Partida Rol por web

3 de octubre, 10:35h. En mi consulta del Hospital

Desde que ingresé en el hospital, no paré de cambiar de consultas. Mi jefa se dio pronto cuenta que servía para todo y no tenía un despacho concreto, pero sí un busca con el cual me tenían siempre localizado. Estaba pasando consulta a una mujer cuyo hijo tenía extraños ronchones anaranjados por la tripa, cuando sonó mi busca.

Doctor McDuncan, acuda urgentemente a Urgencias. Colisión de varios vehículos, los heridos los traen de camino.

Como siempre eran muy comunicativos esos mensajes y no sabías que ibas a encontrarte. Antes de irme mojé un poco de papel secamanos en el grifo. -  ¿Te gusta pintar, verdad Charlie? - Le dije al chico. - Sobre todo con acuarelas... - Añadí mientras le frotaba una de esas ronchas anaranjadas del cuerpo, quedando limpio y el papel sucio.

Luego cogí una receta y dejé anotadas las  intrucciones.

Bañe a su hijo al menos una vez al día y si pinta con algo, límpiele después.

Le di el papel y "corrí", como me permitía mi pierna, hacia urgencias. Odiaba las colisiones y la sangre, me hacían usar el guardapolvos. Con suerte llegaría  tiempo a ponerme un pijama para no manchar mi ropa en medio del posible caos que hubiese.

No habían pasado ni cinco minutos cuando aparecí en urgencias. Aún no habían traído a nadie y me dio tiempo a cambiarme y buscar a la jefa de urgencias para ver que quería que hiciese.

3 de octubre, 11:00h, Hospital- Urgencias

Sobre las 10:00 h de la mañana, salíamos del Ayuntamiento en dirección al hospital con una paciente bajo un dictámen nada halagüeño. Y llegábamos 1 hora después en otra ambulancia, con el cambio de que habíamos perdido a la señora que íbamos a hospitalizar y en su lugar íbamos a internar al enfermero que me había ayudado en la primera asistencia. Aquella mañana estaba resultando de lo más extraña.

- A urgencias directamente. Nos están esperando - así fue la escueta información que solté nada más traspasar la entrada empujando la camilla. Nos indicaron que en la sala 4 estaba todo preparado, el doctor Gregor que estaba de guardia, se haría cargo - vamos Henry, aguanta. Hemos llegado.

Al ser médico titular, requerí de la ayuda del personal para cambiarme de ropa mientras avanzábamos por el pasillo. Así como ajustarme a la higiene debida del quirófano. No se debían de correr riesgos por contagio.

Traspasamos la puerta y lo primero que hicimos fue cambiarlo de camilla, directamente a la mesa de operaciones. Había nervios por lo sucedido, aparte el propio paciente trabajaba en el hospital, era uno de los enfermeros que estaba en plantilla.

- Henry Darcy: Hombre de 38 años, 185 cm de altura, 75 kg de peso - el doctor Gregor seguro que lo conocía porque Henry estaba adscrito a la unidad de traumatología, así que, estaba cansado de que le asistiera. Como yo había sido quien lo había tratado tras el accidente, le comuniqué mi impresión diagnóstica - Está mareado, no reacciona bien a estímulos externos. Pérdida de consciencia momentánea. Ha venido delirando todo el viaje - durante el traslado había hablado cosas sin sentido, el trayecto en ese sentido había sido hasta divertido por la cantidad de cosas que Henry me había soltado de manera semi inconsciente - Policontusionado, le he suturado una brecha en la cabeza y tiene otra con apósitos en la sien. Cervicalgia, le he puesto el collarín. Debería hacérsele un TAC o una RM* para descartar lesiones internas - por si no estuviera al tanto de lo sucedido, le di detalles de la causa de las heridas - hemos sufrido un accidente de tráfico, se golpeó la cabeza por el impacto con las paredes de la ambulancia y también cayó mal, habría que revisarle las extremidades inferiores.

Adopté un rol secundario, dado que el titular de urgencias en ese turno era Gregor McDuncan - me quedaré para asistirle, doctor.

3 de octubre, 10:45h, Hospital- Urgencias

En urgencias, salvo que estuviese de paso porque me aburría, siempre solía usar el mono azul. Primero para que no me confundieran con un paciente y segundo: para no mancharme mi ropa. la doctora Leslie Mills no tardó en darme instrucciones de ir sacando a los pacientes que no corrían tanta urgencia y mandarles a casa para atender a los que venían. No tenía mucho tiempo, pero lo vacié algo el lugar.

3 de octubre, 11:00h, Hospital- Urgencias

Llegó la primera ambulancia y con ella el primer paciente. No sabía que tenía ni porqué le metían en una camilla para quirófano, pero ese no era mi campo, así que tendría que esperar al siguiente haciendo más hueco. Mientras me alejaba con el bastón escucho como me alcanzan y me hago a un lado. De golpe la voz de Shelby suena cerca mío y la miro extrañado. ¿De verdad me consideraba el más adecuado para hacer una cirugía?

Iba a preguntar si la caída había sido por ir bebido o alguna posturita complicada en la cama, pero Shelby, quien parecía conocerme ya en ese sentido, enseguida me dijo que había ocurrido. - ¿Y usted, doctora? ¿Se encuentra bien? Noto su pulso acelerado desde aquí. Puedo pedir a una enfermera que le ponga 5 mg de diazepam en vena. - Eso la dejaría tranquila y podría seguir trabajando sin peligro alguno.

