Partida Rol por web

Sunshine

[Casi Exámenes]

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26/07/2008, 18:23
Takazuma Ren

- Menos mal que me he traido mates... - Dijo con cara de hastío.

O desgracia por no haberme traido nada más... : D

¡¡Hagan apuestas señoras!! El lóbulo profrontal abre de nuevo la porra...¿Cuántos minutos es capaz de aguantar Ren delante de las matemáticas?

Ren se desvistió, completamente sonrojado, poniéndose una camiseta de algodón azul de manga larga, así como unos pantalones largos de tela de cuadros. Se tumbó, pero encima del saco. Parecía bastante nervioso mientras ponía los apuntes en medio de los dos...

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26/07/2008, 18:37
Urahara Hirose

- Oye... ¿Qué haces encima de la colcha...? - preguntó Ura con un tono de voz sugerente, sonriendo y levantando una ceja mientras sacaba el brazo y se lo echaba por encima a Takazuma - ¿De qué tienes miedo...? Vamos... Tengo frío... - le dió un suave mordisco en el lóbulo.

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26/07/2008, 18:44
Takazuma Ren

Al frío que tení de por sí, hay que sumarle el escalofrío por el mordisco en el lóbulo - ¡Ah!...Sí...- Se introdujo dentro del saco, notando el agradable calor, mientras su color comienza a dejar de ser un simple sonrojo para parecerse más y más a una señal de dirección prohibida.

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27/07/2008, 16:13
Urahara Hirose

Al meterse Ren bajo la colcha del saco, el impulso es inmediato.
Echándole el brazo por detrás de la cintura, desliza las yemas de sus dedos fríos hacia el interior de la camiseta de Ren, mientras acerca los labios a su cuello.

- Tienes la carne de gallina... ¿Tienes frío...? - abrió la boca para dar un mordisco casi lobuno en el hombro del chico, sin llegar a hacer que fuera doloroso pero empapándole de un cálido aliento con objetivo de estremecerle mientras la mano subía las caricias espalda arriba.
Se incorporó un poco, forzando con suavidad el que Ren se tendiera en la superficie del saco, desplazando los besos sobre la línea de las clavículas. Pero la mano con la que le había tocado la espalda ahora estaba en el abdómen, y de ahí bajó lentamente hasta la entrepierna, sobre la tela del pantalón, mientras Urahara cesaba en los besos y miraba a Ren a los ojos. El australiano también tenía los ojos brillantes y las mejillas rojas.

- ¿...O es otra cosa, Ren...?

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28/07/2008, 00:24
Takazuma Ren

¿Frío? ¿Quién podría tener frío en semejante situación? Al principio tal vez...pero ahora no sentía frío, ni calor, ni nada semejante a cualquier cosa que hubiera sentido antes. Notaba como su respiración se había agitado y como la sangre se agolpaba en sus...mejillas. No contestó a su pregunta, simplemente lo miró a los ojos y le dió un beso bastante profundo. A pesar de la fría mano de Urahara, cada uno de los lugares que tocaba estaban ardiendo.

¿Estás listo?

Esa pregunta empezaba a formarse en su mente.

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28/07/2008, 09:06
Urahara Hirose

Entendió el beso y el silencio como una afirmación, y correspondiendo a aquel beso fué que su mano se deslizó al interior del pantalón, buscando complacerle... Y así siguió experimentando con besos, caricias y movimientos sobre el cuerpo de Takazuma, cada vez con más ansia y deseo, hasta donde Ren quisiera llegar...

Notas de juego

Me da vergüenza interpretar escenas eróticas :___D Si acaso hazla tú o pasamos directamente al fundido en negro hollywoodiense XDDDD

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28/07/2008, 12:50
Takazuma Ren

Sí, estás listo.

El pequeño atisbo de duda déjó paso a la seguridad. Ahora lo sabía, ese momento tan íntimo y especial solo podía compratirlo con Ura...Solo él. Dejó que actuara entre gemidos de placer. Esta vez no iba a detenerle.

Notas de juego

:___ D ... Imagen resumen que a mí tb me da palo ^////^

Oiiiihhh...ya son todo unos hombres :__ D

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29/07/2008, 01:15
Urahara Hirose

Durante los días siguientes, Urahara estuvo deshecho en atenciones con Ren. Le llamaba sólo para preguntarle qué hacía o decirle lo bien que llevaba el tema de estudios. Realmente el fin de semana había sido una fuente de inspiración para renovarle el interés por los estudios, tan sólo para que Ren pudiese llegar al momento en que dijera algo a su madre como: "Mamá, soy gay y tengo novio, pero no te preocupes: Usa preservativos, es limpio, tiene pasta y saca buenas notas".

Pero a partir del día de la fiesta, las cosas cambiarían drásticamente...

