Partida Rol por web

- ¡Sobre todo algo de cenar! -se apresuró a decir Juzoh, frotándose el estómago.

Dio un par de golpes en el suelo con su tetsubo, como acostumbraba a hacer cuando se excitaba... pero el crujido de la madera le recordó que ya no estaba en la calle y se interrumpió al momento, un poco avergonzado. No sería buena idea cargarse el suelo de la posada nada más llegar...

No tardan demasiado en llegar a una posada y, por suerte, tiene baños. Eso hará que los tres puedan descansar mejor tras la larga jornada de viaje. La mochila ya le pesa demasiado, pero, estando ya allí, no se queja y deja que sea Yuki quien pida lo que necesitan.

Mira mal a su hermano cuando casi echa abajo la posada con el golpe de su tetsubo en el suelo, pero no le dice nada porque parece que se ha dado cuenta de que no está bien echar la posada abajo.

El posadero alzó un poco las manos preocupado cuando el suelo de madera crujió bajo el tetsubo de Juzoh, pero consiguió dominarse y no decir nada.

- Eh... eh... ¡claro, por supuesto! -dijo-. Pasen, pasen, por favor...

Hizo un gesto para que la última de las chicas que atendían en la posada se acercase.

- Momoe, acompaña a nuestros clientes dentro. Allí podrán cenar con toda calma y tranquilidad. O tal vez estas encantadoras damas prefieran darse antes un baño en la parte de atrás. Sea como sea, siéntanse en casa, honorables huéspedes...

Se inclinó otra vez, para dar la bienvenida de nuevo al trío con la deferencia casi excesiva de aquél que quiere agradar a toda costa a sus clientes, y habiéndoles dejado a cargo de la criada, se dirigió a ocuparse del siguiente grupo de huéspedes.

La chica que se llamaba Momoe se inclinó ante ellos, y con una sonrisa radiante, les indicó que la siguieran por un corto pasillo de madera que doblaba a la derecha. Paredes de papel separaban las estancias de la posada, a través de las cuales se escuchaba un murmullo de voces. La posada estaba bastante llena y la criada les condujo hasta la entrada de una sala grande con un patio central, donde había bastante gente cenando. Cuencos con arroz, verduras, carne y pescado... la comida no sería de la calidad de un gran banquete, pero tenía buen aspecto y la gente sin duda estaba de buen humor. Las conversaciones fluían y de vez en cuando se escuchaba alguna risa entre los grupos de viajeros.

Momoe se inclinó de nuevo y habló con vocecita suave.

- Esta es la sala principal -dijo-. Aquí podrán cenar si lo desean. Las habitaciones están continuando por este pasillo, las que están libres tienen la puerta abierta. Son todas iguales, pueden ocupar la que gusten. Los baños están en la dirección opuesta, por el pasillo de la izquierda. Esperamos que disfruten su estancia y puedan descansar.

La chica se inclinó de nuevo, y permaneció allí un momento, por si querían algo más de ella.

La posada parece muy concurrida y animada y el olor de comida le despierta el hambre. Pero no quiere sentarse a la mesa con la mochila y todo lo demás. Le da las gracias a Momoe antes de dirigirse a Yuki y su hermano.

-Creo que iré a dejarlo todo en la habitación y así nos podremos relajar mejor que si llevamos el equipaje a cuestas.

Más animada, se dirige hacia la zona de las habitaciones, buscando una libre. No va a tardar demasiado porque el plan es comer algo e ir a darse un baño relajante. Eso será lo mejor.

Al encontrar una habitación libre, entra y deja la mochila antes de estirar un poco los músculos.

Aunque la comida tenía un aroma realmente apetitoso, Yuki no comió demasiado y no comenzó hasta que Momoe se marchó y Akari se sentó con ellos. Aquella no era una comida de celebración, era combustible para el cuerpo. En su casa, siempre se habían alimentado de forma frugal, pues mantenían una estricta disciplina respecto al entrenamiento. La chica miró con atención la habitación. Parecía un lugar agradable y seguro, pero nunca se sabía...especialmente después de lo ocurrido a los occidentales. Sin embargo, la alegría general, hizo que la guerrera relajase la atención. No parecía que hubiese peligro cerca.

