Partida Rol por web

Son alrededor de las 10:30 de la mañana y vais al trote en vuestras monturas. La mañana es fresca, pero no fría. Por el camino; encontráis a granjeros, que llevan horas despiertos cultivando.

El rocío aún perdura entre la flora del entorno. Trato de subirme el cuello de mi capa para evitar que el frescor se cuele entre mis ropas. Atrás dejamos el asunto del posadero y confío en que lo que venga ahora sea más calmado. Tras despedir a Gata gris y desearle buen viaje y fortuna, cabalgo junto aquellos que continuamos. Las monturas también notan el frescor de estas tierras y no aflojan el paso para calentar sus músculos.

- Hasta qué hora cabalgaremos? Hemos cenado bien, pero será preciso almorzar conveniéntemente. Leyna qué lugares conoces donde aprovisionarnos? - (Doy por hecho que ella conoce mejor que ninguno el territorio. Si Enrique le supera no dudo en consultarle a él.

Tras desearle buena suerte y un viaje tranquilo a Gata Gris, emprendo la marcha con mis compañeros. Estamos muy lejos de mi Castilla natal, así que para mí todas estas tierras son nuevas.  Me limito a seguir al que dirije la partida y deseo con fervor que el sol se alce de una vez para calentar mis huesos.

- Enrique, creo recordar que mencionaste que la familia Falisci vivía en la ciudad de  Estillo dela Verde. Si no me equivoco, está en en extremo sur de Vodacce, ¿no es cierto?. -  comenta Julián, intentando juntar su caballo lo máximo posible a los demás para hacerse oir. - ¿Alguien sabe cuántos días tardaremos en llegar hasta allí? Porque si hemos de recorrer Vodacce de punta a punta quizás deberíamos intentar detenernos lo menos posible, pues tan solo dieciséis días nos separan de nuestra cita, eso lo digo por vos, Alonso, que ya estáis pensando en llenar la tripa - Julián sonríe con sorna y le guiña un ojo a Alonso a modo de disculpa por la broma - Y puesto que no sabemos el lugar exacto, debemos tener en cuenta que una vez allí, tendremos que investigar de alguna forma.

Como suele pasarle, los conocimientos formales no son lo suyo. Si le preguntan por la manera de vivir en Vodacce o su política interna o externa, podrá disertar, aunque le faltarán las expresiones técnicas propias de una disertación, pero igualmente se entenderá y será claro que Julián ha vivido mucha vida y conocido a mucha gente. Pero sobre su geografía, no puede decir demasiado, salvo que tiene mucha costa, ya que se trata de una potencia comercial, y que también tiene algunas islas donde viven los príncipes vodaccios. Pero no tiene idea alguna sobre el tiempo que puede llevarles el viaje más que por los comentarios de viajeros que ha conocido en tabernas y que habían recorrido la geografía de esa nación.

- Creo que tenemos por delante, al menos, 600 millas, si no más. Dependiendo de cuán al sur de Vodacce esté la ciudad que buscamos, podría ser un poco menos, pero por ahí andará la cosa. Y no creáis que me hace gracia desollarme el trasero durante tanto tiempo, así queyo también voto por dejar a nuestro amigo Alonso con hambre a menudo.

Comenta en voz alta y socarrona de cara a su amigo, mientras le guiña un ojo y le da unas palmaditas amistosas en la espalda. A continuación, se pone otra vez algo más serio y ahonda en lo dicho anteriormente:

- Además, el otro Julián, porque el auténtico y genuino soy yo y todos lo sabéis, -vuelve a bromear, esta vez empezando con un rictus serio que, al final, no puede contener la risotada que acaba por escaparse antes de continuar la frase- tiene razón. Una vez en la ciudad a la que nos dirigimos, habrá que encontrar el lugar de la cita y, de ser posible, vigilarlo previamente como ya hablamos. Así que deberíamos llegar con tiempo para hacer todo eso. 

Cuando Julián escucha mencionar algo sobre el auténtico Julián se pone pálido por unos instantes, pero enseguida reacciona y sonríe a la broma de su compañero, ni sin ceñirse aún más el sombrero y hundir la cabeza ligeramente entre los hombros.

- Hace frío eh. - comenta disimuladamente. - ¿se os ocurre algún plan para encontrar el lugar de la cita? Porque yo no veo forma humana de saber dónde es.

Leyna cabalga meditabunda, ¿que pueden querer unos mosqueteros de unos piratas? ¿Y qué hacían éstos tan lejos del mar?

Además de otras cosas que pasean por su mente, los motivos por los que una banda de piratas se adentren tierra adentro no pueden ser muy buenos. Bien pueden estar huyendo de los mosqueteros, ignoran que son perseguidos y van en busca de algo o puede que las dos cosas.

Para despejar la cabeza se abre el brazal de su manos derecha y lo contempla ensimismada. Aprovechando la luz natural del esplendido día que hace. Sigue asombrada de lo que los antiguos antepasados suyos fueron capaces de hacer.

Saliendo de su ensimismamiento Leyna se dispone a responder a sus compañeros.

