Partida Rol por web

DÍA DEL TRABAJO CON LOS PADRES

Yujuuuu, había gritado Anastasia siempre entusiasta por hacer trabajos del instituto, y la oportunidad de ir con tu padre o con tu madre en un día de trabajo era toda una oportunidad que no podía ser desperdiciada. Un exhaustivo trabajo acerca del trabajo de vuestros padres y un día en su vida laboral... vaya lata.... si esa petarda no lo hubiera ido escampando a los cuatro vientos tú ahora tendrías un día libre para irte con tus amigas a ver a los chicos de otros cursos... pero tu madre te esperaba desde bien temprano con una sonrisa forzada lista para sacarte de la cama a la fuerza.

Te pusiste tu uniforme, lo que estaba claro era que no te ibas a perder el entrenamiento de las animadoras por el petardazo de día que te esperaba. Eran las cinco de la mañana cuando tus padres se levantaban y desayunaban un zumo con cereales y fruta.... que sanos.... Definitivamente estabas atrapada.... de ahí no había quien saliera.

Bien se aseguró tu madre que cogieras libreta y lápiz y dejaras todo lo que no tuviera que ver con el trabajo en casa. Cogisteis el coche y fuisteis hasta su centro de trabajo: LightBioLabs, un edificio de un par de plantas dedicadas a la investigación. Bajasteis al párquing y pasasteis por unos controles de seguridad en que tus padres se identificaron junto a un montón de doctores que entraban a las 06:30 de la mañana.... que palo

Ahora preparamos el experimento de hoy – Te dijo tu madre mientras iban a los vestuarios- si quieres ve a la cafetería y tómate algo – Te dió un billete de diez dólares pero tú tenías más sueño que vergüenza, tan pronto pusiste el culo en la cafetería te quedaste dormida. No te diste cuenta como todo el personal pasaba por allí a tomarse un café matutino. Te despertaste a lo que te pareció un minuto, el reloj de la cafetería marcaba las 07:00 así que no, no te habías dormido mucho rato. A tu lado, tu mochila y tu libreta.... ¿Lista para trabajar?

Tu estómago gruñía y seguías teniendo sueño, una camarera bien mona limpiaba una mesa cerca tuyo

Elsa despertó y miró alrededor para buscar un reloj, joooo que fuerte, había pasado media hora. Se apretó las coletas y llamó a la camarera.

-Señoriiiiiiiita.- dijo con voz nasal.- ¿Me traería un zumo y unas tostadas?.- dijo con sonrisa encantadora. Usando la mesa como batería se entretuvo hasta que llegara su desayuno, miró alrededor de nuevo, no entendiendo cómo había gente que se levantaba tan temprano para mezclar tonterías.

Qué aburrimiento, jo. Pero si me porto bien quizás puedo conseguir que me compren un móvil de esos nuevos. Seguro que gracias a eso y a que iba a ir con Kevin al baile la iban a nombrar la reina del baile, y luego me iré a un motel a disfrutar de mi corona con Jack, mi nuevo rollo y del que estoy tremendamente enamorada ésta semana y que tiene un aire a Nick Carter que wiiiiiii. Jo. Pero para eso debería practicar más mi rutina de Cheerleader, Jessie anda muy vaga últimamente y a engordado un kilo, ¡Será foca! ¿Cómo podía hacerle ésto a ella? Debería replantearme seriamente si echarla del grupo de las Cheerleaders, estaba como un..... Espera... ¿Y si está embarazada? Qué fuerte, ésto se lo tengo que contar a Elizabeth, Corney y Brook, seguro que no se lo dicen a nadie, son mis amigas de verdad, no como Jessie que no me ha dicho que está embarazada....