–Mañana habrá que partir con el alba, ¿no creéis?– comentó tras dar un sorbo al delicioso té del local. –No podemos permitir que..."otros" encuentren a "nuestra amiga" antes...

¿Dónde demonios estará Okina? Espero que esté bien

Juzoh había concentrado su atención en los platos de comida no bien hubo puesto un pie en la sala central de la posada. Llevaba una sonrisa de oreja a oreja, y casi parecía haberse olvidado de la misión en la que los tres estaban. Se apresuró a servirse un poco de todo, para probarlo. Con el primer bocado, su rostró se cubrió de felicidad.

- ¡Ah! No es que esté deliciosa... pero servirá -dijo, cogiendo con los palillos un nuevo bocado.

Cenaron con calma y sin ningún sobresalto, aunque Akari y Yuki no bajaron del todo la guardia en ningún momento. El episodio de la posesión en la Tokaido todavía estaba fresco en sus memorias. Aquél era un viaje en el que el peligro acechaba en cada esquina, había quedado muy claro.

Yuki y Akari se conformaron con una cena frugal, pero cuando Juzoh iba ya por el cuarto bol de comida, Momoe se acercó a donde estaban sentados.

La joven criada se quedó sorprendida al ver lo que había comido el grandullón, pero trató de que no se le notara demasiado. No sería buena cosa ofender a un cliente insinuando que era un glotón con una mirada atónita. Aunque Juzoh no se lo puso fácil cuando colocó el cuarto bol vacío justo delante de ella y empezó con el quinto.

- Eh... ¿Está todo a su gusto, amables señores? -preguntó, sonrojándose un poco-. ¿Desean alguna cosa más?

Por un momento, pensó en preguntar a la chica si había visto al maestro Okina, dandole una ligera descripción sin embargo lo dejó pasar. Al fin y alcabo, si había pasado los estaría esperando, y si pasaba más tarde no podrían indicarle donde iban.

–Oh...para mí nada más. Me gustaría ir a darme un baño y luego a descansar.

Juzoh hizo un gesto negando con la cabeza.

- Yo me quedo un rato... -dijo mientras masticaba arroz y un trozo de pescado-. Ya me bañaré luego.

Estaba claro que el grandullón todavía tenía hambre.

Le da un codazo a su hermano para que deje de comer como un cerdo. La pobre chica está ya avergonzada de la situación y ella no es menos.

-Yo también iré a darme un baño. Gracias por la comida.

Se levanta y mira a su hermano.

-No le des problemas a Momoe-san.

Momoe se quedó un poco turbada ante la papeleta de que las chicas la dejaran sola con aquél gigante comilón... pero no pudo más que esbozar una sonrisa educada e inclinarse cuando Yuki y Akari pasaron a su lado.

Las dos se dirigieron a la parte de atrás de la posada, donde efectivamente había un cartelito de madera que indicaba la dirección de los baños. Había dos puertas, una para los hombres y otra para las mujeres, que daban a sendos vestidores. Los baños estaban al aire libre, y se dividían por un muro de cañas gruesas de bambú para separar la parte de los hombres de la de las mujeres.

Fuera, ya era de noche y hacía bastante frío, pero el agua estaba caliente y vaporosa. Sólo había dos mujeres tomando un baño y el ambiente era de relajación total, ya que aunque podían oírse las voces de los que cenaban en la sala central, llegaban bastante atenuadas por la distancia y los troncos de bambú.

Al llegar a la zona de baños, se le ilumina la mirada. Tras un largo camino, siempre es bueno sumergirse en las aguas calientes de un onsen. Es lo mejor. Busca una canastilla libre y se quita la ropa lo más rápido que puede. Tras eso, toma la toalla y se dirige a la zona de ducha. Allí se sienta en uno de los taburetes bajos y se limpia primero. Es de mala educación entrar en el agua con el cuerpo y el cabello lleno de polvo.

Tras eso, y toda bien limpita, se acerca al agua y se mete en el agua.

