Partida Rol por web

El club de Bend lleva unas semanas tranquilo. La verdad es que estando en una posición tan apartada, el túmulo está lo bastante seguro como para que los hermanos podáis moveros por las carreteras de todo el estado casi sin que os llamen a defender vuestro territorio. Es una buena vida, que te ha llevado a los lugares más apartados a luchar contra el Wyrm. A carreteras secundarias perdidas en el monte, a caravanas abandonadas en medio de la nada, a campings dejados de la mano de Dios. Viento agitando tus cabellos y el olor a sangre en el aire, ¿Qué más se puede pedir? 

Al parecer, al menos una cosa más. El presidente quiere verte. Poco queda el Eddie King de hace unos años, el alegre pícaro que siempre sonreía con sarcasmo. El mazo le ha vuelto sombrío, y algo piscótico, te parece, pero sigue siendo un hombre con el corazón en su sitio cuando se trata del club, y además, un hombre que sabe ser encantador cuando quiere.

Te ha llamado esta mañana, al parecer, ni siquiera sabía que te habías marchado. Está...distante. ¿Para qué te has ido? Te ha preguntado, y todo. Te ha pedido que te reúnas con él en el Establo. Es el lugar donde se arreglan y descansan las motos espirituales que King crea en su tiempo libre, cada vez más escaso. Es una especie de santuario, y sólo los miembros del club de Bend sois bienvenidos en él. El caso es que acabas de llegar, y aún no tienes claro qué hacer ni como. ¿Una cervecita antes de ir, para relajarte? ¿Aparecer en moto, haciendo ruido y recordándole que te debe respeto? ¿Andando? ¿Acudir cuanto antes? Decisiones, decisiones...

Me acerqué al club Bend por pedido de Eddie, solo que no era el muchacho alegre que yo había conocido antes. Poco de eso permanecía en él: un aire sombrío y psicótico ha empañado algo su alma, pero sigue siendo un tipo bueno. Lo sé y respondo a su llamada como debo hacerlo.

Mi cabeza se llena de inquietudes: ¿qué precisa, por qué la urgencia del mensaje? ¿Está bien? ¿Está la manada bien?

Sin embargo primero debo verlo, luego dejar que él me hable. Si me quedan preguntas para ese entonces, pues... a hacerlas.

Me bajo de mi moto y comienzo a caminar hacia el sitio. Me entran deseos de tomarme algo antes, de disfrutar por si las noticias son de lo peor pero siento la obligación de ir directamente hacia el lugar. Llevo una camisola celeste cielo, una falda tipo hippie y un collar, siempre suelo llevar un collar.

El Establo. Mitad taller, mitad templo. Aquí Eddie encanta máquinas para todo el club. Dicen que hay pocos tan diestros como él a la hora de unir espíritus a los motores, las ruedas y demás piezas. Se dice que es capaz de montar una moto con piezas enteramente tocadas por la Umbra y que, al mismo tiempo, puede tomar un vehículo completo y unir un espíritu a él. Tiene un instinto natural para saber qué criaturas vienen bien en qué lugares, qué seres aceptarán unirse a qué partes...se le ha criticado por pasar más tiempo como mecánico que dirigiendo el club, pero ha mantenido el liderazgo, supones que porque es duro y sabe cobrar favores. Al fin y al cabo, es un Señor de la Sombra.

Cuando entras, le encuentras taciturno como ya es costumbre. Apenas vislumbras la chispa de alegría que siempre había en sus ojos. ¿Tanto le pesa el cargo?

- Belén, me alegra verte - no lo parece, pero dirías que es cierto, aunque no lo muestre por fuera -. ¿Qué tal tu viaje?

Eddie tiene una mirada sombría mientras me pregunta por mí. El tipo jovial que conocí parece haber esfumádose con el cargo. Entiendo que no es ilógico, que su responsabilidad es mayor, que todo tiene un costo. Miro las motos: hay de todo tipo y eso no es lo mejor; es lo que él puede hacer con ellas, eso de adjuntar un espíritu a una maquina. Por algo es quien es y está en donde está, aunque lamento que le pase factura tan hondamente.

Me le acerco y le doy una sonrisa.

