Partida Rol por web

Marcos quiere pasar a la acción se quiere llevar a Dani y ver que sucede, saliva pero no prueba la comida, Dante quiere dar paso a negarse a entregar los collares.

El orgulloso ser como si fuera un paciente cazador no hace gesto alguno de agresión al grupo, parece comer apaciblemente y beber.
Nada más lejos pues también os esta estudiando no os entiende pero nota vuestros gestos y expresión corpórea.
Algo no va bien.

Se desplaza con la boca llena a un estante y coge un cono que lo lanza a la garganta de una gárgola de piedra.
Se pone hablar y las palabras salen en modo gráficas en el recinto os esta dando un mensaje:

Os digo lo que va a pasar:
intentareis volver con el joven ternero a vuestro planeta, pero os daréis cuenta que no podéis regresar ya que no hay bastantes escarabajos de luz verde que hagan de combustible, (pues no creo que hayáis traído combustible previniendo este contratiempo)
intentareis deambular por el planeta durante días, que serán luego semanas y las semanas meses.
Cuando os deis cuenta y muera uno o dos de vosotros por agotamiento ya sera tarde, estaréis muertos y yo solo tendré que estirar mi mano nuevamente y coger uno de los colgantes.
Os propongo un trato:
se me dará uno solo de vuestros colgantes y a cambio os dejaré subir al ultimo de los tres templos sagrados activos (El prisma bendito). Podréis regresar con el enfermo ternero a tiempo de salvarlo.
Sea expuesto mucho tiempo sin protección y el joven ternero necesita de vuestro planeta para reponerse. Os podéis marchar con el joven,Os garantizo que no podéis salir del planeta, sin llegar al obelisco y la próxima vez que nos veamos y se me pida ayuda ya no seré tan generosa, pues mi oferta abra finalizado en el momento que os marchéis de aquí. Solo quiero un collar a cambio de entregaros un billete de vuelta a casa y salvar al ternero.
Bien que el Ganado hable entre ellos y luego se me de una respuesta. Pero el tiempo se acaba.
Digo mirando al chico

Bichos persecución:
1 tirada -2
2 tirada -1
3 tirada 0

Venga animo lo teneís muy facil para despistarlos
hay que superar los tres

Desde luego que la maldita alienígena utilizara la palabra ternero para referirse al muchacho le resultaba inquietante.

Los argumentos de la humanoide parecían sólidos, pero esta jugaba con la ventaja de la ignorancia supina de los terrestres respecto a este nuevo planeta, muy bien podría ser un farol pero las privaciones que habín pasado en el desierto atestiguaban que la vida en este mundo era inhóspita cuando menos.

El trato que les proponía era sacrificar a un miembro del grupo, aunque podrían ir turnándose los collares para minimizar el tiempo de exposición a las nocivas condiciones del entorno, claro está que esto era una conjetura del arqueólogo y podría muy bien no funcionar. 

Cuando terminó refiriéndose a ellos como ganado su inquietud pasó a convertirse en un escalofrío que recorrió su espina dorsal, ¿qué clase de monstruos eran estos?

Una cuestión ética se planteaba en el horizonte: ¿A cambio de su supervivencia a corto plazo serían capaces de entregar las llaves de la Tierra a estos cosechadores de carne?

Miro con una mezcla de asombro e incredulidad todo lo que hacen las criaturas al producirse la detonación del arma. Después lo hago con temor cuando comprendo lo que están haciendo y escucho la respuesta de los demás miembros de su colonia.

Hakim toma una decisión rápida que parece ser la mejor decisión posible así que lo sigo sin dudar.

- ¡Le sigo, agente! 

Comienzo a correr tras Hakim pero al poco rato la escasa gravedad hace que mi carrera sea muy inestable y acabo tropezando con una roca más alta de lo que esperaba, por lo que acabo rodando por el suelo y quedándome atrás.

Cada vez más acostumbrado a la nueva gravedad, corro con intensidad a través del desierto, junto al rastro de pisadas. Al rato, cuando por fin he dejado de sentir el zumbido de los dos bichos, me paro para retomar el aliento. Me giro. Ni rastro de los insectos gigantes... pero tampoco de Samuel. Doy un par de zancadas tras mi pasos y grito su nombre. Al no recibir respuesta, reculo en busca del europeo, enfurecido.

"¡¿Dónde coño te has metido ahora, Samuel?! ¡¿Dónde?! Como te encuentre leyendo mierdas en una puta roca, juro que..."

Vuelvo a descolgarme el fusil del hombro y lo preparo para cualquier imprevisto, mientras avanzo por el terreno árido procurando no hacer demasiado ruido.

