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A place to stay

Apropiación cultural (Escena 1)

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01/08/2018, 21:36
Director

¡Buenos días, Ashland!

Estáis escuchando la WYBS en el 27.27 FM. Son las siete de la mañana y todo parece indicar que gozaremos de una excelente temperatura primaveral durante la tarde de hoy, con máxima de 20 grados prevista durante las horas centrales del día. Recordad hidrataros bien y prepararos para un día más en el paraíso.

(Se escucha la voz de la presentadora del programa matutino) Para los que hayáis estado fuera o no sigáis las noticias del canal local, éste fin de semana arranca la Feria Renacentista de Ashland, donde se espera batir el récord de 10.000 visitantes del año pasado. Éste año, contaremos con la visita de comparsas faéricas de California, grupos de recreación histórica de Florida y, como siempre, estaremos apoyados por los negocios de la región y los servicios que el ayuntamiento pone a disposición del visitante: guías para ciegos, intérpretes en seis idiomas distintos, objetos perdidos y seguridad del recinto al cargo del Departamento de Policía de Ashland y compañías de vigilancia privada.

(Presentador) Así es, Linda. Además, contaremos con actividades de primer nivel como teatro en vivo, torneo de caballeros, concurso fotográfico y degustación de empanadillas low-carb y vegan-friendly. Estad atentos al programa del festival en internet en www.ashlandrenfaire.us y a los trípticos informativos para conocer el más de un centenar de actividades que se realizarán en el parque Lithia durante diez días, de viernes a domingo de la semana próxima. Preparad vuestras ropas de época, y no dejéis de pasaros por la sastrería Colonial, en el Plaza, si no tenéis que poneros.

(Presentadora) Y ahora, madrugadores, os dejamos con Kelly Clarkson y su "Stronger" para que os inspire para tener un día productivo y feliz. ¡Y cuidado con los golpes de calor!

Amanece un nuevo día en la tierra prometida.

Los pajarillos llevan cantando desde antes del amanecer, y a ésta hora de la mañana saludan a los currantes que cogen el coche para ir a trabajar. Las amas de casa han madrugado, preparando pantagruélicos desayunos continentales para su familia, con enormes jarras de zumo de naranja, café y leche fresca para acompañar a las tortitas cargadas de sirope de arce, los huevos fritos, salchichas, tostadas y bacon. En realidad, en muchas casas éste desayuno calórico y tradicional se había cambiado por pijadas como la bollería francesa, el pan de pobre lleno de cereales, los batidos de proteínas y las tostadas de guacamole recién hecho.

Los runners salen a ejercitarse por la mañana. Son, sobre todo, mujeres de cierta edad que no trajaban ni van a la universidad. Mantenidas a las que la casa se les cae encima cuando la familia sale a toda prisa para coger el autobús del colegio, la bicicleta, el segway o el coche para ir al trabajo o a la universidad. A su disposición, decenas de kilómetros de cuadrados de parque natural que arrancaban desde Lithia y llevaban a las faldas del monte Ashland. Comprobando sus pulsaciones en el FitBit, parando para hidratarse, estirándose en los bancos, escuchando música en el Mp3 y, en suma, luciendo culazo y piernazas con los leggins ajustados y las camisetas transpirables de color chillón.

Los trabajadores que salían del pueblo para ir hasta Medford, Jacksonville o Roseburg se topan a medio camino con una larga columna de vehículos militares que enfila el sur hacia la base californiana de Fort Jones. Los camioneros y repartidores hacía tiempo que estaban haciendo sus rutas, y la policía de tráfico, madrugadora, vigila que la "hora punta" de la mañana se desarrolle sin incidentes.

En aquellas latitudes, la vida era algo ordenado, casi anodino, exenta de grandes sobresaltos. La belleza de los parques naturales que salpicaban la frontera de Oregón con California se daba de la mano con comunidades pequeñas, tranquilas, donde la vida se desarrollaba al paso de lo que la buena y vieja América WASP consideraba como el "sueño americano". Un sueño que, por supuesto, tenía un coste. Expulsados de Ashland, los perroflautas y hippies que esperaban su momento para diseminarse por el parque Lithia y colonizar con sus espectáculos de zancudos, malabares y números cutres la Feria Renacentista, hacía unas semanas que acampaban cerca de Jacksonville para empalmar el festival de música de la semana anterior con la cita de la semana siguiente.

Durante toda la noche, los perros habían ladrado en dirección al bosque, donde unas luces extrañas había desvelado su sueño para luego desaparecer. No parecía nada que pudiera preocupar a los vecinos del valle de Rogue, que seguían con sus vidas con total normalidad. Aquel 10 de mayo, el primer semestre del curso 2018-2019 había comenzado hacía poco en la SOU, y tras un breve periodo vacacional de marzo a mayo, que incluía los exámenes del último semestre del año anterior, los estudiantes habían vuelto a darle vida al pueblo llegando en autobuses lanzadera desde las estaciones del tren y el aeropuerto del Valle, en sus coches particulares, en coches compartidos de Über y Cabify... e incluso alguno de ellos, en bicicleta desde Medford, dándose un agradable y largo paseo.

