Partida Rol por web

-Eeeeeeeehhh Jeremiah, no quiero ser como agorera viste? pero... ese olor no es algo muy... normal.

Fui retrocediendo unos pasos, mirando todo alrededor. No sabía qué estaba pasando allí pero me parecía algo extraño. Pensé en convertirme a mi forma lupus para olfatear mejor los alrededores.

-Aléjate de la puerta, compa...

La respiración trajo aquel olor que le hizo cerrar los ojos por un segundo, el sonido no había traído respuesta, el cuerpo quizás por instinto del fenris paso a la forma glabros. La barba creció al igual que el pelo de los brazos. Jere tomo su cuchillo y giro el picaporte no sin antes observar como Rodríguez cambiaba de forma a la de lupus.

-Estate alerta-  registraría al casa pero por alguna razón el philodox presentía que esto venia de otro lugar… desde la umbra para ser mas específicos.

Cambié a Lupus y vi mi piel morena convertirse en un pelaje entre grisáceo y blanco. Mis orejas se pusieron en alerta; mis ojos, ambarinos, miraron al frente con total atención. Jeremiah me dijo que me pusiera en alerta y así lo hice.

Olfateé el aire en busca de algún rastro que me pudiese guiar en lo que estaba sucediendo con aquella casa.

Tenía que estar atenta, proteger a mi compañero, y a mí misma. 

Percibes que el aroma es más profundo que una simple peste superficial. Impregna cada madera de la casa, el suelo bajo el que está e incluso...¿debajo del suelo? Eso te parece, sí. Es posible que haya un sótano o algo por el estilo. También notas un aroma metálico e industrial que no logras identificar, pero que conoces de los antros de carretera. Sólo te parece desagradable, pero no sabes por qué, o si reacciona a tu percepción espiritual, lupina o humana. 

Las raíces de lo que envenena este sitio se hunden profundas, parece.

-Jeremiah, huelo algo profundo. Impregna cada parte de esta casa, el suelo inclusive -me acerco e indico con mi hocico los lugares de donde sale este hedor -hay algo además, metálico; algo industrial. No me gusta pero no es que me de impresión de peligro.

Alzo la cabeza peluda y la giró de lado, como hace un perro cuando no entiende algo.

-¿Tú percibes algo? ¿Estamos en peligro?

Gruño por lo bajo y agrego:

-De ser así, ¿dos serán suficientes?

Jeremiah sostuvo en su mano con fuerza el cuchillo, la puerta se abrió y hecho una mirada dentro con algo de atención, las palabras de Rodriguez siguieron en su mente. Respiro despacio, todo estaba en silencio; si la casa estaba vacía esto sería algo de la umbra.  Termino por ingresar – Monta guardia, veré si encuentro algo por aquí, si no es asi iremos hacia la umbra – dijo – si puedes encontrar al fuente del olor guíame hacia ella -

Cuando Jeremiah abre la puerta, el olor se agrava, más aún para el olfato de Belén, que ahora está en su piel de lobo y lo tiene especialmente aguzado. Apesta a productos químicos y a Wyrm. Gaia...El instinto de Eddie ha dado en el clavo, seguramente esta es una de las bases de los capullos que atacaron el túmulo. Esto plantea dudas, ¿Estarían corrompidos y la droga fue un método? ¿O estarían e la droga y el Wyrm llegó a sus almas gracias a ella? No es que importe inmediatamente, pero son las consideraciones tácticas que los Ancianos rumian durante días.

El sitio en sí está hecho unos zorros. La única habitación a la vista está carcomida por los ácidos y la mierda, y ha sido convertida en un laboratorio de droga mal cocinada.

No obstante, el aroma a destrucción, podredumbre y maldad se filtra más allá. El suelo es de madera, así que seguramente haya un sótano o algo aún más abajo. Si había un sótano y dejaron un laboratorio de meta a la vista, ¿Qué querrían que nadie viese?

El nombrar a ir hacia la Umbra me hace gruñir por lo bajo. Sé que es el mundo tras el mundo, que me permite ver cosas que no vemos en la "realidad" pero allí una nunca se haya segura. Además, el hedor es más intenso al abrir Jeremiah la puerta. Entro, olfateo.

"Aggggggg... ni que hace falta, esto apesta peor que 200 pies sucios..." me digo mientras estornudo un par de veces y me lamo el hocico con el ceño fruncido. Comienzo a caminar hasta que ubico que el "aroma" viene desde abajo.