Luego miré a Henry. - ¡No me lo digas! ¡No llevabas puesto el cinturón porque estabas complaciendo a Shelby! - Porque desde luego, para que se hubiese llevado tal golpe, es que el único cinturón puesto en ese vehículo era el de su pantalón. Escuché la opinión de la doctora. - Me parece bien. Pero primero que le hagan una radiografía de cuello y cabeza, otras de las piernas. Es más rápido y, aunque se vea menos, sabremos donde buscar después. Luego el TAc y la RM, en la primera máquina que esté libre, le metéis. Ya me encargo y de Mills. - Ordené a los enfermeros. - Si pide algo para el dolor no le deis nada. Quiero saber que le duele de verdad.

Miré a Shelbi mientras esperaban que se moviesen.

- Doctora, no se ocupa un quirófano así como así. Sé que Henry es su amigo y que está preocupada por él pero... - Miré a los demás y con un tono más alto y enojado les hablé a ellos. - ¡Necesito las placas ya! ¡Y el resto de las pruebas cuanto antes! ¡Y eso no pasará si no se mueven de aquí! - Y esperé a que saliesen para poder hablar con ella a solas.

3 de octubre, 11:10h, Hospital- Urgencias

Una vez salieron de allí miré a Shelby a los ojos. Había más preocupación que enfado en mi mirada pero eso no era capaz de ocultarlo.  ¿En serio? ¿Un quirófano para una brecha que se sostiene con gasas? Si no se le está saliendo la sesera por ahí, no hace falta un quirófano. El resto está bien, excesivo pero entiendo que le aprecias, pero una placa servirá para saber si hay que hacerle el resto de pruebas. He cedido porque es de la casa, pero salvo que en la radiografía salgo algo que realmente asuste, irá a un box como los demás. ¿Queda claro?

Después de aquella pequeña charla la miré con otra expresión más tranquila y preocupada aún. - ¿Alguien la ha examinado o ha venido haciéndose la valiente? Me da tiempo a hacerle un chequeo rápido en un box y luego ir a por las radiografías nosotros mismos. Porque estos traerán a Henry y las pruebas todas juntas.

3 de octubre, 11:00h, Hospital- Urgencias

Que la doctora estuviera pendiente era un alivio para Henry, quien en su situación aunque no había llegado a retener la información concisa del accidente, si se había enterado del siniestro. Y bajo su condición de enfermero también sabía que aquellos primeros minutos desde el golpe recibido hasta recibir una asistencia médica completa podían ser cruciales. 

Por el camino se estuvo quejando del dolor que sentía en la cabeza, le contó a Shelby que tenía una sensación de ardor interna dentro del cráneo. O quizás era fiebre. También se estuvo moviendo más de la cuenta, pidiéndole compresas frescas de hielo a Shelby para el dolor. 

Sus pies tenía la sensación de que ardían, como si hubiera hecho una larga caminata, y le pidió a la doctora que le quitase las zapatillas de deporte dejándolo descalzo, para que circulase mejor la sangre. 

Al llegar al hospital Henry solo quería ser bien atendido. No podía desear otra cosa. 

-Por favor, ayudadme, tengo cosas importantes que atender fuera del hospital. 

Ni siquiera puso un solo pero a que el doctor Gregor le atendiese, pese a su fama de antipático en el hospital. Ahora mismo estaba en manos de los profesionales cualificados del hospital. 

3 de octubre, 11:00h, Hospital- Urgencias

Menudo rapapolvos que me echó el doctor, según parecía pese a las quejas, lamentos y delirios de Henry, su caso no revestía la suficiente gravedad para ocupar un quirófano - tras un accidente en el que han muerto dos de las personas con las que viajábamos en la ambulancia, puede que según su criterio le parezca que Henry no está lo suficientemente grave, pero cuando lo atendí en la ambulancia, con todo aquello lleno de sangre, creáme que lo último en que pensé fue que me fuera a poner pegas aquí - igual lo que pretendía era que sacásemos a Henry al pasillo y lo dejáramos allí hasta que le llegase su turno.

- Me hubiera gustado traerle a la paciente que pretendíamos transportar desde el ayuntamiento hasta aquí, pero está muerta. Una bandeja de las que se soltaron tras el impacto le cortó la aorta - mi tono al igual que el suyo iba aumentando. Él tendría sus razones para opinar sobre los hechos, yo también - el impacto fue lo suficientemente fuerte para preocuparse por él - estaba todavía semi inconsciente, delirando. No lo veía tan leve como parecía dar a entender el doctor Gregor - ¿Me está juzgando? - porque ya lo había tratado antes que si llega a ser ésta la primera vez igual tuviera que venir el guardia de la entrada a separarnos. Pero como lo conocía, a pesar de la discusión sabía que toda aquella mala leche sería canalizada de alguna manera - Es fácil tomar las decisiones aquí y muy cómodo. Pero mientras usted no salga de su zona de confort, va a tener que confiar en mi criterio ¿Lo entiende?

De todas formas, esperaba que las pruebas que le habían hecho a Henry resultaran positivas, aunque tuviera que asumir las críticas como ciertas, siempre era mejor un rapapolvos con el paciente en planta que el silencio de tenerlo en el depósito.

Henry estaba en su mundo - ¿Qué cosas importantes tienes que atender? - me resultaba del todo extraño su comportamiento, también es verdad que era bastante reservado pero ¿hasta qué punto? A ver si íbamos a tener un vengador de esos que sale por las noches a impartir justicia como Flecha Verde o Batman.

