Partida Rol por web

Se estaba tan bien en aquella cama... el calor del edredón de plumas, su almohada grande y mullida, el suave tacto de las sábanas y el desayuno recién hecho que le acababa de servir su madre. Casí podía saborear áquel arroz caliente , con su zumo bien frío, primero bebió una gota, despues otra y.. ¡Puagh! Eso sabía a alcantarilla.

La cruda realidad había terminado por sacarla de sus sueños y lo primero que hizo como cada mañana fue desenfundar su arma que guardaba a escasos centímetros y aguardar unos minutos en silencio. No escuchó nada raro, solo aquel maldito goteo que la había hecho abandonar su dulce y cálido sueño. Había pasado la noche en el almacén de un pequeño supermercado. No es que fuera el lugar más desagradable pero la comida descompuesta olía lo suficientemente mal como para que su olor pasará desapercibido ante posibles predadores. Despues de desperezarse volvió a enfundar el arma y se dispuso a preparar el rutinario desayuno de todos los días. Atún, mejillones, espárragos , unos pocos pimientos, agua embotellada .. incluso una botella de tequila, sí, el dia anterior había tenido suerte en su registro.

Al final optó por los mejillones y los esparrágos, no es que fuera la mejor combinación pero llenaría su tripa. Para complementar aquel cóctel alimenticio explosivo dió un sorbito de tequila, si su madre la viera ya le habrían caido diez semanas castigada, pero bah, que importaba eso ahora. Cerró bien la cremallera de la mochila y salió un dia más al exterior. Su rutina se reducía a ir de calle en calle, de casa en casa, buscando cosas que aún tuvieran alguna utilidad para su supervivencia. Avanzaba agazapada, agil y silenciosa como un felino, quizás por eso aún seguía con vida. Algunas veces había visto supervivientes, pero eran demasiado histéricos y ruidosos para viajar a su lado, y los últimos habían acabado descuartizados por vete tu a saber qué. No quiso acercarse para comprobarlo.

Siguió avanzando por aquel infierno de escombros y hormigón, su objetivo de hoy estaba en encontrar unas pocas municiones, tan sólo le quedaba un cargador para su Glock. Tenía que haber una comisaría cerca, o en alguna casa en un armario escondido, los americanos eran así, no sabían vivir sin armas , aunque ni eso les salvó del infierno..

Abandonas al fin el maloliente sótano, donde al menos conseguiste unas escasas provisiones que no estaban caducadas, aunque podría haber sido mejor... Lo cierto es que se echa de menos la comida caliente en muchas ocasiones.
Sales al aire libre, la ciudad se alza sobre sus cimientos monstruosa y deformada, pero no es algo que te sorprenda o sobrecoja. Ya no, te has acostumbrado hace tiempo puesto que todas ofrecen el mismo paisaje perturbador y solitario... Al menos ya hace años que el polvo y la tierra en suspensión se disiparon, eso sí era terrible de soportar.

Avanzas entre los escombros con todo el cuidado del que eres capaz, no por miedo a tropezar, caer ni anda similar ya que eres bastante ágil, sin embargo no quieres llamar la atención en absoluto, sea para bien o para mal.
Las calles convertidas en tortuosos y extraños laberintos de coches, vegetación y desprendimientos variados provocan que resulte terriblemente distinguir hacia dónde te diriges, así cómo qué tipo de local o edificio era hace ocho años lo que se yergue ante ti, aunque de vez en cuando hay excepciones...

Llevas un par de horas andando sin demasiado rumbo aparente, tan sólo buscando "algo" que llame tu atención, hasta que finalmente distingues el desmontado y descolorido letrero de un supermercado K-Mart delante tuyo.
Quizá la comida esté totalmente caducada, como el anterior en el que estuviste, pero sabes que puedes encontrar munición. Los americanos son así, la vendían cómo si fueran destornilladores.

Al divisar el supermercado se detiene unos momentos para prepararse. Comprueba las pilas de la linterna y que su arma esté en perfectas condiciones. Tras ello aguarda diez minutos agazapada, observando la oscuridad de su interior. No le gustaba llevarse sorpresas y este era el ritual que realizaba antes de adentrarse en cualquier edificio desconocido.

