Partida Rol por web

Los que estáis en la esfera notáis que la parte de afuera del casco es golpeada, como si de una granizada se tratase.

El interior parece que se hace más grande, más luminoso más acogedor los jeroglíficos y relieves se iluminan y de pronto un vértigo y sensación de vació os llena el estomago la esfera cae a gran velocidad se pierde la consciencia unos segundos.

Cuando os despertáis estáis en el interior de la esfera y esta tiene las puertas abiertas, no se escucha nada ni se ve más que un rayo de luz solar que se cuela tímidamente, pero la puerta de la esfera no es muy grande y la luz no os entra en el interior de la esfera, donde estáis. Incluso quizás alguno de vosotros ha echado las papillas por la presión de la bajada.

"Oh, mierda" pienso en el momento en que aquella esfera ha comenzado a caer en lo que me han parecido miles y miles de metros, casi he rezado y todo... casi.

No he alcanzado a chillar pues la presión en la boca ha sido bastante más fuerte que el aire que entraba en mis pulmones.

"Ha parado... ha parado" pienso. 

Es entonces cunado me doy cuenta que no veo nada. Hay un nítido rayo de luz, pero no alumbra lo suficiente.

-¡Dani!-llamo a mi hijo sin preocuparme como anda el resto.

Esta todo silencioso.

Tal vez escuches algún ruido cercano, son tus compañeros.

"También estan ellos salido de su propio trance por la bajada con la esfera."

ves que cuesta aquí abajo algo más el respirar.

La esfera por dentro parece estar en perfectas condiciones y la puerta esta abierta, en efecto escuchas ruidos son tus compañeros y ves el destello debil de la luz del día.

Pero recuerdas que estabas en una zona oscura y las linternas se apagaban a ratos para no gastar pilas.

Ahora ves un rayo de luz solar.

Marcos tiene ganas de estudiar los jeroglíficos y relieves dentro del habitáculo para saber si su sensación que la cabina se ha cambiado durante la caída está fundamentada con hechos reales, pero no hay suficiente luz adentro para dedicarse a esto. Además, lo primordial es encontrar a Dani. Desde luego, sale de la cabina, y lo que ve es...

Camino hacia el lugar por donde entra ¿el sol?

-¿Chicos? ¿Eso es sol?-digo sin preocuparme en preguntar si se sienten bien.

Si yo estoy bien, no creo que ellos hayan tenido peor suerte.

Ando hacia el lugar algo indecisa.

Igual que una atracción de feria la esfera descendió vertiginosamente encogiendo el estómago de Dante que esperaba una bajada mucho mas pausada, como correspondería a un antiguo sistema de polipastos. Quizás fuese el brusco movimiento o quizás los destellos de los jeroglíficos, pero tuvo la sensación alucinatoria de que la cabina se ampliaba. 

Su mente intentaba racionalizar todas estas impresiones que al final la desbordaron pues perdió la consciencia durante unos instantes. Un poco desorientado el arqueólogo abrió los ojos, para entornarlos inmediatamente pues una luz aparentemente solar bañaba el exterior de la cúpula ahora abierta.

Debe ser algún tipo de iluminación artificial, pensó Thunderer todavia recomponiéndose del viaje.

Seguidamente salió al exterior colocándose la mano en la frente a modo de visera y echó un vistazo al entorno.

Marcos, eva y Dani salen de la cabina, el aire del lugar parece más denso, como si su carga de oxigeno en el recinto fuera menor, también se notan menos pesado, más ligero podrían en lugar de caminar dar largas zancadas con el mismo esfuerzo.

Pero la sorpresa es mayor, pues al salir ven que no se encuentran en la pirámide, se encuentran en el interior de un templo este es grandioso esta apoyado por columnas con formas faraonicas, en el centro de este se encuentran las esferas, carece de enseres y tiene pocos dibujos, a unos 400 metros hay unas enormes puertas de 3, quizás 4 metros de alto y ancho que dan al exterior y es por donde secuela la luz que os llega.

También a destacar es que se ve los mismos escarabajos pero parece que están todos muertos, si se fija uno en ellos tal vez pueda encontrar alguno de estos aún con vida pero no es lo normal.

A la hora de hablar la voz os suena más metálica, más aguda y pesada.

El silencio se rompe por vuestros pasos y voces.

Parece que la gama de colores de esta  luz es distinta, pues  para vuestros ojos parece no tener color.

“Pero qué rayos es esto!” exclama Marcos viendo donde han parado. Es imaginable que debajo de la pirámide haya un templo? Pero en este caso, sería un templo subterráneo y no habría puerta dando al exterior.

“No tengo ni idea”, contesta a Eva. “Pero si es el sol, debe ser un sol diferente...” Le recorre un escalofría la espina.

Sorprendido, al caminar unos pocos pasos cautelosos en el recinto, el profesor se da cuenta que le costa menos esfuerzo moverse.

Aunque hay pocos dibujos en las columnas, Marcos se acerca a ellos esperando que pueda descifrarlos para brindarles alguien índice acerca de este lugar insólito.  