Ashland despertaba, como una larva que se convertía en mariposa. Las nieves del invierno quedaban atrás. La primavera y el verano, cargados de festivales, turismo y citas sociales de todo tipo, resucitaban a la ciudad que se llenaba de foráneos que ocupaban sus hoteles y alojamientos. Temporada alta.

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01/08/2018, 22:34
Director

"La casa de hermanad". La verdad es que había que ponerle un nombre mejor, aunque en el campus la conocían como Pussyville, o "Villachocho". El terreno pertenecía al SOU pero entraba dentro de la compra de su padre para dotar a la universidad de nuevos equipamientos, lo que lo hacía técnicamente "suyo". No quedaba lejos de uno de los caminos de entrada al campus, el que daba a la parte trasera, donde estaban las pistas deportivas, estadio y plazas de aparcamiento.

Una casa 3D, a la que sin embargo había enchufado comodidades del siglo XXI como unos climatizadores (en verano el material exterior se calentaba bastante), calentador de agua de gas ciudad y cosas así. Eran feministas, sin duda, pero a pesar de como vestían no eran unas arrastradas.

Hacía unos días que Alex había llegado con Faith de su "pequeño retiro" en el que habían asistido a un festival de música en Ibiza, España. Su padre insistía en que volviera a Manhattan cuando la universidad le daba vacaciones, y el de Faith en que pasar por casa más de vez en cuando. Pero a ambas les sudaba mucho el coño obedecer órdenes, especialmente si éstas eran patriarcales.

Las clases habían comenzado en el nuevo curso, y estaban preparadas para terminar el minor y con él, una etapa en sus vidas. Como estudiantes de último curso, ya habían cumplido los 21 y con él, el número mágico que les permitía en aquel estado beber alcohol de forma legal. El campus era bastante estricto con las borracheras, pero nuevamente, ellas no recibían órdenes de nadie. Tenían, de hecho, una nevera llena de cervezas mexicanas, de esas de color dorado, que se apetecían mucho en los meses de calor.

Como buenas compañeras de piso, andaban por la casa siempre medio en pelotas. Y las mañanas no eran una excepción. Platos para lavar en el fregadero (lavavajillas no cabía en la pequeña casa, pues era eso o tener un baño bien equipado), unos cartones de comida tailandesa metidos en una bolsa de basura que habría que acercar al contenedor y un desorden general muy femenino y kitsch. Alex se había levantado sin ganas, pues a veces se saltaba las primeras clases de la mañana, pero aquella noche no había podido dormir mucho por los ladridos de un puto perro en el bosque. Necesitaba un cafetazo, y de los buenos, así que puso a funcionar su máquina de cápsulas mientras se rascaba la barriga cubierta por una camiseta de los Ramones. Se puso un tazón de cereales, lo llenó de leche y se sentó con la mirada perdida en una esquina, con esa expresión que parecía dispuesta al genocidio de la raza humana, pero que se le pasaba al cabo de un par de horas, y luego era una persona... iba a decir normal, pero estaría mintiendo como un bellaco.

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01/08/2018, 22:58
Faith Hawkins

El sonido de la bajante del agua indicó que Faith había tirado de la cadena. Se presentó en la sala de estar, en tetas (se las habían visto la una a la otra millones de veces) y con una braga deportiva que parecían unos shorts masculinos con el logo de la marca en el elástico. Las tripas de su mano derecha funcionaban con una regularidad que ella la quisiera, y el ambientador intenso, capaz de matar a un armadillo si le apuntabas en la cabeza, a veces no bastaba para que el baño no quedara contaminado durante al menos media hora... con la ventana abierta.

-Un día cojonudo para destruir el patriarcado -dijo.

Se subió a la barra fija que tenían allí, pues aprovechaba para hacer ejercicio cuando podía, y se puso a hacer dominadas, tensando aquellos músculos hechos para la ultraviolencia. Los pezones, por cierto, los tenía duros como para cortar cristales. Y es que Faith era bastante más "curvy" que ella, que apenas tenía carne bajo el pezón y sujeta a la cadera que pudiera llamarse propiamente "culo". Se bajó de la barra, perlada de sudor hembruno, e hizo ademán de acercarse al saco de boxeo, que habían tenido que recoser (tales eran las hostias que le daba) pero solo tomó una toalla que había sobre él, tapándose parte del pecho para secárselo mientras se ponía una jarra de zumo de naranja Minute Maid y la embocaba a gañote con la gracia de un hipopótamo bailando un bals. Lo remató con uno de esos aullidos que profería hacia el balcón. A veces, la seguridad del campus le había llamado la atención por ello, también por entrenar de esa guisa, en tetas vivas y luciendo tatuajes, en el porche de la casa. Los chavales jóvenes tenían un resorte en la polla, y nada ofende más a un estadounidense que una teta. Puedes enseñarle un bebé iraquí reventado por una bomba, o a un hobo muerto de hambre, o a la víctima de un tiroteo múltiple, y no pasaba nada. Pero una buena teta, como aquella, con una copa D tirando a E, con un pezón como una galleta maría, era lo más ofensivo que existía.

-¿Que vamos a hacer hoy, cielo?

