Al dejar el coche en el garaje observáis como cada uno de los integrantes del grupo parece absorto en sus pensamientos. Cogéis el ascensor que os lleva desde el subterráneo hasta la planta de oficinas de la comisaría.
La policía tiene las herramientas necesarias para poner en marcha el trasto y salas donde poder escucharlo en privado. Para las cámaras una llamada a tráfico debería bastar.
Os miráis y os dais cuenta inmediatamente del charco de agua que está dejando Xoel en medio de la oficina.
Por suerte, ya estaban en la comisaría y el calor de la calefacción comenzaba a reconfortar el cuerpo de Beth, algo que agradeció. Pero no tanto porque a ella le gustara esa temperatura tan diferente a la del exterior, sino más bien porque sabía que Xoel apreciaría ese calorcito que los radiadores desprendían.
— Anda, cámbiate de ropa... — señaló el charco de agua bajo los pies de su compañero. — Te prometo no mirar, aunque bueno... No veré nada que no haya visto ya, ¿No? — se encogió de hombros de forma despreocupada al saber que meterse con él era divertido. Mientras, marcaba el número de tráfico en el teléfono de la oficina. — Luego ya me contarás qué le diste a Sonia para que te mire así. Y no me vengas diciendo que no te diste cuenta, tontorrón... — se burló.
— Hola, aquí la agente Caballé, necesitaría que me enviarais todo movimiento de cualquier vehículo cerca de la zona del faro de la V15 y alrededores durante la madrugada de ayer. Tenemos que comprobar los movimientos tanto de tracción mecánica como de transeúntes, preferiblemente calvos — aguardó unos segundos en silencio mientras tapaba el micrófono del teléfono con su mano derecha. — Anda, prepara la radio y la escuchamos juntos, Romeo — hizo un gesto para que moviera el trasero y preparara la sala mientras escuchaba a su interlocutor del otro lado de la línea.
Ofuscado por ser un charco de agua viviente, avanzó por los pasillos dedicando una mirada de "no me digas nada porque se lía" para que todos sus compañeros entendieran bien que no estaba de humor. Al encerrarse con Beth, había cogido la ropa que siempre tenía de repuesto y por primera vez sonrió ante el comentario. Pese a ser un sombrío total, esas actitudes de ella le daban algo de alegría.
— Más quisieras, estoy mejor que antes— aclaró por puro orgullo masculino, sin vergüenza alguna de cambiarse delante de ella—. ¿No dicen que los años te ponen más bueno? Ni hablar del agua de mar, el puto frío y mi humor. Estoy en el esplendor de la seducción masculina, ya pego una llamada a Playboy para que me tome fotos, cabrona.
Soltó con su ironía común, la que conocía su compañera y ex. Rápido se quitó la ropa, no le afectó en nada estar desnudo delante de ella y ya con el boxer puesto, uno negro, se acercó para responder a lo otro que dijo mientras cogía la camiseta negra.
—No me jodas. Ya sabes que no me gusta ese estilo de mujer, además no estoy para romances — aclaró tras darle un toque con el dedo en la cintura—. Te fijas en todo, Oficial Caballe. Pero paso de eso, ni mierdas raras. ¿Tú qué rollo? ¿Dejaste al novio en Barcelona?
Después se colocó el pantalón, los calcetines y el calzado. Era bastante informal, pero con muchísimo estilo. Después cuando le dijo Romeo, suspiró y se acercó a rodearla por el cuello con el brazo, como hacía antes solo que él estaba muy distinto. Algo existía del antiguo Xoel, muy enterrado.
—Sigue dando por culo y te lanzo al mar yo.
Le susurró al oido en broma cuando la tuvo abrazada desde el cuello y luego de soltarla se fue a coger dos tazas, sirvió café y se las llevó a la sala para preparar todo.
—Mueve ese culo, que le falta entreno. Ya tengo todo listo.
Seguía con el semblante serio, eran momentos, pequeños instantes de luz pero rápido algo lo devolvía a la realidad y toda esa complicidad, cariño o lo que fuera capaz de sentir se tornaba negro por el miedo, los recuerdos y esa extraña unión con la muerte.
Repetí palabra. :P
Una fuerte carcajada salió de lo más profundo de Beth. Era una risa sincera y con cierto sabor a antaño, cuando la pareja parecía hacer florecer todo lo que sentían en la academia de policía.
