Partida Rol por web

"Los bichos pueden oler nuestra rabia" pensé y casi estuve a punto de levantar uno de mis brazos para ver si me había puesto desodorante. "Belén, eres una idiota. Tengo que aprender de esto, abuelo. Todavía no lo manejo. No que no quiero, no me rezongues. No es fácil... sí, sí. Una mierda que está dentro mío que es lo que soy, que soy buena en lo que soy. Tú siempre ves las cosas de una forma simple y positiva."

Eres nuestra theurge, ¿si caminamos de lado podrías guiarnos hasta el lago en caso que las cosas salieran mal? -

La charla con mi abuelo se vio interrumpida por la pregunta del Garou que me trajo de nuevo a la realidad de los vivos.

-Sí -contesté demasiado rápido tal vez. -Digo, soy nueva en eso también. No que nunca lo haya hecho - "mierda tampoco es que me pregunte si he tenido sexo, que forma estúpida de contestar. Umbra virgen casi suena bien pero sí he ido a la umbra un poco... la pregunta es, ¿puedo hacerlo bien?" -tengo talento. Mi abuelo me lo decía, puedo intentarlo. De verdad puedo. Sé que no parezco la gran cosa, pero soy buena.

Era buena en eso, o al menos en mi sangre corría esa especialidad y por algo era lo que era. La naturaleza me hizo Theurge porque podía entrar en la Umbra con más facilidad así como hablar con el abuelo. Tenía que creer en mí.

El paso a la Penumbra os resulta muy sencillo. Estáis en una zona rural, después de todo. No completamente salvaje, no, pero aún así, mucho menos dominada por la Tejedora que otros lugares por los que los Wyld Ones soléis correr. Quizás os sea tan sencillo precisamente porque os habéis acostumbrado a cruzar un velo mucho más sólido, como quien corre con sacos de arena. En fin, tanto da. La luna riela aquí más que en el mundo físico, y lanza destellos de plata por entre las ramas y las hojas, como un sol de plata. No queda mucho para que empiece a clarear, pero en la Umbra nunca se hace de día. El astro rey es Selene.

En cuanto dais un paso, una sensación lóbrega os atenaza. No sabríais decir qué es exactamente, pero viene de la arboleda hacia la que os dirigís. Es...anticipación ante algo peligroso. La misma emoción primaria que llega a todos los animales cuando ven acercarse nubes de tormenta. Una tempestad que amenaza con caer sobre este lugar y arrasarlo todo, un instinto ominoso, el lobo que lleváis dentro, se revuelve. Peligro. Peligro. Más adelante hay un peligro indescriptible, esquivo y fantasmal, pero que hace saltar vuestros sentidos más primitivos.

Pero en el claro más allá de los árboles no hay nada. Sólo silencio. Ningún espíritu que canturree ni se mueva. Lo suyo serían pequeños insectos y aves nocturnas, murciélagos aleteando más allá de vuestra vista, pues la Penumbra está tan viva como el mundo que refleja...o que se refleja en ella, da lo mismo. Pero no, la sensación de estar bajo unas nubes negras de un cielo encapotado es persistente, y si acaso se acrecienta más conforme os metéis en la maleza.

Algo se alza en el centro del claro. No algo vivo, sino un poste labrado de madera pintada. Un tótem indio o al estilo de los indios americanos. 

El tótem representa a un espíritu ave muy común en todos los cuentos de los nativos americanos: el Pájaro de Trueno. Dirías que la ominosa sensación de estar bajo un cielo cubierto por nubes negras proviene del centro del claro, del propio poste, de hecho...

¿Bingo? ¿Quién es bingo? me pregunto con extrañeza mientras veo como Scott que, tras tomar y seguir el rastro que había logrado captar también, ahora parecía realmente haber descubierto al dueño de quien exudara aquel aroma a sangre que rastreamos. Pero estoy tan tensa, que por unos segundos he pensando que le conocía y que ese era su nombre ¡Que tonta! pienso, sin dejar que se me note mucho la cara de haber descubierto que a veces puedo ser un poco boba.

