Partida Rol por web

Tras el lapso de tiempo en que los comentarios cesan, Nathan se dedicó a observar a cada uno de los ocupantes de la furgoneta con disimulo. Se había sentado en la parte de atrás, por lo que no supuso ninguna dificultad. Al rato parecían haber llegado a su destino.

- Bonita choza... -susurró con cierto desdén.

Al ver a la chica que salió a recibirlos, no pudo más que fruncir el ceño levemente. Vestía raro para la edad que tenía, pero le quedaba bastante bien. A decir verdad, no solía fijarse demasiado en las chicas, pero esta le había llamado la atención aunque conociendose sabría que solo sería algo pasajero.
 

- ¡Vamos Sensor! - Dice Mago con una seductora sonrisa. - Tienes que aprender a relajarte un poco. 

La joven le lanza una dura mirada.

- Y tú a ser más puntual...

Tras este intercambio, la chica os mira a todos vosotros.

- Hola a todos. - Saluda con una gran sonrisa. - Mi nombre es Sensor. Si me acompañáis os llevaré junto con la jefa.

Tras esto se aparta un segundo de la puerta.

- ¿Empezamos?

Tras esto desaparece tras el umbral.

- Será mejor que continuemos.

Comenta Menace siendo el primero en salir del garaje.

Una vez salís del garaje comprobáis que aquel lugar no es demasiado diferente a una verdadera residencia de universitarios. 

- Este es el salón principal. - Dice Sensor señalando un amplio espacio.

Es bastante amplio y espacioso, con bastantes sillones y sofás alrededor de una mesa central. Todo con unas vistas magníficas al jardín. 

Por el espacio y la cantidad de asientos, es de suponer que hay bastante gente viviendo allí.

- La cocina.

Al igual que la anterior, es amplia y espaciosa, con capacidad para bastante gente.

- Al fondo de este pasillo hay dos cuartos de baño así como una habitación de invitados. Profesor... - En ese momento la chica mira hacia arriba, como si estuviera haciendo memoria. - Winston. Esta será su habitación por el momento. 

Al girar por una esquina veis una escalera que asciende.

En ella, sentado en uno de los escalones, hay un chico sentado. Sobre sus rodillas tiene un portatil, cubriéndole los oídos unos grandes cascos y, en su boca, el palo de un chupachups. El chico está pendiente de su pantalla, sin prestaros la mas mínima atención.

- Este es Mandíbula... - Comenta Sensor.

Y, casi como si la hubiera escuchado, veis como el chico se saca el chupachups de su boca y, de pronto, un fuerte chasquido veis como el caramelo se parte por la mitad.

- Por lo obvio... - Prosigue la chica mientras sigue avanzando. - Escaleras arriba están las habitaciones.

Sin embargo, en lugar de subir, coge unas escaleras que bajan ligeramente. 

- Aquí abajo hay un gimnasio...

Sencillo, pequeño aunque bien equipado.

Aunque no esta vacío, ya que veis a dos personas dentro levantando pesas.

- ¿Esos son los novatos Sensor? - Pregunta uno de los dos.

De dos metros de altura y completamente lleno de músculos. 

Su cabeza está totalmente afeitada y sus brazos están cubiertos por todo tipo de tatuajes tribales y símbolos. Desde luego no tiene un aspecto tranquilizador. 

- Sí... Los llevo para que conozcan a la jefa. 

El pasillo continuaba, pero el otro hombre que había en el gimnasio os mira. También va ataviado con ropa para hacer ejercicio.

- Carne fresca... 

Y veis como se pasa la lengua por los labios. 

No es tan alto como el anterior, pero de todas formas veis que está en muy buena forma física.

- Ya vale chicos. - Dice ella con otra de aquellas miradas. - Sigamos.

Una vez dejáis atrás el gimnasio, llegáis a la última sala de aquella zona.

- Esta es la zona de entrenamiento.

Ante vosotros se abre una gran habitación... O eso creéis ya que está completamente a oscuras. No hay ninguna fuente de luz en el interior, solo la que llega del pasillo donde os encontráis, la cual no es demasiada... 

- Bueno... - Comienza a decir Sensor cambiando el peso del cuerpo de los talones a las puntas de los pies. - Ahí está la Jefa... Yo os esperaré arriba. 

Y sin decir nada más, os deja solos ante ante aquella estampa.

Gracias a tus ojos y a pesar de la oscuridad, puedes ver en el interior de aquella habitación.

Por lo que ves es una amplia sala parecida a la sala de un gimnasio. Aunque no tiene ninguna máquina ni nada así. Está completamente desierta, sin muebles. Un espacio completamente abierto.