-Mi viaje bien, amo las rutas. No te llevan a ningún lado y a todos, depende de a donde te dirijas. Y hoy, como bien sabes, me han llevado a ti.- "Y quiero saber por qué me citaste, y ayudarte si es lo que necesitas. "

-Así que... dime, ¿por qué estoy aquí? Y no seas delicado, solo dilo.-. No lo digo en un tono molesto, sobrado ro nada de ese estilo, lo pregunto con simple curiosidad y con el ansia de ayudar en lo que sea que necesita. Algo en mi interior me susurra que los problemas se avecinan, que serán malas noticias y eso. Pero los amigos, y más la manada, se ayudan en los malos momentos. Y yo no voy a dar ningún paso para atrás.

King casi sonríe cuando hablas de la carretera. Si hay algo que todos los Wyld Ones compartís es eso, después de todo. Si podías hacer algo por quitarle peso de los hombros, sin duda es recordarle que a todos os une lo mismo. Se apoya en una de sus mesas de trabajo y te mira. A los ojos, por cierto. Es como si no existieras como chica para él, y con el resto de mujeres del club siempre ha hecho otro tanto. ¿Será por la Letanía, o será que no quiere líos de faldas en su filial?

- Conoces a Jeremiah Dankworth, ¿no es así? - pregunta -. Tengo que darle un recado a su manada, y además me parece que podría necesitar un par de zarpas adicionales; se van a meter en un buen lío

Ves tras él dos sobres. El primero de ellos está cerrado y no tiene símbolos, el segundo está abierto y ves el sello de la prisión estatal de Oregón sobre él. ¿Acaso van a detener a Dankworth?

Eddie me mira a los ojos y, vale eso me gusta, en general los hombres se dan cuenta de mi color de ojos unas dos horas después de entablar conversación. En nuestro caso también está la Letanía, un Garou no puede liarse con otro Garou de esa manera, pero a mí no me molesta que me mire de frente. Es bueno que me valoren por más que un par de senos para variar.

-Sí, sí conozco a Jeremiah, es un amigo ya. 

Escucho lo que me dice y asiento con la cabeza mientras va hablando.

-De acuerdo.

Miro los sobres: el de la prisión me estremece un poco, pero prefiero no sacar conclusiones adelantadas, sino llevar a cabo mi trabajo.

-¿El recado son los sobres? ¿Él entenderá? O... debes explicármelo mejor.

"Espero que no esté en problemas en el sentido de... esos problemas que te patean el culo y la cara a la vez."

Asiente ante tus palabras. Todo le encaja. Supones que te ha dado la oportunidad de rajarte. Sabe perfectamente que conoces a Dankworth y, si hubieras dicho que no, habría fingido que todo andaba bien, aunque le habrías decepcionado en su fuero interno. Tiene una forma extraña de hacer las cosas, en vez de ordenar, consigue que otros acepten los encargos. Es un estilo diferente.

- Me alegra que estés tan dispuesta a salir tan pronto, sabía que podía contar contigo

Toma aire cuando le pides más explicaciones. Es complicado, deduces.

- Me acaba de llegar un mensaje de Morton, uno de los Ases - los Ases...los cinco legendarios fundadores de la banda. No sabes mucho, pero sabes que eran una manada que fundó el club y todas sus filiales, y que todos ellos eran héroes callejeros de los Garou -. Está en la cárcel de Oregón y me ha informado de ciertas negociaciones que está llevando a cabo con los asiáticos

Te sorprende, siempre has oído que os llevabais mal con los amarillos, porque ellos siempre han estado molestando al club, según dicen los visitantes, en los transportes, en los encargos y demás. Aunque en Bend eso sólo son rumores, ¿Quién sabe si serán verdad? 

- El caso es que se ha convocado a toda la plana mayor en uno de los lugares secretos de los Nómadas, y Scar, la alfa de Dankworth, está en esa plana mayor, así que hay que darle este sobre con la información - cruza los brazos -. Yo también tengo que ir, así que supongo que nos veremos allí

Te mira fijamente, de nuevo a los ojos.

- ¿Alguna pregunta?

-Siempre puedes contar conmigo, Eddie -le respondí. Él era importante para mí, me había ayudado a encontrar un rumbo, me había aceptado y para mí, con mi cambio tan tardío, era como deberle algo. Pero porque lo sentía así.

Escucho sobre el mensaje de los Ases, los fundadores originales del club. Eran como héroes para nosotros, los Garou. Habían hablado de negociaciones con los asiáticos, lo cual me cae por sorpresa. En general no nos llevábamos bien con los amarillos. La cuestión era que Scar debía recibir esta información.