A veces la llamaba "cielo" (honey), otras Alex y otras "jefa", según le terciara o estuvieran más o menos en la intimidad. Dejó la jarra, una personalizada donde decía "Men's tears" en letras en negrita, mientras miraba de reojo a la foto de Camille Paglia que usaban para lanzar dardos. A diferencia de ella, su compañera estaba llena de energía y dispuesta a ponerse el mundo por montera.

El iphone de Alex resbaló sobre la mesa en modo vibración, indicando que tenía unos mensajes. Se estiró sobre la mesa con desgana y lo cogió, desbloqueándolo.

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01/08/2018, 23:07
Iphone de Alex

Unos mensajes de texto en el Wassup:


Papá: Te hemos echado de menos en la gala del MET. Creí que pasarías por casa, como el año pasado. Ya he visto por tus tarjetas que estuviste en Europa, pasándotelo bien.
Papá: Tu madre y yo hemos decidido que si Mahoma no va a la montaña...
Papá: Así que vamos a hacer una pequeña escapada de siete días a Ashland, para ver esa famosa feria renacentista. Nos alojaremos en el Viñedo/Hotel y haremos un poco de turismo. Espero que nos podamos ver. Traete a tu chica si quieres.
Papá: Llegamos el día 15 (eso caía en el domingo de aquella semana) y nos vamos el 22.


Y unos tuits que la citaban:

"Nuestra lideresa @AlexSheDevil nos dirigirá hoy en la manifestación contra el fascismo en la más tierna infancia. #PawPatrolisFasciscm en #AshlandOregon"

Un tío blancuzco heterosexual:

"El último video de @AlexSheDevil es demencial. La presunción de inocencia ha muerto. Hombres, arrepentíos de tener pene. #AlexLaFeminazi, #NotAllMen, #UTBH"

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02/08/2018, 03:02
Director

El despertador le martillea la cabeza. Los estadounidenses madrugaban más que los británicos, y eso ya era decir. 6:45. Su mujer se remueve en la cama, al menos un rato más, mientras Tobias se mira al espejo y comienza sus ejercicios de gesticulación... hay que despertar los músculos. Sienna pasa al baño, comprobando la compresa. Nada. La menopausia le está rompiendo los ciclos y a veces el carácter, pero en general lo sobrelleva bien.

-¿Es este el rostro que lanzó a mil navíos y puso fuego a las altas torres de Troya? -preguntó él, pasándose la maquinilla por el mentón.
-No lo se, pero seguro que es del que me enamoré -le dice, abrazándole por la espalda.

Tobias sonríe. ¡Que esposa tiene! A veces, pocas, piensa que no se la merece. Pero el ego de un actor es el ego de un actor.

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02/08/2018, 03:11
Sienna Melfwackter

Su esposa se miró un momento al espejo. Él ya terminaba de acicalarse y ella tenía que empezar pronto. Lo mejor de ser profesora de deportes es que no perdía mucho tiempo por la mañana: el maquillaje deportivo era realmente fácil, y el casco de la bicicleta hacía que el recogido fuera el peinado matutino. A él le daba igual, maquillada o sin maquillar, siempre le había parecido guapísima.

-Tienes que llevar a Cordelia a la universidad. Es su primer día.

Era cierto. El curso ya había empezado tres días antes, pero habían tenido problemas con el papeleo y la niña se había perdido el gran momento. Sin embargo, había una cuestión peliaguda que él había omitido, y que ella le recordó.

-De momento, no hemos decidido si se va a quedar en el campus a pernoctar, o va a seguir en casa.

La verdad es que siendo miembro del consejo de la universidad y su plantel de profesores, la residencia femenina salía realmente barata para la niña. Quizá era una experiencia positiva, pero teniendo en mente el ejemplo de Zoey, su malograda segunda hija, quizá no lo era tanto. El internado no sienta igual a todos. Era la universidad y su hija debía... experimentar el ambiente universitario. Tenían una plaza apalabrada en la mejor residencia, y la administradora presionándole para que confirmara el pago del primer mes o dejara la vacante para otro estudiante que la necesitara.

-Tened cuidado con la moto, sabes que no me gusta...
-Tú eres ciclista
-le dijo, con sorna.
-No es lo mismo con motor que sin motor, cariño.

Le dio un golpecito en el culo, amistoso, y bajó a hacer el desayuno. Él se quedó pensando en todos aquellos problemas mundanos. Las niñas crecían, y con ellas los problemas se multiplicaban. Todo aquello le parecía propio de una tragedia griega.

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02/08/2018, 03:20
Cordelia Melfwackter

El desayuno para él era la comida más importante del día. En realidad, se ponía hasta las cejas, porque luego el trabajo le consumía y comía de aquella manera, a mediodía, a salto de mata, lo que podía de la cantina de la universidad o alguna máquina autoventa. Así volvía a casa hambriento y cansado, pero para no contrariar a su esposa (obsesionada con que comieran sano) y sus cenas frugales ("de grandes cenas están las tumbas llenas") pasaba antes por algún take-away de la ciudad y se comía con nocturnidad y alevosía alguna porquería llena de grasa e hidratos de carbono.

