Partida Rol por web

Oh! Mira Apelnor, un cuervo!

Cuando vivia con mi padre soliamos cazarlos. Tienen poca carne y no son demasiado sabrosos, por no hablar de que a veces son indigestos...pero llenan el estómago dice con cara de pillo

Al escuchar lo que dice kiwn me giró sobresaltado y veo el cuervo postrado en mi hombro. Entonces recordé las historias de los cuervos que eran los mensajeros de la muerte y demás leyendas. Para que el miedo no se apoderara de mi decidí decir cualquier cosa para, si, así se me quitaban esos pensamientos de la cabeza:

- Puag! comer cuervos... no quiero ni pensar que gusto tendrán, seguro que son amargos...

Depende si el cuervo es de bosque o si se ha alimentado hace poco tiempo en un campo de batalla ciertamente... contesta picajosamente con una sonrisilla

Mientras converso con nuestro maestro veo como la bandada de cuervos sobrevuela el edificio, y uno de ellos revolotea hasta posarse expresamente en el hombre de nuestro compañero

-¡Maldita sea!, ¿por qué habría de aparecer un augurio como este ahora mismo? Alpenor, deberías andarte con mucho ojo durante la escolta, como bien has dicho los cuervos no presagian nada bueno, esperemos que estar alerta del peligro te permita evadirlo de una manera u otra.

Hago el símbolo tradicional de mi tierra para alejar la mala suerte, tratando de conjurar así el peligro, aunque no me abandona una sensación apenas contenida de fatalidad.

-En cuanto a esa armadura Tah Amorgos, ¿no hacia tiempo que habías encargado armaduras para los ibathanes? No consigo recordar si al final había sido acordado o no.
 

Tranquilo Apelnor, -dice Kwing mientras le doy una palmadita en la espalda para ahuyentar al cuervo- si alguna vez quieres cazar un cuervo lo mejor es atacarle desde su angulo muerto: por la espalda -termina diciendo con un guiño de complicidad.-
Ademas, el Maestro esta con nosotros; él solo podria con 20 guerreros armadops hasta los dientes!! -continua Kwing bastante entusiasmado a la par que vuelve a dar alguna estocada al aire con su espada imaginaria-.

-Gracias por la ayuda, intentare quitarme esos pensamientos de la cabeza... aunque hoy estare mas alerta de lo normal.

Con un estuendoso ruido, las grandes puertas de la academia se abren de par en par. El sonido ahuyenta a los cuervos, que salen volando todos en la misma dirección, incluido el del hombro del Ibhatan.

Entusiasmados por la adrenalina que bulle por vuestras venas, os dirigís al Barrio Alto, a unos diez minutos. Es temprano, pero hay gente por las calles, los artesanos y tenderos abren sus puestos y comienza la rutina.

En unos quince minutos llegais a vuestro destino: El Colofón Dorado, es una agradable posada de dos pisos, las paredes son de piedra pulida y la puerta está decorada con un cartelito de 'Abierto'

-Vos diréis maestro lo que debemos de hacer. Si queréis yo guardare la puerta hasta que salga la caravana, tratando de ver cualquier cosa inusual.

Buscando en todas direcciones mientras caminamos espero las órdenes de Tah Amargos.
 

Entramos Maestro? o prefieres que alguien se quede esperando en la puerta? -dice Kwing mientras intenta mirar con curiosidad por alguna de las ventanas.
Cómo será el mercader??...Alto, quizas bajito...

Kwing sigue con sus deliberaciones anteriores...
Si no podríamos hacer una defensa en rombo...o tal vez en círculo...o...
Sus pensamientos se cortan repentinamente, pues otro pensamiento le ha sacado de su concentración:
-Sabemos si hay puesta trasera??

- El Gran Maestre no me dijo si había o no puerta trasera - digo rascándome la barbilla. Odio tener tan poca información -, pero es probable que exista una entrada para los empleados. La verdad, me molesta hacer las cosas de manera tan precipitada, sin tiempo para hacer un plan, ni detalles sobre la ubicación... Pero tampoco creo que debáis preocuparos en exceso. Ashcare, quédate aquí echando un vistazo. Kiwn, ve por atrás y mira a ver si hay otras puertas o incluso ventanas que alguien pudiera utilizar para entrar y sorprendernos. Alpenor, tú acompáñame dentro.

Con una gran sonrisa por la emoción de poder tomar parte en su primera misiión, Kwing no puede contener su alegría y sale rápidamente mientras dice: Eso está hecho Maestro! Si veo algo raro silbaré fuerte, como un pájaro!*

Mientras se mueve por el lateral de la casa, Kwing domina sus emociones para centrarse en el cometido que tiene por delante. Céntrate, mantén los ojos abiertos, la boca cerrada y espera a la presa... recuerda el joven guerrero de sus años como cazador

A partir de ahora hablad solo para los destinatarios que esten con vosotros.

La casa es colindante a otras, como de adosados se trataran, por lo que no encuentras la parte de atrás de la casa.

Entrais en la lujosa, aunque pequeña, posada. En ella hay un gran mostrador y un tipo bien vestido anota algo en una libreta.

A la izquierda hay algunas mesas, en las cuales una, un hombre está comiendo con bastante afán su ración de desayuno con su mano derecha. Al lado de su silla está una gran mochila y una caja de madera, que lleva esposada por una cadena a su mano izquierda.

Mmmm...no hay puerta trasera en estos edificios. Será mejor que vuelva con el resto... De repente el joven Kiwn se detiene un momento y mira los tejados de las casas, su altura, accesibilidad de uno a otro, y tambián se fija en las ventanas del piso más alto de la posada imginando ser él un asaltante, tratando de colarse por dicha ventana desde el tejado.

La posada tiene dos pisos. Hay enredaderas algunas piedras salidas, alguien que supiese trepar no tendria mucha dificultad en alcanzar una de las ventanas.

Enredaderas y piedras donde poder sujetarse... dice para sí mismo Kiwn mientras busca una posible ventana abierta...