Partida Rol por web

—Entiendo. —afirmó levemente sin interrumpir el alegato de la mujer, apoyando levemente una mano en su hombro para reconfortarla. No le dió la impresión de que conociera ningún entramado extraño, así que decidió que no era buena idea seguir presionándola, menos aún cuando la situación familiar resultaba tan complicada.

—Lamento las circunstancias en las que nos encontramos, pero debería avisar ya a mis compañeros. —expuso en un tono que no era del todo neutro, ligeramente compungida.— El departamento contactará con usted. Sólo puedo sugerirle que se aleje de aquí. —miró discretamente a un lado y otro mostrándose alerta. Confiaba en que si daba algún indicio de que aún podía haber peligro, primaría la seguridad de los niños.

—Si puede facilitarme un método de contacto... —dijo de manera protocolaria.

- Si... claro... - Dijo entonces la mujer. - Mi teléfono es el... - Miró de nuevo por encima del hombro de la agente, tratando de alguna forma de ver en el interior del domicilio, aunque por la posición en la que se encontraba Lyara frente a la puerta le fue imposible. - Es el 555-7680334. - Desveló finalmente. - Y... - Tragó saliva. - ¿Cómo tengo que hacer? - Le preguntó. - Él es el padre de mis hijos, pero no los tiene reconocidos y su mujer, bueno... - Resopló y le tapó los oídos al niño. - Su mujer no sabe nada de lo nuestro, pero el me pasaba cada mes la manutención, ¿sabe? ¿dónde podría enterarme?

Venga vámonos! le dijo a su exlider. Si esa mujer te ve lloriqueando y meado podemos dar por perdida la fuente. Dijo mientras le acompañaba con la mínima fuerza necesaria a salir por la ventana para acto seguido hacerlo él. 

Sin duda había sido una mierda de operativo, era obvio que el contacto de Peter estaba muerto, pero que se viniera tan a bajo no había sido de esperar, como tampoco la irrupción de una familia que desconocían.

Al llegar a sus compañeros les indicó que se llevaran a Peter a otro lugar, no al almacén, solo faltaría que ya estuviera quemado y se encontraran dentro a un comando inferni preparado para acabar con ellos, mejor a casa de Jefferson, donde se encontrarían mas tarde.

Confío en ti hermano, mira de sacar las imágenes de esta cámara, son nuestra única prueba e hilo del que tirar. Para Zoddert, Jefferson era una especie de experto en informática, algo sacaría una vez conectado a su computadora.

Yo me quedaré por la zona tratando de vigilar desde la lejanía a Lyara, no fuese a caer en alguna otra emboscada de manera absurda. Dijo palpándose la pistolera donde su antigua 9mm reglamentaria descansaba totalmente cargada y lista para matar elfos malignos o a los secuaces de estos.

Tomó nota de su número, aunque no creía que fuera a utilizar su contacto tendría un mínimo de utilidad si finalmente asumía aquel marrón de manera oficial. Estaba de vacaciones, habían puesto la escena del crimen patas arriba y era difícil que pudiera explicar el cúmulo de circunstancias que la había llevado ahí sin comprometer a sus compañeros. 

Manteniendo la posición para entorpecer su visión, escuchó con semblante tranquilo las inquietudes de la mujer. No tenía muy claro hasta qué punto la mujer podría reclamar en aquellas circunstancias, por lo que perfirió no dar falsas esperanzas.

—Le sugiero aguardar unos días, pero podría contactar con Castillo & Associates. Son buenos abogados de familia. Probablemente deberá demostrar la situación en la que se encontraba, no debería ser difícil si recibía transferencias mensuales o guarda recuerdos con él y sus hijos. —explicó brevemente— Yo no soy abogada, pero estoy segura de que podrán ayudarla.

Tras una pequeña pausa miró de nuevo a uno y otro lado, buscando captar alguna señal de movimiento por parte del resto. 

—Ahora si me disculpa, debería proseguir. —inclinó levemente el rostro.

Frank veía claramente que aquella misión le venía demasiado grande a Johnson. Era evidente que la amenaza de los inferni era real, pero, ¿hasta qué punto Peter estaba vinculado en el Escudo de la Luz? ¿Cuánto tiempo llevaría trabajando con ellos? Era evidente que no estaba acostumbrado a lidiar con los métodos ultraviolentos que aparentemente tenían los inferni.

-Yo me ocupo -asintió Frank a Zoddert, tomando la cámara que le ofrecía su compañero orco y ayudando a mover a Peter, que no parecía que estuviera demasiado lúcido-. Nos reuniremos en mi apartamento. Celarian, ayúdame a cargar con este -le dijo a la elfa, viendo que Johnson aún parecía mareado por lo que había presenciado-. Joder, me cago en todo... En mucho marrón nos hemos metido.

