Partida Rol por web

Detrás sigues escuchando otro rugido, mucho más retumbante que el de tu coche y el de la moto naranja. Al girarte ligeramente, ves otra burra que ha tomado tu flanco izquierdo, pero se mantiene atrás, como si estuviera apoyando a la otra, como si te estuvieran cazando...

Es una bestia de hierro realmente hermosa, pero que emite sonidos fantasmales, más profundos y guturales, como si el motor fuera más viejo y arrogante que los demás. No obstante, está brillante y parece nueva.

Apenas puedes ver a la chica que la conduce, que sólo tiene una mano puesta en el manillar, mientras la otra cuelga con desidia. Ves que va encapuchada y, crees, tiene un pelo largo y de un dorado pálido. ¿Nadie lleva el puto casco en esta carretera? Bueno, tiene sentido, teniendo en cuenta que estáis todos muertos. Estás bastante segura de que también lleva una chupa, pero no puedes asegurarlo porque no le ves la espalda y porque no puedes mirar hacia atrás indefinidamente.

¿Es una trampa? ¿Han venido a cazarte los jinetes del Apocalipsis? ¿Son ángeles del Señor que te llevan al Cielo?

Se me abrieron anchos los ojos al ver a la procesión de motociclistas femeninas que comenzaron a estacionarse. ¿A qué mierdas jugaba este lugar? ¿A qué mierdas está jugando Dios?

La boca me colgaba. Contaba mentalmente a las moteras. Una, dos… ¿esa carga una escopeta?

Me tapé los ojos. ¡Son demasiado ruidosas, hasta para una moto! Tenía los nervios a flor de piel y esto no me ayudaba nada.

Enfurecida me bajé del auto, casi azotando la puerta. Fuck it! Just fuck it! ¿Me quieren disparar? ¡Aquí estoy!

– I’M FUCKING DONE WITH THIS! – Apreté los puños, pateando el suelo y gritando “fuck” – FUCK IT, FUCK EVERYONE!

Pateé la puerta del coche, ya sin importarme si lo dejaba abollado o no. Lo perdí, ya estoy a tres de enloquecer. Me quedó el cabello sobre la cara, la cual tenía desencajada. ¡Estoy harta de la vida! ¡De esta confusión! ¡De no saber ni siquiera qué demonios ocurre con mi estúpido cuerpo! y como es que acabé siendo un... Un… ¡ni sé que mierdas soy!

- ¡Al diablo! – Grito, alzando las manos - ¡Al maldito demonio! ¡Ahora mismo me van a decir qué puta mierda es este lugar! – con el dedo índice les señalé la carretera. Es obvio que no es un lugar racional de la tierra, y estoy harta. - ¡¿Qué mierdas soy?! – pregunté sin pensar en si sabían o no, en si era justo que me desquitara con ellas o si me iban a disparar por gritarles. 

Las motos frenan al compás de tu magnífico coche. No hay violencia en las que las montan. La tatuada no saca la escopeta del manillar, la encapuchada no se molesta en levantar su mano perezosa para frenar. Es como si esperaran que parases, o como si les diera igual.

La primera, cuyo extraño peinado no deja de llamarte la atención, baja despacio de su burra, acariciándola con la ternura de un amante cuando se separa de ella y se dirige a ti con las manos extendidas.

- Es difícil de explicar, pelirroja, vas a tener que tranquilizarte

Mientras dice eso, sus ojos están pendientes del asiento donde hace poco estaba esa...extraña aparición que ha alabado tu pelo. Es casi como si pudiera...sentir que había algo ahí.

Entonces notas un peso sordo al otro lado. La encapuchada se ha apoyado en la parte trasera del coche rojo. Tampoco parece armada ni particularmente peligrosa. De hecho, te sonríe, pero ves que es un gesto al que no está muy acostumbrada.

- Empecemos por lo básico, ¿Qué crees que pasa, chica? ¿Crees que estás flipando? ¿Muerta? ¿Camino a Hogwarts? ¿Te habían hablado ya de esto?

¿Acaso hay varias opciones? ¿Existe un libro de autoayuda o algo?

Wait, what?

Me llevo las manos a la cabeza. Fucking Hogwarts? ¡¿De verdad?!

- No le veo la puta gracia… - aprieto los puños a los lados, con la cara roja de indignación. ¿Me veo infantil? ¡No me importa hoy.