Su hija le miraba con inquietud mientras desayunaba absorto, leyendo el periódico que el chaval les había dejado en la puerta. Ashland Daily, nada mejor que noticias locales con un toque nacional para desperezar la vista.

-Papá... em.... mamá me ha dicho que debería preparar la maleta para la semana que viene. Por lo de la residencia y eso...

Su esposa le miró significativamente detrás de la taza de café.

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02/08/2018, 03:25
Zoey Melfwackter

Su hermana jugueteaba con el desayuno, sin terminar de comerse la última tortita. Desde pequeña le gustaba "enguarrar" el plato con sirope de chocolate y restregar las tortitas contra él. Miraba a una banda y otra de la mesa, como considerando como podía soltarla más gorda. Era su especialidad.

-Todos sabemos que en el primer año de facultad, la puerta del dormitorio se deja abierta. Ya sabes, papá, un calcetín en el pomo, para que la compañera sepa que te estás trajinando a un tío.

Su madre la miró con los ojos muy abiertos, y luego miró a su esposo como queriendo decir: "¿No vas a decir nada??".

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02/08/2018, 03:56
Director

Shangri-La, el rancho de la felicidad, 270 de Bainbridge Road. Una colina, apartada de la ciudad, rodeada de la naturaleza más pura, un lugar de ensueño, un retiro dorado donde orar y disfrutar de placeres del cuerpo y del alma.

Decoración kitsch, heredada del anterior propietario, con insistencia en el "sancta sanctorum" de un toque místico e hindú. Bronces de ganesha y Buda a la cera perdida, que valían un ojo de la cara, con bandeloras nepalíes, campanas de oraciones, flores y fuentes que manaban agua. Así era el lugar donde el maestro, el swami Mahendra Singh, solía recibir a los fieles para la oración.

En el exterior, unos preciosos jardines, un lago y una piscina cubierta donde los conversos, como él los llamaba, disfrutaban del aire libre tocando sus instrumentos, respirando hachís en sahumerios elegantes, riendo, recogiendo flores y orando todos a la vez en un ejercicio cumbayá constante.

Muchachos y muchachas en túnica, con flores en el pelo o la barba, disfrutando del sol primaveral y la vida. Él, más que nadie, sabía que eran sucios perroflautas rescatados durante esos tres años del cerrojazo de la alcaldía. Un secreto a voces, que a veces explicaba con su natural humildad: "He acogido a éstas almas perdidas y ellas están descubriendo una vida de paz y amor".

Eso era lo primero que veían al llegar los visitantes. El lugar estaba bien señalizado, tenía un camino de acceso y unas plazas de aparcamiento delimitadas por unas cuerdas, con una cobertura de hojas de palmera. Todo allí estaba pensado como un jardín zen, hecho a conciencia con mimo y blanqueando dinero de negocios tan turbios como el agua fecal. Pero en la superficie, solo la blancura de las túnicas y el olor a incienso.

Mahendra se había despertado reflexivo aquella mañana. Había pasado por el váter, pues el colón irritable le daba problemas, y había seguido reflexionando mientras Sandra le hacía "la matutina", que a veces era paja y otras, las más, mamada. Pensaba, mirándola como a la oveja descarriada que era, que estaba cruzando la línea roja del charlatán e incursionaba el territorio de la secta, con todo los beneficios y los perjuicios que ello conllevaba. Una secta podía atraer las miradas de los federales, pensó después de devengarse en aquella boca antaño pecadora y mientras respiraba pesadamente como un cochino que había dado un sprint. Y sus tratos especiales con la administración local de poco iban a servir si tenía a federales por allí husmeando.

Por eso, Osvaldo seleccionaba muy bien a los nuevos acólitos, con preferencia de los más desfavorecidos, de los más tirados. Gente con nada que perder que, atraídos por la drogas, el sexo ritual y la vida sin pegar ni un palo al agua, estaban agradecidos de la oportunidad que se les brindaba. Era bueno, el cabrón. Les tomaba las huellas y la contrastaba con un software de la policía que había pirateado, comprobando que no se le colara ningún infiltrado. De momento, las cosas iban bien, pero eso no quería decir que no pudieran torcerse de un momento a otro.

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02/08/2018, 04:17
Osvaldo Perkins

La silueta de su mano derecha, de pie junto a la cama. Todavía tenía la polla al aire, ahora flácida, mientras su acólita le preparaba la ropa que había de ponerse hoy. Su rostro, como siempre, serio y profesional. Se respetaban el uno al otro, y sabían de sus mentiras y manipulaciones. Era el círculo perfecto de los socios comerciales que habían decidido que el show debía continuar, pasara lo que pasara.

-Buenos días, maestro -él le llamaba maestro, delante de los otros- Hoy nos visita temprano la teniente de alcalde. Tenemos que sondearla para el tema de la seguridad. Con las ferias de verano, tendremos a los pies sucios rondando de nuevo. Habrá que hacer criba.

El "swami" se levantó y se frotó las sienes, como si le dolieran.

-¿Otra vez lo del cólon? Habrá que pasar por el médico, cuando tengas un hueco en la agenda.