Mientras bajaba no pude evitar queda iba a morir, no imaginaba que un mecanismo tan antiguo funcionase bien, sensación que se incrementó debido a la velocidad inicial que tomé. Una vez abajo respiré aliviado y salí con rapidez por si aquello que había sonado como arena callendo era el preludio de algo más grande que aplastase la esfera. Ya están todos fuera y lo que veo me sorprende, no parece una construcción lógica y la veo carente de sentido ¿un templo en mitad de una pirámide? ¿Y con una altura tan grande? Observó que todos estamos bien, y me dirijo hacia las grandes puertas. 

-Veamos si Dani ha ido en esta dirección. Las puertas son muy grandes y supongo que pesadas, si están cerradas dudo que halla ido por allí. 

Algo no iba bien, no iba bien en absoluto. Su mente científica se había autoconvencido de que la percepción alterada de las dimensiones de espacio y tiempo eran producto del vértigo y de la iluminación de la esfera. Pero no tenía una respuesta lógica para lo que sus ojos contemplaban: Un templo debajo de la pirámide sustentada por enormes columnas y a una buena distancia unas amplias puertas que parecían dar al exterior, todo ello bañado en una luz acromática, fantasmagórica en el mejor de los casos.

Unido a esto está la sensación liviana de movimiento, diríase de flotar al caminar. Teniendo en cuenta esto último y que parecen estar dentro de un monitor monocromo Dante no pude evitar bromear retrocediendo en el tiempo a aquel mágico instante en que Neil Armstrong pisó la luna:

-Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad, reproduce con una voz que le resulta ajena por la diferente vibración de las cuerdas vocales sin duda producida por algún tipo de gas como el Helio.

Esta chanza consigue apenas mantener el fino hilo del que pende la cordura del arqueólogo, pues tal abrumadora cantidad de desafíos a la física y a la realidad tal y cómo la conocían amenaza con derrumbar su psique.

Hongos, esporas de hongos. De algún tipo alucinógeno, como los que usaban las tribus amazónicas... empieza a considerar, en un nuevo intento de salvaguardar su salud mental.

Sin embargo y como si quisiese mortificarse refutando sus propias hipótesis avanza ineludiblemente hacía el exterior que se vislumbra bajo los majestuosos dinteles tallados en piedra.

El templo no es gran cosa parece abandonado hace mucho tiempo, solo hay escombros y bichos muertos, se sale sin problemas, las puertas son muy altas y anchas.

Desde el marco de la puerta se ve un campo desértico, pero no del tipo arenoso, este desierto es de piedras y rocas.

Si se ve algunas huellas que parece humana, junto a otras que no lo parece tanto.

Es todo un poco confuso, todavía.   

Mientras que Dante ya se adelanta para salir del templo, Marcos dice en voz alta, audible para todos, incluso para el arqueólogo intrépido: “Estamos en un lugar llamado Kent y estamos en uno de los tres templos destinados a los viajeros. Aquí la escritura no es egipcia, puede que sea un idioma más antiguo de estirpe afroasiático. Viajeros...”, repite. “No puedo interpretar más de los dibujos y signos aquí.”

Se vuelve hacia la salida y saliendo ve el mismo panorama que se descubre delante de Dante. “Viajeros!” exclama. “¿Estoy alucinando? No estamos en el mismo entorno que el de la pirámide. Viajeros...”

El exterior del templo.

Tengo calor, estoy sudada y el polvo se me pega a la cara y al pelo, y éste a la cara sudada.

"Dios qué asco" pienso mientras me paso una mano por la frente.

Parece que estamos en una sala en la que hasta nuestros pasos suenan extraños. Nunca había oído de algo similar y mis compañeros parece que tampoco pues están todos bastante sorprendidos.

Luego, salimos a... ¿un desierto?-Pero ¿qué coño...-logro articular mientras pongo mi mano a modo de visera-. ¿Eso son huellas?-pregunto algo deshubicada y con mucho calor, ya en la calle, pero también hace un calor pegajoso.

Nuestros aventureros descubren al salir de las esferas que ya no están en la pirámide, estan en un viejo templo que lo usaban antiguamente los viajeros, los escritos son muy antiguos casi más que el egipcio.

Esta todo en ruinas y las huellas de Dani os conducen al exterior, en esa parte de “donde esteis” parece desértico.

Las huellas de Dani son interrumpidas por otras más extrañas, todas las pisadas  se pierden en el horizonte;

parece que vuestro cuerpo pesa menos, y se respira con problemas.

Por otra parte se ve que el colgante llave que os ha traído activando la esfera brilla, es como si estuviese vivo y os protegiera de este tipo de Luz y sus radiaciones, tal vez incluso os proteja de los microorganismos del lugar. Por lo que si no se llevase el llavero vuestro cuerpo se vería deteriorado con el tiempo.

De hecho si se explora la esfera de Dani este no ha cogido el colgante, por lo que camina perdido en el lugar sin protección.