiera si es que tiene algo que decirle... Y si no lo hace, hablará él mismo.

Takazuma en ese momento estaba echándose agua fría por la cara. Al escuchar abrirse la puerta pega un respigo, sin mirar quien ha podido entrar hasta que se seca el rostro.

Mira entonces a la persona que ahora está con él. Se encuentra con los ojos de Ura clavados en él, igual de rojos que los suyos. Nota como las fuerzas le flaquean y las piernas le tiemblan. Da unos pasos llenos de duda y finalmente se arrodilla frente al australiano, mirándole fijamente.

- Nos está destrozando...

(...)

Llámalo como prefieras... A mí me destroza verte mal... Me destroza más que cualquier otra cosa.

Una sensación de opresión en el pecho... Sus sospechas se confirman cada vez más... ¿Cómo pudo ser tan estúpido...? Bajó la mirada.

- Siento haber creído... - buscó las palabras adecuadas, descartando las que inició, enterrando los dedos entre el pelo, llevándoselos a la nuca - Siento haberte metido en ésto. No quería agobiarte como lo he hecho... No te preocupes... No volveré a hacerlo... Le pediré a Honda que me cambie de puesto en clase y... No te preocupes. No te molestaré más. Pero...

¿Vas a hacerlo, Urahara...? ¿Ofrecerte sólo cuando a él le apetezca...? ¿Vas a ser su puta...? No lo soportarás cuando se eche otra pareja... Porque resulta que eres celoso y orgulloso.

"Se acabó". Era una frase tan corta... Tan difícil de decir...

- Nada te va a destrozar a partir de ahora, Takazuma... Y menos yo...

¿Así? ¿Sin más?

Ren toma aire, parece que no ha respirado mientras Urahara hablaba - No me has metido en nada... He entrado yo... - Seguramente Ura lo apartará pero...extiende los brazos, rodeando al rubio, abrazándole fuerte - En ese caso...no te alejes de mí...Si te alejas me romperé...

Sintió los brazos de Ren y la respiración se le cortó... Era demasiado débil ante él... No... Eso no podía ser... No quería hacerse ilusiones otra vez.

- R... ¡Ren...! - lo cogió de los hombros y lo apartó de su lado, mirándole a los ojos - Tú... Tu no quieres lo mismo que quiero yo de tí. Sé sincero contigo mismo: Conmigo sólo has decubierto que eres gay o bi... Pero no quieres una relación, no soportas mi forma de ser... Puedo comprenderlo... Puedo... Llevarlo... Pero no quiero hacerme ilusiones contigo - la voz le tembló y apartó la vista, frunciendo el ceño.

No le pilla de sorpresa que le apartase, aunque tenía cierta esperanza. Bajó la mirada, sentándose algo más lejos - Ura...Me gustas...Quiero estar contigo...Me gusta tu forma de ser...Lo que no puedo soportar es que me tratases como lo has hecho esta mañana...

Me levanto de golpe con los ojos cerraos , me levanto to sobao y me dirijo al comedor instintivamente........tengo mucha hambre....

Debería... Debería saber lo que sabe Shizuka...

- Ésta mañana no te hablé - comienza, con un nudo en la garganta - porque me dolía la cabeza un horror y no sabes lo humillante que es que te rechacen en lo que crees que puede ser tu primera vez... Pero estaba deseando que me preguntaras si estaba bien... Igual que desee que me preguntaras porqué me había metido aquella mierda... Pero haces como mi padre: Dejas que beba, me drogue y haga barbaridades sin ofrecerme alternativas, y me castigas por montar el espectáculo del que tú has disfrutado y por el que podrás recrearte echándome la bronca... Demostrándome lo perfectos que sois y escudandoos en que lo que hacéis es darme libertad y la oportunidad de que reflexione por mí mismo, cuando la realidad es que si no tuvieseis que guardar esas apariencias tan estpendas, me daríais con la puerta en las narices y me diríais la verdad: Que no me soportáis, que preferiríais no haberme conocido. Llevo aguantando eso tánto tiempo que jugaba a que me daba igual... Pero cuando te conocí... Pensé que me dejarías ser yo mismo y que eso te gustaría... Y... Me quedé completamente colgado de tí... - de nuevo aparecieron un par de lágrimas sordas, silenciosas, que resbalaban pesadas sobre sus mejillas - Yo jamás habría dejado que te pegaran, que te insultaran y que te amenazaran, por muy imbécil que hubieses sido... Te habría preguntado qué pasa, qué te falta para que tengas que meterte mierda... Te preguntaría si te he ofendido... Me habría rasgado el alma verte besar a otro, pero te habría preguntado si realmente lo has hecho de corazón... - tragó saliva, y finalmente se puso en pié, encorvado y con las manos muertas dentro de los bolsillos - Lo que quería decirte al principio... Era que siento haber creído que tenía derecho a ponerte a prueba... Pero nunca habría sabido si me aguantabas en serio...