Después, muy lentamente camina entre los cristales rotos del suelo, que crujen tímidamente a su paso. A pesar de haberlo hecho docenas de veces , no dejaba de aterrarla el entrar a estos sitios donde cualquier cosa podría aguardarla dentro. Cuando la oscuridad es total enciende la linterna mientras que con la otra mano sostiene su Glock. Observa las cajas registradoras destrozadas ycon algo de dinero desperdigado, algún desgraciado debió robarlas despues de todo esto.

Menudo imbécil, ¿Qué pensabas hacer con él eh, eh? El dinero es el causante de todo esto, menuda mierda..

Sacude la cabeza y despreciando aquellos billetes desperdigados sigue andando alerta hacia la sección armamentística

Tras observar con detenimiento desde el exterior, no llegas a apreciar ningún movimiento o ruido extraño procedente del interior, aunque en realidad eso resultaría más bien difícil debido a la distancia y la oscuridad del supermercado, pero aún así te infunde algo de seguridad y te ayuda a mentalizarte del riesgo que vas a asumir al internarte en las posibles "fauces del lobo", o de los chacales, quién sabe.

Te adentras en el local encendiendo la linterna, lo cuál de por sí ya podría delatarte, pero podrías afirmar con rotundidad que la idea de que haya Chacales queda eliminada, demasiado tranquilo y silencioso para que esos bárbaros estén rondando por ahí.
El interior del lugar apesta de forma extraña, aunque presupones que se debe a la comida caducada y otros desperdicios que hay por el suelo. Probablemente ni siquiera has sido la primera en buscar en ese lugar, alguien ha orinado y demás por algunos de los rincones, pero conservas la esperanza de que aún quede algo de munición en las estanterías o almacenes.

Andas entre los distintos pasillos desmontados y llenos de productos desperdigados, apreciando la luz intermitente de alguna de las lámparas que aún ilumina algunos de los pasillos colindantes, pero en realidad resulta más molesta que útil.

Entonces la cosa empeora, empeora de un modo que no te agrada en absoluto.
Justo a tu derecha los alimentos y cajas de las estanterías han sido "substituidos" por personas. Permanecen de pie con extrañas incisiones o mordeduras en sus tórax, vestidos tan sólo con la ropa interior y atados y sujetos con una especie de extra tela de araña. Al menos se parece aunque no es totalmente igual...
Algunos de ellos están en un estado de descomposición suficiente para que el mal olor sea acuciante y molesto, provocándote alguna que otra náusea.

No parece que ninguno de ellos siga con vida, sin embargo justo en el pasillo contiguo distingues voces que murmuran por lo bajo, entre siseos y risas algo tétricas. Parecen ocupadas, enfrascadas en algo y alejadas de ti, así que no se han percatado de tu presencia... todavía, pero quizá tengan a otra víctima entre manos.

En otras circunstancias habría dado un gran chillido pero su cuerpo sabía que eso significaría la muerte , por lo que su única reacción ante aquel macabro espectáculo fueron lágrimas de miedo y nerviosismo. Su respiración se hizo más intensa y tardo un tiempo en asumir la situación-¿¿Qué mierdas es esto..!!??-Sin duda prefería a los chacales, despues de todo no eran más que humanos descerebrados, esto era peor, mucho peor.

Tragó saliva, las manos le sudaban y deseaba salir de alli cuanto antes, pero la posibilidad de que algún superviviente estuviera siendo torturado le carcomía la conciencia. Apagó la linterna y valiéndose tan solo de las luces del local que aún funcionaban se acercó muy tensa y lentamente al lugar del que provenían las risas, con la intención de ver algo más.

Te acercas con todo el cuidado del que eres capaz a pesar de tu acelerada respiración y pulso. Después de lo que acabas de ver estás bastante alterada y no es para menos, lo que sea que ha hecho eso es peligroso y lo peor es que ni siquiera sabes lo que es... Aún así haces acopio de fuerza de voluntad y avanzas, por la posibilidad de que un superviviente con vida siga atrapado en ese sitio...

Te das cuenta pronto de que la sección de municiones está justo en ese pasillo, probablemente sea donde tengan su "trampa" preparada, quizá su nueva víctima haya sido capturada precisamente por eso, y tú podrías estar ocupando su lugar si no se te hubiera adelantado.

Te acercas un poco más, agazapada entre unos montones de cajas malolientes, a veces ser pequeña tiene sus ventajas, cualquier sitio te sirve para pasar desapercibida... Y desde aquí puedes ver el bizarro "espectáculo".