-Yo daré el mío-les digo.

Es un acto que jamás habría pensado que haría en mi vida, pero, salvar a mi hijo prima por encima de la propia necesidad de sentir mis reconocimiento y si, por alguna razón no sobrevivo, la gente muerta goza de gran reconocimiento ¿verdad? Mis ojos miran a Dani y mi mano acaricia su mejilla.

Luego, miro a los que antes eran mis empleados y poco a poco han ido convirtiéndose en compañeros de trabajo. Mi papel de jefa creo que ha quedado en un segundo plano a medida que avanzábamos en aquel desértico lugar.

Beso la frente de Dani y me quito el medallón que llevo en el cuello para tendérselo al señor Thunderer que parece lograr que nos comuniquemos con aquel majestuosos ser.

He de reconocer que, que me denominen ganado no me gusta y mucho menos sentirme como tal. Pero ante nuestro desconocimiento no quiero arriesgarme a seguir poniendo la vida de Dani en peligro.

Miro fijamente a Dante a los ojos, casi sin pestañear esperando que coja el colgante.

Durante un momento Marcos no reacciona, y le cuesta captar el sentido de las palabras de la felina, porque le sorprende demasiado el hecho de que las palabras salen de forma gráfica de su boca.

Tras el discurso del ser, sigue con los ojos la acción de Eva, la que no habría sospechado tener un carácter tan materno.

Luego comenta a sus compañeros: “¿De qué clase de combustible pueden hablar? Creo que ellos creen que hemos venido en una especie de naves espaciales… De todas formas, nos ofrece de conducirnos a otra especie de portal, ese templo del que habla, entre su mundo y el nuestro. Esto confirma lo que pienso: que ellos, de todas formas, ya saben de sobra cómo llegar a la Tierra. Pero antes de nada, Dante, pregúntale por favor por qué quieren tanto uno de los colgantes… me parece justo preguntarlo.”

Hakim al tener los músculos atléticos terrestres le es más fácil en esta ocasión dar grandes pasos para despistar a lo seres.
Pero lanzando un rápido vistazo atrás ves que ha desaparecido Samuel junto a los insectos, has perdido estos de vista.
Si retrocedes veras que no hay ningún rastro de ambos solo manchas oscuras y rojas de sangre...
nada bueno.
Estas solos.

Samuel digamos que no ha ido todo como esperabas y has sido capturado (ponte un PD extra y recuperate del estres que tenias mal antes).
Cuando cobras el sentido aparecerás en un salón con los demás compañeros.
Lo último que recuerdas es esos insectos atacandote y perdiendo el sentido y ahora rodando por la alfombra a los pies de tus compañeros.

Dante enseguida observo las palabras repetitivas de ternero y ganado. (No le tranquizó en absoluto)
luego su mente se lleno de preguntas y conjeturas; ninguna buena, parecía tener todo mala pinta.

En un acto compasivo Eva se quita el colgante y se lo entrega a Dante, se ofrece como madre y responsable de Dani el dar su collar.

Marcos es testigo de lo que allí sucede y ve como Eva le entrega el colgante a Dante para que se lo entregue, Pero quiere saber más cosas.

El ser habla y sus palabras son trasformadas en hologramas y jeroglíficos para que Dante los entienda.
Veo que la Hembra entrega su colgante, me imagino que sera la madre del ternero, el es pequeño los dos cabrán perfectamente en una capsula de Tiempo_Espacio.
Como buena voluntad os daré un regalo, una presa de caza capturada, es vuestra solo quiero la llave.
Otro guardia gato aparece, carga con un bulto, parece un cadáver en rollado en una alfombra, lo extiende y rueda hasta vosotros un cuerpo.
Es el cuerpo de Samuel Colbert.

Permanece quieto unos segundos ve, como el cuerpo se Samuel se detiene y ante un gesto de la mujer, se aparta en un rincón.
cerca de los otros dos guardas que custodían la entrada

no dice ni hace nada más.

Ante vosotros esta el Cuerpo de Samuel.

Karina, Is Zinai y ahora Samuel. El inglés era insufrible cuando se ponía en modo super-científico y pretendía analizarlo absolutamente todo, pero era un tipo agradable y tenía buenas ideas. Posiblemente el haber sobrevivido juntos hasta ahora me había hecho establecer un vínculo con él y por ello, pese a no conocerlo prácticamente nada, ahora sentía hacia él algo parecido al duelo.