...Y aquí viene la quinta del día. Seguro.

Ren alza la vista. Mientras escuchaba todas y cada una de sus palabras habían vuelto a aparecer las lágrimas. Por guardar unas malditas apariencias lo estaba perdiendo...

- Haces daño a la gente...¿Para... ponerlos a prueba? ¿Dices que es para saber si te aguantan en serio? - Con las piernas temblorosas se levanta tambaleante - Dices que no dejarías que me pegaran....que me insultaran...Pero aún así no dudas en hacer cosas que me duelen más que cualquier puñetazo o insulto...Y por no saber que hacer en esas situaciones...Deduces que no te soporto o que no quiero estar contigo... ¿Entonces qué debo hacer para que te des cuenta de que no puedo vivir sin tí? Si te pido explicaciones es malo...- Agarra la camiseta de Ura, parecería enfadado si no estuviera llorando - Y si no te las pido es peor...¡¡¿Qué se supone que tengo que hacer?!!

- ¡Ya te he dicho que lo siento por ponerte a prueba, no tenía dere...! - dijo interrumpiéndole mientras hablaba, justo antes de oir aquel "¿Entonces qué debo hacer para que te des cuenta de que no puedo vivir sin tí?", que se le clavó en el alma y le abrió los ojos, estupefacto. Él se le había cogido de la camiseta, llorando...
Al australiano le temblaron los brazos al oirle.

Miaka... Tenía razón. Soy un capullo... Todos somos unos capullos. Entonces... ¡FIESTA DE CAPULLOS! ¿No te jode...?

El Ura sobrio había vuelto a marchas forzadas. Es como si el Ura borracho se hubiese acojonado y le hubiese sacado de banquillo justo cuando la cosa se ponía fina. ¡Cojonudo! ¡Juguemos al baseball sin bate! ¡Usaremos un ojo en lugar de bate! O mejor: La nariz. Ha demostrado ser sólida no rompiéndose el tabique con el soplamocos de Hiba.
Los brazos se movieron sólos, envolviendo a Ren en un cálido y tierno abrazo, apoyando la mejilla que no le dolía en la cabeza del chico, cerrando los ojos, culpable...

Esperaba que le apartara el brazo con el que lo había agarrado y se fuera dejándolo en estado de desolación... Lo que no se esperaba era que lo abrazara. De la sorpresa dejan de brotarle las lágrimas, a pesar de que el nudo en la garganta seguía oprimiéndole. El pobre Ren ya había demostrado que tarda bastante en reaccionar, y esto no iba a ser la excepción. Se queda completamente quieto, con la cabeza hundida en el pecho de Ura, aún con los espasmos propios del llanto. Finalmente le rodea la cintura con los brazos.

- Acabo de darme cuenta de que soy un impaciente... Intentaré remediarlo... - le atusó el cabello a Ren y le besó la frente, sin dejar de abrazarlo, dejando que se tomara el tiempo que quisiera para reaccionar o simplemente quedarse abrazado... Cualquier cosa sería bienvenida viniendo de él... Le pasó la mano por la espalda suavemente, intentando calmarle - No llores, ¿eh? No me lo merezco. Quien realmente se lo merezca, no te hará llorar...

- Los dos somos unos impacientes... - Suspira y se hunde aún más en el pecho del australiano, bastante más calmado - Siento haberme comportado así...y siento el puñetazo...¿te hice daño? - Se muerde el labio pero manteniendo la cara oculta entre los pliegues de la camiseta de Urahara, avergonzado.

- Qué va... Sois unas muñequitas Noa y tú... Ahora que Hiba... Joder, qué derecha tiene el cabrón... Me pilló sin oponer defensa y se cebó, yo creo que hace artes marciales o algún rollo así. Es un yakuza fijo - se echa una mano a la enrojecida nariz, palpándosela una vez más, en busca de alguna lesión importante que se le hubiese pasado por alto, riéndose un poco para quitar hierro a la desagradable situación, sin soltar a Ren.