"Se reunía la plana de alta jerarquía, wow lo que debe ser eso."

Eddie mismo iba a ir así que podríamos vernos allí luego.

-Ninguna, solo si me permites ir a tomar una cerveza antes de partir hacia Jeremiah. He venido directamente aquí y me gusta viajar pero no me haría mal parar unos segundos. Claro que si esto es urgente, seré rápida. Un trago y a la ruta. ¿Qué te parece, Eddie? ¿Por los viejos tiempos?

Eddie sonríe con amabilidad. Una auténtica sonrisa de un hermano, no la de un jefe.

- Claro, puedes tomarte una, dos y las que quieras, puedes salir mañana, incluso, si prefieres - dice -. Así puedes sentarte en la capilla después de comer con el resto de los chicos, que os tengo que poner al día

Te mira, con los brazos cruzados, esperando tu respuesta.

-Voy a tomarme una cerveza, Eddie. Luego iré a la Iglesia. A hablar con mi abuelo, me gusta hacerlo allí. Aunque en cualquier lugar es igual.

Sonrío, me gusta ver la expresión de su rostro, de nuevo parece él mismo, más un hermano que un jefe. 

-Pero partiré hoy mismo. Antes que nada está el deber, siento que lo que debo hacer es demasiado importante para dejarlo para luego, ni siquiera deseo esperar un día.

Me adelanto y le doy un abrazo.

-Nos vemos pronto, entonces. Suerte con tu nuevo cargo, créeme que no te envidio la responsabilidad en absoluto. Aunque sé que naciste para ello, para ser el jefe. Un gran jefe.

Le doy un beso en la mejilla y me dispongo a salir para dirigirme al bar y tomarme un trago.

King no da mucha impresión de estar animado cuando te despides. De hecho, dirías que está deprimido. El cargo le pesa mucho, realmente, pero claro, los Señores de la Sombra como él no pueden rechazar algo así cuando se lo ofrecen. Un adicto siempre se chuta, aunque le cueste la vida.

Te tomas una cerveza en el bar del club, donde puedes saludar a un par de hermanos y a algunos Parientes. ¿No es genial que estén tan cerca unos de otros? Moteros Garou, mecánicos humanos, camareros sin nada que ver con la Nación, pero simpatizantes gracias a los Wyld Ones...Es un bonito proyecto esta banda.

Llegas a la iglesia de Bend algo más tarde. Tiene el techo recién reparado y jurarías que ese órgano es nuevo. ¿Alguien ha recibido dinero? En fin, da igual el templo, lo que importa es la fe.

Es hora de entrar en comunión con tu abuelo, al fin y al cabo, estás sola.

Dejo el bar, y me aproximo a la Iglesia. Me arrodillo y hago la señal de la cruz, no es que sea católica pero sí lo fui de niña y me quedaron los hábitos. Ahora identifico a Dios con Gaia, o a Gaia con dios, algo de eso. Busco un banco y tomo asiento. Respiro hondo, cierro mis ojos y apoyo mi espalda en el respaldo con tranquilidad. De a poco voy respirando haciendo que mi ser entre en comunión con mis recuerdos.

Lo veo en mi cabeza: el sol filtrándose entre las hojas verdes de una tarde de verano. Yo corriendo tras él, su rostro apacible y comprensivo, ese rostro que me anima todos los días de mi vida. Es mi padre, bueno, no lo es, es mi abuelo pero ha tomado el rol de padre desde que "papá" se fue de viaje.

-Mi mariposa -me dice y subo en sus brazos mientras me gira en el aire. Extiendo mis brazos y los abro, estoy volando.

Mis ojos se abren, el recuerdo es nítido, creo que es hora.

***

-Abuelo? -pregunto y espero su respuesta. Siento en el aire, o en mi mente al menos, su colonia cítrica y el olor dulce a tabaco de pipa.

- Mi mariposa - dice una voz conocida en el banco que tienes detrás.

Es una cosa a la que es muy difícil acostumbrarse. Los Garou muertos residen en los reinos espirituales de la Umbra y, en ciertas circunstancias, como la llamada de un ser querido, pueden manifestarse de nuevo en el reino físico. Nadie con quien hayas hablado del tema, ni siquiera Eddie, sabe decir si es una aparición, un eco del propio ser del Hombre Lobo o es una proyección del alma. Si fuera lo segundo, ¿Podría destruirse a un Ancestro atacándole cuando está en la tierra?