-Un sótano -digo a mi compañero, aunque un humano solo oiría una cierta cantidad de sonidos animales, él puede comprenderme.

Intento divisar el acceso a ese sótano, y si lo hallo, comienzo a rascar con las patas.

"No quiero saber que quieren esconder estos tipos allí, no va a ser bueno... .... ay, ¿por qué no podemos tener un día normal..? Cierto que esto es un día normal pero..."

Eddie parecía tener razón, jeremiah quedo pensativo y su cabeza se movió poderosa negando lo que sus ojos traían a su cerebro, el olor se mezclaba con mil sensaciones la mayoría era con intenciones de prender fuego este lugar para purificarlo y luego reconstruir un digno establecimiento para los Wylds viajantes. La perdición de algunos hombres era cocinada allí, la angustia se reflejó en los puños apretados del Fenris. Para ser de una tribu guerrera Jere era algo más sensato o simplemente no creía que los puños pudieran resolverlo todo, como philodox tenía que ser su propia balanza.

Dio unos pasos más cuando escucho las palabras de Rodriguez – Bien, vamos – esta vez guardo el cuchillo y saco la pistola, una 1911, donde en las cachas tenía el nombre de seis personas, personas que habían marcado su vida.

-Ten cuidado, si hay algo más aquí y no podemos, quiero que corras hasta que tus patas sangren…. Y busques ayuda – dicho esto jere caminaría hacia el sótano, y allí vería de pasar a la umbra. Lo que el mundo físico puede traer en la penumbra a veces puede ser demasiado peligroso.

Jeremiah entra en el laboratorio, con Belén arrugando el hocico detrás. La loba no cruza el umbral aún, pero observa cada uno de los movimientos del Fenris mientras este echa un vistazo. El aroma del Wyrm es tan potente que da ganas de vomitar cuando más se adentra el viejo en la cabaña. Su presencia agita los efluvios por el movimiento y la peste se hace todavía peor. Pero, finalmente, los cuidadosos pies de Dankworth dan con una tabla suelta. Una trampilla. De un tirón podrías abrirla, pero el olor que emana de ella es tan denso que casi se ve en el mundo físico. ¿Sería prudente entrar a ciegas?

En cuanto la trampilla aparece, descubierta por Jeremiah, gruño. El hedor del Wyrm es tan intenso que no deseo para nada entrar allí. Mi hocico pica, como si protestara a su forma y estornudo un par de veces. Me acerco unos pasos. Me detengo nuevamente y ladeo la cabeza.

"¿Está seguro que quiere que abramos eso?"

Me preparo para lo que sea que pase, aunque preferiría que no lo haga. Recuerdo las instrucciones que él me ha dado, en este momento es imperioso que las obedezca.

El olor se volvía más y más insoportable allí dentro, el lugar parecía caerse a pedazos, aquellos pensamientos volvieron tal y como cuando sus compañeros dieron la orden de abrir fuego, el sonido de las balas se escuchó en su mente, un par de imágenes aparecieron lo que dificultaron poder concentrarse para escudriñar el lugar. Rodríguez seguramente noto el cambio repentino en Road-Bastard pero pronto todo volvió a ser como antes.

-Encontraste algo?-

Cuando iba abrir la trampilla se detuvo – Vas ayudarme con algo, purificaremos este lugar antes que nada – camino sobre sus pasos – Busquemos lo necesario… una rama? Agua pura? – dijo para si en voz alta.. – Tengo wisky y un cuchillo, ha de funcionar… pediremos ayuda a los lobos que se encuentran cerca del aquí, aquellos que cuidan los alrededores – explico mientras salía del lugar.

Una vez fuera Jeremiah se giró – usa el don de tu auspicio y lleva el mensaje a nuestros hermanos salvajes- mientras tanto el Fenris se dirigió a buscar el wisky en una de sus alforjas.

Salí con prisa de la cabaña y subí a un promontorio de tierra o sitio más elevado, si no había uno, buscaría un lugar metido en el bosque, quería hacer mi llamado desde allí. Una vez encontrado el dónde, me puse alerta. Tomé aire y subí la cabeza hacia el cielo para dar un aullido largo y lento.

Estaba llamando a los lobos, a los que nos podrían echar una mano. Mis orejas se pegaron hacia atrás mientras hablaba al bosque, a sus habitantes.

-¡¡Auuuuuuuuuu!!!

Era lo que oiría un humano pero los lobos sabrían diferente. Mi esperanza era que acudieran en nuestro auxilio, respondieran a la llamada.