Que me sonría no me causa ninguna simpatía. A estas alturas una sonrisa es ofensiva. Mi vida no ha sido de cuento de hadas y ese imbécil de allá arriba nunca me hizo caso en componer a mis padres, pero ahora sí, me jodió muy fuerte.

Vuelvo a caminar hacia el vehículo, me cruzo de brazos y recargo mi espalda contra este. Ni idea de donde comenzar.

- No creo en los cuentos de hadas y Dios es demasiado cabrón... – alzo la mano y levanto el dedo medio a allá arriba. Este definitivamente no es el cielo. Volví a bajar la mirada para seguir - Según Wyld no me dispararon, pero tampoco tengo otras ideas de que está sucediendo. No, no consumo drogas tan fuertes.

La tatuada mira a la rubia con reprobación, aunque imaginas que gran parte de ella sí que le ha visto la puta gracia. Se cruza de brazos.

- Cam, no ayudas - dice, luego cae en la cuenta de algo que has dicho -. ¿Wyld? ¿Has visto a Wyld Lady?

De pronto sus ojos brillan con algo nuevo...¿respeto?

- Entonces quiere que cuidemos de ti, supongo 

- Vale, perdón - dice la encapuchada, Cam, alzando las manos y encogiéndose de hombros -. Pero tarde o temprano habrá que decírselo claro; eres un mago, Harry, eres un hada, Bo, eres un jedi, Luke, no eres nada, Bella, eres una pervertida, Anastasia...

Se calla ante tu mención del Wyld Lady. Pero vuelve a la carga.

- Ya lo digo yo: eres un Hombre Lobo, pelirroja

¿Sin anestesia? Estás flipando en colores y encima una alucinación te dice que eres un Hombre Lobo. Eso no tiene ningún maldito sentido, los Hombres Lobo no conducen motos ni ven fantasmas ni van por carreteras mágicas, ¿no?

- Ya, ya - presiona la tal Cam - Pero verás cómo reaccionas a esto: Garou, Selene, Impergium, Letanía, Rabia

Algo se agita dentro de ti al escuchar esas palabras. Especialmente Rabia. Sientes la mayúscula cuando la dice. Es como cuando has visto las runas grabadas antes...

Debe ser su apodo de motera. Me encogí de hombros: algunos lo tienen.

- Wyld, una mujer de cabello oscuro, llena de tatuajes - que se mueven. - apareció y desapareció. ¿Es amiga de ustedes?

Wait, what?

Me quedo mirando a la rubia como la loca que es. Oh, vamos...

- Ni yo creí en eso - y están hablando de una niña que creyó en ese gran amigo imaginario llamado Dios.

Entonces, me vuelve a la cabeza. Cada detalle de ese cabrón día, como esa cosa sacó sus hediondos dientes de rata y le rebané el cuello. Como me convertí en forma tan extraña en lobo durante todos estos días. Pensé que podía ser eso, pero me pareció demasiado radical. Aun así, algo hizo clic. Como sucedió de la nada, varias veces, y como pasó. Mierda, ¿ahora me tengo que cuidar de la puta luna?

Siento nauseas. Garou, Selene, Impergium, Letanía, Rabia. Mis rodillas golpearon el suelo, y pronto mis puños. Rabia. Temblaba de ira, rencor, casi deseando matar a alguien. Estaba temblando, sorprendida y furiosa a partes iguales. Golpeé el asfalto sin importarme si me rompía la mano, una, varias veces. ¡Puta Mierda!

- ¡Mierda! - grito. ¡Solo me faltaba ser un puto fenómeno!

Una mano te sujeta cuando vuelves a alzar el puño. Te salpica la cara tu propia sangre, cálida. Te has hecho daño, pero apenas lo sientes, como apenas has oído a Cam llegar hasta donde estás y agarrarte la muñeca. Rápida y sigilosa, realmente. O eso o no oyes más que los latidos de tu corazón, que parecen sacados de Jumanji. Tambores de guerra.

- Es suficiente - dice Cam con voz tranquila -. Ahora tendrás que curarte. ¿Se te ocurre cómo?

Erin camina despacio hasta donde te has arrodillado. Sólo ves sus botas y su pantalón, ya que sigues inclinada, con una mano inmovilizada y la otra sujetándote al asfalto. Qué locura, qué pesadilla...es demencial, ¿no será todo un sueño? Es como si no te estuviese pasando a tí, como si fuera todo una película o lo estuvieras viendo desde lejos. Las cosas se vuelven menos nítidas, los sonidos parecen una sinfonía a través del agua.

