Partida Rol por web

- Ryan Raynor, ¿eh? - La elfa asintió con la cabeza. - Steven me habló de él. Dijo que... - Señaló con la cabeza a Peter. - ...iba a reclutarle. Le salió mal la apuesta. - Ladeó la cabeza. - ¿Estáis seguros de que está involucrado? Y en ese caso... ¿Qué teníais en mente? - Preguntó aquella mujer.

Finalmente descendió de aquel muro y adoptó una posición bastante más cómoda. Caminó entre aquellas personas y se detuvo unos instantes para examinarlos uno a uno. La mujer no impresionaba demasiado. Pese a que tenía un cuerpo fibrado y una mirada altiva, no alzaría más de un metro y sesenta centímetros del suelo, sin embargo parecía muy segura de si misma. 

- Parece que podremos hacer algo con vosotros al fin y al cabo... - Dejó caer. - Responded mis preguntas y yo responderé a las vuestras. A las que pueda responder, claro está...

-Estamos seguros de que estuvo implicado en la tortura y muerte de vuestro compañero -le confirmó Jefferson a la elfa, por si tenía dudas al respecto-. Las cámaras de seguridad le captaron a él y a dos hombres más saliendo de la casa de Steven. Nadie más entró y nadie más salió -indicó el orco.

Para Frank, estaba claro cómo había que proceder con Raynor, aunque la aparición de agentes del Escudo de la Luz podía llegar a facilitarles las cosas. Quizá ni siquiera tuvieran que ser ellos los que le sacaran la información. Procedió a explicarle a la elfa el plan que había pensado.

-Decidimos que Lyara hablaría con Raynor por teléfono, diciéndole lo perdida y asustada que se encontraba por estar en el punto de mira de los inferni. La idea era que Lyara citara a Raynor en su casa. Conozco bien a Raynor -dijo Frank, recordando cuando había tratado con el humano durante la investigación del caso del asesino de elfos-. Creo que mordería el anzuelo fácilmente. Una vez en casa de Lyra, los demás iríamos a por él con pasamontañas y le secuestraríamos. Además de fingir que también Lyara también es secuestrada. Tras esto, la idea sería trasladarlo en un vehículo hasta un lugar en el que pudiéramos sacarle la información.

Aunque Lyara se mantuvo cruzada de brazos, ladeó ligeramente la cabeza al escuchar una de las respuestas de la elfa. Dejó escapar un suspiro tras asentir a las palabras de Frank.

—Pensaba que la muerte de Steven estaba únicamente relacionada con el ajuste de cuentas por parte de los inferni. No niego que pueda seguir siendo el caso... ¿pero qué es eso de que iba a reclutarlo? —frunció los labios— ¿Tenían trato previo? 

Después de mencionar aquello se encogió de hombros.

—Por ahora el plan que ha mencionado Frank es el único del que disponemos, es arriesgado pero no creo que empeore nuestras circunstancias. —afirmó frotándose el cuello con la zurda.

Todo aquello no era más que una pérdida de tiempo, así que me abrí paso entre Frank y Lyara y me situé frente a la elfa, con gesto claramente rabiosa.

-Escúchame, listilla. Puede que tú estés preocupada por si nosotros somos infiltrados o no en tu querida organización de mierda que lo único que ha conseguido es ponernos a todos en peligro para conseguir nada, solo porque no sabéis ni a quienes tenéis trabajando con vosotros, pero a mí todo eso me importa una mierda. Una mujer ha sido secuestrada y la quiero de vuelta pero ya. Necesitamos saber qué agentes de inferni hay en la zona y localizar a Raynor inmediatamente para sacarle información pero si lo único que vas a ofrecernos es una cara bonita y un cerebro estúpido lo haré yo sola y me llevaré por delante a quien sea necesario, de los tuyos o de cualquiera. Así que ya está bien de preguntas. Queremos un equipo para atrapar a Raynor y los informes que dispongáis.

La miré directamente a los ojos, conteniéndome bastante, a pesar de lo que pudiera parecer, porque lo que me apetecía hacer era sacar el arma y meterle el cañón en la boca para que empezase a decirnos algo de utilidad.

-Si quieres perder el tiempo, que sea el tuyo y no el nuestro.

-No necesitamos un equipo -dijo Frank, de forma tajante. Discrepaba totalmente con Vaamar. El hombre al que iban a tratar de secuestrar no era Rambo, y si le pillaban con la guarda baja puede que ni siquiera tuvieran que combatirlo. Entre los cuatro podían ocuparse de Raynor con facilidad-. Como mucho, lo que necesitamos es a un conductor.