El asintió, despacio, mientras el dulce ángel la calzaba con la humildad de un siervo. Él acarició su carita aterciopelada con una sonrisa.

-Hay que decidir si quieres montar la Jaima en la Feria Renacentista, como el año pasado. Recuerda que captamos bastantes clientes, pero que nos robaron un par de cosas valiosas. De ahí que sea importante el tema de la seguridad. La comunidad está creciendo, y tenemos cosas de valor aquí. Ya mismo no nos servirá armar a los acólitos, como hemos hecho en otras ocasiones. Necesitamos gente más profesional.

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02/08/2018, 04:26
Salma

La chica le vistió con mimo. Sentía veneración por su swami, el hombre que la había sacado de las calles y le había dado un propósito. Entregar su vida y su cuerpo al swami era un precio bajo en comparación con la paz y la quietud que esa sumisión le proporcionaba. Era curioso como en aquella vida moderna, de consumo y placer personal, algunas personas descubrieran que la humillación y el servilismo era precisamente lo que habían ansiado durante toda la vida, pero lo que la sociedad y la ley les impedía ser.

Salma, su palomita, le peinó con amor mientras canturreaba uno de sus himnos. Para ella, ocuparse de las necesidades físicas del maestro era un honor. Daba igual que sus empujones durante el sexo fueran torpes, o que roncara fuerte. De noche, ella se quedaba acurrucada junto a él, sintiendo su calor y la respiración de su poderoso, peludo y porcino torso. Si había gente que dudaba que existieran las prostitutas vocacionales, es que no conocía a las esclavas vocacionales. Una entre un millón, ¿O quizá más comunes de lo que la gente pensaba?

-Ya estamos preparados, mi swami -dijo al terminar de ceñirle el pañuelo que hacía las veces de faja.
-Lo estamos -dijo él, levantándose de la cama.

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02/08/2018, 04:32
Kendra Cunningham

El maestro tomó asiento en su silla con cojines, que tenía reminiscencias de trono. Los acólitos encendieron el incienso (las velas no eran necesarias durante el día) y comprobaron que el aire acondicionado funcionaba. Allí dentro, a mediodía, podía hacer bastante calor. Se pusieron en su esquina, tocando su música (él no gustaba de grabaciones, mataban toda la atmósfera) y tras rascarse una de sus piernas peludas, dio una señal a Osvaldo.

El factótum, que también servía como secretario y portero, recibía a las visitas con una sonrisa. A los habituales les preguntaba por la familia y si todo estaba bien, y compartía con ellos algún chascarrillo. Luego les informaba de la promoción de turno, y para terminar, de modo muy teatral, les abría las puertas del sancta sanctorum para que pudieran acceder a la presencia y las enseñanzas del maestro. El caché de la clase individual estaba en 400 pavos la hora (250 con tarifa plana mensual), y la grupal, que salía más barata, a 150 pavos la charla. Eso, por supuesto, sin contar gastos extra de la estancia como uso del spa, la piscina, pernocta (a veces sucedía cuando el visitante venía de lejos), comida y otros imprevistos que podían hacer que la factura fuera abultada. Pero la gente, los gilipollas, como solía llamarlos en la intimidad, pagaban lo que hiciera falta para quitarse un peso del alma.

La teniente de alcalde venía descalza, como dictaba el protocolo. Se inclinó ante la puerta con las manos juntas, saludando al maestro.

-Namasté -le dijo.

Él sonrió y le indicó que se acercara con un gesto. La vieja momia tenía dinero e influencia en la comunidad local. Por eso siempre le había dado trato preferente. Precio especial, drogas suministradas de tapadillo durante el clímax de la operación (normalmente con algún dulce o impregnado al bol de meditación que le hacía tocar), spa con final feliz y lo que se terciara. No obstante, la madura y exigente mujer se estaba volviendo una adicta a todo aquello. Se lo comenzaba a creer realmente. Y eso podía ser bueno, y a la vez malo.

Dejó que el maestro comenzara a hablar. Era lo correcto. Uno escucha a la sabiduría, no la fríe a preguntas.

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02/08/2018, 06:29
Tobias Melfwackter

Ante las ultimas palabras de Zoey casi se atraganta con el café, cierra el periódico, dejando el dedo para no perderse en la pagina.

Mira a Zoey, la menor, con mirada fulminante.

Si eso pasara, tanto tú como tu hermana , vais de lleno a la institución femenina privada, de la amadísima concepción de Maria de la concepción consagrada, o sea, al colegio privado de monjas de Baltimore.. ,¿ responde eso a tu pregunta ? - dice respondiendo con un tranquilo y claro tono.

En cuanto a ti, querida hija de mis ojos ,mi querida Cordelia, he hablado con tu madre y si, podrás estar en la universidad, en la residencia femenina, ya tienes plaza, solo te pido una única cosa, no hagas como tu hermana Zoey que me mata a disgustos.. - dice aun en un todo patriarcal y mas suave, volviendo de nuevo al periódico.

No sin antes echar un vistazo rápido a la mesa, para ver si quedaban tortitas de la que poner chocolate y comer algo dulce, lo necesitaba.