- Ya basta, Cam, por Dios, no la presiones - dice

Luego se pone en cuclillas frente a ti y te hacia alzar la barbilla para mirar dentro de tus ojos. En los suyos ves fuego, un salvajismo espantoso que habla de un terror primordial. Pero también amabilidad, canciones y risa.

- Sé que es muy difícil de asimilar, pero Wyld Lady es un espíritu, un ser...mágico, a falta de una palabra mejor - dibuja una media sonrisa -. Como tú, por cierto. Te juro que no estás loca. Aunque, claro, si fuera una alucinación, te diría lo mismo - te guiña un ojo

Ya no puedo ni mover la muñeca. Tengo la cara llena de sangre y me importó una mierda. ¿Catarsis? Si, llevaba días o semanas acumulando furia.

Temblaba de forma involuntaria, parte enojo parte descontrol. Apenas sentía como me había machacado la muñeca. Asiento a lo de curarme a mí misma, no es la primera vez que tuve que aplicarme yo sola un vendaje. ¡Ja, cuando tenía cinco y Joe una sobredosis yo misma me curé una fiebre en la bañera!

Sonreí de lo irreal que era todo. Ya de niña creía que era todo menos normal, pero al menos podía llamarme humana. Aullarle a la luna, que hermoso.

Es todo como una fucking película. Como estar y no estar a la vez. Se me sale una risa nerviosa, que dejaría a Harley Queen admirada. Mierda en la que fui a caer. Mi vida antes era una mierda, claro, no sé si esto será mejor o peor, pero definitivamente estoy jodida.

Respondo con una mejor sonrisa ladeada  a la rubia que ahora tengo enfrente. Parte de mí se rinde a la realidad, o mejor expresarlo, irrealidad.

- ¿Ahora que sigue? – pregunto, sin esperar ya lógica.

- Ahora toca tu Iniciación - te dice Erin con voz amistosa -. Ya que Wyld Lady se ha interesado por tí, no te llevaremos a ningún clan, sino que intentaremos acogerte en nuestra banda, ¿Qué te parece?

Te ayuda a ponerte de pie.

- Los Wyld Ones somos una banda moteros, ¿sabes? De moteros Hombres Lobo. Existimos desde los sesenta y nos hemos extendido por toda la Costa Oeste. Realmente ha sido cosa del destino que nos encontráramos contigo tan lejos de nuestro territorio, mientras cazábamos. Wyld Lady tendrá planes para ti. Sin duda.

Suena su móvil. Girls Just Wanna Have Fun, de Cindy Lauper. Es una canción un pelín anticlimática para la situación, pero la brutal incoherencia también resulta graciosa. Erin hace un gesto a su compañera encapuchada y se apresura a contestar.

Mientras Erin responde y se pone a hablar con alguien, algo alterada, Camille te observa ladeando un poco la cabeza, como una gata o un mastín que siente curiosidad.

- Espero...que te gusten las motos - dice con alguna dificultad. Parece que se está esforzando por ser amable -. Podemos malvender tu carro de camino a las Wyld Lands y pillarte una burra con lo que saquemos. Es un señor coche, así que igual te encuentras algo bonito...

Se recuesta en el asiento de su propia montura.

- Todos los Hombres Lobo pasamos la Iniciación. Y los que no lo hacen, mueren. Así que no te preocupes - ¿está intentando consolarte? ¿Dónde aprendió empatía? ¿En el corredor de la muerte?

Wait, iniciaciòn? Eso suena a rito satànico de Ku-Kux-Tlàn o de Jamestown.

Mientras habla se va bajando mi paranoia. Me gusta la idea de una banda. No me joderìan los antecedentes penales ni la falta de un tìtulo universitario, asì que està bien. Me imagino la vida como la cuenta y se me van iluminando los ojos.

- Claro que perfecto - sonrìo con satisfacciòn, vaya que la vida ya pintaba mejor.

Me acerco al auto, recargada sobre la puerta mientras tarareo Girl's Just Want to Have Fun. Es ta discordante que es casi perfecto.

A alguien le hace falta un shot...

Ah no, ese auto ni muerta lo pienso vender. Hàganme rapear por dinero con una lata de Campbells todo lo que quieran, pero ese auto no se va a ningùn 01-800-CarCash ni siquiera para comprarme una Harley. ¡Faltaba màs!