3 de octubre, 11:00h, Hospital- Urgencias

- Es el protocolo, tras un accidente con muertos, los supervivientes si se encuentran heridos son enviados a urgencias - el doctor Gregor tenía mucha experiencia como médico pero quizás llevaba poco tiempo en el hospital y no había tenido tiempo para aburrirse leyendo los protocolos de intervención - no me culpe, no lo he redactado yo. Creo que es por los seguros, ya sabe, el mundo de las responsabilidades y las reclamaciones.

Me apoyé contra uno de los muebles que había en la sala, la mañana estaba resultando de lo más intensa - estoy bien, tuve suerte cuando recibimos el impacto - podía entender de todas formas que quisiera hacerme una exploración para evitar los riesgos - ¿Valiente o imprudente? De acuerdo, me someteré a un chequeo rápido, pero nada de alarmismos - el doctor era serio cuando convenía serlo, y pícaro en las demás ocasiones. Conmigo tenía una relación bastante buena pero en aquellas circunstancias nunca sabías cuando iba a cruzar la delgada línea roja y soltar un comentario fuera de tono.

- Apenas unos rasguños... este traje de emergencias viene con refuerzos - siempre había criticado que venía reforzado de más, pero por esta vez debía agradecer a quien lo hubiera confeccionado.

3 de octubre, 11:20h, Hospital- Urgencias

- No, no me has entendido Shelby. - Dejé el protocolo de lado dado que ahora, a solas, sentía que hablaba con alguien más allegado que un simple paramédico o una doctora a la que le gustaba la emoción de las ambulancias al igual que a mí la de resolver misterios. - Henry podía haber ido directo a un box, salvo que me dijeses que el cráneo estaba fracturado y se le veía la sesera y eso no ha pasado. Lo que quiero que entiendas es que la prioridad no se mide por la amistad o el miedo que se tenga a perder a una persona, sino por los daños recibidos. De hecho tú misma has sido víctima del accidente y deberías haber ingresado como tal y recibir asistencia antes de decidir nada.

» Dime, Shelby, ¿qué hubiese pasado si ese quirófano hubiera sido necesitado para alguien que ha perdido un brazo y nosotros solo mandamos a Henry a radiología que es lo más rápido? Solo digo que erraste con el lugar donde meterle y que hemos tenido suerte de que nadie necesitase el quirófano... aún, porque todos los heridos vienen a este hospital.

Sí, había escuchado su pataleta anterior, pero simplemente la dejé desquitarse. Sabía que estaba alterada por el accidente, por todo lo ocurrido y tenía que soltarlo de alguna manera. Y si yo fuese distinto, incluso en este momento le daría un abrazo para que entendiese que estaba de su lado. Pero había líneas que no cruzaba. Simplemente no podía.

El chequeo fue rápido. Algún moratón, rasguños. Nada grave salvo su estado de nervios.

- Vayamos a radiología. Eso es rápido de ver. - Mi tono había cambiado por completo, solo esperaba que entendiese su error. - Y si Henry anda esperando para entrar en alguna sala y tengo que verle en el pasillo, así se hará. Su fama de payaso no me influenciará para verle. Lo hago por ti. - Quizás ahí si viese el apoyo y que estaba de su lado y si no, pues nada. Que se repasase los manuales de nuevo o me denunciase por llamarle la atención.

Me moví todo lo rápido que pude hasta radiología y nos dieron las placas. En ordenador estaba muy bien para una consulta, pero para urgencias no. - Vamos donde haya más luz y algo de intimidad, porque se le verá el pajarito a tu amigo.

Como no, para tocar las narices, empecé por las piernas. La verdad es que sacaron muy buenas radiografías.

- Han marcado los puntos de dolor de Henry y... no se ve nada raro. De hecho es que no veo nada... - Tiré con segundas intenciones. - Y eso no es por el frío. - Luego cogí la de la cabeza y la alcé para verla juntos.

- Las cervicales están bien, seguramente sea un tirón muscular. Ahí arriba, donde la gasa, tiene una leve mancha negra en la placa derecha. En la izquierda no se aprecia... podría ser algo o nada... una hemorragia interna o gases que no expulsó en su momento por donde debía.- Dije de manera mordaz. - No creo que le haga falta el TAC, pero la RM sí para salir de dudas. No me gustaría que fuese una hemorragia interna y no verlo por ahorrarnos la prueba y que quede peor de lo que está. ¿Qué dices?

3 de octubre, 11:20h, Hospital- Urgencias

Necesité tiempo para darme cuenta de lo que Gregor trataba de decirme, estaba tan absorvida por la situación del accidente que no me había parado a valorar todo aquello. Guardé silencio ante la reprimenda y asentí por los errores cometidos. Finalmente con un hilillo de voz propuse soluciones - ¿lo saco del quirófano por el pasillo secundario y comento que lo trasladen a planta? Necesita reposar.

No sería la primera vez que ocurría algo así, de hecho siempre había pensado que habían construido aquel pasillo para dar salida a ese tipo de circunstancias. El pasillo en sí conducía al montacargas que comunicaba con el sótano, lugar donde estaba ubicado el depósito y donde se efectuaban las autopsias a los cádaveres, pero aquel ascensor también subía a las plantas. Así que podría usarse de manera discreta.

Ahora mismo Henry se había convertido en "un muerto" y había que hacerlo desaparecer del quirófano, cuanto antes mejor.

La placa radiológica evidenció lo que cualquier ojo experto sabía: No había lesiones, tan sólo daños superficiales. Así que, o bien Henry le estaba metiendo mucho cuento o simplemente se había mareado y por eso, había perdido el conocimiento.