Por lo que puedes deducir se trata cómo mínimo de dos mutados de aspecto muy extraño, es la primera vez que ves a alguien afectado de ése modo, apenas parecen humanos pero sin embargo eso sí lo has visto: auténticos monstruos, tanto física cómo mentalmente.
Su piel y su cabello es de un blanco total, sus dientes se han afilado cómo cuchillas ofreciendo un aspecto intimidante junto a sus ojos de pupilas rasgadas y amarillentas.

Están situados junto a uno de esos "capullos" de tela de araña, o lo que diablos sea, bastante más grueso y espeso que los vistos anteriormente ya que está claro que el hombre que se encuentra en su interior todavía está vivo, y de hehco aprecias cómo se remueve con energía sin conseguir el menor resultado.
Las bestias ríen como hienas, divertidas ante el empeño inútil del humano, sujetándole para que deje de moverse mientras hablan entre ellos en unos siseos bajos y agudos que no comprendes pero resultan muy molestos, parecidos a los de las serpientes.

Aprieta los ojos con fuerza mientras más lagrimas de miedo le caen por las mejillas. Las seca con la manga y haciendo un gran esfuerzo trata de pensar algo en frío.La parte mala es que el hombre sigue con vida y no podrá huir sin que su conciencia la amartille, pero la parte buena es que al parecer sólo son dos de esos monstruos.

A uno podría cargárselo desde aquí a tiros por sorpresa, pero el otro se daría cuenta y reaccionaría. Disparar y esconderse de nuevo sería su mejor estrategia, aunque tampoco sabía mucho de las habilidades de esos monstruos. Por si acaso y como plan B rasgó un trozo de tela de su camisa y junto a la botella de tequila preparó un improvisado cóctel molotov. Despues, tomando un buen puñado de alimentos descompuestos, se los restriega con una mueca de asco por el cuerpo para que su olor no la delate en caso de que algo salga mal y cuando tiene un buen ángulo de tiro apunta a la cabeza de uno de los seres.

Un primer disparo hace temblar las ruinosas estanterias cercanas y antes de que nadie tenga tiempo a reaccionar el segundo ya está en el aire, seguido de una tercera bala más. Los tres proyéctiles avanzan con una velocidad vertiginosa , una precisión letal hacia su objetivo. Tras ello la pequeña pistolera vuelve a agazaparse inmendiatamente entre las cajas, intentando divisar el resultado de sus disparos.

Empiezas a preparar el cóctel explosivo para estar prevenida, restregándote la apestosa comida para no poder ser rastreada, o al menos ponérselo más difícil, escuchando de fondo los quejidos ahogados del hombre, que parece esforzarse por no emitir signos de dolor a pesar de lo que le estén haciendo.
No te detienes demasiado a observarlo, preparas tu arma y sales de tu escondite disparando al monstruo más cercano de forma totalmente precisa, no has desperdiciado ni un sola bala y la bestia no puede hacer nada para evitarlo puesto que le has pillado totalmente por sorpresa, cae estrepitosamente al suelo inerte y provocando un extenso charco de sangre negruzca y espesa.

Su compañero aprieta los dientes y emite un gruñido siseante y desafiante mientras se gira hacia tu dirección, pues aunque te has escondido detrás de las cajas ha quedado bien claro de donde provenían los disparos.
Extrae con brusquedad un cuchillo ensangrentado del pecho del humano que tenían inmovilizado y se dirige hacia tu dirección con paso rápido y decidido, parece bastante enfadado...

Como alma que lleva el diablo saca su zippo y prende la tela empapada de alcohol que rápidamente arde al contacto con el mechero. Agarra la botella conteniendo la respiración mientras espera que el monstruo entre en su rango de tiro. Solo disponía de un lanzamiento y si algo salía mal podría ser su fin, así que reunió todas sus fuerzas , dejó que su brazo con la botella se deslizara a su espalda y tomando impulso lo lanzó con toda su rabia y miedo hacia aquella criatura del averno.

La improvisada bomba incendiaria vuela por el aire produciendo un característico sonido, estallando contra su objetivo en una mortal lluvia de cristal y fuego. Las llamas envuelven al infectado..