- Red Lobster se queda - declarè, antes de abrir la puerta del lado del conductor y cerrar. - y un poco de hashish no te harìa mal - susurrè, divertida. Bajè el vidrio, para poder alzar la cabeza - ¡Ademàs, es robado! y con una ligera falla elèctrica... - recordè la descarga que sentì cuando intentè encenderlo.

Respirè fuertemente, buscando volver a sentir el aroma tan seductor del cuero en esta preciosidad. Deberìa de entrenarme o algo para ese ritual. La canciòn no estaba tan errada, quizà algo ùtil pueda escuchar, sirve que hago tiempo mientras Erin termina la llamada. Volvì a tratar de encender la radio, cuando me acuerdo del ùltimo comentario vuelvo a alzar la cabeza fuera de la ventana hacia la rubia de la capucha. 

- ¡Y para que lo sepas, voy a vivir hasta los 110 años!

Camille sonríe cuando defiendes tu botín. De alguna forma, es posible que te hayas ganado su respeto por ello. Pero lo que realmente le arranca una carcajada es tu declaración de intenciones sobre vivir más de un siglo. Mientras, tú sintonizas la radio. Aparte de un montón de estática, no consigues sacar nada. ¿Por qué? Las emisoras están bien localizadas...

- Red Lobster es un buen nombre - aprueba la chica rubia -. Pero si vas a quedártelo tendremos que hacer que funcione también aquí, ¿eh?

Hace un gesto abarcando el extraño paisaje en el que os encontráis.

- Que hayas conseguido que pase contigo al otro lado es extraordinario - afirma, sin concretar mucho sobre el "otro lado" -. Seguramente quiere decir que el espíritu de tu Red Lobster te acepta.

Se apoya sobre el manillar.

Erin cuelga el teléfono mientras Camille aún se está riendo por lo bajo, y se vuelve a acercar a vosotras.

- ¿Me he perdido algo bueno? - mira extrañada a Camille. Al parecer, no es habitual su comportamiento.

Se gira hacia ti alzando ambas manos (en la izquierda aún sostiene el móvil, de tapa, barato) en un gesto muy propio de Jack Sparrow. Al hacerlo, su chaleco deja ver la culata de varias armas escondidas en arneses o en el cinturón. Parece que tiene potencia de fuego para un Apocalipsis Zombie. 

- Era un amigo - explica -. Necesitan músculo en California.

¿California? ¡Eso está al otro lado del puto país!

- Me temo que en vez de una Iniciación al uso te vamos a tener que ofrecer un bautismo de fuego - añade con gesto de disculpa -. Lo que no sé es si estás dispuesta. Una cosa es que seas Garou y otra muy diferente que ya seas una guerrera...Si no estás lista lo entiendo. Cuidaremos de ti y te mantendremos al margen hasta que te iniciemos; pero tendrás que acompañarnos igualmente. El lobo solitario muere solo.

¡Ja! Si solo eran necesarias las lla...

La radio no funciona. ¡Oigan, por màs cutre que sean las señales universitarias tienen al menos buena señal! Trato de sintonizar alguna otra, al menos una canciòn salida de la nada como las veces anteriores. Nope, nothing.

- Reddie, vamos, no me hagas quedar mal... - realmente me gustaba hablarle a este auto. Sigo tratando de hacer funcionar la radio, aunque cuando dice que me acepta alzo un pulgar arriba a travès de la ventanilla cuando dice Camille que me acepta el auto. - claro que sì, yo si te voy a cuidar...

Erin se acerca hablando sobre su llamada. Oh dios, ¿que pasò allì? interrumpo mis intentos de manejar la radio y asomo la cabeza para oir mejor por sobre el ruido muerto.

¿Bautismo de fuego?

Abro anchos los ojos. Peligro, oh si, eso suena a peligro. ¿Otro loco cabeza-de-cucaracha suelto?

Jezz... esto suena cada vez màs a pandilla. Con todos los fucking pimps de Detroit la mayorìa me daba risa para burlarme de ellos que se creìan mucho por una cadena de oro y un tatuaje que en diez años los tendràn suplicando de rodillas ante un tatuador de un reality show para que se los cubra, pero esto suena serio. Busquè las llaves, para ir calentando el motor.

- ¿Què necesitan que haga? - claro que iba a ir, quedaba màs que abandonarlas cual rata.