- Si, claro –respondo sorprendida, disimulando y siguiendo el índice del theurge que señala la posición del sujeto al otro lado de la umbra. Eso me hace recordar cómo es que llegamos hasta aquí –solo mi mente puede distraerse de este modo a veces- Me centro otra vez en el rescate, siento otra vez el enojo crecer cuando recuerdo que estamos hablando de una metis y de su destino. Y que ese sujeto tiene algo que ver al respecto…

- Entonces no esperemos más… –mi rostro revela un gesto de extrañeza a causa de la elección de armas de mi hermano de manada. [i] ¿por qué no usar sus garras? [/b] Admito que tiene trucos realmente sorprendentes… todavía no olvido lo de la moto estrellándose contra nuestros enemigos.

- No te prometo quedarme quieta mucho tiempo… pero sí que voy a ser silenciosa y sobretodo trataré de ver si después de todo no está solo y lo han puesto de cebo al muy monigote –observo como introduce las balas dentro de la recámara del arma con verdadera destreza y mucha satisfacción en el rostro. Asiento cuando el me pregunta por última vez si me muestro de acuerdo con sus planes- Después de ti entonces… –también tomo mi forma glabro y me preparo para caminar de lado cuando sea el momento oportuno, justo.

Entramos en la Umbra, en esa parte que oculta el velo. Me siento entusiasmada aunque sé que es algo peligroso, siempre lo es... no debo ni puedo olvidarlo. La luna es más potente en este mundo, su brillo intenso ilumina parte del bosque de una forma mágica. Sigo caminando pero entonces una sensación oscura me aprieta el pecho.

-¿Lo sentís? -pregunto a mis compañeros mientras me pongo en alerta. "Algo no está bien, una cosa que se siente amenazadora". Una señal de mi cuerpo me grita "Peligro" y recorre todo mi ser, sobre todo la parte animal. Veo al tótem del tipo indígena.

Mi ceño se frunce cuando poso la vista en dicho objeto. 

"Es como cuando tienes nubes de tormenta encima, solo que todavía no se ven... el aire está cargado, y ese objeto no me gusta nada".

Intento identificar el mismo, a ver si puedo comprender algo más mientras me acero un poco. De todos modos sigo siempre cerca de mis compañeros, puedo ser una mujer brava pero sé cuando debe primar la cautela. Y este es uno de esos momentos.

-¿Habéis visto este tótem antes?

Tu armonía con el lobo que llevas dentro no es aún perfecta, y eso lo notas ahora, que debes seguir tu instinto, no tu cabeza ni tu corazón. Sabes que la sensación de tormenta inminente se debe a algo espiritual, algo...encerrado, confinado que podría soltarse y estallaría la tempestad, algo que está cerca...

En cuanto al tótem, recuerdas haber oído en algún lugar que las aves eran muy importantes para los nativos americanos. Representaban el poder de los cielos, de los astros y de las fuerzas celestiales. En concreto había un dios llamado Ave de Trueno o algo por el estilo que era el portador de las tormentas.

De nuevo, el paso de la Penumbra al Reino Físico resulta más sencillo de lo habitual. Los muros de hormigón de los callejones no responden tan bien a vuestra presencia espiritual como el campo, claro. Pero ¿tanta diferencia hay? Estáis en un campamento, en un camino de tierra domada. ¿Cómo de fácil será cruzar en mitad de un bosque salvaje, entonces? Hay mucho que os perdéis a cambio de lo que habéis aprendido.

Pero, de nuevo, esa sensación oscura de presagio. Esas nubes negras que aparecen siempre por el rabillo del ojo pero nunca llegáis a atisbar. Hay un peligro incierto en la noche, e incluso un plan tan cuidadoso como el que estáis llevando a cabo puede salirse de madre si pasa algo inesperado...