- ¿Cómo está tu madre? - pregunta el fantasma de tu abuelo

-Abuelo!

Hace aparición y su presencia me reconforta. Siempre lo ha hecho y es grandioso saber que sigue existiendo aunque sea en la Umbra. Sin embargo, siempre he tenido un poco de temor de que un espíritu, cuando sale a presentarse, sea factible de lastimar. Es mi abuelo y no quiero que nada malo le suceda, así que no lo retendré mucho tiempo.

-Mamá está mejor, ha conseguido nuevo novio.

Me río con ganas.

-Tiene más suerte que yo con eso -mis ojos lo buscan, siempre tiene una lección para darme -no empieces con eso de que ningún hombre es suficiente para tu mariposa, abuelo. Yo creo que es que tengo mal carácter.

Estiro mi mano derecha pero no voy a tocarlo, sé que traspasaría el aire solamente.

-Te extraño, abuelo, me siento muy sola aunque ahora tenga manada propia.

- ¿Mal carácter? - pregunta Beto -. No, pequeña. Nuestro Lobo es diferente al del resto; la gente no lo siente, ni se siente amenazada por él. Si me lo permites, seguiré pensando que no has encontrado aún un hombre que te merezca

Se ríe por lo bajo mientras saca su pipa del bolsillo y rebusca a la caza de algo con que encenderlo.

- Créeme, mariposa, he charlado con muchos héroes desde que pasé al Otro Lado y ni siquiera aquí he conocido a nadie que quiera que te invite a cenar

Te guiña un ojo, cariñoso. ¿Es posible que tu abuelo, tan dulce y bonachón, se haya sentado a jugar al ajedrez con los monstruos de la política de antaño? ¿Que haya bebido con los guerreros más feroces? ¿Conversado con los sabios más reputados de la Nación? Y aún así ninguno de ellos es pasable para su mariposa.

- Me alegro por tu madre - sentencia -. Aunque no tiene mucha suerte con los hombres que le tocan. Esperemos que le vaya mejor - por fin encuentra una cerilla con la que encenderse la pipa, y volutas de humo espiritual que huele a flores, a miel, a río y a bosque ascienden por la iglesia -. Tendrás manada, mi niña, muy pronto, pero de momento no estás atada a un juramento; se me ha hecho saber que dentro de una tendrás por fin un espíritu patrón y unos Garou a los que llamar hermanos. Es muy hermoso que pienses en tu gente como tu manada, y debes seguir pensando en ellos así, pero no os une el vínculo sagrado. Pronto lo conocerás

No puedo evitar sentir un alivio en el pecho y mucha alegría cuando mi abuelo me habla así, reconfortándome. El que haya hablado con gente poderosa de antaño, quizás políticos, militares, vaya a saber quiénes y aún así, teniendo a ese mundo tanto más amplio de detrás del velo, no ha aprobado a nadie para ser mi pareja. La fe que deposita en mí, la mujer que él ve, es la que quiero ser algún día, la que trato de mantener a flote cuando tengo ganas de gritar porque todavía me siento sola, en un sentido más amplio que un hombre o algo así; ella es mi luz en la oscuridad.

"Es que no tengo manada todavía, como me lo ha hecho saber. No he hecho ese paso final y me sentiré mejor cuando lo haga. Está bien que trate a mis compañeros como manada: que vele por ellos, que me preocupe por ellos, aunque no lo sean. Pronto vendrá ese día. Eso me da ánimos. Saber que pertenezco a algo que no sea la ruta y el bosque. Aunque amo el bosque, no podría ser de otro modo. "

-Me han dado una misión. Va a haber una reunión importante pronto y Eddie me ha entregado unos papeles que tengo que dar a Jeremiah. Parece que será algo importante.-

El olor de su pipa es a bosque, a miel y a recuerdos; a memoria y libertad.

-Quería saludarte hoy, abuelo. Mi alma saludando la tuya. Necesitaba verte una vez más por si las cosas se complican. O, simplemente, porque eres mi cable a tierra, por paradójico que suene eso. Te, te amo. Estaré bien...

"Algún día mi vacío se llenará. Seré el gusano que transmuta en esa mariposa que tú conoces mejor que yo. "
 

Beto se recuesta, escuchándote mientras fuma tranquilamente. Siempre es así. Siempre te deja hablar y contarle tus cosas, y luego te da sus consejos o, simplemente, te anima. Nunca deja de velar por tí. Incluso cuando recorres una carretera desierta, tienes la certeza de que no estás sola. Sonríe cuando hablas de tu misión.