A buen ritmo estaremos en Vodacce en tres días, y llegaremos a Estillo della verde en cinco o seis días.

Tras ésto Leyna vuelve a ensimismarse con su brazal.

Ante las palabras de Leyna, que parece salir de unos momentos de ensimismamiento, Julián pone un rictus de extrañeza: pensaba que tardarían mucho más tiempo.

- Más de seiscientas millas y tardaremos tres días... no sé, me parece poco, pero es su tierra natal, ella sabrá mejor que los demás... Aunque, bien pensado, ha dicho tres días en llegar a Vodacce, y luego otro par o tres para llegar a la ciudad: eso me parece mucho mas ajustado. Cabalgar no es bueno: el dolor de posaderas me nubla el entendimiento.

Enrique se queda pensativo escuchando a sus compañeros y no puede dejar de estar de acuerdo con ellos. A él tampoco se le hace nada agradable el tener que cabalgar tantos días de seguido.

Tenéis razón los dos tocayos. Tanto el real como el falso, aunque mucho me temo que sea más real Aldaña que tú mismo, De Castro - Habiendo visto la anterior reacción preocupada de su compañero va a intentar transmitirle apoyo para que se relaje y continua la broma iniciada por Julián - La ciudad a la que nos dirigimos está lejos, no en vano es una de las ciudades más al sur del continente. Además, no estamos teniendo en cuenta que la nota sólo daba el nombre de los Falisci, tal vez la reunión sea en Medico, la capital de la isla de la familia. Si fuera así no tendríamos más remedio que coger un barco.

Respecto a la estimación de Leyna, estoy convencido de que puede ser bastante realista, sobre todo en lo referente a terreno Eiseno. Pero esto implicaría cabalgar durante todo el día y a buen ritmo. Alonso tiene razón, deberíamos aprovisionarnos.

Se me ocurre que tal vez podamos recortar algún día de marcha viajando con más comodidad si viajamos hasta Sant Andrea y allí cogemos un barco en puerto que nos permita viajar hasta Estivo della Verde. No será raro ya que la ciudad a la que nos dirigimos es un puerto de los más importantes en el sur de Théah, y Sant Andrea un puerto menor controlado por la familia Lucani. No es raro el comercio entre ambas ciudades puesto que los Lucani no tienen muchas ambiciones de poder, después de todo es el principado más reciente. Además, si alquilamos un pasaje tal vez podamos usar el mismo barco para navegar a la isla de la familia Falisci si fuera necesario.

¿Cómo lo veis? A mi me parece que podríamos viajar con más calma incluso teniendo en contra al calendario. Y no tendríamos que aprovisionarnos tanto.

Julián atiende atento las palabras de Enrique. Agradece contar con él, ya que su amplio conocimiento les ha sacado de un apuro en más de una vez.

- Estoy de acuerdo con vos, Enrique. Podríamos aligerar más la marcha hasta  Sant´Andrea, aprovechando que la distancia es menor, y luego descansar tranquilamente en el barco. Los marineros son como algunas solteronas, les encantan los chismorreos, quizá incluso saquemos alguna pista si sabemos tirarles bien de la lengua.

Eso sí, los caminos serán peores ya que la ruta principal que cruza Vodacce de Norte a Sur atraviesa Numa. - Concreta Enrique con respecto a su propuesta. - También es verdad, que, si no me equivoco, que la ruta principal que atraviesa Vodacce se haya al Sureste de aquí, mientras que Sant Andrea está al Sur. Leyna podrá corregirme si me equivoco.

- Bueno, dado mi escaso conocimiento de estos menesteres, los dejaré en manos de los que sabéis mucho más y me dedicaré a disfrutar del viaje. Bueno, a des-disfrutar lo menos posible, porque creo que yo no puedo disfrutar de un viaje a lomos de un caballo, la verdad...

Con suerte incluso adelantamos a los mosqueteros y podemos alcanzar a los piratillas.

Leyna sale de su ensimismamiento y se gira para ver los rostros de los demás.

Tan bueno es un camino como el otro. Yo prefiero el de tierra ya que nadar no es mi fuerte, pero acataré la decisión del grupo, ya que no tengo ganas de cabalgar sola si decidís ir por mar.

Acto seguido se coloca el brazal en su sitio y mueve un poco la mano. Sí, no hay nada mejor en el mundo.

Al escuchar a Leyna, Antoine tambien decide aclarar algunas cosas.

-Al igual que Leyna prefiero tomar los caminos de tierra, el mar es peligroso y mas cuando poco o nada conocemos de el, por lo menos este es mi caso, asi que mi decision esta tomada.

Mientras cabalgo y no yendo demasiado leo mis notas para ver que me falta de lo ocurrido en la taberna a fin de poderlas rellenar cuando llegue la noche.

- Como ya dije, no tomaré partido en esto. Cierto es que los barcos me parecen aburridos por las noches y algo mareantes, pero la verdad es que tenemos prisa, así que pasar noches de diversión en tabernas, lo cual sólo puede hacerse si viajamos por tierra, no es una opción. Por tanto, me da igual.