El cóctel improvisado impacta de pleno en el ser, sin equívocos, justo y preciso en su cabeza, propagando el fuego por su ropa de cuero, pegándola a su cuerpo y extendiendo las llamas mientras se remueve y empieza a gritar histéricamente, de forma lo suficientemente aguda y desagradable cómo para que tengas que taparte las orejas, al menos al principio.
El monstruo empieza dar tumbos, chocando contra algunas estanterías que empiezan a prender extendiendo el fuego y el humo con rapidez debido a todos los productos apilados de forma desordenada.

Finalmente cae al suelo e intenta apagar las llamas revolcándose de forma convulsa, pero ya es tarde para él y finalmente queda tan inerte cómo su compañero, aún sin apagarse del todo.
Parece que por suerte para ti estos seres no eran excesivamente resistentes o rápidos, pero ahora el tiempo apremia y deberías salir del supermercado antes de que el fuego y el humo se extiendan demasiado. O quizá sería más adecuado decir deberíais...

Maldita sea - se permitió el lujo de murmurar por primera vez, no había pensado en que el fuego podría suponerle un problema. Encendió de nuevo la linterna y miró rápidamente alrededor en busca de algún extintor. No tenía demasiado tiempo así que lo primero era dirigirse a la sección de armas y munición, así de paso conocería al "rehen". Corre hacia allí y se detiene junto al hombre , examínandolo ceñuda y recelosa, como si le fuera a morder o algo.
Visto de cerca su aspecto era bastante agresivo y eso la disuadía un poco la idea de liberarlo - quizás es un chacal..-alzó la mano libre y le dio dos pequeñas bofetadas para que recuperara la consciencia, después, mientras le hablaba , se dedicó a examinar las estanterías y armarios cercanos.

Oye tú.. ¿Quién eres y qué ser esas cosas? ¿Qué querían ti? -su voz suena graciosa y su figura no es muy imponente, para nada correspondería a la fiera y misteriosa salvadora que pudiera haberse imaginado el hombre..

Por suerte encuentras un extintor colgado en su sitio entre tu camino y el hombre envuelto en telarañas, pero enseguida te das cuenta de que ya hace varios años que está "caducado" y por tanto no hay presión y la espuma no saldrá apropiadamente, sería una total pérdida de tiempo intentarlo, además es algo pesado para manejarlo bien, al menos para ti.
Decides entonces acercarte al hombre, supuesta "víctima", cuya herida en el pecho todavía sangra pero no tiene demasiado mal aspecto, nada grave.

Le das un par de golpes en la cara y él la levanta enseguida, apretando los dientes con un gruñido y moviéndose de nuevo enérgicamente, desprendiendo un poco parte de la pegajosa textura que lo tiene casi inmovilizado.
Después parece recaer en el detalle de que esos monstruos ya no están y mira alrededor un poco aturdido.

Aprovechas el momento para contemplar las estanterías frente a él, y a pesar de que hay varias cajas de municiones de diferentes calibres, casi todas están vacías... Sin embargo quizá tengas suerte con alguna si buscas un poco, pero sería arriesgar tiempo.

-No lo sé, algún tipo de mutados... Parecían disfrutar bastante con el hecho de clavarme puñales en el pecho- responde el hombre con una voz grave y segura de sí misma, en un perfecto inglés que aún así no disimula su claro acento árabe. Parece algo irritado por el hecho de que decidas no sacarle de ahí enseguida... O quizá por el aspecto enclenque que ofreces, quién sabe.
-Deberíamos salir de aquí enseguida...- propone observando con ojos entrecerrados el fuego antes de volver a removerse en su extraña "prisión" de forma cada vez más brutal, consiguiendo liberarse poco a poco aún y sin tu ayuda directa.

¿Deberíamos?

Vale , vale, no me mires así.. ya te saco de ahí- Deja lo que estaba haciendo para sacar su machete, con el que se ayuda para cortar la especie de telaraña. Una vez termina parece algo cortada e intimidada por su presencia, debe sacarla al menos tres cabezas. Se gira bruscamente para seguir con su registro de municiones, no quería irse de allí con las manos vacias así que echó el último vistazo rápido, tirando las cajas vacias por el suelo y cogiendo las que sonaban llenas al agitarlas.