 Sí claro ¿De qué sabor el zumo cariño? ¿Mermelada o mantequilla? - Contestó con una sonrisa envidiable, tenía unos labios perfectos y brillantes y se movía con muchísima elegancia. Su voz era dulce y cantarina, muy agradable y se dirigió a la barra con las manos vacías para tras buscar el zumo y poner el pan en la tostadora pudo dedicar unos segundos de trajín para detenerse en la barra y sonreírte, ¿O había sido un espejismo? Siguió su camino y recogió un vaso, sacó las tostadas y cogió tu pedido para traértelo a la mesa y dedicarte otra sonrisa más antes de volver para atender el lavavajillas.

Un hombre extraño y un tanto sonriente se acerca, camina despacio mirándote con provocación. Es delgado y alto, su pelo muy rizado ridiculiza sus gestos. Lleva una taza grande de café humeante que sostiene a la altura del pecho. Se acerca directamente a tu mesa - Tú eres la hija de la Dra Capunta ¿Verdad? ¿Elsa? - Se acerca a la mesa y se sienta frente a ti tendiéndote una mano, sonriendo con aquellos labios finos y secos.

Soy el Dr Hauffman, bueno... no como tu madre, yo soy matemático. - No lleva bata, y lleva una chapa identificativa en la camiseta con su nombre completo - ¿No tendrías que estar haciendo un trabajo con tu madre?

Te observaba de arriba a abajo, no tenías ni idea de en qué estaba pensando pero su mirada resultaba un poco incómoda...

Elsa aceptó gustosa el desayuno y le respondió con una brillante sonrisa marca Cheerleader a la camarera. 

Un hombre con la cara demasiado vulgar para que la rubia se hubiera fijado en él andando por la calle, le llamó la atención. Miraba fijamente, claro que Elsa ya estaba acostumbrada a ése tipo de fijación, pero había lago a él que olía demasiado "friki" o "creepy". Desde luego, le recordaba al Looser de su clase, ¿Cómo se llamada? Bah... qué más da.

- Tú eres la hija de la Dra Capunta ¿Verdad? ¿Elsa? -

La rubia extendió su fina mano de forma lánguida, por si acaso no era un apretón de manos y le dedicó una de sus mejores sonrisas con la cabeza inclinada a un lado.

-Sí... - responde con una risita encantadora.- Soy Elsa Capunta, del Instituto NorthWay.

-Soy el Dr Hauffman, bueno... no como tu madre, yo soy matemático.  ¿No tendrías que estar haciendo un trabajo con tu madre?.-

Apoyó las manos en la silla, apretando los codos para hacer resaltar su firme pecho adolescente y con una sonrisa gatuna le respondió.

- Mi madre me ha dejado aquí desayunando, ahora me vendrá a buscar.- 

Cogiendo una de las coletas comienza a enredarla entre los dedos, para rizar las puntas. - Tú... ¿Trabajas con mi madre?.

Carraspea, toma un sorbo de su café y lo deja sobre la mesa frente a él para jugar con el asa. -

Sí, bueno no, nos conocimos hace tiempo en un proyecto de LightBioLabs, ahora volvemos a colaborar en el proyecto.

Recuerdo a tu madre cuando se quedó embarazada, año 1978, debes haber cumplido los diecisiete ahora ¿Verdad Elsa?

Sonríe y te observa con aquellos ojos oscuros, vidriosos y entrecerrados. Parece esperar una respuesta pero tan solo le observas bien, es mayor pero también tiene algo entrañable.-

En realidad tu madre ya está trabajando. Me ha dicho si podía decirte que bajes tan pronto como puedas, que van a empezar las pruebas y quiere que estés allí. Aunque... no sé, a mi parecer, las posibilidades de que algo salga mal cuando introduces gente en investigación son... ¡astronómicas!

Probar vacunas animales en personas va a resultar tan fructífero como vestir a un perro con un quimono

Cuando el hombre ha empezado a criticar LightBioLabs realmente se ha sumergido en sus cavilaciones, rodando con las manos y gesticulando sin demasiado sentido

Haciendo un mohín ante la falta de interés del hombre, cogió un mechón de su coleta izquierda y empezó a mirarse las puntas.