El doctor, volvió nuevamente al asunto. Parecía que no se contentaba con restregármelo una vez, disfrutaba repitiéndolo una y otra vez, una y otra vez - vale, ya me ha quedado claro.

A diferencia de otros médicos, Gregor tenía un humor a prueba de bombas que se activaba en el momento más insospechado. Allí, tras el rapapolvos, analizando la radiografía le saltó el automático - ¿Qué pajarito? Ah, sí jajajja - me había cogido el punto, sabía que yo aquellas cosas me daban risa, sobretodo por las formas que él utilizaba. Cualquiera que nos viera, sabía que hacíamos buena pareja en el Hospital. Probablemente era la única médica que le aguantaba no sólo las bromas y los comentarios sarcásticos, también era de las pocas que le replicaba sus salidas de tono con otras mayores, cuando no le seguía el juego - Inclúyalo en el informe: Ponga que de un examen en profundidad, se le aprecia disfución eréctil - era raro porque sabía que Henry tenía hijos, aunque siempre había una excepción para la norma general.

No parábamos de hacerle pruebas, parecía estar bien de las consecuencias del accidente, era más preocupante lo que se observaba de fábrica.

Pero había que resolver para no eternizarnos con aquel paciente en el quirófano - entonces, que le hagan una resonancia y lo suban a planta ¿Le parece, doctor?

3 de octubre, 11:25h, Hospital- Urgencias

Nunca, jamás iba a negar que era un cabrón. Eso sí, dependiendo de quien me lo dijese las cosas acabarían mejor o peor. Pero con Shelby o con Cristy era distinto... tampoco estaba seguro de hasta que punto distinto pero... ahí estaba la duda y eso siempre divertía. Shelby era lista, muy inteligente la verdad, por eso me molestaban tanto esos errores. Asentí a sus palabras para que lo llevasen a radiología por allí y luego, sin saber bien el motivo, quizás porque andaba enfadado por ese fallo se lo volví a repetir. Pero mejor desquitarme con ella que con otro del hospital. Así empezaban los rumores tóxicos y no quería nada de eso para ella.

Tras ver las placas y sacar los chistes oportunos, Henry parecía tener solo la contusión y las heridas en la cabeza. Con el Tac descartado, tuvimos que ir en busca de su camilla para que le hiciesen una resonancia y le echase un ojo antes de dejarle en paz. - Disfunción eréctil, no se me olvidará. - Respondí a la broma de Shelby.

- Sí, vamos a buscarle antes de que le hagan el Tac y que le dejen en una habitación, en observación durante 24 horas. En cuanto vea el resultado de la RM le dejaremos así o tendrá que ir a quirófano. Otra cosa que tengo que ver es su herida en la cabeza, la de las gasas. Vamos a buscarle antes de que le metan en una sala.

3 de octubre, 11:35 h, Hospital- Urgencias

Tardamos un rato en dar con Henry y su camilla. Le tenían estacionado junto la sala para hacerle un Tac. - Somos los siguientes. - Nos informó un enfermero.

- Ya no es necesario el tac. Solo la RM. - Informé al enfermero y luego miré a Henry. - ¿Cómo estás? ¿Cómo van tus piernas? ¿Duelen, tienen sensibilidad, las puedes mover? - Esperé sus respuestas mientras le miraba la otra herida sin curar usando los guantes que llevaba en el bolsillo. - Un momento.

Me colé en una sala y saqué unas tijeras, cortando con cuidado el cabello manchado de sangre. Era mejor usar máquina y rasurarlo todo para ver bien la herida, pero no disponía de ninguna. Le señalé la profunda herida de la cabeza. - Puede que lo que se vea es un coágulo de la misma herida. Lo sabremos con la resonancia.

Luego usé la famosa linterna con el paciente. - Henry, sigue la luz de la linterna con los ojos. - Las pupilas dilataban bien, él estaba atontado aún. Para que muriese la mujer que iba con ellos de paciente, si que tuvo que ser un buen golpe.

- Nos vamos a una sala de curas. - Miré a Shelby para que me ayudase a empujar la camilla mientras que los enfermeros reaccionaban. Literalmente me colé en una donde casi chocan las dos camillas. - Lo siento, esto es más urgente. Además tiene preferencia, es uno de los nuestros. - Les dije a los otros "conductores" y ahora sí, disfruté rapándole con la máquina el cabello a Henry.

- Si te duele me avisas y te pongo anestesia local. - Le dije mientras cargaba la jeringuilla con la misma y miraba a Shelby con un gesto de complicidad. La verdad es que la herida era fea y más fea aún cuando la limpiamos antes de suturar, usando previamente la  anestesia local, claro.

- Doctora, ¿tiene algo que hacer? Quiero llegar cuanto antes a que le hagan la RM. - A pesar de mi cojera, podría aguantar bien apoyándome en la camilla. Los enfermeros ayudaban bastante y Shelby parecía un motor con 300 C.V. de potencia. Había cola para la RM, por no perder la costumbre y por eso mismo, yo no perdí la mía y según salió el paciente en camilla metí a Henry.

Henry Darcy: Hombre de 38 años, 185 cm de altura, 75 kg de peso, enfermero del hospital. - Shelby iba a flipar con aquello. - Está mareado, no reacciona bien a estímulos externos. Pérdida de consciencia momentánea. Ha venido delirando todo el viaje. Policontusionado, le han suturado las brechas en la cabeza. Cervicalgia, le han puesto un collarín. En las placas sale algo raro en la zona donde tiene la brecha más grande. Necesito la RM con urgencia. Viene del accidente, fue uno de los afectados. - Era un cabrón, sabía como llegar a los corazones de la gente cuando quería.