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02/08/2018, 20:11
Cordelia Melfwackter

El ama de casa parecía complacida. Sonrió por la respuesta de su esposo y parecía que, finalmente, las cosas se iban encarrilando en la buena dirección. Su hija dejó de lado el desayuno y se lanzó en plancha sobre su cuello, dándole un fuerte abrazo.

-¡Gracias papá, gracias, gracias, gracias!

Tuvo que hacerle prometer eso que le había advertido, y ella asintió con lágrimas en los ojos. Parecía que había dado en el clavo, y en aquel momento se había convertido en el superpapá, ese estado en el que a veces un padre entra cuando salva a sus hijos de algún desaguisado: caerse de la bicicleta, amenazar al bullie del colegio, ayudarle a terminar el proyecto de ciencias, etc.

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02/08/2018, 20:23
Sienna Melfwackter

Su esposa sonrió, acercándose a la niña para darle un beso en la coronilla. Con la otra mano, acarició la espalda de su esposo.

-Venga, que llegaréis tarde. A mediodía te recojo con el coche y hacemos la mudanza, antes de las clases de la tarde.
-¡Si!

Su hija se fue corriendo a por la mochila, el móvil y el casco de la moto, mientras Zoe salía por la puerta para coger la bicicleta e iniciar el camino hacia el instituto, que estaba a unas manzanas de allí. Se quedaron solos un momento, y compartieron una mirada cómplice.

-Gracias... -susurró, dándole un beso que prometía una noche movida.

Cordelia estaba allí, preparada para su primer día de universidad. Tobias suspiró, por que de buena gana se quedaba en casa un par de horas más, con su mujer y a solas. Pero ambos tenían que trabajar.

-¿Te recojo para comer? -le preguntó a la niña.
-Si, si.
-Ok, tened cuidado por ahí.

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02/08/2018, 20:33
Director

Tobias cogió la moto con un paquete de excepción. Su hija se agarró a él y recorrieron las bellas calles de Ashland en aquella mañana que comenzaba a calentar. Los repartidores hacían su ruta, los negocios abrían y las cafeterías y dinners estaban en hora punta del desayuno para los más remolones. La vida allí era maravillosa, casi bucólica, habida cuenta de que la pequeña ciudad se asomaba a la naturaleza por doquier.

Aparcó en la plaza reservada para el profesor, y sus caminos se separaron en la fachada de la facultad de Educación y Psicología, que estaba en el mismo paseo que la facultad de Artes. Le despidió con un beso en la mejilla, y él prosiguió hasta la fachada de la facultad. Por doquier, estudiantes acudiendo a la llamada de las aulas, mientras otros practicaban deportes o descansaban sobre la hierba de los grandes parques. Respiró hondo, complacido. La vida universitaria, una que siempre le había gustado.

Revisó en el móvil su programación del día y se presentó en el Aula 5, más conocida como "Sala Marlowe", donde los alumnos ya aguardaban sentados en el centro del escenario. "Teoría de la expresión corporal I" era una asignatura troncal del ciclo, de primer año. Había que sentar bien las bases entre las nuevas generaciones.

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02/08/2018, 21:02
Director

Las rutinas se hacían anodinas sin Harold. Harold, que le había jodido la vida. Harold, que había recortado su estátus económico. Daban igual las propiedades, reinvertidas en fondos de inversión que daban beneficios (su contable, un judío de apellido Goldberg, hacía maravillas con el dinero), daban igual los pequeños negocios de los que ahora era propietaria y los dividendos que éstos daban. Había sido durante toda la vida la perfecta esposa, hasta el punto de hacer en la cama cosas que, hablando con amigas, no eran nada comunes en mujeres de su posición.

La habían engañado y humillado. A ella, que era más lista que el hambre. Le llevaban los demonios, no sabía que hacer con su vida vacía. Era una mujer florero que debía reinventarse, cuya casa había quedado tan vacía como su corazón. La vida que llevaba, quizá el sueño de algunas divorciadas, no la llenaba lo suficiente.

Corría como cada mañana, por el Parque Lithia, escuchando música en su carísimo MP3. Se cruzó con una pareja joven que hacía deporte. Él le había dicho algo a ella y se reían. La punzada de la envidia le dio de lleno. Era rica, pero no tenía amor. Ella, que creía que eso era importante en la vida, ahora estaba sola.

Se detuvo en el parque japonés para hidratarse. En aquella hora de la mañana, no había mucha gente. Quizá era gente lo que necesitaba en su vida. Riadas de gente entre la codearse, una larga lista de maromos con la que pasar el rato en su casa vacía. O quizá, solo quizá, debía "empoderarse" y sacar partido a los títulos y estudios que, de momento, solo le habían servido como decoración.

Un chico moreno haciendo deporte. No era un Adonis, pero para un ratito podía estar bien. Hacía sus flexiones, haciendo como que no la había mirado. Su ego tenía claro que la había mirado, por que su ego era mucho ego. Se puso a hacer posturas, para atraer su mirada. Había que tener cuidado en Estados Unidos con aquellas cosas, por que con las palabras "acoso sexual" a muchos hombres se les arrugaba el pito. Entonces, llegó a la altura de la fuente un némesis.