-¿Mi madre te ha dicho que vaya?. Dijo que vendría a buscarme... ¿A dónde a ido?.- preguntó rodando los ojos.- No es como si me conociera éste sitio, no sé si me entiendes ¿Sabes?.- bufó, seguro que se había quedado sin móvil.

Hizo una pequeña pausa dramática adolescente mirando fijamente al hombre con sus ojos azules.

- ¿Por qué sabes eso de mí? ¿Es que te gusta mi madre? ¡Qué asco!.- preguntó abriendo mucho los ojos y torciendo la boca. 

No, yo, nosotros, bueno, somos viejos amigos - Gerard sonrió y dió un sorbo largo al café por terminar, se levantó de la mesa y abanicó el aire - Ven, acerquémonos a un vestuario y te pondremos una bata de doctora. No puedes ir abajo solo así. Puedes... ponértela encima sin más.

Gerard sonríe con aquella cara arrugada y mientras os dirigís a los vestuarios entran dos hombretones bastante altos que no hacen ademán ni saludo alguno, y se dirigen directamente a la barra de la cafetería. Tienes alguna pregunta, pero supones que tiene razón, no se puede ir por el centro de investigación sin una bata. ¡Podrías mancharte de algo!

Caminais por un pasillo de madera, pasais de largo junto al ascensor y te hace un gesto para que esperes. Entra en un vestuario y sale con una bata blanca que te ofrece. Ten pruébatela. Es un poco bastante grande... te queda casi como una gabardina y es sumamente hortera, pero te protegerá

Del ascensor pasais por un pasillo de madera, os cruzais con un hombre cincuagenario y una adolescente rubia vestida de cheerleader que cruzan el pasillo en dirección opuesta.... ¡Vaya investigaciones hacen por aquí! Fredd ni se fija, tiene los ojos puestos en el mostrador donde una mujer muy atractiva os recibe con una encantadora sonrisa

Hola Lucy, ponnos un par de cafés antes de seguir el trabajo

  Hola Fredd, he oído que estábais toqueteando el agua o algo así, pero en el vestuario se han seguido quejando esta mañana. -Habla mientras pone un par de tazas de café bajo la máquina y en unos minutos lo teneis listo, la máquina estaba ya caliente - Tened guapos

Tú sí que eres guapa - Piropea Fredd a una chica que debe estar entre los 22 y 25. No tan jovencita como para librarse de una mirada lasciva por parte de ninguno de los dos chicos de mantenimiento, y que, mientras no sea descarada no le borrará la sonrisa que eleva y sonroja sus pómulos.

Fredd te hace ademán de sentaros en una mesa y después de mirar el reloj y comprobar la hora, casi las ocho. Te pregunta - ¿Eres nuevo en la empresa? No te habían enviado nunca antes pero no trabajas mal ¿Crees que podrás encargarte de las llaves del agua tú solo?

La cabeza me duele, los oidos aun me pintan, la boca la tengo seca y la garganta me carraspea lo que hace que mi voz suene ronca a veces.

Buff, no estoy en mi mejor momento, Y AUN SON LAS 8!!! Va a ser un dia duro.

Ciertamente es mi primer dia aqui, nunca antes habia estado, ni tan siquiera sabia donde quedaba.

Me paso la mano por la cabeza frotando mi frente, y resoplo, mientras doy un sorbo al cafe.

La verdad es que la noche fue larga Fredd, demasiado, pero creo que me puedo encargar de las llaves del agua sin problema. Tu solo dime que quieres que haga.

No saco la mirada del negro y oscuro cafe, su calor en mi rostro, su aroma en mi nariz y la cabeza baja.
Doy un sorbo largo. Parece que poco a poco vuelvo a la normalidad.

Escuchó con suspicacia y una ceja levantada al matemático pero desdeñó rápidamente sus sospechas al recomendarle una bata de doctora. Sus ojos brillaron traviesamente. ¿Una bata de doctora? Siempre había querido llevar una y jugar a la doctora y...

Emocionada con la idea, sonríe a los dos hombretones que pasan por su lado moviendo femeninamente las caderas para hacer bailar su falda de tablas y sigue a Gerard por el pasillo.