Lyara como cebo para Raynor. Zoddert, Vaamar y él como fuerza de choque para actuar en cuanto fuera necesario. Y alguien que estuviera esperándoles con el vehículo fuera a punto para partir. No contaba a Johnson, sabiendo que tenía demasiado peligro asignarle una responsabilidad, aunque podía funcionarles como apoyo en cualquier labor que le pidieran.

-Bueno, un conductor y una furgoneta, un buen sedante que pueda disolverse en bebida, algo de cloroformo y unos tásers eléctricos -expresó el orco, planteándose diversas opciones para capturar a Raynor-. Aunque lo principal es que nos proporcionéis un piso franco al que poder transportar al "paquete". Los inferni conocen nuestros domicilios, así que ninguno de ellos es seguro.

Aquella mujer se mantuvo atenta a todo lo que Lyara y Frank le contaron. Realmente parecían haber captado su atención y parecía estar meditando sobre ello. Fue entonces cuando de nuevo Celarian Vaamar actuó con su habitual tono impositivo y eso provocó que la cara de aquella mujer virara hacia una mucho menos comprensiva. Escuchó con atención todo lo que la semielfa tenía que decirle y cuando finalmente concluyó su exposición y fue a hablar, entonces Frank desmintió de nuevo las palabras de su antigua jefa de grupo. Sólo entonces habló la mujer que les había convocado a aquella furtiva reunión.

- Demasiado impulsiva. - Le dijo sin dudarlo ni un solo instante. - De esa manera sólo vas a conseguir una cosa Celarian... - Hizo una pausa. - ...vas a conseguir que te maten a ti y a tu equipo. Y sé que ahora mismo ni tu vida, ni la de tu equipo te importa una mierda. - Negó con la cabeza. - Conozco tu naturaleza egoísta. La he visto otras veces. En inferni principalmente. - Sonrió de manera algo irónica. - Pero te advierto: o empiezas a abandonar ese tono o no te saldrá nada bien en esta vida. Qué decir de la mujer que han raptado. Si sigue viva y vas de ese palo, no la salvarás. Te lo aseguro. - Le dijo muy segura de sus palabras. - Os ayudaremos. - Le dijo entonces. - Habrá un equipo. - Miró alternativamente a Frank y Lyara. - Pero seréis vosotros los que actuaréis. - Asintió con la cabeza. - Me gusta vuestro plan. Es sencillo, pero puede funcionar y si es todo como me habéis contado, seguramente Raynor sabrá donde esta esa mujer secuestrada. - Miró entonces a Vaamar de forma penetrante. - ¿Estáis de acuerdo? ¿Lyara? - Le preguntó en concreto a la elfa, pero esperaba la respuesta de todos.

- Si. - Dijo entonces Peter dando un paso al frente. - Creo que estoy preparado. - Dijo con seguridad el bueno de Pete. - Necesito hacer esto. Necesito reencontrarme conmigo mismo. - Afirmó apretando los puños con fuerza. - Es el momento que deje atrás al viejo Peter Johnson y deje paso al nuevo. - Asintió con la cabeza. - Sé que puedo hacerlo, sé que es el momento de...

- No... - Le interrumpió la elfa. - Lo siento Peter. Tú estás fuera. - Le dijo al bueno del ex-agente. - Ya has demostrado que no estás preparado para este tipo de asuntos y nunca lo vas a estar. Asúmelo Peter, ésto  no es lo tuyo, pero estoy convencida de que para algo servirás. - Le dio una palmada en la espalda. - Lo siento Peter... - Mintió. - ...no podemos permitirnos más fallos. Espero que lo entiendas. 

Peter bajó la cabeza y dio un par de pasos atrás. No respondió a aquella mujer, pero todos entendieron que se rendía, que aceptaba lo que acababan de decirle, pues en el fondo sabía que aquella elfa estaba en lo cierto. Sus nervios y su preparación no eran para aguantar la presión que había tenido que soportar y llegado el momento sólo podía llegar a ser un estorbo.

- Mi nombre es Idril y a partir de ahora mando yo. - Afirmó. - Si estáis de acuerdo en aceptar nuestra ayuda y... - Sonrió. - Decidle a Everton que se acerque. Estoy cansada de que nos aceche en las sombras y hacer como sin nada pasara...

-De acuerdo -confirmó Frank a las palabras de la elfa que se había presentado como Idril.

Al orco no le produjo satisfacción saber que Peter Johnson quedaba fuera del equipo, pero sabía que era lo mejor para el devenir de la misión. Johnson había demostrado que aquello le venía muy grande, y pese a que darle una patada y sacarlo del equipo le parecía un tanto brusco, sabía que no podían andarse con medias tintas. No podían tener a alguien así en el equipo. No cuando un error podía costarles la vida.