Joven, guapa, fuerte. Ella pasaba totalmente del tipo, y eso le hacía estar más interesado. No hay nada más interesante que el misterio. ¿De nuevo derrotada por una jovencita? De cualquier modo, la chica solo paró para beber agua. Casi inmediatamente, siguió su camino, y el chaval hizo ademán de levantarse y correr detrás de ella un rato.

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02/08/2018, 21:26
Tobias Melfwackter

Llegó con paso firme y seguro, una hija complacida y una mujer contenta, le había hecho estar muy positivo.

¡¡ Buenos y apacibles días  !! -  gesticulo moviendo brazos y poniendo caras, que reflejaban esa alegría.

Luego de una manera monótona, seria, casi automática repitió serio...

Buenos y apacibles días - el tono era serio, desgarbado, muy estático, casi como si fuera un autómata.

Miro a los alumnos...

Y bien?, que diferencia hay entre esos dos saludos de buenos días?, cual es más convincente y transmite mejor ese saludo?- dice sonriendo a sus nuevos alumnos.

La expresión corporal, la gesticulación lo dice todo, transmite emociones, sensaciones, sentimientos, una persona como el segundo saludo, no transmitiría para nada esa sensación buena de "Buenos Días", felicidad o realmente un buen día, mas bien representaría una persona seria , aburrida, desganado , que parece que salude a la fuerza, pero.., que sensación notásteis con con el primer saludo?, darme uno por uno vuestras respuestas, por turnos, a la misma vez que os presentáis tipo, "Hola, soy Richard, el primer saludo me ha parecido ..." y dáis vuestra respuesta, este será vuestro primer ejercicio y además romperemos el hielo... - dice con una buena sonrisa a sus alumnos.

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02/08/2018, 21:37
Iphone de Kerry-Anne

Se iba a hacer un selfie cuando vio que tenía varios mensajes.


Golderg & Epstein abogados

Estimada señora Van Ewen. Por la presente se le comunica que el juzgado nº7 de Portland, Oregon, ha fallado finalmente en lo relativo a su pensión de manutención por parte de su ex-marido. La suma total asciende ahora a 7.400 dólares mensuales, con un suplemento anual de 4.000 dólares para gastos derivados de la antigua casa conyugal, ahora con la escritura firmada a su nombre.

Asimismo, pasamos a adjuntarle un extracto del valor actual de sus propiedades y las rentas del último mes, según el informe de la gestoría Ashland Real Estate cuyos servicios son escrupulosamente revisados por éste buffete.

Sin otro particular más, espero que la presente la halle en buen estado de ánimo y salud.

Atte:

Jacob Goldberg
(Número de teléfono y email)
(Dirección del buffete en Portland, Oregon)
(Parrafada legal tipo de la ley de protección de datos)


Mensajes del Wassup

Grupo "Sweat is great" (amigas del gym)

Amanda: Chicas, ¿Vamos a ir al festival?
Cynthia: Hay unos vestidos preciosos en la Colonial, aunque son algo caros.
Amanda: He visto fabricantes por internet de ropa de época. Podríamos ir de princesitas.
Molly: En esos festivales se liga mucho.
Amanda: Ya apareció la esposa abnegada.
Molly: Nos podemos comer un yogurín :P
Cynthia: Yo nunca digo que no a un buen yogurín (adjunta foto de un jovenzuelo de buen ver)
Amanda: Le diré a Jim que es noche de chicas :P
Amanda: ¿Te apuntas, Kerry?

Orlando (tu personal trainer)

Orlando: Ey, ¿Cómo lo llevas campeona?
Orlando: Recuerda que tenemos luego sesión de spinning, no te la saltes.


Reenviado de cuenta de administración

"La cuenta InterestingBlonde que ha creado en MILFFINDER está pendiente de ser activa. Para confirmar la membresía, por favor haga click en éste enlace.

Le recordamos que MILFFINDER es el primer servicio nacional de contactos de pago, que pone en relación perfiles de mujeres maduras con jóvenes dispuestos a iniciar una relación. La página no se hace responsable de los mensajes de sus miembros, ni de los daños y perjuicios de tipo moral que surjan de la posible relación entre los usuarios. La página solo provee un servicio de contacto para que las citas sean posibles. Cualquier mensaje personal de tipo ofensivo podrá ser denunciado por el canal correspondiente, con atención y a sus derechos de remisión, rectificación y negación de la ley de propiedad de datos personales. Los mensajes de ésta plataforma no pueden constituir prueba de cargo en un proceso judicial por acoso sexual, según lo estipulado en la ley federal (la cita).

No pierda ésta oportunidad. Más de 5.000 usuarios en su estado y más de 100 en su zona, con miles de nuevos usuarios cada mes. Una oportunidad irrepetible para disfrute de sus mejores años de la manera que usted merece. Los primeros dos meses son totalmente gratuitos para mujeres".