Por fin un adulto que la trata como la adulta que es y no como la niña por la que todos toman... ¡Pero si tengo diecisiete! Tendría que poder tomar todas mis decisiones. Miro a Gerard con respeto y saco una piruleta de mi mochila le ofrezco una y me meto la mía en la boca.

Lo sigo hasta los vestuarios y espero ahí distraida, sonriendo a la gente que pasa cerca hasta que él aparece con... ¿Qué es eso? ¿Me está llamando gorda? Lo miro de arriba abajo con la boca retorcida en una mueca de disgusto y en ceño fruncido. ¿Por qué no me ha traido una talla pequeña? No hay muchas mujeres por aquí pero no las veo excesivamente gordas, ¿Insinuaba que necesitaba adelgazar? Pasé mis manos por las caderas algo  asustada por si su tamaño había aumentado sin darme cuenta. Alargué la mano para cogerla y efectivamente me iba grande por todas partes, busqué en mi mochila y saqué una cinta del pelo y me la até en la cintura para estrechar la bata, arremangué las mangas hasta casi llegar al codo  para que no molestara y miré su largura. Suspiré frustada.

Ésta no era la bata sexy que me esperaba, más bien parezco una vieja profesora de matemáticas obesa, jo tia, espero no encontrarme a nadie conocido, qué depre...

La bata me queda más larga, obviamente, que el uniforme de cheerleader por lo que, al no asomar otra ropa por el doblado parece que no lleve nada debajo. Es como si no llevara nada... (juju)

Miro a Gerard algo decepcionada y haciendo un mohín me quejo.

- ¿Es que no había nada más pequeño?.- y mirando con indignación a otro lado, suponiendo una respuesta negativa, sigo.- ¿Me vas a acompañar hasta mi madre? ¿Vas a estar presente en el experimento? ¿Sabes de qué se trata?

Emm sí te acompañaré, de hecho tal vez prefieras ver el laboratorio antes de ir a la zona de ensayo. Ahora mismo la Dra Maã está un poco enfadada conmigo, así que prefiero no ir por allí.

El hombre tira de la bata re-colocándotela, casi sin tocarte y pretendiendo dejarte realmente fatal a nivel estético. Se queda unos segundos mirándote a los ojos, con aquellas arrugas de gallo al final de su mirada. Pronto carraspea y vuelve a erguirse quedándose en aquel pasillo.

¿Yo? Bueno, he estado haciendo estadísticas, mi faena empezará cuando termine la suya y los analistas me den resultados.

Estamos produciendo una vacuna contra un virus. Ahora mismo estamos probando un suero que tu propio padre sintetizó.

Yo ya les advertí que aquello era una absoluta idiotez, pero tu padre se preocupa demasiado por tener éxito y quiso hacerlo él mismo, y bueno, hoy esperamos ver algún resultado

Un hombre entra en la cafetería desde las escaleras junto al ascensor. Se apoya un momento en la pared y viene hasta una mesa. Está algo ruborizado, la camiseta un poco sudada en el pecho y las axilas y las gafas empañadas. Lleva puesta una mascarilla y se ha debido quitar la bata para desabrocharse las mangas de la camisa. Se sienta en una mesa detrás vuestro y llama a la camarera sin mirar a ningún lado en particular

Lucy, t-tr-tráeme un poco de agua mineral ha- - - hazme el f-f-avor

Fredd le mira de reojo y resopla volviendo a su taza de café. La camarera deja sus quehaceres y en menos de medio-minuto trae una botella fría al hombre dejándosela en la mesa y dedicándole una sonrisa antes de volver a sacar tazas y cucharillas del lavavajillas. El hombre intenta sonreír pero clava la cabeza en la mesa, sus manos aún les da tiempo de quitarse la mascarilla y empezar con lentas y infructuosas repeticiones a intentar abrir la botella.