En las paredes ves diferentes estanterías de madera repletas de todo tipo de armas blancas y de combate. Mientras que en otra vitrina hay armas de fuego de diferentes tamaños... Alguna de ellas demasiado grandes para un humano... 

Y, del techo, a unos cinco metros de altura, veis como caen varias trozos largos de tela que llegan hasta el suelo.

Y, colgada boca abajo de dos de ellos, hay una mujer.

Por lo que veis es guapa, de rasgos afilados y una melena igual de negra que aquel lugar.

Se encuentra bien sujeta a los pedazos de tela con sus piernas, dejando las manos completamente sueltas y libres. 

Lo más interesante es que no se está moviendo absolutamente nada del sitio... Tiene un equilibrio perfecto...

Espero un tiempo mientras la observo... Intento saber si es Tager o no.

El lugar parecía bastante amplio y bien equipado, lleno de bichos raros como ellos. Un tanto abotargado por la visita así como las presentaciones, llegaron ante lo que se suponía ser el despacho de la jefa. Estaba completamente a oscuras, Nathan no entendía nada.

- ¿Hay alguien ahí...? -susurro no sin cierta sorna.

Entendía que pertenecía a una organización seria, tal era así que se había convertido en el eje de su vida. Había trabajado con diferentes equipos pero sin lugar a duda este era el más peculiar.

Echas un vistazo al interior de aquel lugar y a aquella mujer... Pero entre las telas con las que está colgada... Apenas puedes verla bien... Así que no sabes decir si se trata de un humano normal o de un tager como lo eres tú.

Parece que todos los que os encontráis allí estáis igual. 

- ¿Qué es esto? 

Pregunta Avispa.

- A lo mejor hay alguien dentro escondido... Para darnos un susto... Aunque creo que aún no es Halloween... Se habrán equivocado de día... 

- Ya vale Avispa. - Comenta Menace con un tono serio. - Será mejor que os comportéis delante de ella o...

Pero las palabras del hombre son interrumpidas.

- Si les adviertes... - Escucháis la voz de una mujer que proviene de aquel lugar oscuro. - No tiene gracia.

Escucháis algo parecido a tela moviéndose o algo deslizándose por ella. 

- Parece que sigues siendo tan aburrido como siempre Menace.

De improviso una pequeña cerilla se enciende en la oscuridad y esta prende una vela. Y gracias a la luz de esta, podéis ver a vuestra interlocutora.

Se trata de una mujer de pelo oscuro, vestida con una chandal sencillo y de color negro. Es delgada, de figura estilizada y un movimiento sinuoso.

- Vosotros debéis ser los novatos... Y el doctor Winston. Creo que no hemos tenido el placer de conocernos antes, aunque me han hablado muy bien de usted.

La mujer coge la vela con las manos y avanza hacia vosotros, con unos movimientos que os recuerdan a un felino cazando...

- No, me temo que es la primera vez que nos vemos. - Contesta él intentando mantener la calma.

La mujer sonríe de forma con un ápice de sadismo. Después mira al resto.

- Para vosotros... Podéis llamarme Navaja, aunque aquí también me llaman la Jefa. Soy la que está al mando en este lugar, de este grupo y, desde ahora, de vosotros. Es decir que seré yo la que os de un par de azotes si hacéis algo que no me guste...

La mujer llega hasta vosotros y sopla la vela, para que la llama desaparezca.

- Acompañarme. 

Empezaba a cansarse de tanto rarito junto, ni siquiera la que se hacía llamar "Jefa" podría considerarse normal. Podrían ser raros por otros motivos, pero en su caso aunque fuesen humanos corrientes llamarían la atención. Cuando ingresó en la organización pensó que le costaría adaptarse por los problemas que había tenido en el pasado, nada más lejos de la realidad en el fondo parecía ser el más cuerdo de todos.

- Y bien... ¿Se puede saber a que viene todo este teatro? -preguntó algo molesto.

No le gustaba andarse por las ramas, esto espezaba a parecerle un parque temático pero nadie le había cobrado entrada por lo que se sentía muy confuso. No lograba comprender cual era el modo de funcionamiento de esta célula, si es que tenía alguno.

Mientras la seguimos, me presento:

Soy Agony. ¿Esa sala... Debe estar siempre a oscuras? Parecía una armería...

La mujer continua avanzando mientras contesta.

- Esa sala es de entrenamiento. Y no, no suele estar siempre a oscuras.

Mientras avanzáis por la casa, vais recorriendo el camino inverso. Parece que obvia el comentario de Smoke por completo.