Y es que, ante todo, no se merecía acabar así. Ninguno de los que habían caído se lo merecía. Ni siquiera el cabrón de Is Zinai. Siento que el corazón se me encoge al pensar en las víctimas de la maldita pirámide, cuando mis oídos perciben algo: el más perpetuo de los silencios. Es entonces cuando me doy cuenta de que estoy completamente solo, atrapado en un mundo extraño, rodeado de insectos depredadores gigantes y con muy pocas posibilidades de sobrevivir.

En una última muestra de fe, me subo a la roca más alta que encuentro en las inmediaciones e intento buscar en el horizonte algún rastro de Samuel y los bichos, pero no avisto nada. Únicamente el vacío y el más completo de los silencios.

Intento por todos los medios reponerme a la sensación de desesperanza que me empieza a embargar y vuelvo la vista al suelo, en busca del rastro de pisadas, con la vaga esperanza de encontrar todavía vivo a alguien de la expedición.

Reemprendo el paso.

Ves las huellas que van al sur, pero al norte desde lo alto ves unas enormes montañas a lo lejos, al Oeste parece que hay más desierto y al este hay como cortinas de tormenta y mucha agua.
Pero las huellas van al sur.
Se te va haciendo de "noche" y hace mucho frío es una noche de día tan siniestra como todo el planeta, tienes hambre y estas cansado has de buscar donde reposar o continuar y terminar agotada.
Tú decides.

La negociación no era tal, pues no podían si no doblegarse a los requerimientos de la humanoide, ella tenía todos los ases de la baraja. 

Pensaba en preguntar acerca de las propiedades de los collares y su efectividad alternándolos entre ellos cuando de improviso en un gesto poco propio de la antigua Eva, esta se retiró el abalorio de su cuello y lo ofreció como moneda de cambio pensando más en la vida de su hijo que en la suya propia. 

Dante se resistía a aceptarlo y conmovido sus ojos se humedecieron y su visión parecía emborronarse.

-Eva..., susurró, con una desazón creciente que iba desgarrándole el alma.

-Quizás no tengas que sacrificarte, expresó recobrando la compostura mientras garabateaba en el cuaderno. A grandes rasgos lo que preguntaba era si ir cambiándose los collares era viable para poder sobrevivir todo el grupo.

Enseñó el cuaderno a la anfitriona y esperó sus palabras, o su transcripción holográfica en pictogramas.

La hipótesis de Marcos de que ignorasen el modo en que habían llegado al planeta no podía ser descartada, aunque recordando las corazas quitinosas de los insectos verdosos parece que conocían demasiado bien el funcionamiento de los elevadores.

Si no fuera así también estarían en la tesitura de enseñar una puerta a La Tierra a unos seres que probablemente eran hostiles.

Como respondiendo a sus devanéos mentales, la alienígena nombra las cápsulas con lo que deja fuera de toda duda que conocen cómo llegar a La Tierra, quizás no sabían el destino que les esperaba al otro lado y quizás tampoco tenían los amuletos para activar las esferas.

-Esto no me cuadra nada. Habla de presa y nos enseña a uno de nuestros compañeros. ¿Por qué hemos de suponer que nosotros no seremos también sus presas? Quizás esto de dejarnos escapar sea una artimaña par cazarnos después. Tengo entendido que los gatos son los únicos animales que matan por placer...y digamos que es imposible extrapolarlo viendo su aspecto. Dicen que solo nos tendrán que encontrar cuando pase un tiempo...¿Pero y si no lo hacen? 

De todas las personas que empezamos esta expedición, ya nos han dejado dos. Una en nuestro mundo y otra aquí. Pero Samuel no estaba solo, necesito saber que ha sido de nuestros compañeros - Debemos exigir información información sobre el resto del grupo, es evidente que saben algo. 

Marcos retrocede espantado de la visión del cuerpo de Samuel, poniéndose pálido como la muerte. “Dios mío”, balbucea.

Mira a Dante, y, como reflejándose en su mente los pensamientos de este, dice: “Tengo la duda terrible que aunque saben perfectamente cómo llegar a la Tierra, necesitan un colgante para activar el portal y así alcanzar, alcanzando la Tierra, su terreno de caza. Ganado. Esto es lo que somos… Recordaos, al llegar al templo leí en una inscripción que era uno de los tres templos de los viajeros. Y la felina misma acaba de hablarnos de tres templos. No les ensenaríamos el camino hacia la Tierra, que ya conocen, pero quizá entregándoles el colgante les daríamos la oportunidad que ahora mismo no tienen: tomar por este camino.”

El sudor perla de su frente. Se fuerza de apartar los ojos del bulto de carne que antes fue Samuel.