Al llegar a la comisaría el grupo se dispersa. Tu primer objetivo es secarte y dejar de estar empapada. Una vez has conseguido dejar de temblar te sientas delante del ordenador.
El fallecido se hacía pasar por Nuño Gomez pero la policía lo tenía fichado de hace ya unos cuantos años por su nombre real, Alvaro del Campo. El susodicho vivía cerca del puerto de Vigo, en una de las torres de diez pisos construidas hace más de medio siglo.
Mientras entras en calor sigues buceando en la base de datos. Como bien sabes Alvaro no residía solo. Junto a él parece que ha vivido una tal Lucía Gamarra. A sus 29 años la chica no tiene historial ni causas pendientes.
Apuntas la dirección en tu libreta.
Cuando por fin consigue sentarse delante del ordenador con una muda seca y una taza de infusión caliente la mujer se encuentra un poco mejor. Tarda algo en que le paren de castañetear los dientes, más o menos lo mismo que le lleva a su ordenador encenderse y a ella "convencerlo" para que entre en las bases de datos. Un día de estos supone que actualizarán el sistema, pero hoy no es ese día.
Va saltando de ficha en ficha y de expediente en expediente, tomando rápidas notas en su libreta. Cuando por fin consigue la dirección (después de una inexistente búsqueda de antecedentes de la muchacha) la apunta y luego hace una rápida búsqueda en Google Maps, anotando lo que tiene que hacer para llegar.
-Vale.- Dice en voz alta poniéndose en pie. Con gesto suave apoya ambas manos en su cintura y se estira, haciendo crujir sus cervicales. Coge su chaqueta y se asegura de que su arma esté bien puesta en la sobaquera. Agarra su mochila y su termo y echa a andar hacia la puerta de la comisaría.- Salgo.- Le dice al agente de la puerta con una sonrisa amable.- Si alguien me necesita tengo el teléfono operativo. Volveré en un par de horas.
Con calmada veteranía, recorre el camino hasta llegar a la torre en la que sabe que reside la señora Gamarra, y tras asegurarse de que tiene un aspecto presentable respira hondo y llama a la puerta del piso...
Afortunadamente el ascensor de la torre funciona y aunque la subida de los diez pisos se hace eterna te lleva hasta la puerta de Lucia Gamarra. Tocas la puerta y esperas un buen rato mientras escuchas ruidos dentro del piso. Finalmente, quita los tres seguros y se abre la puerta.
Una mujer con síntomas evidentes de privación de sueño se encuentra a dos metros de la puerta , apuntándote temblorosamente con una vieja pistola. Está en pijama y tiene el pelo alborotado. -¿Qu…que..que quieres?- pregunta con una voz que refleja un estado nervioso al borde del colapso.
La mujer se pasa la larga subida en ascensor revisando los pocos detalles que tiene de todo esto, y atraviesa el pasillo de paredes desconchadas con pasos rápidos.
No hace ningún gesto al escuchar los tres cerrojos, pero es un detalle que apunta mentalmente para poder pensar sobre él después. Son muchos cerrojos para cualquiera, salvo que esperes una carga de caballería...
Que es lo que al parecer espera la chica, habida cuenta de que la está apuntando con una pistola nada más abrir la puerta. Ay, mimadriña...(1) piensa.
Con gesto profesional observa a la otra mujer, y luego entra en juego su parte empática. Sólo de pensar que a su marido o a alguien de su familia le pase algo se pone mala, no quiere saber lo que está sintiendo Lucía. Sus temblores y la forma que tiene de moverse le indican que está al filo de un síncope, y que aunque no quiera dispararle igual termina haciéndolo simplemente porque no puede evitarlo.
Con gestos muy suaves levanta ambas manos, apartándose un paso de la puerta. intenta que la mujer armada se dé cuenta de que no es una amenaza.
-Buenos días, señorita Gamarra.- Dice con voz suave y tranquila.- Me llamo Alba Lago, soy agente de la Guardia Civil. Puede usted llamarme Alba.- Procura minimizar la oficialidad de la visita, intentar darle confianza a la chica.- Me gustaría darle el pésame por su pérdida, y asegurarme de que se encuentra usted bien.- Señala con la cabeza el interior del piso, siempre manteniendo movimientos suaves y las manos a la vista.- ¿Me permitiría pasar un momento?...