Frank Jefferson tomó entonces su teléfono móvil y decidió enviar un mensaje de texto a Everton para que saliera de su escondite y se reuniera con ellos:

Zoddert, sal de tu escondite. La agente del Escudo de la Luz dice que te vio hace rato. Quiere hablar contigo también. Es seguro.

Que yo era impulsiva lo sabíamos todos, pero que los que formaban el Escudo de la luz eran gilipollas también. Al final, la vida de una sola persona no significaba nada para ellos pero para mí, lo era todo. Así de sencillo. Era capaz de tragarme mis palabras y aguantar mi ira si hacía falta, pero no si al final fracasaba.

Así que me acerqué a ella, Idril, cuando me miró y se dirigió a mí, porque era a mí a quien estaba probando.

-Por lo que he podido ver, vuestros métodos no han servido para una mierda, pero no tengo ningún problema en seguir el plan, porque me parece bueno, ni tampoco en seguir tus órdenes, mientras todo salga bien. De no ser así, más os vale estar lejos. Y en cuanto tengamos a Claire, yo he terminado con esto. Podéis seguir vuestra guerra particular por cuenta propia y salvar al mundo con vuestras vidas, pero no arriesgaré la suya.

Me jodía reconocer que al menos parecía competente y que acertaba al dejar a Peter fuera. Había sido un imbécil desde el minuto uno al pensar que podía manejar aquello. Esperaba que fuese suficiente para llegar a tiempo, capturar a Raynor, sacarle la verdad a golpes y llegar hasta Claire mientras todavía estaba con vida.

Pensar en la posibilidad de que pudiese morir, me hizo caer en la desesperación; noté como las lágrimas amenazaban con salir y crear una auténtica cascada, por lo que tuve que volverme un instante y alejarme unos metros del grupo, hasta que pudiera recuperar el control.

Nadie podía comprender lo importante que era para mí, aunque también era cierto que era algo que no había compartido con ninguno de los que estaban allí.

—Sí, claro, desde luego que no podemos quedarnos parados. —Lyara se limitó a asentir a la pregunta, sin querer interrumpir la próxima conversación.

Aunque intercaló miradas entre los presentes, mantuvo una expresión neutra. Estaba de acuerdo con el hecho de que Peter quedara libre de responsabilidades, no había dado la talla y ya no era momento de ponerse a prueba. Ahora hacían falta acciones que dieran resultados.

Miró preocupada a Vaamar cuando tomó la palabra pensando que habría una nueva discusión, pero a medida que desarrolló su pensamiento quedó aliviada.

—Centrémonos en el presente por ahora. Seguro que arreglamos esto. —comentó sin elevar demasiado la voz— Apenas llegue Zoddert deberíamos ponernos manos a la obra.

Mensaje de Frank.

 

Zoddert, sal de tu escondite. La agente del Escudo de la Luz dice que te vio hace rato. Quiere hablar contigo también. Es seguro.

Zoddert apareció entonces con el teléfono en la mano y cara de pocos amigos. No le gustaba que le hubieran descubierto, pues tenía un muy buen concepto de si mismo en cuanto a lo sigiloso que podía llegar a ser si se lo proponía. Por suerte o por desgracia, parecía que al menos en esa ocasión, las personas con las que tenían que tratar no pretendían hacerles nada malo y eso era sin duda un alivio.

- Buenas noches... - Dijo el orco. - Pasaba por aquí y veo que tenemos una reunión familiar que no pensaba perderme... - Comentó. - ¿Ya habéis llegado a un acuerdo? - Preguntó finalmente.

- Me quedo fuera... - Dijo Johnson apenado. - No me quieren en el equipo. - Le confesó a Zoddert. - Supongo que es lo mejor. Al fin y al cabo... - Resopló. - No sirvo para ésto. Quizás en un grupo de investigación. En un despacho o en un... - Bajó la mirada.

Peter rebuscó en su bolsillo y sacó su paquete de cigarrillos, se lo acercó a la boca y agarró uno con los labios, para acto seguido volver a guardar su paquete. Agarró el mechero y trató de encender su cigarrillo, pero no logró encender el mechero, se había acabado su carga. El ex-agente y ex-miembro del Escudo de la Luz, tiró el mechero al suelo con rabia y este se rompió en varios trozos. Acto seguido agarró el cigarrillo de su boca y lo espachurró en la palma de su mano, deshaciéndose de los restos en el suelo.

- Nos vemos por ahí... - Se despidió. - Suerte y cuidado. - Y sin más empezó a alejarse de la zona.

