Partida Rol por web

¿Y Estos chuchos de dónde salieron? - digo sin dar crédito a mis ojos, mientras intento descibrir de que están hechos esos pajarracos.

Bueno al menos parecen ser mecánicos así que un poco de ácido les sentará de perillas, lo malo es que las estúpidas cuchillas no me permiten un tiro directo. - pienso mientras empiezo a salmodiar un conjuro. (Orbe menor de ácido)

Un par de segundos después, un orbe volaba en dirección a uno de los chuchos.

A medida que su mente intenta seguir las cuchillas giratorias, se capta un nuevo movimiento fuera de la vista de su ojo. Se han abierto dos paneles a ambos lados de la cámara, de los cuales surgen dos construcciones bípedas. Las construcciones son apenas 3 pies de alto, pero se cubren con picos y agujas. Al entrar en la cámara, sus saltos y caídas parecen perfectamente sincronizados con las cuchillas giratorias para atacar a Marcus

El toque de la filo , pasa atraves de las hoja afiladas (cobertura 20%) he impacta justo, pero hace poco daño, el intento de pana es todavia peor porque no se trata de criaturas voladoras sino bipedas , que estan programadas para dar peñeños saltitos para evitar las hojas y portanto esquivan las hojas , porque asi fueron programadas

Ellas por su parte cogen desprevenido a Marcos y le atacan en sintonia (sneack atack, desprevenido actuan antes que marcus) punzandole una de ellas ,, aunque la otra falla por mucho

Al ver a Marcus en una sitiuación tan comprometida, procedo a salmodiar otro conjuro al tiempo que otro orbe de ácido aparece en mi mano.

Un lanzamiento perfecto, pero, lamentablemente mi proyectíl es interceptado por otra de las cuchillas.

¡Maldita sea! ¡Que alguien apague ese condenado chisme! Así no puedo acertarle a nada. - rujo frustrado mientras veo como otro orbe de ácido se despedicia sin hacer daño alguno.

Originalmente pensó que volarían, pero no, eran de movimiento en tierra.  Como artífice primeriza, Panacea podría causarle gran daño, pero requería tocar a los bichos antes.  Sorprendida temporalmente ante la extraña forma que había tomado el orbe de ácido lanzado anteriormente por su compañero, prosiguió pensando en su estrategia.

¡De mensa que me meto entre esas afiladas cuchillas asinomás! 

Así que decidió mejor imbuir a su honda con la magia que la haría ser más efectiva con los constructos, con los proyectiles especialmente preparados para atacarlos y causarles mayor daño.

La piedra voló .... 

Este será un buen golpecillo.

Los problemas aumentaban y a aquella distancia era poco efectiva, aunque si se movía hacia el interior estaba seguro que no saldría de esa. El hechizo que había utilizado había impactado aunque el daño había sido muy leve, aún así tenían que seguir intentando dar tiempo a Markus, al que se le amontonaban los problemas.

De sus dedos volvió a aparecer un orbe de color verdoso intentando impactar a la misma criatura. 

Macus no estaba dispuesto a morir allí. Y si lo hacía, vendería bien cara su vida, de eso podían estar aquellos bichos mecánicos seguros. Tomó en cada una de sus manos sus armas, y tras recibir los golpes, apenas se quejó porque ahora mismo no tenía tiempo para quejarse. Se limitó a hacer una de esas cosas que mejor se le daba: Disparar como un poseso.

Panacea volvió a sacar su honda, para golpear a alguno de estos molestones constructos en la cara.  Desafortunadamente esta vez su tiro fue a golpear contra una de las cuchillas que subía y bajaba, ocultando a ratos al pistolero en furia. Sólo sonó CLANG.  

¡A la otra bichos, a la otra!

La situacion era dificil, Nuestro pistolero estaba siendo atacado por esas malditas cosas danzarinas con puas y estaba siendo herido (puntos de vida 13 de 28) en solitario, y los ataques de su grupo ,que le ayudaban , estaban siendo desviados por esas gigigantescas helices giratorias. Aun asi consiguieron entre todos, hacer caer a una de ellas quitandole la vetaja de rodear y flanquear a Marcus

El bicho punzante que quedaba se quedo muy solitario , no teniendo la ayuda y sintonia de la otra , haciendo que su punzada sobre el vaquero fallara por mucho (Pifia 1 natural)

Al tocar el cañón con aquel ser metálico, su instinto fue disparar a quemarropa, destrozando aquel ser a escasos centímetros de él mientras retrocedía un paso, en una bélica danza para tomar una mejor posición contra su último oponente. Cuando este le atacó, se agachó ligeramente haciendo que el ataque pasara por encima de su cabeza, y desde aquella nueva posición, vio el momento de encañonarlo con ambas armas y disparandole una segunda vez a quemarropa con la única intención de destrozar la parte central de aquella aberración.

Aburrido de que mis conjuros siguieran fallando, opté por una función más mundana echando mano de mi arco.

Tensé con fuerza la cuerda, medí la velocidad de las cuchillas y libere mi flecha que salió disparada a toda velocidad contra la molesta criatura. Un disparo casi perfecto, pero al menos esta vez alcance mi diana.

Al ver como impactaba el orbe de ácido en las cuchillas no pudo más que rechinar los dientes, dejar caer su alfajon y dejar de desperdiciar sus poderes arcanos. Emuló a Valinor, sacando su arco corto y comenzando a disparar flechas contra aquellos constructos.