Fuera habían quejas, me iba a enfrentar a ellas al salir, dado que ya no me quedaba al show. - Doctora, cuando termine, que le ingresen y como dije, 24 horas en observación. Me da igual que sean parientes o personal del centro. En cuanto tenga los resultados de la RM se lo haré saber.

Y con eso salí fuera, donde las quejas y molestias no paraban. - ¡¿Saben lo que es una urgencia médica?! ¡¿Una de esas donde o ves que pasa o se la paciente se muere?! ¡Pues eso es lo que hay dentro, así que salvo que alguno tenga algún problema de vida o muerte, hagan el favor de callarse y dejarnos a los médicos hacer nuestro trabajo!

-A mis hijos. – respondió a Shelby. Ese era el motivo principal por el cual el enfermero estaba pidiendo que le atendieran rápido y eficientemente. Era un padre de familia. -Tienen a su madre, pero me necesitan igual.

Los dimes y diretes entre los doctores pasaron desapercibidos para él. Claro, escuchaba voces de un lado y de otro, pero aquello era como escuchar un partido de tenis por la radio y el tonto que lo hacía no tenía mucha idea sobre las reglas del juego. Darcy estaba aturdido. Tenía la gasolina justa para responder a preguntas fáciles y concisas.

Por eso cuando Gregor le preguntó como sentía sus piernas, no tardó en afirmar que sí, tenía sensibilidad. -Las noto, y puedo moverlas. Así como los dedos de los pies y las manos. – mientras decía aquello, movió los pies, y las manos frente al doctor. E incluso hizo un juego de dedos, tocándose con el pulgar cada uno de ellos, respectivamente.

-Había salido a hacer ejercicio cuando me subí a la ambulancia… - le costaba hablar por el dolor que sentía, además era como si su mundo de repente fuese en modo retardado. -Los pies me arden, y la cabeza.

Aparentemente siguió bien la luz de la linterna en los primeros compases del examen, no obstante, cuando el doctor pasó a pedirle que siguiera su dedo con la misma eficacia que demostró anteriormente, Henry no pudo completar la prueba. Su vista se iba.

Sorprendido por la visión humana de Gregor, un tanto alejada de las habladurías tan funestas que corrían por el hospital, dejó de luchar contra los estímulos externos, dejando que tomase el control de la situación. En unas semanas aquel parche rapado estaría tapado, teniendo en cuenta la buena salud de la que gozaba Henry.

No se quejó por la limpieza de la otra herida*. 24 horas en observación también le parecían bien. Mejor estar vigilado.

3 de octubre, 12:00 h, Hospital- Habitación

En el fondo el doctor Gregor era un buen doctor, empático a su manera y en busca de afectos imposibles. Sólo que las formas en la mayoría de las ocasiones le traicionaban. Se había mostrado resuelto a ayudarme con Henry, aunque entre medias me había echado toda una bronca por no seguir el procedimiento, pese a que él precisamente el protocolo se la traía al pairo, pero era su forma de hacerme ver los errores y tratar de corregirlos. 

Tras realizar las pruebas pertinentes a Henry, fue trasladado a planta. Realicé todo el papeleo para su ingreso y ajusté las medidas que había establecido el doctor: el paciente estaría 24h en observación y en caso de no presentar empeoramiento recibiría el alta salvo dictámen médico contrario.

Al ser trabajador del hospital contó con el beneficio de ser instalado en una habitación individual, circunstancia que favorecía la recepción de visitas. Dejé a la enfermera el aviso de que al encontrarse en observación midiera el nivel de visitas que podía recibir para que no le afectara negativamente en su recuperación.

Me despedí de Henry tras comprobar que la habitación reunía las condiciones de habitabilidad - fíjate, si tienes hasta el canal de la NBA en abierto, y mando a distancia. Menudo lujo - porque tenía familia que sino el enfermero era capaz de inventarse cualquier historia para seguir interno y disfrutando de los canales de pago en abierto - te voy a levantar un poco el respaldo - tomé el mando y me sorprendió la cantidad de botones que tenía, por un momento dudé si era el de la tv, pero no. No era muy  funcional, tuve que probar varias veces hasta dar con la postura correcta - ya está. Ya te dejo. Ah, se me olvidaba, he llamado a tu casa pero no me lo coge nadie. He grabado un mensaje en el contestador - era raro porque sabía que Henry tenía familia, pero a la vez era tan reservado con su vida personal que apenas sabía nadie nada - si quieres que avise a alguien en concreto, me dices.

Por último, antes de salir y cerrar la puerta le di las últimas recomendaciones - procura no levantarte, avisa a la enfermera si quieres ir al baño. Es normal que sufras mareos. No hagas locuras, tienes los mandos y el vasito de agua en la mesita.

Estaba segura de que toda la plantilla de su planta de trabajo iba a pasar por allí a visitarlo, aparte de familiares y amigos. Iba a estar muy entretenido.

Agradeció que todo aquello quedase en un susto y ya está. Henry no se estaba muriendo, así que no iba a avisar a nadie de su familia. Shelby le ayudó con la habitación, a sentirse cómodo. Le colocó el respaldo, le dio el mando de la tele con canal de pago… Aquello era el paraíso, desde luego.

-Te has molestado para nada, porque vivo solo. - de ahí que nadie le respondiese a la llamada y el mensaje se quedase colgando en el contestador. -Cuando llegue a casa, escucharé tu voz otra vez.