-Ah... que bien.

Se hunde hasta la nariz.

Yuki siguió a Akari de forma más calmada, procurando dejar las ropas y demás bien dobladas antes de lavarse y deslizarse hacia el agua, buscando el calor del agua. La guerrera miró de reojo a las otras dos mujeres...Esperaba que se fuesen pronto, pues quería hablar con Akari sobre su misión y consultarle cual era la mejor forma de proceder si encontraban a la Dama antes de que Okina les encontrase a ellos.

–Sí...– el aroma de los vapores, el sonido de las risas lejanas, el calor del agua y la tranquilidad del ambiente no tardaron en hacer su efecto, y Yuki comenzó a relajarse y a dejar la mente en blanco. Durante unos instantes, su rostro reflejó una enorme paz interior. Por desgracia, eso no duró mucho y de pronto le vino a la cabeza que ninguno de los asistentes a la reunión estaría gozando de una situación tan privilegiada como ellos tres en aquel momento. Salvo aquel imbecil de Amano, claro. Lee, Zantestsu, sus hermanos, Okina... todos podían estar en peligro en el mismo momento en el que Juzoh estaba comiendo y ellas disfrutando de un baño.

Las dos chicas permanecieron en silencio durante unos minutos, disfrutando simplemente de la calma y el calor del agua limpia. Las aguas termales eran tan relajantes que uno podía llegar a olvidarse de todos sus problemas si permanecía un rato en ellas... aunque abusar también podía llevar a algún que otro mareo por el calor. Pero todavía estaban lejos de ese punto.

Después de un rato, las dos mujeres que habían estado allí antes decidieron salir del agua y se retiraron con un saludo a Yuki y Akari. Se ducharon con rapidez, y volvieron a entrar en la posada tras secarse y vestirse. Ahora estaban solas y todo estaba en silencio salvo por el rumor del agua cayendo y las voces de los huéspedes en la sala central.

Tras despedirse con la mano de las dos chicas, Yuki se estiró los brazos hacia arriba hasta que la parte superior de su espalda hizo un pequeño chasquido. La expresión de placer era la más clara señal de lo bien que le había sentado hacer aquel movimiento. Realmente el baño estaba haciendo maravillas sobre su cuerpo.

–Oye...Akari-san...– preguntó acercándose a la joven tras un rato de silencio. Yuki miró a su alrededor para asegurarse de que nadie podía oírlas– He estado pensando... Si no encontramos a...nuestra amiga ¿Sería posible que volvieses a hacer como el año pasado, para ganar tiempo mientras continuamos buscándola? Todo está ocurriendo tan rápido...

Se está tan bien en el agua que casi se duerme ahí. Por suerte, Yuki habla en cuanto las mujeres se marchan y la trae de nuevo a la realidad.

-No sé si serviría esta vez. El poder de los sellos se ha debilitado y eso podría significar que el poder de la puerta es mucho mayor... o que alguien está manipulando el sello para romperlo. De todas formas, eso significaría acercarse a ese lugar sin ningún tipo de protección. No creo que sea lo más acertado.

Se estira un poco.

-Me gustaría que fuese tan sencillo como eso...

Uff

Yuki se dejó hundir hasta que, durante unos solo quedó flotando una mata de pelo rubio flotando. Aunque se había lavado a conciencia el cabello, aquello no era lo más educado del mundo de modo que no tardó en emerger despacito y sentarse unos minutos en el borde para que el aire fresco la despejase.

–Entonces espero que no tardemos en encontrarla– respondió con tono serio. –Pensé que si no la encontrabamos pronto podriamos hacer eso para ganar tiempo. Espero que el resto esté bien... y que Okina aparezca pronto. Esto... Algo me dice que esto va a ser más complicado que la última vez.

-No es sensato acercarse a ese lugar sin la ayuda necesaria. Podría ser peor el remedio que la enfermedad. Debemos encontrar una forma de sellar ese lugar permanentemente.

Se apoya en el borde de la balsa y chapotea un poco con los pies. 

-Pero hay que estar preparados para lo peor...