Como lanzarse al agua, sientes que la superficie del Velo se aparta para dejarte paso. ¿Ocurrirá como en una piscina? ¿Salpicas? ¿Otros podrán notar agitarse la Penumbra cuando alguien se mueve? Preguntas para otra ocasión. Apenas tienes tiempo de recomponerte mientras te materializas a la espalda del tipo que vigilaba el camino. Ni siquiera te ha visto, no sabe que estás detrás. Para ser unos pirados de la supervivencia que conocen a los Garou, se ha dejado un buen agujero en la vigilancia.

¿O es de nuevo demasiado fácil?

Ves a Scott zambullirse en la Celosía y cruzar al otro lado. Inmediatamente escudriñas para ver qué hace. Se ha materializado justo detrás del tipo. Va a alucinar. ¿No está siendo todo demasiado fácil? ¿Habéis tenido suerte y ya está? La inglesita dijo que habría al menos una manada, y las manadas saben cubrir la Umbra además del reino físico. ¿Dónde están los defensores del campamento?

¿Tendrá que ver con la agitación de los alrededores? ¿Con esa tensión tenebrosa?

Cruzar la Celosía, abandonar el territorio espiritual, me causa un profundo desasosiego. Y no sólo por dejar atrás el mundo de los espíritus al que soy más a fin, sino por la creciente impresión de estar adentrándome en la boca el lobo. De otro lobo.

Aparezco a su espalda, sin que el idiota se de ni cuenta. Con mi arma apuntando a su espalda, a suficiente distancia como para que sea ridículo pensar en fallar, me permito un instante para mirar alrededor, buscar algo que no encaje en todo esto, alguna indicación de que todo esto sea menos sencillo de lo que en efecto parece.

Pero no veo una mierda.

Pst. -Atraigo la atención del tipo, simplemente chistando- Sin movimientos bruscos, colega, vamos a llevarnos bien. -Mi voz es ronca, gutural, salvaje. Dejo que me vea, si es que se gira, que se fije en mi aspecto salvaje, el brillo del arma en mi mano- ¿Puedo saber qué hace un tipo como tú en un sitio como éste? Estás un poco guarro, ¿has tenido una pelea o sacrificabas pollos en una granja?

No quiero entrar en faena, desvelar mis intenciones, hasta ver de qué va este tío. Veamos cómo se lo toma...

Pasamos a la umbra, es un hecho claro está aunque uno curioso. Acostumbrado a hacerlo en las ciudades donde normalmente lo hacemos y donde la celosía es fuerte. Hacerlo en este lugar es como si hiciera ejercicio con las pesas de un niño.

Me alegra que avancemos por la umbra, pues la idea de acercarnos a esos caballos me preocupaba a montones. Tener a una docena de esos animales desbocados no es muy sigiloso que digamos. Bueno claro que la umbra es una tierra peligrosa, prácticamente nunca salen las cosas como se esperan pero esta vez llevo una theurge. Una muy nueva en el negocio pero seguro sabrá que hacer.

Aun así, no dejo de sentir ese temor tan extraño y primario que me atenaza. ¿Tan asustado me tiene el perderme en este terreno? No es algo diferente. Es más... Las palabras de belen me reconfortan.

- Lo siento. debemos estar alerta y pendientes del lugar, si las cosas se ponen feas debemos caminar de lado de nuevo. Garantizando no hacerlo en una casa o en el establo. - Miraba a Belen, ella es nuestra guia.

De repente veo un tótem indio y belen nos pregunta por el mismo. Bien, es inquisitiva en este lado de la realidad tal como se le exige a su auspicio.

Me acerco a belen. - Oye, si puedes hablar con los espíritus del lugar para que nos den una mano sería muy bueno para la misión. -

La Umbra, ese lugar tan extraño y, al mismo tiempo, tan familiar... No una mera sombra de la realidad sino, como decía mi abuela, su reflejo, el espejismo de lo que una vez fue, de lo que será y de lo que podría haber sido. Aquel lugar tan misterioso me fascinaba sobremanera... 

