Partida Rol por web

Keigo se queda, literalmente, muerto, cuando Miaka sale del cuarto casi volcando la mesita en su arrebato.

Ahora si que la has cagado...
Deja caer la cabeza sobre la mesita y espera, con la frente apoyada en la madera, el regreso de Miaka.

El móbil en tu bolsillo suena: un mensaje de Ura.

Cita:

Keigo respondió tecleando en su móvil a la velocidad del rayo al mensaje de Ura.

Cita:

Miaka volvió finalmente, no se sentó en su sitio. Se sentó al lado de Keigo.

Mierda, ¿qué le tenía que preguntar? - se apretaba con fuerza la mano, teniendo el puño cerrado, y seguía mirando el suelo, completamente roja.

Q-Quería preguntarte si tú... - tragó saliba, carraspeó, hizo memoria y lo dijo todo del tirón - Siseríascapazdellevarelqueyoledediquetiempoamisueñosindejardesercariñosoyatentoconmigo. - levantó levemente la mirada, para encontrarse con los ojos de Keigo.

Estaba completa y totalmente, roja.

Y al levantar lo ojo se encontró con una mirada de alegría a juego con una sonrisa de oreja a oreja enmarcado todo por un saludable color rojo intenso.
¡CLARO!
Y llevado por un impulso, recorrió la distancia que los separaba de un solo paso y abrazó a Miaka con ambos brazos, levantandola en el aire y haciéndola girar entre risas...
¡No solo tendré tiempo para ser cariñoso y atento contigo! ¡Sino que probaré tooooodos los pasteles que hagas como experimentos!
Se le veía muy contento y muy animado en realidad... Aunque no se atrevería a darle un beso hasta que venciera su legendaria vergüenza.
Sin bajarla al suelo, sujetándola por la cintura con cuidado para no hacerle daño, le mira directamente a los ojos con intensidad y cierto grado de "No me puedo creer que esto me esté pasando a mi"
Entonces... ¿Somos novios?

Totalmente cogida por sorpresa, Miaka deja que Keigo la abrazee, la levante y gire con ella y todo lo que él quiera, intentando evitar marearse, entre risas y con la cara toda roja.

Cuando (por fin) finaliza la montaña rusa particular... Miaka le devuelve la mirada a Keigo. La verdad es que no se esperaba su reacción, de hecho, no se esperaba para nada que pasara algo aquella tarde... colocó las manos al cuello de la camiseta del chico y esbozó una muy tímida sonrisa.

Si tú quieres sí... - susurró, avergonzada.

Keigo se queda un poco parado ante esa respuesta.
Nada de lo que estaba pasando se le había pasado por la cabeza en ningún momento.
Y pensar que todo se había precipitado por una simple comentario sobre los problemas de Ura... Cuando volviera a casa le llamaría para darle la buena noticia.
Entonces... ¿Si?
No parecía muy seguro, sino mas bien nervioso y, sobretodo, tan avergonzado o mas que Miaka. Aún así, en la cara se le veía claramente que quería que la chica le contestara afirmativamente. Lo que son las cosas. Normalmente Keigo podía llevar la iniciativa en cualquier situación pero se veía incapaz de hacerlo en aquella.
Porque a mi me gustaría...
Añadió entre susurros también.

Lo miró a los ojos, dubitativa al principio... hasta que finalmente asintió, lentamente, y con una sonrisa en sus labios.

Sí, a mí también me gustaría...

Sus orejas cogieron el mismo color que la cara: un tono rojo extra chillón. Sentía el corazón latir con fuerza... no podía entender cómo habían llegado hasta allí. Aunque, quizás, la noche del templo... ya fue un motivo.

Bajó la mirada y sonrió, avergonzada y perdida en sus pensamientos - Congeniamos muy bien...

Deja finalmente a Miaka en el suelo, pero sin apartarse de ella lo mas mínimo.
Bueeeeenooooo... Creo que nos íbamos a patinar ¿no?
Necesitaba salir de ese espacio tan angosto a la de ya o se moriría de un paro cardíaco si la tensión aumentaba un poco mas entre ambos. Acababa de... ¿Declararse?... a Miaka y resultaba que ella le había correspondido... Tenía ganas de descargar la adrenalina y los nervios acumulados en tan poco tiempo de alguna forma ruidosa y enérgica.
Si tu quieres, claro...
¡Como le cambiaba la voz cuando mostraba mínimamente atento con Miaka!