— No, no me reía de usted, disculpe. Mi compañero que llegó todo mojado de un caso... — pareció tranquilizar a la persona que estaba en el otro lado del teléfono. Rápida, presionó el botón de silencio y empujó a Xoel con cierto aire desenfrenado y desafiante. — Anda tira, que más te gustaría a ti tener este culo catalán a tu lado, Romeo — se mordió el labio mientras alejaba a Xoel de su lado, intentando liberarse de los brazos de su compañero. — Y no, no te preocupes por mi novio, que todo está bien atado en Barcelona... Mucho te interesas tú ahora... — le dejó caer desafiante mientras esperaba la contestación de tráfico. — Ahora mismo voy, señor añejo, cuanto más años más bueno, sí... — suspiró.
Motivo: Lógica+Tecno
Tirada: 5d6
Resultado: 19 [5, 3, 3, 4, 4]
Motivo: Recurso Acceso a cámaras de seguridad de la zona
Tirada: 2d6
Resultado: 11 [6, 5]
Listo, tirada realizada
Se mordió el labio inferior y negó con la cabeza, lo recordaba así. Aunque le resultó tan lejano ese recuerdo que un atisbo de luz se reflejó en su rostro, como una señal, una esperanza, hasta que rápido la desechó. No podía ser tan idiota.
—Me intereso, tengo mis derechos— dijo con intención de picarla—. Vente cuando termines, cabrona.
Muy sentado, se dispuso a acomodar todo para escuchar la radio junto a Beth. Por un breve instante se quedó mirándola desde esa distancia que era apropiada, pero a su vez le permitía añorar lo que ya no sería capaz de tocar. Tantos momentos, risas, muchísimo amor y conexión.
Sintió culpa por ese anhelo, por la necesidad de enredarse en su aroma y ya bajo un serio semblante, cogió un bolígrafo para centrarse. No quería engañar a su familia, debía callar toda sensación, pensamiento, matarlo de raíz.
Espero a ver qué dice la radio.
La química seguía ahí, no había duda. Un testigo podría pensar que detrás aún se esconde algo más que el respeto y aprecio de una relación pasada. Por suerte el trabajo acalla los pensamientos insistentes, por el momento.
Al liberar al técnico del aburrido trabajo de chequear todas las cámaras , Beth consigue el acceso a las grabaciones sin tener que rellenar los habituales formularios y documentos burocráticos. Filtra de inmediato por lugar y hora y tras varios minutos en los que pasa a velocidad aumentada las reproducciones encuentra al fin lo que buscaba. Es de noche y la visibilidad no es perfecta pero no cabe duda. Por una de las esquinas de la pantalla aparece caminando lastimosamente un hombre adulto, calvo, con la ropa destrozada y una herida que parece provocarle una severa cojera .
El hombre parece desorientado pero decidido a salir de allí y comienza a caminar por el arcén de la carretera. Siguiendo las cámaras de vigilancia puede observarse su triste procesión nocturna. Pasa por debajo de varias farolas y la luz artificial ilumina parcialmente una cara desquiciada. Tras más de un cuarto de hora, y utilizando amenazadoramente la pistola, consigue parar a un desafortunado conductor y lo perdéis de vista.
— ¡JA! — acompañó el grito de satisfacción con una palmada. — ¡Te tengo jodido calvo! — buscó con la mirada a Xoel mientras se metía un chupa-chups en la boca, sabor cola. Xoel sabía que Beth siempre tenía chucherías guardadas en sus bolsillos, así que aquel gesto goloso de la catalana no le sorprendió.
— ¿Quieres? — lo sacó de su boca y lo apuntó directamente a su compañero. — Tenemos al tipo que se salvó del "accidente" — tanto si su compañero había lamido o no el caramelo, Beth se lo volvió a meter en la boca para saborearlo, casi hipnotizada por la pantalla que ahora permanecía quieta tras reproducir varias veces la secuencia completa, mostrando al hombre ahora capturado en la imagen. — Tendremos que hablar con Iyán, a ver si puede hacer algo con esta imagen de mierda que tenemos... ¡Pero lo tenemos! — se desperezó y miró a Xoel por segunda vez, esperando un comentario por su parte.
Espero a Xoel.
Tenéis tambien la radio...
Muy sentado, se dispuso a acomodar todo para escuchar la radio junto a Beth. Por un breve instante se quedó mirándola desde esa distancia que era apropiada, pero a su vez le permitía añorar lo que ya no sería capaz de tocar. Tantos momentos, risas, muchísimo amor y conexión.
Ya lo puse, y espero a ver qué dice. Igual mañana posteo.
Ostras tienes razón, mañana te respondo
Pero las palabras de Beth se perdieron como si no hubiera nadie en la habitación. Xoel tenía los cascos puestos y parecía escuchar una y otra vez la grabación de la radio. Los técnicos de la comisaría habían conseguido ponerla en marcha y parecía funcionar perfectamente.