No aclaró si aquello sería bueno o malo, pues no conocía suficientemente a la doctora para crearse una imagen mental de ella, fuera de servicio.

-No voy a llamar a nadie, estoy solo en el país, Shelby. Mi ex mujer no cuenta. Y no quiero preocupar a los niños, cuando lo que tengo es solo un golpe en la cabeza y una contractura en el cuello.

-Tranquila, que no voy a hacer locuras. Lo último que quiero es que me tengan que dar una baja prolongada. - porque si no iba a trabajar, ¿qué coño iba a hacer el enfermero? Su trabajo ocupaba gran parte de su tiempo libre.

-Gracias por todo, doctora. - levantó los mandos en ambas manos, el de la tele y el de auxilio de enfermería. Ahora era él quien se encontraba en esa situación de tener que llamar si se mareaba. Menos mal que no le habían puesto una sonda urinaria.

-Cuídate Shelby. Si quieres pasarte más tarde para ver como estoy, o hacerme un poco de compañía, no me quejaré por ello.

3 de octubre, 12:14 h, deambulando por urgencias y mi despacho

Me dirigí en silencio a realizar los dos informes médicos. Estaba seguro de que ambas jefas querrían verlos enseguida. Antes de aislarme en mi despacho bien reformado gracias a Shelby, y redactar ambos informes donde quedase todo bien atado e impoluto, me pasé por administración de urgencias. Era ese lugar donde se atendían las llamadas y te enviaban a los box pertinentes según el tipo de lesión.

Billy, un tipo tan grande como bonachón, no tardó en darme la copia del documento original. En él figuraba la entrada de Héctor al hospital y como se le mandaba al box 3, no a ningún quirófano. Por supuesto la entrada de Shelby no estaba registrada como víctima pero sí como paramédico que llevó a Héctor. Eso iba a ser un problema para ella y después de lo que había hecho por mí, no podía permitir que la reprendiesen cuando ya lo había hecho yo y sin ser su jefe, que era lo peor.

Dios, como echaba de menos mi equipo de diagnóstico y no tener que andar haciendo cosas tan descaradas, dado que el supervisor era yo y les podía poner la excusa que quisiera si lo consideraba oportuno. Si todo estuviese en papel como antes sería fácil, robar algunas hojas en blanco y luego cambiarlas en sus carpetas nuevas.

Con aquel papel en la mano subí a mi despacho y me senté frente al ordenador, curiosamente esta vez no vería porno.

De vez en cuando miraba la puerta por si Shelby se había dado cuenta de su error y venía a ver que podía hacer, pero nada. En mi pantalla tenía el mismo formulario para rellenar y ninguno de Shelby como ingresada. Eso iba a ser un problema y muy gordo y yo no tenía la mano que tenía en Nueva Jersey en este hospital. Además Billy se había encargado de dejar bien claro que no era grave el golpe... y es que sabiendo como venían otros era normal que le mandase a un Box, no entendí porqué Shelby hizo aquello. Miedo, nervios... incluso que esté loca por él, dado que se lo llevó en la ambulancia cuando él no tenía que estar en ella y ahí si que no podía hacer nada.

La sanción por subir a quien era un civil en una ambulancia sin autorización y de paso llevarle al hospital con alguien atrás herido, por muy enfermero que fuese el civil, no serviría de excusa.

Volví a  mirar la maldita pantalla del ordenador. O lo rellenaba o no  podría hacer más. Lo malo era que los campos que había rellenado ya Billy no podía tocarlos yo. A cada uno lo suyo.

- ¿Y qué coño hacemos ahora Shelby para sacarte de esta?

3 de octubre, 12:00 h, Hospital- Habitación

No me figuraban detalles personales en su expediente, de modo que cuando me explicó que vivía solo simplemente lo anoté en la memoria y acepté la información que encajaba con que hubiera llamado a su casa y no hubiera contestado nadie - ¿Solo? ¿Ni familia, ni perro ni alexia? Me dejas alucinada - era uno de esos solteros que hacía y deshacía a voluntad sin tener que depender o consensuar decisiones con alguien más - ni que fueras un refugiado sin papeles - tomé a broma su alusión de que se encontraba "solo" - y esos hijos ¿Dónde los tienes, o los tiene ella? - Henry se estaba abriendo, me estaba comunicando información personal que no figuraba en ningún otro sitio. 

- Son las 12, ahora tengo que bajar a urgencias pero por la tarde me voy a pasar a ver cómo te va - acomodé la bolsa que contenía sus pertenencias en una silla y le arrimé la ventana - te traerán la comida sobre la 1 - no sé porqué le daba esa información cuando él sabía perfectamente los horarios de planta - seguro que a pesar de tu soledad social te vienen a visitar, así que pórtate bien.

Me despedí de Henry, a pesar de sus circunstancias personales se le veía bastante entero. Además no me pasó desapercibida la cara feliz que se le había quedado cuando le comenté que tenía todos los canales de pago en abierto.

...

3 de octubre, 19:00 h, Hospital- Habitación

Sobre las 19:00 subí a visitar a Henry, quería saber cómo se encontraba, cómo había pasado aquellas horas y también más detalles de su vida privada y porqué no, todos los cotilleos que le habían comentado sus visitas. Como a las 20:00 solían comenzar con las cenas, me daba tiempo de sobra sin tener que interrumpir ningún servicio.