Sin embargo, mientras subís, no dice nada más ni responde a vuestras preguntas, hasta que llega al que parece un pequeño salón. Discreto, con apenas dos sillones y una mesa auxiliar.

- Espere aquí Doctor, en seguida estaré con usted.

Y sin añadir nada más, continúa subiendo hasta el siguiente piso. Allí os hace entrar enun despacho bastante más grande y amplio, donde todos entráis perfectamente, aunque algunos en pie.

- Se os ha trasladado a esta división de la Sociedad Arcana debido a que teníamos algunas vacantes disponibles. No hay una misión concreta ni un motivo más concreto, simplemente cubrir unas bajas. Desde luego en esta ciudad siempre hay cosas que hacer, desde pequeñas investigaciones, seguimiento, vigilancias... Ese tipo de cosas. ¿Alguna pregunta hasta aquí?

Ante la inexistente respuesta, se resignó a permanecer callado hasta el final del tour. No parecía el único en esa tesitura ya que sus compañeros tampoco estaban por la labor de hablar demasiado. Ausente durante la nueva explicación, se limitó primero a asentir y después a negar cuando finalemnte escuchó la pregunta.

Todo y que no soy muy habladora, al ver que mis compañeros no se muestran muy "activos", tomo la iniciativa, aunque no me siento cómoda liderando la conversación:

Yo tengo variaspreguntas:
¿Cual es nuestra actual situación y qué se espera de nosotros?
¿Por qué han dejado el puesto a los que sustituimos?
¿Tenemos alguna misión en ciernes?

Espero que no te moleste tantas dudas, pero somos nuevos aquí y no conocemos vuestra forma de proceder...

La mujer os lleva a una gran sala en la parte superior de la casa.

Parece una gran sala de reuniones con una gran cantidad de sillas dispuestas a su alrededor.

- Sentaos.

Dice ella usando una de las sillas de la cabecera.

- Nuestra situación actual es estable en la ciudad. La corporación Chrysalis tiene una de sus más grandes sedes en esta ciudad, eso significa que nuestros enemigos están asentados. Por suerte para nosotros, están controlados y vigilados. Gracias a misiones anteriores, sus movimientos se han visto limitados, por lo que tenemos a nuestro favor cierto tiempo extra.

La mujer mira a todos los presentes antes de proseguir.

- Los puestos que están cubriendo no es por muerte de los anteriores agentes. Eso quiero dejarlo claro. Nadie que haya estado a mi cargo ha muerto en una misión. Y espero que eso siga siendo así. - Su mirada, ya dura de por sí, se vuelve aún más dura y fría. - Los anteriores agentes habían ganado experiencia y se habían especializado en ciertas áreas desde que estaban aquí. Hablaron conmigo y acordamos en que se trasladaran a otras áreas donde sus habilidades serían más necesarias. Aquí, por otro lado, podríamos formar a otros novatos.

Os sonríe a todos los jóvenes mientras da un par de golpes sobre la mesa.

- En cuanto a las misiones, hay un par de ellas sobre mi mesa. Las analizaré con el resto del equipo y, tras eso, se os asignará alguna de ellas. Dado que sois nuevos, quiero estar segura de saber de qué sois capaces antes de mandaros a una misión más peligrosa o difícil. 

Sonríe de nuevo.

- ¿Algo más? 

- Eso digo yo... -rompió el silencio reinante en la sala tras la pregunta- ¿Hay algo más? ¡Menuda chapa colega! -suspiró separándose de la mesa, desparramado sobre la silla- ¿Se puede saber que es lo que hemos hecho para semejante castigo? Acabamos de llegar de un viaje en avión, estamos cansados y hambrientos y en vez de acomodarnos y convocar una reunión para mañana a primera hora, decidís meternos el sermón con más prisas de las que os gustaría admitir... ¿Estás segura de lo que dices? He estado en otros operativos y la organización es mucho más estricta y funcional, aquí todo parece atropellado y sin pausa... como si tuvierais prisa, como en una situación de emergencia...

Esperó con los brazos cruzados la respuesta de la ponente así como de alguno de sus compañeros, si es que no estaban muertos. Llevaba un rato escuchando bostezos, por lo visto no era el único que estaba cansado por el viaje, pero sí el único capaz de admitirlo abiertamente y decir lo que pensaba de esta falta de planificación y cortesía.

- ¡Eh! ¡Capullo!

Dice de pronto Avispa mirando a Smoke.

- Solo ha contestado a las preguntas. No tienes que contestar así.

Pero al decir esto, Menace carraspea.

- Esa lengua jovencita. - Le recrimina. - No hay que faltar al respecto porque no compartas su opinión.