El humo cada vez se extendía más y era hora de largarse, por lo que se subió la bufanda para taparse la nariz y corrió al exterior junto a aquel mastodonte que había liberado. Una vez fuera el silencio se hizo sepulcral, tan sólo interrumpido por el crepitar de las llamas. Ella no sabía que decir, le íncomodaban estas situaciones con desconocidos dada su gran timidez, y no apartaba una mano de su bolsillo en la que sostenía escondida su arma. Así que tan sólo logro chapurrear unas pocas palabras nerviosa.

Bueno.. ya eres libre y .. todo eso. No tengo vendas ni nada..

Se sentía bien consigo misma por haber salvado la vida de aquel tipo pero al mismo tiempo era incapaz de mirarle a los ojos.

Eres patética te da casi mas miedo este tio que esos dos monstruos de dentro..

Hizo ademán de girarse para marcharse..

Apenas has cortado un poco de la telaraña, liberando parcialmente los brazos del tipo, que los extiende acabando de romperla con relativa facilidad, al menos eso es lo que parece aunque probablemente tú lo lo habrías podido conseguir pero no es que puedan compararse sus brazos con los tuyos, claro.
Avanza unos pasos con una sonrisa extraña en su rostro que no sabrías identificar muy bien, entre burlona y divertida. Aprecias entonces que él mismo ya posee sus propias armas, una espada enfundada en en su espalda y algún tipo de escopeta en su pierna, pero es bastante extraña...

De todos modos no te da demasiado tiempo para fijarte en esos detalles, vuelves a centrarte en las cajas de municiones hasta que el humo se vuelve demasiado espeso, descubriendo quizá con cierta sorpresa que él sigue en el pasillo y no empieza a caminar al exterior hasta que tú también lo haces, respirando al fin aire puro y fresco. De hecho resulta incluso algo frío después de haber sentido el calor de las llamas tan cerca.

Tu acompañante mira alrededor con mirada inquisitiva, hasta que le hablas y se gira repentinamente hacia ti haciendo ondear sus rastas con energía.
-No importa, sólo es un rasguño- afirma quitándole importancia al asunto mientras separa un poco el chaleco de cuero de sí mismo.
-¿Acaso crees que soy el tipo de hombre sin honor?- pregunta de forma retórica, avanzando unos cuántos pasos tras de ti cuando haces ademán de marcharte.

-Me has salvado la vida, te debo un gran favor...- dice con solemnidad antes de murmurar por lo bajo algo que no comprendes en absoluto -إذا كنت فتاة...
Después te tiende su amplia mano en actitud amistosa, aunque intuyes que podría romperte la tuya sin demasiada dificultad.
-Mi nombre es Ziyak- se presenta escuetamente, pero con una sonrisa bastante más conciliadora y afable que la anterior.

¿Honor? ja! Así que este va de viejo samurai..

Sonríe tímidamente y mira al grandullón cuando dice que le debe un favor.

Parece un chiste que esta mole me deba algo..

Vuelve a mirarlo un poco más confiada por su actitud y duda unos instantes antes de darle la mano. Se la zarandea sin apretar, no sea que el bruto se piense que es fuerte y le rompa cuatro dedos apretando.

Err. Un "placer" Ziyak-さん. Yo soy Kyuu.よろしく- Vuelve a desviar la vista de los ojos del hombre, mirando su escopeta y botas- En realidad no tú me debes nada, yo... yo solo iba por munici-munic-munichion.-Su cara es bastante frustante cuando intenta pronunciar algunas palabras. Sigue andando unos pasos mas y se sienta en el suelo , apoyándose en un coche del parking para esconderse. Abre la mochila y saca todas las cajas de munición que logró coger, esparciendo su contenido por el suelo por si hubiera algo seleccionarlo y guardarlo.

Aunque parezca que ignora a Ziyak mientras sacude cajitas en realidad es muy fácil apreciar que no deja de mirarlo de reojo. La joven parece haber vivido sola desde hace al menos un año y eso ha afectado enormemente a sus relaciones sociales..

Ziyak te devuelve el apretón con firmeza, sin embargo se limita a rodear al completo tu pequeña mano sin apretarla, dejando que seas tú la que lleve el movimiento antes de soltarte.
-Kyuu... es original, eso da mucha personalidad- afirma pronunciando tu nombre con cierta torpeza, aunque ya estás de lo más acostumbrada, después de todo es bastante normal y seguramente tú también cometas errores con el suyo además de con algunas palabras más comunes.