Se rió contenta y cogió de la mano a Keigo, esta vez no para tirar de él, sino para sentir el contacto. Le miró a los ojos, aun sonrojada y asintió convencida.

¡Vamos a patinar! - levantó ambas manos, incluida la de Keigo, mientras se reía - Voy a buscar las cosas en mi habitación, ahora vengo - soltó la mano del chico y corrió a su habitación.

No pasaron ni cinco minutos que ya volvía con los patines puestos y la mochila del chico entre sus manos, se la dió sonriendo - ¿Te atreves a ponértelos ya o prefieres ponértelos al parque? - preguntó con una sonrisa maliciosa, aunque seguía roja como un tomate.

Keigo se estaba riendo el solo cuando Miaka regresó al salón con la mochila y los patines ya puestos. Alarga la mano para que le pase su macuto y, cuando la chica lo hace, mantiene el contacto un ratito mas de lo necesario, disfrutando de la calidez de la piel de Miaka... y de su dulce olor a pastel.
Si me los pongo ahora y me voy cayendo hasta el parque, cuando lleguemos, ya me manejaré sobre ruedas! : D
Se le veía muy contento y con unas ganas enormes de salir a patinar con Miaka una vez superado el pánico escénico inicial.
De hecho... tenía una curiosidad enorme por ir con la chica de la mano por la calle, patinando, como había visto alguna que otra vez en las pelis.

Se queda mirando a Keigo y a su razonamiento... no puede evitar reirse, y mirarlo divertida.

Será mejor que coja unas cuantas tiritas y desinfectante... - volvió a reirse, y patinando entró al baño, cogiendo una pequeña bolsa que se metió a la mochila.

Anda, vamos... - sin preguntar, cogió la mano de Keigo y tiró levemente de él, para que no se cayera - Mantén el equilibrio... - dijo mirándolo, una vez que se aseguró que no se caía prosiguió - y ahora desliza los pies poco a poco... como si patinaras - se rió, estaba contenta y feliz... y más aun teniendo al chico cogido de la mano.

Salieron a la calle, por una puerta diferente por la que entraron, era un callejón por el que no pasaba nadie, y con Miaka delante y sin soltar la mano de Keigo, siguieron la acerca hasta llegar a Shibuya Center, justo al lado de la Pastelería Otomiya.

Siguió patinando, lentamente, para que a él no le fuera difícil seguirle el ritmo. Lo miró y se sonrojó - Todos te llaman por el apellido pero... ¿puedo llamarte por el nombre de pila? - bajó la mirada.

Keigo se deja arrastrar por Miaka, concentrado en no caerse y quedar en ridículo delante de la chica con la que acababa de empezar a salir... Aunque la verdad es que lo había visto tantas veces hacer el tonto que no creía que una mas le fuera a importar.
Estos pensamientos le arrancan una carcajada y, por unos instantes, está a punto de caer. Mueve frenéticamente los pies hacia adelante y atrás, apoyando su peso en la mano que Miaka le tiene sujeta. Al final consigue evitar la caída... pero se le queda el cuerpo contorsionado en una extraña postura: Los pies mas adelantados que el cuerpo y la espalda arqueada hacia atrás.
...¡Jejejeje!... Casi me mato...
Se incorpora de nuevo y se vuelve a dejar llevar por Miaka, llevando el mismo cuidado que al principio.

¡Me puedes llamar como tu quieras! ¡Eso ni se pregunta, tía!
Exclama entre risas, quitándole importancia al asunto con un enérgico gesto de la mano que casi hace que se vuelva a caer de bruces al suelo.

Se ríe cada vez que Keigo está apunto de matarse, que no son pocas... y "gracias" a eso son el centro de atención. Miaka sigue llevándolo de la mano, mirándolo divertida.

Suerte que he cogido tiritas... - comenta riéndose aun.

Finalmente, cuando llegan al parque, pueden comprobar que no hay absolutamente nadie, solo a la pista de baloncesto, que hay un par de chicos echando unas canastas. Parece que el frío asusta a la gente. Miaka lleva al chico hasta un banco.