- Permanece alerta, mariposa - dice soltando humo -. La manada de Jeremiah Dankworth está algo perdida, dicen por aquí. Puede que tú seas el tornillo que les falta para volver a ser lo que eran

Pero ellos son nómadas. Si te unieras a su manada, eso serías tú también. ¿Podrías dejar atrás el club de Bend para cumplir tu destino? La carretera te llama, si, pero ya son unos cuantos años en este Clan.

- Claro que estarás bien - afirma tu abuelo -. Nuestra familia tiene la sangre del lobo. Has nacido para esta vida; eres valiente, inteligente y tienes buen corazón, mi mariposa, eres el orgullo de tus antepasados

Lo que me dice el abuelo de ser el tornillo que falta, ser la pieza que haga que encaje todo en una forma de decir, alegra mi espíritu. Sin embargo, sé que su tribu es una nómada. No comprendo si ese sería mi lugar en verdad. Pero sí tengo algo claro:

-Gaia me guiará como hasta ahora, lo ha hecho mediante tu intervención y a través de la casualidad, o... mejor dicho, la causalidad. Lo sé abuelo, que en la vida nos encontramos encrucijadas y que en mis venas corre la sangre del lobo. Calculo que en los momentos cruciales dejaré que esa sangre me oriente. Ella me dirá si soy nómada o no. Además, no voy a negarlo, me gusta la libertad. La carretera me ha llamado desde pequeña, quizás era un indicio de que yo era una chica solitaria. Tal vez una tribu nómada, sin un lugar fijo, sea justo lo que necesito.-

Me acomodé en el asiento. Jugué con el collar que llevaba entre mis dedos morenos. Luego miré a mi amado abuelo.

"Odio cuando me tengo que despedir, pero él tiene sus asuntos. Y yo debo seguir adelante.  "

-Abuelo, yo creo que ya esta mariposa debe volar. Y, como siempre, me he recargado al estar con tu presencia. Necesitaba verte, sobre todo antes de dar este paso. Creo que pronto tendré manada, tribu y todo eso. Por eso necesitaba verte, eres mi faro en la tormenta. Siempre estas aquí  -señalé mi cabeza -y aquí - toqué mi corazón.

"Tu eres mi fuerza.  "

En mis ojos se leía que ya podía partir, no quería abusar de su presencia. Poseía este fantástico don de poder hablar con él pero no debía usarlo a la ligera. Solo lo contactaba cuando realmente lo necesitaba.

"Ve en paz, abuelo, nos veremos pronto.  "
 

Tu abuelo te sonríe con infinito cariño.

- Haz lo que te diga el corazón, mariposa - dice -. En nuestra familia, el corazón es el músculo más importante

Termina de fumar y repliega el aparataje de la pipa. Acto seguido, se quita un momento las gafas y empieza a limpiarlas con un pañuelo de tela. Quizá incluso como fantasma tenga que mantenerlas bien transparentes, o puede que simplemente sea una vieja manía que no puede quitarse ni muerto, literalmente.

- Siempre estaré contigo, mi mariposa; tú eres en verdad el faro, lo que siempre buscan mis ojos cuando miro este mundo que dejé

Se sienta, cabizbajo y sonriente, como si se fuera a echar la siesta, y, al momento siguiente, no está. Como si se lo hubiera tragado el banco de la iglesia. Como si nunca hubiera estado aquí. Pero sí ha estado, desde luego que sí, aún huele a su pipa.

Desaparece, pero permanece ese olor a pipa que me recuerda que sí estuvo, aquí conmigo. Me levanto del banco de la iglesia, teniendo en mi mente sus palabras. Saber que soy el faro suyo, que me vigila y cuida, desde el otro lado del velo, es un gran apoyo, para mí.

-Es hora de partir, abuelo. ¿Y para qué te limpias las gafas si como espíritu puedes ver lo más bien? Jajaaj, te quiero  -, le respondo al vacío del recinto y salgo despacio hasta encontrar a mi niña, mi moto.

"Vale, tengo un trabajo que hacer. Vamos a ello. "

Me coloco el casco, hago donar los motores y enfilo hacia la carretera. Tengo que hacer entrega de lo que Eddie me pidió. El viento mueve mi cabello azabache y me siento bien. 

Protegida.