La primera flecha tuvo el mismo efecto que los orbes, no llego muy lejos en aquel maremagnun de cuchillas mientras el pobre marcus seguí acorralado.

Panacea se mentalizó.  Sólo tuvo que pensar en las hélices giratorias como si fueran vainas en la selva, como si fueran troncos de árboles entre los cuales cazaba su alimento.  Pensar en un depredador que tiene que superar en movimiento las barreras que ocultan a su presa. 

Giró la tela de su honda sobre su cabeza, su delgado brazo dió el giro adecuado, impulsado por la fuerza y destreza de la halfling.  El proyectil voló hacia su objetivo.

Pasó a un lado de un filo, por arriba de una cuchilla que subía, y por abajo de otra que apenas bajaba.  Iba en dirección a aquel constructo, a impactarlo en sus placas de metal y púas atornilladas. 

Que pegue duro, ¡que pegue duro! -pensó la cazadora.

Fin del combate

Los disparos superprecisos, mas en un momento delicado, lejos de sus compañeros y siendo atacado, impactan con suma eficacia en el cuerpo del constructo homonumculo pequeño y le hacen saltar chispas  y trozos de maderoscura de su mecanismo robotico. El disparo final de pana es definitivo y necesario para ponerlo fuera de juego

PUERTA
Una puerta de piedra maciza bloqueada bloquea el extremo. Cada una de las tres cerraduras requiere una comprobación de cerradura DC 25 independiente. La puerta tiene dureza 8 y 60 puntos de golpe. La puerta también contiene un mecanismo que puede desactivar las cuchillas giratorias. Una vez que se abren las tres cerraduras, las cuchillas giratorias pueden detenerse con una comprobación de dispositivo de desactivación DC 25 satisfactoria. Cada vez que el personaje hace el chequeo falla por 5 o más, una cuchilla oscilante corta del techo (+7 melee, 1d8 + 3 / 18-20 / × 2). Si el personaje tira un 1 natural en su chequeo, el mecanismo se queda atascado, añadiendo 5 al DC de chequeos posteriores. Si el mecanismo de la puerta se desactiva, las cuchillas dejan de girar.

Panacea debe ir por Marcus.  Sería demasiado arriesgarlo a que fallara algo y quedara allá herido, desmayado, sin ayuda.  Por eso es que invoca de la Naturaleza la agilidad de los felinos y pide su guía para ir a por él.  Lleva la varita en el ristre, y su plan es que, a cada momento en el que ella quedara herida, se aplicaría una curación a sí misma, e intentar de nuevo hasta llegar al pistolero para ya curarlo a él.

¡Y de paso lo ayudo a inutilizar el mecanismo para desactivar estas cosas!  Gracia gatuna, socórreme.

Cuando Marcus llegó al otro lado, Panacea se lanzó en una carrera suicida hacia Marcus que nos dejó a todos sorprendidos.

El valor y la agilidad de la Halfling, sólo eran comparables a los del más experimentado Dragón Púrpura que alguna vez hubiera conocido.

¡Eso fue una verdadera locura! - exclamo mientras veo a la pequeña halfling burlar la mortal trampa con una sonrisa ufana.

- Buenos disparos Marcus. Sin duda era un tirador excelente. Ahora solo les quedaba esperar que llegaran a desactivar aquellos complicados mecanismos y que pudieran avanzar a los siguientes peligros que les quedaran por resolver. Ojala acabaran cuanto antes aquella misión o acabaría con los nervios de los allí presentes.

Marcus ya estaba viejo para estas cosas. Cuando acaba por encañonar al último constructo y vaciar la recamara de las armas sobre él, se apoyó en la pared, llevándose la mano al costado y deslizandose por la pared hasta quedar sentado. No solo estaba físicamente agotado, además estaba gravemente herido. La vista se le nublaba, los oidos le chirriaban y en la boca tenía un extraño sabor metálico.

Pero respiraba.

Notaba su pecho inflarse y desinflarse de manera pausada y dolorida. Estaba herido, pero no muerto. - Esto es ganarse el pan. - acabó por decir, sin fuerzas para levantarse. - ....joder.... aun me faltan algunos clavos para el ataud. - acabó por decir, mientras cerraba los ojos. Estaba cansado, y le faltaba tanto el ánimo como la fuerza para abrirlos nuevamente. Pero cuando notó que algo se acercaba, tomó con fuerza una de las armas, mientras que con la otra mano aun se tapaba el costado y encañonó a aquello que se acercaba a él. Hoy Marcus vendería su vida bien cara.

Esperó hasta el último momento, a tener a aquel sujeto que se acercaba a quemarropa, cuando deslizó el dedo por el gatillo, abriendo un ojo solo para conseguir un disparo más preciso cuando vió a Panacea acercarse. Al verla, dejó caer el arma sin disparar.

- Me ha faltado un pelo de gnoll para acabar en el otro districto. - habló, mientras caía al suelo, perdiendo momentaneamente la consciencia.

Los gnolls son bastante peludos. -pensó Panacea, y sonrió con sus afilados dientes al ver que el pistolero comenzaba a normalizarse en su respiración y la magia empezaba a obrar en su labor curativa.