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30/07/2008, 18:55
Urahara Hirose

- He visto el sobre con tus notas. De los mejores de la clase. Estoy verdaderamente impresionado, Hirose... - su padre había decidido apoyarse en la puerta del baño mientras él se afeitaba. Sí. De la reminiscencia japonesa en sus genes que podía haberle librado del coñazo de tener que afeitarse hasta los dieciocho, no había nada, y llevaba haciéndolo desde los catorce.

- Perdona si no SALTO de alegría, pero podría cortarme mientras me afeito.

Kenji Urahara suspiró, contrariado. No había forma de que su hijo fuese receptivo con él... Desde que se fué a aquella excursión apenas se lo cruzaba entrando y saliendo de su habitación, pero se le veía radiante, perfecto y pletórico de energías...
Le observó serio. Tenía un hijo que cualquiera desearía: Casi tan alto como él, atlético, amante de la profesión de su padre y bueno en ella, con buenas notas... Pero ese hijo no quería saber nada de él.
Echó un vistazo a la ropa que Hiro se había preparado sobre la encimera del baño, también había perfume para hombre. Parecía que iba a salir.

- ¿...Celebrando el triunfo académico? - preguntó el padre, aún cruzado de brazos.

- Sí: Ya sabes... Me queda menos para ir a la universidad. Con suerte a la Sorbona, a Oxford o a la que sea que esté muuuuyyyy lejos de tí - hacerlo con Ren le había convertido en un hombre, o eso se creía, pues su seguridad en sí mismo no era otra cosa que una fantasía.
Se enjuagó la cara, ahora limpia y suave, secó la hoja de afeitar y se giró hacia el perfume, echándoselo. Kenji lo observaba con una mirada profunda, impropia de un padre a todas luces...

- Mai me ha dicho que andas con un muchacho en el instituto - dijo de pronto.

Urahara se quedó entonces quieto, inmóvil ante el espejo, sin saber qué consecuencias traería aquello... Y fué en el espejo que miró a los ojos de su padre.

- Es cierto - dijo, alzando las cejas, con forzado desafío.

Kenji cerró los ojos. Como si quisiera huir de aquel momento, como si quisiera que su hijo nunca le hubiese confirmado aquello...

- ¿Porqué...? - preguntó finalmente, con la voz rota.

Raeden empezaba a notar que el corazón se le aceleraba. Como el día en que salió de excursión con Ren... Algo iba muy mal en su casa, y por mucho que intentara ignorarlo, eso seguía ahí...
Sin poder moverse aún ni perder de vista a su padre, tragó saliva.

- Porque le quiero - contestó de nuevo.

- El único hombre al que debe querer otro hombre... - Kenji adelantó la mano y cogió de la muñeca a su hijo, hablando entre dientes con suma fiereza y vehemencia - Es a su padre, a su hermano o a su hijo, Hirose...

- ¡¡AH!! ¡JODER, ME HACES DAÑO! ¡QUÍTAME LA ZARPA DE ENCIMA O TE DENUNCIO, PEDAZO DE CABRÓN! - exigió, tirando del brazo para que su padre le soltara.

Pero lo único que recibió fué una bofetada.

- Pero... ¿¡Qué mosca te pica!? ¡¿Te has vuelto loco?! ¿¡Quieres que te denuncie o le cuente a mamá lo de tu secretaria para que te sangre hasta el último centavo!?

Una nueva bofetada, ésta vez más fuerte, dada del revés con el sello familiar, arañándole la comisura del labio y haciéndole un poco de sangre.
Hirose se llevó la mano libre a la boca para ver que, efectivamente, le había herido.

- Vale, papá... Ahora sí que estás jodido... - le rugió, desafiante, tirando de la mano aún.

Pero ésta vez su padre le cogió del cuello y le estrelló contra una pared. Se puso a la altura de un dedo de él, mirándole a los ojos con la mirada desencajada...

- Habría dado cualquier cosa, Hirose, CUALQUIER COSA porque me amaras. Te he consentido cada vicio, cada comentario soez, y tú sólo quieres hundirme... ¿Quieres tener un motivo por el que odiarme? Te lo daré. ¿Quieres que un hombre te toque? Sólo YO puedo darte eso... Porque eres MÍO, estás vivo gracias a mí... ¿¡Lo entiendes...!?