Toc, toc. Golpeé mis nudillos ligeramente y entré. Henry seguía en la misma posición, semi-recostado viendo la pantalla. Asumí que se habría levantado para ir al baño y que había comido, seguramente también había dormido la siesta y ahora estaba viendo alguna película - ¿Se puede? Oye, tampoco estés viendo todo el rato la tele que te va a crecer la cabeza - entré con unas revistas por si quería cambiar de dinámica.

Fui a cerrar la puerta y me encontré con un señor de unos 50 años con pelo canoso que también venía a ver a Henry. Por un momento dudé en si salir y dejarles a solas, pero por las pintas no parecía que fuera una visita muy social. El hombre portaba un maletín y llevaba varios folios en la mano. Hice como si estuviera arreglándole la habitación, moviendo el florero que había en la mesa hasta la repisa junto a la ventana, adoptando un segundo plano.

- Buenas tardes, ¿Henry Darcy, verdad? - el hombre pasó y se colocó casi enfrente de Henry, obstaculizando su visión de la televisión - espero que esté disfrutando de la calidad y servicios que ofrece a sus pacientes el Hospital Universitario Houston.  Como usted sabrá, el Hospital Universitario Houston es privado - Bla, Bla, Bla. Rollo burocrático pesado - me va a tener que rellenar una serie de formularios - Bla, Bla, Bla. Rollo burocrático pesado bis.

Madre mía, los vampiros de los seguros no dormían. Estaba claro que aquel tipo pertenecía a la compañía de pagos y era la típica visita para rellenar papeleo y cobrarte para que no escaparas. Lo que me sorprendía es que siendo Henry trabajador del hospital no le cargaran directamente la factura.

Sea como fuere, no me pareció oportuna aquella visita y traté de despacharla por la vía rápida - Pero bueno ¡Cómo se atreve! ¿No ve que el paciente está en observación y reposo? - lo agarré del brazo y lo conduje hasta la puerta - no puede estar aquí. El paciente ha sufrido un accidente esta mañana, ni siquiera han transcurrido 24h, su visita podría alterarlo. ¿Y entonces, qué? Usted sería el responsable... por cierto ¿Cómo se llama? 

- William Pear... - le interrumpí nuevamente. No me interesaba realmente quien fuera, ni lo que viniera a hacer allí. Le abrí la puerta - Le avisaremos cuando se encuentre mejor, tranquilo - ¿Quiere que le dé mi tarjeta? - No es necesario, William. Cuidado con la puerta...- no tuve ninguna consideración, lo empujé y cerré la puerta tras él. Esperé unos segundos en silencio para tratar de comprobar que se iba y después me dirigí hasta la ventana para abrirla de nuevo - Pesaos.

Avancé una de las sillas que había allí para invitados y finalmente tomé asiento - bueno, Henry ¿Qué tal el día, cómo te ha ido? ¿Quién ha venido a visitarte? Cuéntame.

3 de octubre, 12:00 h, Hospital- Habitación

Para el inglés no era plato de buen gusto hablar sobre su divorcio, ni dar demasiados detalles sobre su vida personal. Lo había evitado durante los tres meses que llevaba trabajando en el hospital.

-Solo la jefa de urgencias sabía de mi situación personal. Y te pediría que no lo vayas contando, doctora. – no era que se avergonzase de sus hijos, ni mucho menos, pero si él no lo contaba ¿por qué tenían que contarlo los demás? Si Shelby traicionaba su confianza, Henry se enteraría tarde o temprano.

Joder, Gregor… - él también estaba presente cuando habló sobre sus hijos.

-Ni Alexa, ni perro, ni novia, ni ninguna mierda por el estilo. No tengo ni plantas en mi piso de soltero. Ningún ser vivo cerca, excepto en el hospital. Mis hijos están la mayoría del tiempo con su madre, aquí en Houston. El convenio regulador reza custodia compartida, pero no aplica en mi caso, solo los veo una semana al mes.

Cuando Shelby le dijo que se iba pero que vendría a visitarle más tarde, el enfermero la siguió esbozando una sonrisa.

-Estaré esperándote. Tráeme alguna cosa salada o dulce... Ya sabes como es la comida de hospital. Si no han visto ningún coagulo en la resonancia, estaré bien.

No se moriría por ingerir un poco de comida basura.  

3 de octubre, 19:00 h, Hospital- Habitación

Las horas pasaron lentamente hasta que Shelby apareció por la habitación. Por el medio, la comida, la siesta, ver alguna película y recibir visitas de compañeros/as de la planta de traumatología. Solo cabía destacar la visita de una mujer del 911, que apareció con su uniforme de trabajo. Una mujer de esas que empatiza con todo y todos, o quizás era que estaba tan jodidamente sola como él, y necesitaba hablar con un desconocido.

Soltó una risotada ante el comentario de la doctora.

-Ya tengo la cabeza como un Mars Attack. Es curioso como pasa de lento el tiempo en esta cárcel. No te das cuenta cuando estás al otro lado.

Para rematar apareció el tío del seguro, alguien a quien Henry no tenía ganas de atender en aquel momento. Por suerte Shelby lo echó sin demasiadas contemplaciones.

-Han venido a visitarme algunos compañeros de la planta de trauma, pero se han ido rápido. También ha pasado por aquí una tal Stephanie, una mujer que trabaja como operadora para el 911. La típica mujer que parece un ángel y se preocupa por todos. Su marido es un poli. Me ha contado los detalles del accidente de esta mañana…

3 de octubre, 19:00 h, Hospital- Habitación

- No te quejarás, te acabo de quitar de encima al cobrador del seguro - me fijé por unos instantes que estaba viendo en la pantalla no fuera interrumpirle una película o algo interesante. Por suerte el canal estaba ahora con la publicidad - te he traído cosas - acerqué la bolsa a los pies de la cama y fui sacando - te he comprado unas revistas de actualidad, como no sé tus gustos te las he traído variadas - tampoco es que le hubiera comprado muchas pero al menos de distinta temática para ver si alguna le gustaba - y aparte lo que me pediste por la mañana - le saqué un McMenú con coca-cola y doble de patatas fritas con ensalada y postre - te viene con helado, no sé si preferías batido.