Idril, que así se llamaba aquella elfa, observó con estoicismo como Peter aceptaba su nuevo papel fuera de la organización y como se marchaba cabizbajo. Parecía que la reacción o los sentimientos de aquel hombre le importaban lo más mínimo a la elfa. No fue hasta que se hubo alejado unos metros, cuando finalmente volvió a hablar.

- El plan que tenías en mente de tenderle una emboscada a Raynor es bueno. - Dijo entonces. - Lo haremos, pero bajo mi supervisión. Estaré al mando y habrá un equipo de la orden preparado para cualquier eventualidad. - Asintió con la cabeza mirando fijamente a Zoddert. - Habíais dicho de hacerlo en casa de Lyara, ¿verdad? - Miró a la elfa. - ¿Estáis preparados? - Les preguntó. - Puedo tener al equipo listo en dos horas. Supongo que os da tiempo también a vosotros de llegar hasta allí. Nosotros estaremos por la zona y... - Miró a los dos orcos y la semielfa. - ¿Qué haréis vosotros?

Ver a Johnson marcharse de esa forma llenaba de tristeza a Frank, pero sabía que era lo mejor para la investigación. Johnson ya había demostrado que no estaba hecho para aquel tipo de trabajo, aunque lo peor es que cualquier error que cometiese podía llegar a costar la vida a alguien del equipo.

-Mientras se nos proporcione lo que pedí, creo que estamos preparados -indicó el orco, sabiendo que era indispensable tener a mano una furgoneta, unos pasamontañas, los tásers, cloroformo, sedantes y, lo más importante de todo, poder llevar al "paquete" a una dirección donde los inferni no pudieran encontrarles-. Diría que lo más seguro para todos es que Zoddert, Celarian y yo aguardemos escondidos dentro del apartamento de Lyara o como mínimo en los alrededores. Para intervenir en cuanto Raynor baje la guardia.

Tras ver a Johnson partir, frunció ligeramente los labios: le apenaba la situación, pero era mejor estar triste que sentir que en cualquier momento alguien iba a morir por una de sus malas -o ausentes- decisiones. Afirmó con la cabeza a la pregunta de Idril.

—También creo que deberiáis tomar posición cerca. —confirmó hacia Frank— No sé cómo reaccionará, pero estoy segura de que vendrá acompañado.

En otras circunstancias, ver como se alejaba Peter, cabizbajo y sintiendo que era un fracasado, me habría importado. Pero él nos había metido en todo aquello; él con su presunción de "voy a formar parte de una misión vital" y nosotros por haber aceptado, porque nos lo había pedido y conseguido que creyésemos que todo era sencillo e iba a marchar bien. No, no sentía lástima por él, sino por todos nosotros, por vernos metidos en todo aquello como gilipollas.

Además, no tenía tiempo para nada, mucho menos para darle unas cuantas caricias y decirle que era un gran tipo. Quizás si no se pegaba un tiro y todo terminaba bien, lo haría más adelante, pero no ahora.

Así que pasé a centrarme en lo importante.

Raynor.

-Me parece bien. Todos al acecho para coger a Raynor en cuanto aparezca. Dentro del apartamento quizás sea demasiado arriesgado, así que creo que será mejor esperar fuera, en puntos distintos de la calle; ambos extremos y en la acera opuesta. Y en cuanto a que venga acompañado... -saqué entonces mi arma y dejé clara mi postura -. Por mi parte esto es personal, así que no voy a tener compasión de nadie. Si no viene solo y se resiste, acabaré con el problema. Además, así le quedará muy claro que vamos en serio.

- Mi equipo estará fuera. - Intervino Idril. - Sabemos como vigilar las calles mejor que vosotros. - Comentó. - Si viene acompañado lo sabremos y os lo comunicaremos. - Añadió. - Vosotros podéis estar dentro de la casa o fuera, me da igual, pero no molestéis. - Miró a Frank, Zoddert y Celarian. - En cuanto a lo que habéis pedido. No habrá problema, podemos conseguirlo. - Hizo una pausa. -  Furgoneta, pasamontañas, tásers, cloroformo, sedantes y un piso franco. Decidme dónde lo queréis y en una hora lo tendréis. ¿Estamos claros?

-Dejadnos la furgoneta con todo el material y una dirección del piso franco frente a mi apartamento -planteó Jefferson, sabiendo que era un buen punto desde el que aprovisionarse con el material que necesitaba-. Lo ideal sería que vuestro piso franco esté cerca del apartamento de Lyara para no tener muchos percances durante el traslado del paquete. Cinco, diez minutos, quince... Aunque tampoco vamos a ponernos exquisitos con la posición del piso franco -reconoció el orco, sabiendo que al fin y al cabo mientras que Raynor estuviese bien sedado, lo lejos que estuviera el piso franco era lo de menos.