Quédate aquí, ¿vale? Voy a buscar unos bollitos de carne y enseguida vengo, así descansamos un poquito - sin esperar respuesta, se gira y patinando a bastante velocidad y esquivando las rampas y las papeleras, la chica llega a un tenderete montado, el hombre no tarda ni dos minutos en servirle, que la chica ya está volviendo con Keigo - ¡Aquí tienes! He comprado dos para cada uno, si luego queremos más los compramos

Se deja caer al banco, mientras le pasa un bollo relleno de carne al chico, está muy caliente.

¡Waaaaaaaaaaah! : O
Keigo se queda muerto al ver a Miaka moverse con tanta facilidad sobre esos malditos e infernales aparatos de tortura y diversión con ruedas en las plantas. Ir y venir del puesto de comida le ha llevado menos de lo que canta un gallo... Y el chico se ha quedado impresionado.
Cuando Miaka vuelve con los pastelillos, Keigo la mira maravillado.
Eres la mejor... ¿Cómo lo haces? Parece que llevaras tooooda la vida patinando, tía. Te desliiizas, giiiras, saaltaaas...
Hace los gestos con las manos, representando los movimientos de su chica por la pista de patinaje.
¡Pareces una profesional!...
De repente se pone colorado y le guiña un ojo, juguetón pero algo avergonzado.
¡¡Y además estás muy guapa patinando!! ^//////^
Se mete el bollo a la boca corriendo, muerto de verguenza, para darse cuenta de que Miaka tenía razón y estaba demasiado caliente.
¡AAAAAAH! ¡Quema! ¡Quema! ¡Quemaaa! ¡Jajajajajaja!
Y aunque se ha abrasado la lengua, ni escupe el bollo ni puede evitar reírse.

Se pone totalmente colorada ante los piropos de Keigo... esboza una tímida sonrisa, pero enseguida se ríe abiertamente.

Es que... ¡llevo patinando toda la vida! - vuelve a reírse, contenta - Pero de profesional y guapa nada : P - saca la lengua, aun ruborizada.

¡Ala...! - al oirlo gritar se ríe divertida - ¡No puedo ponerte una tirita en la lengua...! ¿Te tiro desinfectante? - se da un golpecito a la mochila, dando a entender que lo tiene allí puesto, y vuelve a reirse de solo imaginarse a Keigo con desinfectante a la boca.

Y oye... - lo mira de reojo, mientras le da un pequeño mordisco al bollo de carne - No tengas vergüenza conmigo, ¿vale...? Y yo... no la tendré contigo

¡De guapa todo!
Replica sacando la lengua -enrojecida de una forma muy graciosa por el pastel- a su vez, cada vez mas contento de que Miaka y él estén juntos... y no solo a lo que a patinar se refiere.
Cdeo que no sedía buena idea lo del desinfectante... ¡jejeje!
Reniega exagerando el tono para hacerlo mas gracioso... Le encantaba ver a Miaka sonreír y no dejaría nunca de bromear estando con ella. La risa de esa chica era como música en sus oídos.

Le devuelve la mirada de reojo, dándole a su vez un mordisco mucho mas moderado a su pastel de carne, sonriendo de forma que la alegría le llegaba hasta los ojos, en los que se reflejaba como una chispa dorada.
De acuerdo... ¡Trato hecho! ¡Ninguno de los tendremos vergüenza!

Volvió a reirse divertida, y sacó de su mochilita una pequeña botella de agua mineral, estaba fría, pero por el ambiente, no de la nevera.

Bebe un poco de agua, anda... - le dijo, sonriéndole y mirándolo solo a él.

Dio otro mordisco al bollo de carne, y no habló hasta que se lo tragó - Este curso es interesante, ¿verdad? Hay alumnos muy distintos entre ellos... ¿con quién has congeniado mejor? - pues siempre que veía a Keigo, veía que iba con todos y todas, tanto hacía concursos con Shizuka cómo se ponía a tocar y cantar con Indor, pero este último ya se había ido...