Dicho aquello, aquel maníaco, sin soltarle el cuello le besó. No parecía siquiera un beso, parecía un mordisco, una acción violenta y carente de cualquier similitud con los besos que se daba con Ren...
Con el corazón desbocado y aterrorizado, Hirose forcejeó con su padre para detener aquella situación, hasta que finalmente le dió un rodillazo en la entrepierna y su padre le soltó. A la carrera cogió el pantalón que se había preparado y salió corriendo hacia la salida, con la respiración acelerada e histérico... Honda, tenía que correr hacia la casa de Honda y contarle lo que había pasado... Pero, ¿andando? ¿Con aquel frío y en plena tarde-noche? Eso era un suicidio en una gran ciudad. Odiaba vivir tan lejos.
Corrió hacia el vestidor, encerrándose y rebuscando entre las chaquetas de su padre el móvil de ésta, no pensaba subir a por el suyo y exponerse a él. Pero no lo veía por ninguna parte.

- ¡Joder...! - la voz apenas le salía, estaba al borde de un ataque de nervios... - ¿¿¡Dónde, jodeerrrr!??

En ese momento, la puerta del vestidor se abrió. El chico tragó saliva y bajó la cabeza, con las manos todavía en las chaquetas... Cerró los ojos. Iba a pasar algo realmente malo, no era difícil darse cuenta...

- Quítate la toalla, Hirose... - debía ser la voz de su padre... Pero aquel cabrón no podía ser su padre...

- Papá... No...

- Hazlo... Y no me llames así. Ya no, Hirose...

No comprendía cómo ese entorno podía estar volviéndose más oscuro de lo que ya era... La sombra de su padre... Debió ser eso lo que lo cubrió todo... No sólo las luces, sino los recuerdos, las ilusiones, las risas...

Cuatro horas después, Hirose no estaba en la fiesta de Luis. Le sangraba la nariz y la boca... Un hilo de sangre le recorría la pierna desde la entrepierna, varios morados y arañazos le surcaban la espalda y tenía los ojos entornados, con la mirada perdida, totalmente ausente. Su padre lo había arrastrado a su habitación y cerrado la puerta. De eso hacía una hora y media.

Era alto y fuerte... No tanto como su padre. Tenía determinación... No tanto como su padre. No pudo con él.

Lo único que le vino a la mente después de aquellas horas fué coger el móvil. Ni se le pasó por la cabeza pedir ayuda. Tenía la voluntad completamente destrozada. El miedo la había devorado... Pero Ren...

No puede pasarle a él... No puede pasarle a él...

Cita:

No puedo ir a la fiesta.

Fué el único sms que pudo enviar, concretamente a Honda.

Se llevó las manos al pelo, tirándose de los mechones y meciéndose sobre sí mismo, sentado a los pies de la cama, con los dientes apretados...

¿No vas a ir? ¿No irás con él...?

Cogió el móvil y lo arrojó contra la pared, desmontándolo y haciéndolo añicos.

¿Para qué...? No puedo defenderle de nada... Tengo que hacerme fuerte... Más alto... Más fuerte... Para poder ser alguien... Tengo que hacerlo... Tengo que ser mejor que él, poderle...

Durante los días siguientes Urahara acudía a clase y, tal como se lo exigió su padre, a trabajar con él al estudio. Su amor por la fotografía prácticamente se había apagado. Respondía a la gente con "sí" y "no" sécamente y se volvió terriblemente competitivo en deportes y estudios. Sólo le preocupaba ser el mejor en todo... Cuanto antes.

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31/07/2008, 00:24
Director

Cinco minutos, diez... las horas parecen minutos, y los minutos pasan lentos. Muy lentos. Hasta que algo te saca de tus pensamientos.

Un timbre.

Llaman a la puerta.

Una voz femenina.

¡¡¡Urahara!!! ¿¡Estás ahí!?

Golpes a la puerta.

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31/07/2008, 00:28
Urahara Hirose

Kenji Urahara, que se estaba echando su segundo whisky sin poder dormir, tragó saliva al oir el timbre. Seguía enajenado cuando ocurrió. No se sentía ni bien ni mal, era como si se encontrara al margen de eso.
Al oir que le llamaban por su apellido, frunció el ceño. Subió a la habitación de su hijo y la abrió. Él seguía ahí, a los pies de la cama y sin levantar la cabeza.

- Vístete, lávate y métete en la cama, Hirose. Rápido.

Hirose no supo hacer o decir otra cosa que obedecerle, mientras su padre se ponía una bata y abría la puerta con cara de extrañeza. Era un hombre atractivo, de rasgos mixtos al igual que su hijo, pero más aparentemente japonés que él.

- ¿Puedo ayudarle...? - preguntó en la puerta.

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31/07/2008, 00:37
Profesora Honda

La profesora Honda, la cual el señor Urahara conocía de las visitas escolares o de haber hablado con ella al apuntar a su hijo a la escuela, iba vestida con unos pantalones de cuero negros, y unas botas que le llegaban hasta la rodilla de tacón. Encima, la parca negra que llevaba siempre consigo, y a su mano, el casco de la moto.