Cargando editor
03/08/2018, 00:14
Alex (Juniper Clayton)
Sólo para el director

“Otro día en éste puto mundo”
Alex abría los ojos cada día con ese entusiasmo -Buenos días Ashland mis cojones- rezongó apagando el radio despertador de un manotazo. Era uno de esos que rueda y sigue sonando (como la alarma de Homer) tocando los huevos para que no te quede otra que levantarte y perseguir al puto cacharro y que pare de pitar. O lo hacía así o la verdad es que no tenía motivos para salir de la cama.
Era extraño, muchos otros hijos de ricachones con semejante desencanto vital habían optado por autodestruirse pero ella no, ni ella sabía porque no se había suicidado aun, muy seguramente el odio era su gasolina, la droga que disimulaba sus muchos problemas. Problemas de chica blanca del primer mundo.
Hablando de odio, esa mañana estaba de especial malafollá, a punto estuvo de salir a buscar al puto perro que le había dado la noche ladrando y mandarlo a Wisconsin de una patada.

Sentada desayunando con la mirada perdida por la ventana su cara decía “matar a todos los humanos” -Ni putas ganas de ir a clase- bostezó enseñando hasta las vegetaciones.

-Un día cojonudo para destruir el patriarcado-
Faith le arrancó una sonrisa y ella levantó los brazos para hacer el signo de la vagina sobre la cabeza, era como su gesto de comando feminista estilo power rangers. No dijo nada porque tenía la boca llena de cheerios de chocolate y crema de cacahuete. Podría vivir solo de comer eso y chocolate, tampoco es que comiera mucho más. Subió los pies al asiento y siguió rumiando sus cereales como hipnotizada por la luz del exterior. Alex tenía esas cosas, lo mismo estaba liandola a grito pelado revolviendose como un gato panza arriba que se quedaba quieta y absorta en la nada. Faith había aprendido a respetar eso y la verdad es que vivían muy bien juntas, cosas más raras se han visto. En eso se notaba que a Alex le quedaba algo de humanidad aunque se negara a admitirlo.

-Que que vamos a hacer hoy? Vamos a ver que se cuece el mundo- finalmente se decidió a encender el movil (sí, era de esa extraña gente que a veces lo apagaba!!!!), mientras se iniciaba le cogió un poco de zumo a su compañera, como no podía ser de otra manera al beber de la jarra le rebosó el borde y se pringó la camiseta -Joder...- se limpió la boca con el dorso de la mano. El móvil vibró -A ver que coño pasa- dijo cogiendolo con fastidio, suspiró, su cara de repente cambió (era muy expresiva) –Ostia, tía mira- le enseñó el twitt de UTBH, empezó a reirse y Faith volvió a aullar -Comeme el coño mamonazo- tecleó diciendo en voz alta lo que escribía -Hombres y presunción de inocencia en la misma frase, me meo @UTBH- siguió haciendo scroll viendo notificaciones. Miró la hora -Es verdad, no se nos olvide la protesta del mural...- se vio en el reflejo de la pantalla, vaya ojos de mapache que llevaba y vaya pelos... estaba desastrada de más. Los siguientes mensajes la hicieron fruncir el ceño, Faith sabía que cuando respiraba de esa manera la cosa tenía que ver con la familia -Una polla voy a pasar por casa a ver a tu nuevo florero...y que coño haces mirando mis tarjetas? Es mi dinero!- resopló -Puto controlador-... -”Tu madre y yo”- leyó en tono de sorna -Que no es mi madre capullo!- había perdido la cuenta de las veces que se había vuelto a casar y todas eran unas tontas del culo. Abrió los ojos de par en par blanca como el papel al leer lo siguiente -Miiiiiierda!- Oh, oh... aquello era serio -que dice mi padre que viene de visita- a Alex se le abrió el suelo bajo los pies y sintió el frío del otro mundo helandole el alma (si tenía) -¡ME CAGO EN TODO!- golpeó la mesa haciendo que se derramara todo.
Se levantó y empezó a andar como una fiera de una punta a otra del salón llevandose las manos a la cabeza -mierda, mierda, mierda, mierda, mierda... ¡MIERDA!- dio una patada al suelo parando en seco. Tenía los ojos húmedos -¡Será cabrón! ¡¿Como puede joderme así?! Es que no puede quedarse en su puta casa!!!!!- se frotó la frente pensando -¿Que pasa? Que ahora quiere hacerse el papi querido delante de su nueva querida? ¡Venga ya! Pero si has pasado de mi toda tu mierda de vida ¿QUE TE FOLLEN HIJO DE PUTA!- le gritó al móvil, aunque gritó tan alto que perfectamente la podían haber oído en Nueva York. Si les veían juntos en Ashland su tapadera, su nueva identidad, se iría al traste y por ende su vida -No puede hacerme esto....- rechinó, se acercó a un tabique y apretó la frente contra él, uy uy uy... que a lo peor volvíamos a los viejos tiempos de la autolesión. En lugar de eso gritó con todas sus fuerzas. Bueno... mejor así. Luego resopló repetidas veces como un miura, miró a Faith después de unos segundos -voy a darme una ducha y a vestirme- daba sustico a pesar de que habló con un tono razonable.
Salió del salón directa a su cuarto a rebuscar que ponerse entre el desorden y después se metió en la ducha a llorar, su vida se iba a acabar al finalizar la semana si no lo remediaba.