Es mi primer año en este instituto...
Comienza a explicar mientras coge la botella que le tiende Miaka y le pega un largo trago, dejándola luego a un lado, en el banco.
... Así que a parte de los del club de fútbol y vosotros, no conozco a mucha gente por aquí...
Se encoje de hombros y sonríe con cierta tristeza, mirando hacia el suelo y moviendo los patines de un lado a otro, entretenido.
Tuve que dejar mi otro instituto por culpa de una pelea bastante gorda de la que salí un poco mal parado... Unos chicos mayores me la tenían jurada y eso. Y como mi hermano mayor ya no estaba por ahí para defenderme, mis padres pensaron que la mejor idea era trasladarme bien lejos. Como vivimos a las afueras tampoco tenía muchas amistades por allí, así queeeee...
Vuelve la cabeza y mira directamente a Miaka, con una sonrisa enorme en la cara.
¡Me alegro mucho de haber coincidido con todos vosotros!
Da una palmada al aire y empieza a enumerar a los compañeros, contándolos con los dedos de las manos.
Congeniaaaarrr... Pues mira, los que mejor me caen son Indor, que es un tío genial; Bunzo -si, Bunzo me cae muy bien, ¡aunque es un raro! Pero te partes con sus chorradas-, Akira, que va tipo duro pero es un blando... ¿Has visto como mira a Reira? Qué pena, tía...; Reira, que es super dulce y super buena persona; Mori, que es la risa también... Va siempre a su bola, ¡pero cada vez que habla sube el pan!; Ren también parece un buen chaval, aunque muy cortado y Ura, que se sale de guay con sus pintas de surfista... aunque no hace mas que cagarla... sobretodo cuando se junta con Bunzo o Mori... Los demás... bueh, son un poco sosos ¿no? ¡Y a los nuevos no los conozco de nada! Bueno... Haakon también mola, parece un tipo legal.
Sonríe de nuevo y se acerca un poco mas a Miaka, mirándola a los ojos.
Y luego estás tu, claro...
Y antes de la chica pueda responder o hacer algo, se adelanta un poco mas y le planta un beso corto en los labios.
Que eres la mejor.
Le guiña un ojo con una sonrisa pícara en la cara.
¿Y a ti que te parecen nuestros compañeros?

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Casi no había escuchado la pregunta, después de haber escuchado su explicación del anterior instituto y de la gente de su clase y... del beso. Aunque corto, era un beso. Y podía afirmar que Ura tenía razón, aunque hubiera sido corto. Sí.

Aunque tenía que acordarse del trato, ¡nada de vergüenza! ò///////ó

Yo... bueno... conocía a Furen de hacía bastante tiempo, pasamos juntos todo el verano y parte del curso... - se rascó la nuca, se le hacía incómodo hablar de Furen - pero al llegar al insti, que también era mi primer año, porque yo vengo de Osaka, me hice muy amiga de Reira... - se sonroja levemente - Reira es genial, es muy buena amiga... aunque cómo siempre tiene que estar por los negocios de su familia y sus reuniones... poas veces coincidimos para salir. Narumi es... bueno, Narumi es Narumi - se ríe levemente acordándose de algunos momentos de inicio de curso - ¡al principio no podíamos ni vernos! Aunque ahora va tanto con el palurdo de Etsuya... que ahora ya no hablamos. - se queda pensando brevemente - Y luego están Ren y Ura, que me llevo muy bien con ambos... los dos creo que son muy buenos chicos y hacen buena pareja pero... no sé qué le pica a Ura últimamente.Y Bunzo, aunque me intentara robar aquel pastel, se nota que es buen chaval... - suelta una pequeña risa divertida - Y Noa y Shizuka... no he hablado demasiado con ellas, ¡pero Shizu me cae genial! Noa parece que se ha encerrado mucho con Haak, y nunca habla con nosotras, las chicas...

Entristece un poco la mirada, aunque sigue sonriendo - Pocas chicas hay a la clase y apenas hablamos entre nosotras, es una pena... podríamos ser todas buenas amigas.

¡Pero bueno! - coge a Keigo de las manos con el bollo entre las manos y después de dejar el bollo de carne a su lado, encima de la bolsa - ¿Por qué te peleaste? ¡Si pareces un chico pacífico! - esboza una sonrisa malvada y mira a su novio a los ojos - cuando quieras vamos con los bates de beisbol a darles una paliza a todos... aunque yo me llevaré una silla, que soy más peligrosa - después de decir aquello último se ríe.