Marcos se pone al lado de Eva e igual que ella se vuelve para mirar a sus demás compañeros. “Dante, Masud… ¿estáis con nosotros? Nos acompañáis?”
Marcos y Eva deciden bajar al poblado, con la intención de reponer alimentos y saber sobre Dani, preguntan al resto de los compañeros...
Cerca de las casas estan los campos esos seres estan trabajando en ellos con los animales, no os verán hasta estar cerca de ellos.
-Estoy con vosotros. No ganamos nada quedándonos aquí. Parece una civilización algo arcaica y sin tecnología. Puede que estén menos evolucionados que nosotros. Esperemos que tengan un idioma parecido al nuestro para podernos comunicar. Es indudable que Dani estuvo aqui.
Maravilloso. Encontrarnos a una civilización, poder estudiarla un poco y aprender de ellos me dará para un libro entero. Ojalá y no nos consideren enemigos o invasores, pues sería terrible para nosotros. Cuando salga de aquí tendré el prestigio que merezco
Todos están de acuerdo con Dante respecto a la idea de acercarse al poblado así que se aproximan despacio dejándose ver y sin ningún tipo de objeto en las manos que pueda considerarse un arma.
Una ventaja es que conocen ya al muchacho y por tanto saben que a priori no somos una raza hostil. Se acerca a Eva y le dice : - No te preocupes, esta gente tiene pinta de ser pacífica, Dani está bien, estoy seguro, anima a la mujer y dándose cuenta de que ha puesto una mano sobre su hombro en gesto de consolar, se siente un poco ruborizado esperando la reprimenda.
Cuando se llega a la altura de la primera casa y al primer campo; se ve un “nativo” trabajando,(este mira unos puntos en el horizonte acercándose hacía él), mira hacía vosotros; pero no parece nada interesado en vuestra persona se lame la muñeca y luego se frota la cara como un gato, y vuelve a su trabajo con el animal, este animal impresiona su tamaño y aspecto entre un buey y un elefante.
Marcos queda estupefacto por el comportamiento desinteresado del hombre-felino. ¿Como pueden mantener la vida con una tal actitud indiferente? Ni siquiera es pensable que Dani les habría llamado la atención, y que habrían pensado en llevárselo.
Opina: “Creo que es mejor que continuemos hasta encontrar a alguien quien se interesa por nuestra presencia. Al momento estoy pensando en una sociedad de clases, algo como las abejas trabajadores y las abejas reinas. Bueno, más o menos. Sigamos hasta dar con las abejas reinas.”
-Gracias-le digo al señor Thunderer apretado ligeramente su mano, el suficiente tiempo como para que sea un gesto amable y lo suficientemente corto para que no se malinterprete. Luego la suelto y espero a que sea él el que aparte su mano de mi hombro.
Miro hacia el lugar donde están esos hombres-felinos.
-No parecen nerviosos frente a nuestra presencia. Estoy con usted, señor Moncztezuma. Avancemos-digo ansiosa por ver los grandes hallazgos que esa nueva civilización pueda darnos.
Más hacía adelante (casi al final de la aldea) hay algo que cambia en el paisaje, es un grupo de enormes carros, tanto que se necesita 6 animales para tirar de ellos, parece que están destinados a ser cargados y llevados a algún lugar.
La cosa no termina ahí, pues a unos metros hay otros carros más pequeños estos contienen enormes paquetes embalados, son ropa víveres, aceites, herramientas de campo de repuesto.
Hay dos de estos seres dedicados a descargar los bultos y un aldeano dando una bolsa de monedas, NO, no son monedas, son los esqueletos (conchas) de los escarabajos a más antiguas más se aprecia su valor.
Marcos se dirige al grupo, poniendo la mirada en el aldeano manejando las conchas y esperando que la aparición de su grupo provoque alguna reacción en él, porque parece estar sobre un peldaño de la jerarquía de esta sociedad más alto que el en que están los trabajadores, cargando aquí los carros.
Cuando Marcos se acerca, el grupo deja sus quehaceres, y el aldeano de la saca te mira, te das cuenta que hablan entre ellos con bufidos y maullidos entrecortados y repetitivos.
Marcos se sienta incluso algo aliviado que al final alguien se está dando cuenta de su presencia. Parece que se han topado con alguien más alto en la jerarquía social del pueblo. Levanta las manos, palmas abiertas, en señal de acercarse sin armas (pensando al mismo tiempo cuán baja es la probabilidad que esos seres entiendan esta señal de acercamiento pacífico de su propia cultura) y dice, ya sabiendo que ellos comprenderán tan poco de su lengua que él de la suya: “Hola, venimos en paz. Buscamos a un chico que se ha extraviado. Es de los nuestros. Pueden llevarme al jefe de su pueblo?” Pone mucho cuidado en modular una voz agradable, suave, sin asperezas.
Por cierto, ni siquiera ha hecho falta decir lo último. Habrán reconocido, si ya vieron a Dani, el parentesco físico entre él y ellos, la pertenencia a la misma especie.
Mientras nos acercamos a este aldeano, saco mi cuaderno y hago un dibujo rápido de Dani, puesto que parece que no nos vamos a poder comunicar todo lo bien que desearía. Según nos vamos acercando, se lo muestro a esta especie de animal, señalandolo con el dedo para hacerle ver que lo estamos buscando.