- Lancha VI74H14 S.O.S
- Repito. Lancha VI74H14, necesitamos ayuda. Estamos en frente del antiguo faro.
[El ruido ensordecedor de la tormenta y la lluvia ahoga lo que fuera que estuvieran diciendo por un momento]
[Se escucha una voz temblorosa algo más lejana]
- ¡No podemos hacer nada! ¡Lo han llamado!
- ¡Cállate Alvarito, carayo! ¿Te has vuelto loco?
- Lancha VI7....
- ¡Yo no tengo la culpa! Papa, ¿porqué lo hiciste?
[Silencio]
- Ya viene.
Muy enfrascado en dar uso a la radio para escuchar lo que había allí, no se sorprende por el ofrecimiento ya que le parecía jodidamente sexy ese tipo de actitud por recordarle tiempos pasados donde se compartía algo más que un chupa-chups. Así que lo aceptó para darle una buena saboreada y luego se lo devolvió.
—¿De esta manera piensas hacer que deje de fumar? — preguntó con retórica y soltó —. Me gustan más de melocotón, parece que ya lo olvidaste cabrona.
Bromeó en su eterno estado sombrío, aunque se atisba cierta intención de pasarlo bien y ser más cercano. Por mucho que le resulte peligroso y le cueste, se atreve.
—Bien, tenemos información sobre el calvo. Veamos que dice esta mierda— dijo interesado—. ¿Qué sonido es ese? Lo vuelvo a poner...
Asintió con el asunto de hablar con Iyán y volvió a repetir los mensajes de radio. Analizando cada detalle, el tono de voz, todo.
—"Lo han llamado"... "Yo no tengo la culpa". ¿Qué intenta decir?
— A ver, deja que escuche yo... Que seguro que te dejas la mitad de la información... Aún recuerdo en la academia de policía cómo te quedabas embobado y te perdías la mitad del mensaje... — bromeó mientras le metía el chupa-chups en la boca a Xoel y le quitaba los cascos.
El sonido ensordecedor de la tormenta dificultaba escuchar algo entendible, pero estaba claro que aquellos dos estaban pidiendo ayuda.
— Alvarito... — rebuscó en el informe policial. — Es el fiambre, así que es el que parece más asustado de ambos — tiró los cascos sobre la mesa y se recostó de nuevo. — Estaban pidiendo ayuda, así que la mercancía era secundaria en aquellos momentos... Si pidieron ayuda, quiere decir que no se tiraron contra las rocas como dijeron esos pescadores, a no ser que ese tipo se volviera loco y, te aseguro, que lo parece... ¿Había otro cartel que iba tras ellos y lo habían llamado? Y lo de su padre... ¿Qué hizo su padre? Tenemos que buscar información sobre el padre de Álvaro del Campo para saber que hizo... ¿Daría un chivatazo?
Tras eso, se quedó mirando unos segundos a Xoel, como si su mente estuviera en otro plano, en una dimensión donde sus ideas cobraban vida propia.
— "Lo han llamado"... "Yo no tengo la culpa" — repitió las palabras de su compañero. Rápidamente, se abalanzó sobre Xoel, intentando asustarlo. — ¡¡¡Soy el monstruo de las profundidades y vengo a por ti!!!
¿Podríamos buscar info del padre de Álvaro o sería en otra escena?
Quizas mejor cuando os juntéis todos. Iyán está terminando asi que en cuanto responda crearé otra para ir juntandoos.
Negó con la cabeza, sonriendo un poco más.
—Eras tú la que solía distraerme con facilidad, no volvamos a lo mismo que no soy de piedra— dijo no haciéndose cargo, bromeando sobre el hecho de que en el pasado eran muy pasionales —. Si, es el fiambre... Pero me suena como un ajuste de cuentas. ¿No? Porque ese "lo han llamado, yo no tengo la culpa puede dar sentido a que se le fue la boca de más".
Comentó sin dejar de observar a Beth, como estaba haciendo lo que ella quería con él. Se mordió el labio inferior porque estuvo muy tentado de darle una cachetada en el trasero, pero pensó en las consecuencias internas al atreverse.
—Algo de eso, pienso igual.
Seguía con el chupa-chups saboreando hasta que se le tira encima tras asustarlo. La cogió con una mano del culo y le dió un azote cegado por segundos debido a ese encuentro casual de ambos cuerpos, después la apartó ya tentado inconscientemente a más pero se contuvo de nuevo.
—Quita monstruo de mar que ni a pulpo llegas, porque terminas arrinconada. No me toques los cojones y después estés "mimimi" — comentó divertido al terminarse la golosina, después le dió un beso en el cuello y otro azote más —. Andando cabrona, quiero trabajar.