Partida Rol por web

Sientes las miradas de la gente, de una pena o tristeza. Al igual que en muchos entierros que has asistido. No sabes el porque. Pero sientes, que te están velando.

Veis algunas miradas, cuando partís. Pero no sabéis muy bien que significan.

- Chicos -dice Julián sus compañeros- no sé el motivo, pero esta gente nos mira como si... despidieran a gente que va a morir seguro... Creo que deberíamos preguntarles antes de irnos.

- Creo que son imaginaciones tuyas, Julián, yo no veo nada de eso, seguramente estarán cuchicheando sobre nosotros a nuestras espaldas y por eso nos miran así. - El joven muchacho no parece recelar de unos simples pueblerinos.

- Puede que tengas razón, pero yo sí me he llevado esa impresión... Y como no creo que vayan a atacarme por preguntar, y además no hace daño, eso es lo que voy a hacer... Esperadme un momento, compañeros.

Julián se aleja de su grupo y se acerca a alguno de los lugareños en los que ha visto la expresión de pena y duelo por alguien que se aproxima hacia su propia muerte. Con mucha educación y gestos mesurados, llama con la mano a uno de los aldeanos y le dice:

- ¡Buenos días! Perdonadme, no quiero entrometerme, pero no he podido evitar fijarme en que muchos de sus convecinos nos miran a mis amigos y a mi mismo como... bueno, como sí estuviéramos al borde de la muerte, vaya. Me gustaría saber el motivo, la verdad. Entiéndame, no tenemos absolutamente nada contra ustedes, pero si debemos temer algún tipo de peligro, nos gustaría saber cuál.

Enrique detiene el avanzar de su caballo y se queda esperando la respuesta del campesino. El caballo comienza a dar vueltas sobre si mismo inquieto.

Algo inquieta a Julián hasta tal punto de ir a averiguar sus sospechas preguntando a unos lugareños. Quizá sean imaginaciones suyas pero es mejor no desestimar sus facultades. Es posible que haya percibido algo que el resto no esperamos. Detengo el caballo detrás de la montura de Enrique ya que cabalgaba detrás suyo. Casi al instante, mi animal baja la cabeza olisqueando el terreno. Julián llega hasta la altura de los lugareños y hace su pregunta. Casi instintivamente mi mano enguantada se apoya sobre la culata del pistolón que llevo en el interior de la capa y sigo observando la escena.

- No deberíamos retrasarnos mucho, es mejor que la noche no caiga sobre nosotros en el camino -

La pueblerina es menuda y anciana.

-Solo tengan cuidado con la dama. Eviten dormir cerca de donde fluye el agua.

Con estas escuetas palabras, se da la vuelta e introduce en su casa. El resto hace lo mismo.

Enrique vuelve a poner en movimiento al caballo con un suave movimiento de las riendas acompañado de una leve presión con los talones y avanza su caballo hasta Leyna.

Leyna, ¿has oido a la anciana? ¿Sabes tú a que se refiere?

Por esta zona suele haber muchos rumores e historias de fantasmas. Espera a que haga memoria a ver si recuerdo alguna...

Leyna se queda pensativa mirando casi al infinito. La mayoría de historias de miedo qque conoce se las contaba su abuela antes de dormir en noches de verano, ella terminaba durmiendo con ella para tratar de evitar el miedo subconsciente que le había provocado la historia. De eso hace ya casi 15 años.

- Bueno, no soy de los que creen que pasar debajo de una escalera dé mala suerte, pero sí tengo claro que la escalera puede caer y darte en la cabeza, así que me gustaría que evitáramos acampar al lado de los ríos, la verdad.

- Yo evitaría dormir cerca del agua con este clima para evitar reumas -

Comento en plan burlesco para quitar cierto hierro al asunto. No es bueno empezar a caer en supersticiones. En ése instate, mi montura hace un movimiento brusco, como si algo le hubiera asustado para calmarse de seguido. La sonrisa se borra de mi rostro y miro alrededor para ver sólo el paisaje. Después, observo a mis compañeros pero no medio palabra. Al menos para mí, es una señal a respetar.

No os lo toméis tan a la ligera - Comenta Enrique mientras espera la respuesta de Leyna - No muy lejos de aquí, al Norte, está el bosque de Schwarzen y todos sabemos las criaturas monstruosas que allí habitan.