Uno tras otro fuimos saliendo a través de la ventana, como si fuésemos ladrones que huíamos al amparo de la oscuridad, lo que hacía que todo resultase más indignante.

¡Había sido policía, joder! ¿Qué hacía yo metida en aquellas historias de mierda, y más con un tío con nervios de mantequilla? Negué con la cabeza mientras ayudaba a Frank a cargar con Peter.

-Esto es una mierda, Frank, pero ni siquiera me importaría si no fuese porque además de nosotros, paga gente inocente. No puedo esperar a que este idiota empiece a usar la cabeza. Voy al bar en el que nos reunimos, a hablar con los otros miembros de la jodida luz que Lyara y yo vimos, y con suerte, puede que obtengamos algo que nos sirva. En cuanto acabe, me reuniré con vosotros.

Me aseguré de dejar a Peter lo suficientemente estable como para que no cayese en redondo y miré entonces a Frank y a Zoddert, compañeros y en muchas cosas, incompatibles, pero de alguna forma, los únicos en quienes podía confiar. Tampoco con ellos me había portado demasiado bien.

-Si veis a Lyara, decidle que voy a Hogan's.

Era el único lugar que se me ocurría para ir, antes de marchar a golpear puertas.

- Si... - Afirmó la mujer con ciertas dudas todavía. - Será lo mejor y... - Tragó saliva. - Gracias por los con-sejos... - Dijo finalmente con la voz entrecortada. - ¡Stev! - Exclamó una vez más antes de llevarse la mano a la boca para reprimir el llanto.- Nos vamos niños... - Arropó a sus hijos con un abrazo y acto seguido se dirigió con ellos hasta el coche en el que habían llegado, un suv familiar de color oscuro.

Finalmente todos acabaron fuera del edificio. Zoddert pudo ver como Lyara lidiaba con la mujer, quien estaba con dos niños. Los tres eran mulatos y parecían bastante preocupados. De hecho, el niño estaba llorando y a la mujer y la niña poco le faltaba para romper a llorar. Tras tener una últimas palabras con la elfa, aquella mujer junto con sus niños, se dirigió con ellos hasta el coche en el que habían llegado, un suv familiar de color oscuro.

Mientras eso pasaba, Frank se guardó la cámara de seguridad arrancada del techo de la entrada de la casa de aquel hombre. Iba a tener trabajo para sacar las imágenes. Unas imágenes que podían sacar mucho en claro de lo que había sucedido en aquella vivienda horas atrás y que podía al final ponerles sobre la pista de lo que estaba sucediendo y que tanto les estaba afectando gracias a Peter Johnson, aquel hombre que se había derrumbado hasta convertirse en poco más que un pelele.

Y así fue como Celarian se marchó del lugar dejando al orco del bombín a cargo de que se suponía que era el que tenía que dar las órdenes. La elfa tenía prisa y como siempre, actuaba por impulsos. Hasta ahora le había ido razonablemente bien para conservar la vida, aunque quizás no tanto para conservar su trabajo o sus amistades, aunque era evidente que a estas alturas de la vida, no iba a cambiar de estrategia.

Celarian se marchó con prisas dejando a Frank con un mensaje para Lyara y a cargo de Johnson, quien de nuevo se había puesto en evidencia y había perdido los nervios y la compostura. Era evidente que la "acción", no era para él, pues era la segunda vez desde que estaba bajo sus órdenes, que en el momento en que las cosas se ponían feas, se convertía más en un problema, que en una solución.

Vaamar se metió en uno de los coches y se alejó de aquel barrio adinerado ansiosa por respuestas. Su destino no era otro que el Hoogan's, donde esperaba poder encontrar lo que buscaba. Aquel barman gordo y bigotudo tenía que saber algo. Al fin y al cabo era el último contacto que les quedaba con el "Escudo de la Luz", pues con Peter, evidentemente, no podían contar para nada a partir de ese momento.

- Tenemos que irnos... - Dijo Johnson. - ¡Tenemos que irnos! - Repitió más alto. - ¿No lo entendéis? ¡Estamos en peligro, joder! - Agarró a Frank de la pechera. - ¡Frank, vámonos de aquí, joder! - Le dijo zarandeándole. - Tenemos que ponernos a salvo. ¿Lo entiendes? ¡Lo entiendes, joder! - Le dijo muy ansioso. - ¡Van a venir a por nosotros!