Estos seres no parecen comprender vuestro idioma, pero por sus expresiones no están muy cómodos el permanecer cerca de vosotros, Cuando se le enseña el retrato de Dani, se quedan admirados ya no por el dibujo sino por haber sido capaces de hacer ese dibujo, luego os señala la imagen del papel y un camino hacía arriba, hacía el norte.
También se quedan tocando la textura del papel y viendo el instrumento con el que se ha dibujado, se os quedan mirando a continuación los ropajes y calzado.
“Aparentemente, muy tecnológicamente avanzados no son. Pero creo que no podemos prescindir del papel y del lápiz, no es el tiempo para hacer regalos. Entonces, vamos en la dirección que nos han señalado, ¿no?” Marcos ya se vuelve hacia la dirección, pero no quiere hacer decisiones a solas.
-Cuanto menos tiempo perdamos mejor, dice Dante haciendo una reverencia al aldeano de la casta en señal de agradecimiento, señal que posiblemente no entendera.
-Vamos!
la casta, como dice Pablete
De entrada no parecen hostiles, veremos si nos dejan marcharnos aunque es una pena que no podamos entendernos para que nos cuenten los recovecos de su cultura. Aún así, hemos descubierto una nueva civilización. Hago un gesto leve de cabeza en señal de agradecimiento teniendo la sensación de que si me muevo bruscamente podrían malinterpretar nuestras intenciones.
-Sigamos por donde dicen-digo decidida tomando la cabeza dela comitiva y mirando todo a mi alrededor como un niño pequeño cuando va al parque de atracciones.
Marcos se da cuenta de la precariedad de la aldea que se quedan mirando el papel y lápiz, prefiere continuar el camino.
Dante intenta ser respetuoso en los gestos con los aldeanos y continuar el camino.
Eva se da cuenta de la importancia de haber contactado con otros seres no hostiles y lo que puede significar todo eso, se queda mirando todo como un niño por primera vez, la humanidad actual es la primera vez que entra en contacto con otra especie.
El camino es largo, las huellas de Dani no se aprecian, solo la de los carros pesados, carros que con el tiempo han creado un camino.
Cuando la tarde esta cayendo estáis exhaustos, os falta víveres y las cantimploras están vacías.
Cuando ante vosotros aparecen en el horizonte campos fértiles, praderas y colinas llenas de hiervas de hojas de color tabaco.
Hay una especie de vacas con cabeza de osos hormigueros y alas con forma de avispas. Son más grandes que un toro bravo.
Están pastando tranquilamente. El cielo esta cubierto por rojizas nubes y hay charcos de agua limpia y fresca de sabor mentolado.
Y al fondo de todo se ve una especie de pirámide enorme, su cima esta cubierta por más nubes.
Se puede acampar o llegar de madrugada al lugar.
VISTO HASTA LA FECHA:
MONTAÑAS (TRIANGULO).
DESIERTO (ESTRELA)
TEMPLO (ROMBO)
ALDEA (CIRCULO)
CAMPO FERTIL
GRAN PIRAMIDE (TRIANGULO PEQUEÑO DE ABAJO)
Ahora Marcos no puede más contra el hambre. En la aldea con sus muchas plantas en forma de plátano había suprimido su apetito violento para no pasar como un ladrón ante los aldeanos, pero aquí, lejos de su vista, no se impone más restricciones y se adentra un poco en los campos a lo largo del camino para pillar de las plantas cultivadas. Intenta masticarlas con la esperanza de no morir por envenenamiento, qué serán comestibles.
Además, la sed torturándole, llena su cantimplora con el agua sorprendentemente limpia de los charcos y bebe hasta estar saciado, luego llena otra vez la cantimplora.
Mira maravillado la especie de vacas que hay por aquí y se pregunta si, con sus alas, también se pueden echar al vuelo.
“El camino es directo, y va a la pirámide. Aunque ya tenemos mala experiencia con lo que las pirámides pueden traernos de sorpresas desagradables, creo que no hay más remedio que seguir nuestro camino, y entrar en esta pirámide si hace falta hacerlo."
El contacto entre ambas culturas y especies es tan fascinante que olvidan sus necesidades primarias de sustento, en parte también a la prudencia al encontrarse ante extraños.
Más adelante sacian su sed y hambre, encabezando la pitanza Marcos, que engulle sin pudor alguno los frutos de los cultivos.
Al observar la pirámide que se alza majestuosa dominando todo el territorio Dante no puede sino realizar una analogía entre esta civilización y la egipcia. Si lo que habían visto hasta ahora eran los campesinos, quedaban por ver los esclavos y los crueles amos que morarían en la estructura.
Desecha estos sombríos pensamientos y se concentra en lo inmediato, observando el territorio delante suyo llega a la conclusión de que es mejor acampar hasta el alba (o lo que daban en llamar alba). No obstante consulta al grupo:
-¿Y bien, reponemos fuerzas esta ¨noche¨ acampando cerca de los cultivos o seguimos andando con una luz cada vez más mortecina hasta la pirámide?