Ensimismada como estaba en percibir todo a mi alrededor una vez caminamos de lado, no me di cuenta de por dónde nos guiaba Belén hasta que empecé a tener esa inquietante sensación... Curiosa, temida... Las cosas que se sentían en la Umbra eran extrañas, muy diferentes a las sensaciones del otro lado de la Celosía... 

Las voces de mis compañeros me sacan de mi abstracción mental y enseguida escucho sus preguntas. 

-Tsídii dóó ii'ni' -mi voz suena carente de emoción mientras miro fijamente ese tótem, casi hipnotizada por sus formas y su significado- "Pájaro de Trueno". Muy común en nuestras historias y relatos... Es como si... -doy un par de pasos erráticos en dirección al poste, como si me atrajera, pero enseguida me detengo, embargada por una ominosa sensación de desasosiego- Como si este sentimiento de agobio, de estar bajo un cielo de nubes negras... Viniese directamente del centro del claro... De ese tótem. 

Rápidamente rehice mi camino dando un par de pasos inconscientes hacia atrás, una vez pronuncié aquellas palabras. Como si mi misión de decir lo que sabía del tótem hubiese terminado y el resto les tocase a ellos. 

Damien dijo que si las cosas se ponían feas debíamos caminar de lado de nuevo. Además me habló de comunicarme con los espíritus para obtener ayuda. La chica explicó algo sobre el tótem, una de las cosas más importantes tenían que ver con que parecía él ser el que emanaba, o que tenía que ver directamente, con esta sensación de opresión que nos abrumaba.

-Una tormenta –digo, intentando repasar lo que he visto –el Dios Trueno, Ave de Trueno, que es el portador de las tormentas siento que está encerrado en el tótem o mana de él. La sensación que tengo es que algo espiritual, relacionado con la tormenta, está encerrado en dicho objeto. Mi armonía con el lobo en este estado es aun imperfecta. Intentaré averiguar más si es vuestro deseo.

Aguardé la respuesta de ambos mientras miraba fijamente el objeto elevado en medio del campo bajo ese cielo plateado, siendo consciente de que este mundo era tan peligroso como imprevisto.

Escucho con atención todo lo que dicen. Información importante y relevante dicho sea de paso. Así que es una representación del trueno. ¿No era ese un totem de los señores de la sombra? - Es bueno saber de donde emana esta sensación. Ojos abiertos.- Les decía, en este lugar uno no debe bajar la guardia nunca.

De repente Belén nos brinda nueva información, el concepto que tenía en un inicio se comienza a alejar. Ya veo el nacimiento de una canción.

- La verdad no soy bueno con los espíritus, no los entiendo como lo hacen los theurge. Pero siempre es bueno prestar ayuda a un espíritu. Si este esta atrapado contra su voluntad debemos ayudarlo. Claro está que no poseo manera de saber si es una trampa y en verdad este aprisionado por una buena razón. - Paraba un momento recordando que estaba hambriento.
- Lo siento Belén, pero no puedo decirte que hacer al respecto. Eres nuetra theurge seguro estás más capacitada para decidir si continuamos curosiando con el totem ese.- Luego miraba el reloj, que poco o nada me sirve de este lado. - Igual sea lo que sea que hagamos debe ser rápido, nos esperan nuestros hermanos.-

Joder, tengo la puta cabeza en otro maldito lugar y no es lo que deberia estar haciendo. 

Asi que me habeis visto, creo que esto no os lo vais a esperar ninguno de los que estan esperandonos.
Solo doy un paso atras para que la sombra me oculte un poco, solo lo suficiente como para moverme hacia el otro lado y poder pillar a uno de esos palurdos. Me da igual si son de la Nacion o si son Parientes, esta noche tenemos una mision y se va a cumplir por mis santos ovarios y si significaba dejar un par de cadaveres de palurdos endogamicos en el camino se hara.