Con independencia de cómo se sintiese Peter, no podía perder el tiempo con él. Aquella casa ya había dado todo lo que podía, salvo lo que pudiésemos encontrar en la cámara, y ahora lo que necesitábamos era información, de la clase que fuera. Con Peter fuera de combate, Hogan's podía ser mi última oportunidad.

En el peor de los casos, habría hecho el viaje en balde.

En el mejor, quizás aquel hombre fuese, o bien un jodido traidor o al menos se diese cuenta de que estábamos en mitad de una guerra y sobre todo, de que yo no pensaba dejar piedra sobre piedra hasta que no encontrara a Claire, con independencia de a quién hiciese falta derribar por el camino.

Mientras conducía, intentaba no pensar demasiado en Claire, pero inevitable que mi cuerpo temblase al recordar nuestra última noche y como había conseguido sobreponerme, gracias a ella, al desprecio que sentía por mí misma y la vida que me rodeaba. Ella era todo cuanto tenía que merecía la pena y lo único que convertía mi asquerosa vida en algo que mereciese la pena. La necesitaba, al igual que necesitaba respirar.

Era toda mi vida.

Lyara permaneció aparentemente tensa aunque se despidió de manera cordial de aquella mujer antes de que se alejara con sus hijos. Una vez hubo abandonado el lugar suspiró con cierto alivio.

—Joder, no sabía nada. —resopló ligeramente— Era la amante del tal Steven, o el contacto usaba un alias o era el otro hombre. —miró momentáneamente a Peter, pero viendo que seguía igual de superado decidió no insistió en conocer más datos. Paseó después la vista entre los orcos, poco convencida ante la idea de abandonar el lugar.

—Me ha visto aunque no tiene mi nombre, y me he identificado como policía. —recapituló— ¿Llamo de manera anónima a comisaría? Cuando hablen con la mujer probablemente sabrán que fuí yo quien estuvo aquí, y hemos puesto la escena del crimen patas arriba. —se pasó la mano por la cara.

—Id vosotros, revisad la cámara, tendré que inventarme algo... —comentó con escasa confianza— ¿A dónde ha ido Vaamar?

Frank veía que claramente Johnson estaba muy sobrepasado por las circunstancias. Haber visto a su contacto muerto y torturado le había afectado profundamente, notándosele muy alterado y nervioso. Por ello, cuando notó que Peter le zarandeaba, el orco le dio una fuerte bofetada a Johnson en la cara para tratar de tranquilizarlo.

-Ya basta, Johnson -le indicó, con dureza-. ¡Te necesitamos entero y con la cabeza centrada! ¿Entiendes? -le espetó. Después, dirigió una mirada a Lyara al oír que preguntaba por Vaamar-. Celarian dijo que iba a Hogan's. Acaba de irse -le explicó a la elfa. Luego, tirando de Johnson, comenzó a encaminarse de regreso al coche, llevándose consigo al alterado Peter-. ¡Nos vemos en mi apartamento! A ver qué encuentro en esa cámara.

- Sí... - Dijo con la voz aún entrecortada aquel hombre. - Ti-tienes razón... - Tomó aire. Aún estaba temblando. La bofetada al menos le había hecho reaccionar y había salido de aquel extraño trance en el que se encontraba inmerso. No obstante, seguía sin ser para nada alguien de utilidad en las circunstancias en las que se encontraba. - Vamos tu apartamento. ¿Eh, Frank? - Le dijo como si de un lerdo se tratara.

Frank empezaba a sentir lástima por Peter. El tipo siempre había sido entusiasta y la forma en que les había reunido a los cuatro dos días atrás le habían hecho pensar al orco que Johnson había prosperado bastante en los últimos tiempos al unirse al Escudo de la Luz, pero viendo lo afectado que estaba empezaba a pensar que no todo era como les había contado Johnson y que desde luego enfrentarse a los inferni era algo que le venía grande.

-Joder... Joder... Y ahora me toca cuidar de este... -murmuró el orco, abriendo la puerta del copiloto del coche e introduciendo en ella a Johnson con cuidado.

Luego le puso el cinturón de seguridad, convencido de que Peter no iba a ponérselo por sí mismo. El orco se sentó entonces en el asiento del conductor y se dispuso a conducir hacia su apartamento.

-Sí, Peter. Vamos a mi apartamento -dijo Frank, respirando hondo, mientras se disponía a conducir hacia su casa. Pensó en preguntarle al humano que cómo se encontraba ahora, aunque viendo el estado en que hablaba suponía que la respuesta no iba a ser del todo convincente.

Zoddert se limitó a ir con su compañera a casa de Frank, ahora la única pista era esa camara... Bueno y que Johnson espabilara.

YO no llamaría, que vayan viniendo las cosas una detrás de otra. Pero es tu trabajo, no el mío.