(1) Es una expresión que se usa cuando se te ha derramado la leche o de repente tienes el baño inundado. Una mezcla de "Madre mía" y "En qué lío estoy metida y a ver cómo lo arreglo"
Las palabras de Alba eran conciliadoras, el tono, tranquilizador. Pero parece que Lucía estaba más allá de todo ello, su mente no entendía lo que escuchaba y el miedo atenazaba cada uno de sus músculos. - ¡¿El..el pésame?! - respondía incredula la mujer. - Al final lo han matado! Pobriño... - parecía por un momento que fuera a bajar el arma pero tras un segundo vuelve a apuntarte con sus manos temblorosas. Esta apunto de apretar el gatillo, más por miedo que por convicción.
Motivo: Calmar a Lucia (Empatía+Influencia)
Tirada: 5d6
Dificultad: 6+
Resultado: 18 (Exito) [5, 1, 5, 3, 4]
Tiro por Alba. No has sacado ningún 6 por lo que se considera un fallo. De todas formas, puedes aumentar en 1 nivel tu estrés para poder repetir la tirada por completo. Tu decides.
El estrés es un arma de doble filo, aumentará tus probabilidades de éxito de ahora en adelante pero en caso de pifiar con el dado de estrés habrá consecuencias.
La mente de Alba va a toda velocidad. Una parte de su cerebro recuerda con pena que no le habían dicho nada del fallecimiento, pero supone que el hecho de que la esté apuntando con una pistola es una circunstancia bien atenuante. Respira hondo, intentando calmarse porque teme que al final le dispare. Una bala es una bala, aunque te de por error.
-Señorita Gamarra...¿Puedo llamarte Lucía?.- Intenta tutearla para ver si la joven se tranquiliza un poco.- El señor del Campo ha tenido un desgraciado accidente esta madrugada, en el mar.- Señala con los ojos la pistola.- Si bajas esa cosa y me dejas entrar podemos hablar y te contaré todo lo que necesites saber. También querría hacerte unas preguntas, y asegurarme de que estás bien y tranquila...
Creo que la circunstancia amerita gastar estrés XD
La frase no había terminado cuando Alba escucho el click del seguro del arma. ¿Qué estará ahora, en sus posibles últimos segundos de su vida? ¿Su marido? ¿Su hijo? No tiene tiempo para desenfundar la pistola, es demasiado tarde ya.
Lucia aprieta el gatillo pero en vez de un estallido ensordecedor solo escuchas un sonido hueco. El sonido hueco de un arma sin cargador. Lucia mira incrédula el cañón de la pistola, como si un sortilegio le hubiera impedido cobrarse su "venganza".
Motivo: Empatía + Influencia
Tirada: 5d6
Dificultad: 6+
Resultado: 5, 5, 5, 4, 4 (Suma: 23)
Motivo: Estrés
Tirada: 1d6
Dificultad: 6+
Resultado: 5 (Fracaso) [5]
Al escuchar ese fatídico sonido Alba cierra un segundo los ojos, fijando en su mente una imagen de su marido con su hijo en los brazos. Si va a morir quiere que sean ellos lo último que vea.
Entonces oye la inequívoca señal de que el arma no tiene cargador, y baja los brazos con gesto adusto. Se lleva una mano a la parte de atrás de la cintura y saca un par de esposas. Sin ser brusca pero sin la suavidad que hasta ese momento estaba usando reduce a la mujer y le esposa las manos a la espalda.
-Lucía Gamarra, queda usted detenida por intento de agresión a un agente de la Guardia Civil.- Empieza a decir con calma.- Tiene el derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal de justicia. Tiene el derecho de hablar con un abogado y que un abogado esté presente durante cualquier interrogatorio. Si no puede pagar un abogado, se le asignará uno pagado por el gobierno. ¿Le han quedado claro los derechos previamente mencionados?. También pediremos asistencia psicológica, si así lo requiriese.- Espera a que la mujer acepte y luego la incorpora, después usa una bolsa de las que siempre lleva en la cazadora para las pruebas y otros souvenires para recoger el arma de Lucía, poniendo buen cuidado de no tocar las zonas de huellas. Manipula el arma con extremo cuidado, y una vez embolsada y etiquetada recoge una chaqueta de la mujer y se la pone por encima.- Vale, vamos para la comisaría y allí ya hablamos tranquilamente.