Le acerqué la mesa para que pudiera comer tranquilamente, o merendar a estas horas - y te he traído una planta, como decías que no tenías... - de otra bolsa saqué una planta con su respectivo tiesto - mira qué planta, cuánta flor ¿A que es guapa, eh? Son rosas. Me ha dicho el florista que son las típicas de tu tierra, de Inglaterra.

- Te la pongo junto a la ventana, le gusta la luz - le daba otra imagen a la habitación ahora, mucho más animada. 

Henry iba a pasar la noche en aquella cama de hospital pero si no había novedades, mañana le darían el alta y ya podría hacer vida normal - te cuento, dentro de una semana es mi cumpleaños, no tengo pensado hacer fiesta porque ese día estaré de guardia - había revisado los turnos y efectivamente me había coincidido, así que, no me podía hacer muchas ilusiones - el finde lo celebraré, en ese local de fiestas tan chic - no recordaba el nombre y eso que se había puesto muy de moda - ¿Cuento contigo, no?

-Eres un encanto, Shelby. Me has traído de todo para tenerme contento, y para rematar has asustado al cobrador del frac. – vio como la doctora dejaba la bolsa sobre los pies de su cama e iba sacando todo lo que había comprado; comida basura, lo que él le había pedido para poder comer sin preocupaciones y descartar el asqueroso menú sin sal del hospital, revistas variadas y hasta un ramo de flores de rosas rojas.

-Helado, está genial. Espero que sea un McFlurry. – Darcy abrió para comprobar el género y… premio. Era un Mcflurry bien cargado de galletas de oreo. Se lo iba a comer a la salud de Shelby, a no ser que ella quisiera un poco antes de irse, como merienda dulce.

Luego empezó a ojear las revistas. Había de medicina, de cotilleos del corazón y programas de televisión, de cine, y del National Geographic. Esta última fue la que cogió el británico entre sus manos y se puso a ojearla.

-Lo que suponía. Oppenheimer y Napoleón están de moda ahora por sus películas y la N.G les dedica artículos exclusivos. ¿Sabías que Napoleón había pasado una noche a solas en la gran pirámide de Guiza? De esa experiencia se cuenta que salió horrorizado, y que le dijo a sus hombres que no creerían lo que había experimentado. Me encantaría saber que es lo que vio para que se le fuese la olla.

Vio como ponía el ramo de rosas junto a la ventana y se fijó en las manos de Shelby.

-Las rosas… están bonitas. Te han dado rosas rojas, que simbolizan la pasión y el amor. – desconociendo si Shelby tenía pareja, Darcy le hizo un gesto con la mano. -Trae el jarrón. – esperó a que lo trajera, aunque pusiese cara rara. Del ramo sacó una de las rosas y se la entregó a la doctora como un gesto de cercanía caballeroso.

-No es que me esté declarando ni nada por el estilo, -no fuera a ponerse incómoda o nerviosa -pero hoy has hecho mucho por mí, y no tengo más maneras de agradecértelo. Así que, acepta esta rosa Shelby. En agradecimiento por cuidar de este tío desde esta mañana.

El cumpleaños que le había dicho que iba a celebrar próximamente sería su oportunidad de devolverle todos los favores. -Cuenta con ello. Si es un local chic, será perfecto para que desempolve alguno de mis trajes. ¿O hay que ir más informal? He visto que en algunos locales se celebran fiestas temáticas de disfraces.

3 de octubre, 12:30 h, en mi despacho

Hacer el informe de Henry fue fácil, casi como poner lo que le ocurre a diario. Pero el problema de Shelby estaba ahí y me torturaba. Llamé a Billy, a ver si colaba mi idea.

- Sé que andas liado Billy, pero estoy rellenando los informes de Henry y Shelby y el de ella no me sale... además me sale como que fue quien ingresó a Henry... y ella era víctima del accidente, solo que estaba pegada a Henry por si le pasaba algo. ¿Crees que lo puedes solucionar?.... Sí, espero... - No tardó mucho en responderme.

- El de Henry está listo y el de Shelby necesito algunos datos...

- Dispara. - Le respondí.

- Su ingreso y el box.

- Eso es fácil Billy, ponle la misma ambulancia, porque seguro que vinieron juntos y el Box 3. Por eso me encagué yo de ella, porque no se separaba de Billy.

- Gracias doctor por ayudarme con este error. Me hubiese caído una buena si no hubiese estado bien hecho.

Sonreí para mí. Realmente el favor me lo hacía él, pero no se lo iba a decir, así el que estaría en deuda conmigo sería él.

- No se preocupe. Siga con su trabajo que tengo el mío por hacer.

Nuevamente me puse con el ordenador y, efectivamente, allí estaba también Shelby. Iba a tardar menos escribiendo a mano, así que saqué los informes en las hojas por triplicado y ya lo pasaría al ordenador con calma.

El de Shelby quedó completo enseguida, tanto en el ordenador como la copia en mano. Ahora solo debía dárselo.

Solo esperaba que no hubiese salido en ambulancia por ahí.