- ¡Pero es verdad! - Prosigue ella. - ¡Es un capullo! ¿Y a qué viene lo de las prisas? Si él quiere irse a dormir la mona, por mí perfecto. Pero yo quiero enterarme del por qué nos han trasladado aquí o lo que vamos a hacer. Y, por lo que ha dicho la Jefa. - Y mira a Navaja. - Primero tiene que hablar con otra gente antes de asignarnos misiones, por lo que no nos va a lanzar a lo primero que aparezca.

Al decir esto, vuelve a mirar a Smoke.

- Eso no me parece atropellado.

- ¿Entonces cuál es el motivo de la reunión, si todavia no nos pueden asignar ninguna misión en particular listilla? -enarcó una ceja mirando a Avispa sin cambiar la postura despreocupada que había adoptado en la silla-. Me da la sensación de que hay una obrera en la sala que pretende ser reina, pero piensa un poco antes de hablar... la cabeza contiene una cosa que se llama cerebro -explicó despacio para que lo entendiera- espero que lo uses para algo más aparte de recibir ordenes de la mente colmena -concluyó serio, sin ápice de mofa o burla.

Mientras miro a Smoke con desdén: Va a ser muy divertido trabajar con vosotros. No es que esperara hacer amigos aquí, pero hoy por hoy, no pondría mi vida en vuestras manos.

A Avispa: Al menos hay quien se lo toma con ganas

A Navaja: ¿Cual será nuestra tapadera, Navaja? ¿Tendremos un entrenamiento de grupo antes de trabajar en campo? Vista nuestra "compenetración", quizá sea necesario. Y no es que me guste trabajar en grupo, es que veo que nos puede hacer falta.

En general: No es que quiera ser pacifista, pero seamos realistas, estamos aquí por propia voluntad. Vamos a llevarnos bien. No porque seamos una comunidad de hippies,no... sencillamente porque nuestro enemigo ya está establecido y dudo que esté con tantas gilipolleces. Esto último lo digo subiendo el tono.

La mujer mira a Smoke de forma dura.

- Ya es suficiente novato. 

Su tono es frío y cortante.

- Si esta es tu primera reunión de equipo, no es culpa mía, sino tuya. Tal vez esa lengua sea el resultado de que decidieran dejarte al margen en tu anterior destino. Aunque si no estás cómodo en la forma de hacer las cosas que tenemos aquí, puedes coger tus cosas y largarte. 

Tras mantener la mirada durante unos largos segundos, la mujer comienza a teclear algo sobre la mesa.

Al hacerlo, aparece una pantalla holográfica sobre la mesa.

- Nuestra tapadera es que somos una residencia de estudiantes. - Mientras dice esto, veis que aparecen diferentes imágenes del lugar, una web de una ficticia residencia y diferentes desconocidos sonriendo. - Mandíbula se ocupa de la web y de mantenerla actualizada en todo momento. A veces Sensor tiene que hacer un pequeño teatro, pero en general funciona. 

Después de eso vuelve a teclear. Las imágenes y la web desaparece para aparecer fotos de los miembros de la casa que habéis visto. 

- Antes de llegar aquí, desde vuestros anteriores destinos se mandó un dosier sobre vuestras habilidades. Aún así, aquí veremos exactamente de lo que sois capaces. Así que sí Agony, os pondremos a prueba. Una vez echo esto, veremos las misiones que os asignaremos o bien... Recolocaros en otro destino. - Al decir esto último su mirada se centra en Smoke. - Pero eso será más adelante. Si no tenéis más preguntas, podéis retiraros a vuestras habitaciones. Poneros ropa cómoda y bajar a la sala de entrenamiento. Nos veremos allí.

Nathaniel se levantó asqueado de la silla que tenía su trasero grabado a fuego. Había empezado con mal pie, para variar en vez de intentar solucionarlo parecía haberlo empeorado aún más. No lo hacía a propósito, simplemente decía lo que pensaba y la gente que le rodeaba se lo tomaba a mal. Nada más llegar había conseguido hacerse un par de enemigos, la que parecía la jefa del cotarro y la tal Avispa. Procuraría que esa cifra no aumentase en los próximos días.

- ¿Pero es que aquí nadie piensa en comer? -lanzó la pregunta al aire a modo de queja antes de salir de la sala.

Nos vemos en la sala de entrenamiento en diez minutos.

Tras pasar por la habitación, deshacer rápidamente la maleta y echar un vistazo tanto a la habitación como a la ventana (está bien ver el paisaje), me pongo ropa deportiva. Antes de i a la sala de entrenamiento, paso por la cocina a por agua o alguna bebida isotónica.