Cogió el cigarro de su boca y lo apagó en su bota, luego se lo puso en el bolsillo. Detrás de ella se pudo ver su grande moto.

Su mirada era firme, dura, penetrante, y se clavaba en las pupilas del hombre.

¿Dónde está Hirose? - directa y completamente segura de sí misma - Sé que está allí dentro. Más vale que me deje pasar. - no iba en broma, no flaqueaba de ningún lado ni parecía tener ningún punto débil.

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31/07/2008, 00:43
Urahara Hirose

- Señorita Honda... - se apartó caballerosamente, invitándola a pasar - Mi hijo está en la cama, no se encontraba bien... ¿Qué ocurre? ¿Ha hecho algo malo...? Puede contármelo, no me sorprendería... Es un buen chico, pero se deja influenciar muy rápidamente... ¿Le cuelgo el abrigo?

Era difícil de creer que un hombre tan templado, amable y atractivo pudiese haber cometido semejante atrocidad. Pero había sucedido.

- ¿Quiere que le despierte?

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31/07/2008, 00:48
Profesora Honda

Pasó a la casa, sus tacones resonaron por toda la casa.

Déjese de amabilidades, Señor Urahara. ¿Dónde está la habitación de su hijo?

Seguía manteniendo la postura de distancia, miraba al hombre a los ojos. Sus actuaciones, no funcionarían con ella.

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31/07/2008, 00:50
Urahara Hirose

- Arriba, señorita Honda - fingía desconcierto, señalando las escaleras - Me tiene completamente desconcertado, señorita... Me gustaría que... - Mai llegaba en ese momento de salir con sus amigas, quedándose quieta en la puerta y mirando a ambos adultos. Inmediatamente miró a su padre.

- ¿Es la profesora de Hirose...? - preguntó.

- Sí, Mai... Ve a tu cuarto, ¿de acuerdo?

- ¿Qué ha hecho mi hermano ahora? ¡Dios! ¡Hoy tenía una fiesta con los degenerados de su clase, a saber...! ¡Sabía que acabaría metiéndose en líos! ¡Si se enteran en clase seré la marginada...!

- Mai: A tu cuarto, por favor... - tras lo que el hombre empezó a subir las escaleras tras Honda, aferrando, eso sí, con fuerza el reposabrazos, nervioso aunque no lo pareciera.

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31/07/2008, 00:56
Profesora Honda

Arqueó una ceja, y observó a la chica.

No creo que estas sean maneras de hablar de los amigos de tu hermano, niña. Estoy segura que ellos harán mucho más por él que tú.

Sin esperar sube al piso de arriba, observando las puertas. Una vez el padre le ha dicho qué habitación es, entra, y cierra la puerta tras de sí.

Totalmente a oscuras, la voz de la profesora cambia por completo a un tono dulce - Hirose, soy Honda. He avisado a Ren de que no irías a la fiesta, e iré yo. Supongo que te quedarás más tranquilo

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31/07/2008, 01:01
Urahara Hirose

Bajo las mantas, con el pijama puesto y el pelo despeinado por delante de la cama, Urahara no se movió. Más que nada por la falta de fuerzas.

- Gracias.

Deseaba levantarse, cogerla de los hombros y pedirle que lo ayudara... Pero seguía muerto de miedo. No se movió.
Fuera oía la voz de Mai haciéndole preguntas a su padre... Y éste contestaba tan tranquilo. Él estaba destrozado, casi incapaz de moverse o articular palabra, y aquel cabrón hablaba tan tranquilo...

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31/07/2008, 08:48
Profesora Honda

Caminó a tientas hasta la cama del chico, y se sentó al borde, no se quitó la parca. Ni tampoco se había quitado las botas al entrar a la casa.

Sin pensárselo, acarició el pelo de Hirose, con suavidad, al igual que su voz. Que hablaba como si el chico que estaba en la cama... pudiera romperse en cualquier momento.

¿Le has contado lo de Ren a tu padre? - Honda de acordaba de cada palabra de la conversación en la excursión del templo.

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31/07/2008, 08:54
Urahara Hirose

En un principio se sobresaltó cuando sintió que alguien le tocaba, pero se quedó como estaba.

- Mi hermana nos vió... - contestó entonces, con la voz algo quebrada - La fiesta... - le recordó, parco en palabras, a su profesora.

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31/07/2008, 14:05
Profesora Honda

Se quedó en silencio, unos segundos que parecían eternos.

No te preocupes por la fiesta, ya iré, porque cuando vaya será para llevármelos - suelta una muy leve carcajada, casi ni se escucha... y se vuelve a poner seria, aparta la mano del pelo de Ura - ¿Te ha dicho o hecho algo, tu padre? - fijó la mirada a un punto, esperando.