Te sigue hasta el vehículo con tranquilidad y paciencia, sin burlarse ni hacer comentario alguno acerca de tu pequeño tartamudeo dubitativo, cómo si no hubiera sucedido... O quizá es que realmente ese detalle poco le importa.
Se pone en cuclillas cerca de ti, observando de forma atenta, y quizá algo molesta para ti, cómo sacudes las tres cajitas que te llevaste del supermercado.
-Pero podías haber pasado de largo o no arriesgarte a atacar a esos seres, y sin embargo lo hiciste... Digas lo que digas te debo la vida- dice lo suficientemente convencido como para que resulte difícil intentar llevarle al contraria en ese punto.

Una de ellas ni siquiera suena, así que al parecer te equivocaste con esa... Sin embargo en la siguiente encuentras 3 balas de 9mm, en la siguiente un par de cartuchos de escopeta y 5 balas más para tu Glock.
Ziyak arquea una ceja visiblemente, al ya ser de esa forma su expresión se acentúa de forma casi divertida.
-Me temo que no ha habido mucha suerte, supongo que ese era su señuelo- vuelve a levantarse presionando una mano sobre el corte de su chaleco, sin embargo no emite quejido ni comentario al respecto.

-Ven, vamos a ir a un sitio donde podamos descansar un poco. Te daré algo mejor que esas balas- te tiende la mano para ayudarte a levantarte.

Cabecea asintiendo ante la afirmación de Ziyak, pues tampoco quería llevarle la contraria. Recoge las pocas balas que reunió y vuelve a dudar antes de cogerse a la mano del hombre, pero esta vez se coge con más confianza, despues de todo no parecía tan malo como en su primera impresión.

¿Original? Bueno, si, suppongo que para americanos si que es.

Le sigue el paso , moviendose gracilmente entre la derruida ciudad, ahora incluso le resulta bonita y alegre con su vegetación y sus pajarillos. Cualquier cosa lo sería después de lo que vió ahi dentro, de hecho aún parece algo traumatizada.

¿Señuelo? Entonces tu crees ellos son inteligentes? .

...Hummmmmmmhhh...

Sigue caminando pensativa, desde luego estos no se parecían demasiado a aquellos zombies de videojuegos y películas que tanto miedo le daban de pequeña.

¿Sabes? Si tienes una cama yo consideraréme pagada

Sonríe algo más animada con la idea de poder dormir de verdad con alguien vigilando por ella.

-En realidad no soy americano sino iraní, pero he vivido bastante tiempo en América- admite sin tapujos tu aparentemente nuevo compañero, caminando con seguridad por las calles desiertas y oscuras sin molestarse si quiera en desenfundar una de sus armas, bastante confiado y seguro de sí mismo según parece, pero sin embargo esos seres le atraparon... Te preguntas por un segundo si hubiera sido capaz de salir de esa sin tu ayuda.

-Creo que depende de la mutación que ejerza el Medusa en cada uno de ellos, generalmente tiene que ver con su genética, a veces por las adaptaciones del virus a la zona... Pero estos eran relativamente listos, tenían su propia lengua y sabían lo que hacían, ya lo comprobaste- te mira de reojo y entonces se desvía hacia vuestra derecha, abriendo una aparentemente pesada puerta de metal de un edificio que sujeta para que pases primera, siguiéndote al cabo de poco.

-Una cama, ¿eh...?- sonríe divertido ante la simpleza de tu petición, guiándote por el interior del bloque de pisos en el que os habéis internado. Muy amplio, con estructuras de mármol y cerámica... Seguramente anteriormente fue un bloque de apartamentos de lujo, ahora los escombros y el polvo lo han convertido en otro montón de escombros más.
-Llevo cómo una semana aquí, descansando un poco antes de proseguir. Supongo que tendré que ponerme en marcha pronto, cuánto más tiempo te detienes más fácil de localizar eres- afirma dándote su explicación sin tapujos. No parece tener mucho problema en hablar con libertad.

Finalmente abre una de las puertas del cuarto piso.
El interior está bastante entero y sin escombros, además parece firme y sin grietas, aunque obviamente está sucio y abandonado desde hace tiempo... Aún así los muebles se conservan bastante bien y parece que podrías estar cómoda por un tiempo.