-¿Dra. Ma-a?.- repitió arrugando la nariz extrañada. - ¿Eso es un apodo?.- preguntó con tono malicioso, cualquier cosa que fastidiara a sus padres siempre podía serle útil.- ¿Y por qué se enfadó mi madre contigo? ¿A ti también te grita y te manda?

-¡Eh, eh!- se quejó cuando le comenzaron a re-colocar la bata que tanto le había costado. - ¡Oye! ¿Pero qué ha...- Elsa, como de costumbre, se iba a quejar pero la mirada fija del hombre la interrumpió. Era extraño para Elsa que un hombre adulto la tratara sin tomarla como una niña o la mirara con ojos brillantes de deseo, de hecho no recordaba la última vez que alguien la mirara tan extrañamente. ¿Quién era aquél hombre? Casi como si no hubiera existido aquel momento, Gerard retomó la conversación desvaneciendo los pensamientos suspicaces de la rubia.

-Me parece bien ver el laboratorio. ¿Con quién van a probar la vacuna? ¿Qué enfermedad es ésa? ¿Cuándo empezarán los experimentos?- le dijo seriamente.- ¿Y mi padre? ¿Está con mi madre?.- escuchó atentamente los reproches de Gerard y a cada palabra Elsa sonreía más.- Te entiiiiiiiendo perfectameeeeeente... Mi padre siempre está estuuuudia muchooo, no vistaas así, Elsa no te vayaas con tus amigos por ahí, blablabla.... ¡Ya está bien papa! ¡Voy a ir a la Universidad! ¡ Tengo casi garantizada la beca por deportes! .- se quejó rodando los ojos. Cogió de un brazo a Gerard y caminó agarrada a él sonriendole con complicidad ¡Por fin alguien se daba cuenta lo estricto y pedante que era su padre!

La probarán con sujetos voluntarios por supuesto, el 90% de estas pruebas se hacen primero con animales y luego se practican en personas, si en animales han salido bien, el éxito en personas es del 78%. Camina mirando hacia adelante cuando hablas de tus padres, no sabes si te presta atención, te quita importancia, o pasa de ti mientras avanza pasando la mano a tu espalda para conducirte de vuelta a la cafetería y replicándote- Bueno, el 88% de las adolescentes están insatisfechas con sus padres, es normal que ahora pienses eso.

Al llegar a la cafetería, los dos tipos de mantenimiento beben unos cafés, y en la mesa de detrás se encuentra tu padre, parece que esté echando una cabezada sobre la mesa, y se haya quedado dormido con la izquierda sujetando una botella de agua cuyas gotas de humedad fría aún resbalan por el plástico.

Viste su bata de médico y lleva sus gafas, al cuello, bajada, lleva una mascarilla

Al llegar a la cafetería junto a Gerard, Elsa paró un momento a mirar alrededor. Junto a una botella de agua condensada descansaba su padre. Arrugó la frente extrañada, era muy raro que su padre se pusiera a dormir en una cafetería, era más del estilo "no hagas ésto", "Elsa siéntate bien", "no te duermas en clase, tienes que entrar en la universidad", etc... verlo así le produjo un gran desconcierto y regocijo. Así que al fin de cuentas, papá también era de los que se dormía en los laureles... iba a sacar un móvil nuevo sólo por eso. Con una sonrisa traviesa y un trotecillo alegre que hacía bailar sus faldas se acercó a su no-tan-perfecto padre.

-¡Paaaaaaaaaaaaaaapi!.- le llamó de manera alegre, oh, de ésta no se olvidaría.

Tu padre no solo no reacciona ni se despierta, sino que al abrazarlo o zarandearlo no hace gesto de estar consciente, está algo húmedo y tiene los ojos cerrados. ¿Se ha desmayado? Gerard que no había ido a la carrera detrás de Elsa se acerca y sujetándole la espalda al doctor le mueve al grito de - Eh oiga, eh ¿Está bien?

Los dos hombres de mantenimiento se giran unos momentos pero no muestran mayor interés.

Es Lucy quien se acerca diciendo con verdadera preocupación - ¿Se encuentra bien? Hace un momento pedía el agua