Espero al menos que al resto le vaya mejor

El tipo suspira cuando le chistas. No lo ves, pero estás seguro de que cierra los ojos. Se vuelve para encontrarse encañonado por un hombre lobo de aspecto fiero y...sonríe. Con desprecio. Con sarcasmo. Con regodeo. No le das miedo, o lo disimula bien al menos.

- Te has suicidado, Urrah - te suelta -. No vas a salir vivo de aquí.

Alza la barbilla, desafiante. No sientes Rabia en él, no es un Garou. Pero te mira por encima del hombro y te habla como si fueras una alimaña. Está tranquilo, ¿quizás se lo esperaba? ¿O sólo es muy gilipollas?

Desde luego, no es la reacción que me esperaba. Me agrada su suspiro, similar al de quien cae en una tramoa, en el mismo instante deberse rodeado, o de oír el click de una mina bajo su bota. Es ese gesto de resignación, de derrota. Me gusta su forma de girarse, lentamente, con cuidado, consciente de la importancia vital de cada detalle, cada gesto, cuando un arma te apunta a la cabeza. Pero ¿esa sonrisa?

Desprecio, sarcasmo, como si disfrutase de la situación. Como si tuviera un as bajo la manga. Miro a nuestro alrededor nuevamente, husmeo el aire, cuidando de que no pueda aprovechar ese instante para intentar nada raro. Tengo la impresión de haber caído como un mirlo en la más vieja de las trampas.

O es lo que pretende que crea, aunque eso le convertiría en el mejor jugador de poker que me haya echado a la cara.

¡Urrah! -Me sorprende esa palabra, algo que dejo claro alzando las cejas mientras exclamo, a pesar de sonreír mostrando los desiguales dientes afilados que asoman de mi boca- Nunca me habían llamado eso, la verdad. -Replico con cierta sorna, haciendo frente a su desafiante desprecio con indiferencia- Ninguno salimos vivos de este mundo, colega, aunque quienes tienen una pipa apuntando a su jeta suelen durar un poco menos. -Pero no es mi intención amenazarlo. Bueno, sí, la amenaza está ahí, pero está claro que no se va a acojonar, no va a suplicar por su vida. La estrategia debe ser otra y, además, quien realmente tiene que ocuparse de él en caso de que se desmande es mi hermana la guerrera lunar- Venga, tío, pon un poco de tu parte, ninguno queremos convertir esto en un derramamiento de sangre, ¿vale? Ni vuestra ni de nadie... -Aparto el cañón de la pipa de la trayectoria de su cara, concediéndole un poco de cuartelillo mientras trato de que mis palabras penetren en su dura mollera y le hagan entrar en razón- Sólo quiero a la canija, ¿de acuerdo? Dime donde la tenéis y me largo con viento fresco...

Tomé aire lentamente haciendo que mi tórax se ampliase y la energía del elemento me llenara. Era una gran pregunta: ¿nos ayudaría el espíritu o sería perjudicial? ¿Por qué estaba encerrado? “Tampoco tenemos mucho tiempo para averiguar sobre estas cosas… la misión es primero.”

Volví mis ojos al artefacto.

-Déjame acercarme, sentir más de cerca su poder. Quiero intuir si es una energía mala o buena, si podría ser de ayuda. Prometo que de no tener una respuesta clara o pensar que tardaría demasiado, volveremos a lo nuestro.

Esperaba su aprobación claro pero mientras comencé a caminar hacia el tótem.

“¿Quién eres, gran Espíritu?” pregunté. Era mi primera vez en ese nivel y estaba totalmente enfocada en hacerlo bien, pero sabía que la Umbra y los seres que la pueblan podían ser bien difíciles de controlar. Tenía que intuir si este ser era algo bueno o malo.