Partida Rol por web

— Créame que estoy más que preparado—dijo Xoel—, pero descuide, estará aquí un buen rato como no abra la boca y suelte lo que debe. Necesitamos saberlo y no estamos para vueltas burocráticas. 

Tras ello le indicó a Beth salir de allí, posiblemente para ver que más acontecía en la comisaria y si alguno de nuestros compañeros necesitaban ayuda. Ese hombre sabía más, pero mantenerlo aquí, le aseguraría la palabra porque estaba odiado y no veía relación de momento, como si las pistas estuvieran todas sueltas. 

Beth maldijo en voz baja, liberando un poco de la frustración que sentía. Alfonso del Campo seguía cerrándose en banda, y la catalana sabía bien que, con un abogado de por medio, las cosas solo se complicarían más. Ese hombre tenía información, algo que podía darles una pista clave, pero cada vez parecía más enredado en sus propias fantasías y teorías absurdas. Aun así, había algo en su tono, en la manera en que hablaba, que la inquietaba profundamente. Aunque sus palabras parecían desvaríos, no podía dejar de sentir ese escalofrío que recorría su cuerpo al recordar todo lo vivido.

Beth cerró los ojos unos segundos, tratando de calmar el caos que era su mente en ese momento. La investigación estaba llena de hilos sueltos, piezas que no encajaban, pero que de alguna manera debían tener sentido juntas.

Finalmente, asintió a las palabras de Xoel, sabiendo que él también estaba en la misma lucha interna que ella, y salió de la sala de interrogación, sin quitarse de encima esa sensación de incomodidad.

¿Qué fue exactamente lo que le hicieron a la familia del Campo?.

 Ya ha prescrito, nadie puede acusarlo de nada ya.

Otra cosa, ¿durante aquella época recuerda si hubo alguna desaparición en la zona del pueblo o de la presa?...

Son las preguntas de Alba que escuchan Xoel y Beth al entrar en la sala de interrogatorios. En frente de la policía un hombre que aparenta 10 años más de los que indica su DNI.

Al entrar la pareja Justino no puede evitar mirarlos con recelo o ¿miedo? – No me jodan, vienen los refuerzos. – dice socarronamente aunque dejando ver un hilo de duda en su voz rasgada por el tabaco y la bebida. – Les hicimos la vida imposible, a todos los Campo. Que más da los detalles. Conseguimos que el más jóven se largará desquiciado de aquí. Pueden arrestarme por eso si quieren.

Justino es el hijo del último alcalde de Torralves y al parecer estuvo involucrado durante años en las amenazas y manifestaciones contra la presa y sus responsables, la familia del Campo.

-Pero no entiendo porque mezclan esto con las niñas. Deberíais estar buscándolas coño, y no haciendo preguntas a un viejo. Han desaparecido niñas desde que tengo uso de razón. ¿No veis las noticias? El mundo esta lleno de degenerados.

Beth miró a su compañera, Alba, haciendo un pequeño gesto con su cabeza. La catalana estaba más seria de lo normal, dejando tras de ella esa estela efímera y extraña. Sus ojos, de color avellana intensos, se posaron en aquel hombre que se hacía pasar de listo.

Tanto Xoel como ella podían dinamitar la interrogación de su compañera. Podían soltar que las niñas estaban muertas en lo más profundo de aquel pueblo sumergido o que, por su "hacer la vida imposible", Álvaro estaba muerto y Marcial también. Y al menos este último estaba muy ligado a las protestas de la presa...

Pero la catalana espero unos segundos a su compañera, al menos el tiempo necesario para no vomitar toda la información que Xoel y ella habían recabado.

— Hacer la vida imposible... Curiosa forma de decir que eres culpable de un delito de homicidio porque el resultado de vuestra conducta es la muerte de otra persona... Bueno, de dos...

Se mordió la lengua, esperando a que Alba siguiera con lo que estaba haciendo, mientras miraba a Xoel.

—Bueno, vamos a calmarnos...—dijo a modo de saludo, intercambiando miradas con Alba y luego se detuvo en Beth cuando ella prosiguió —. A mí me interesa saber cómo le has jodido la vida a esa familia y cuál es el motivo, no sé, dispongo de tiempo y me apetece escuchar una historia. 

Apoyó las palabras de su compañera, sonando algo borde en sus palabras, con cierto destello de ironía. 

—¿Degenerados que asesinan niñas? Cuéntanos... Más te vale que sueltes lo que tengas, de eso depende donde duermes hoy— comentó decidido a seguir pinchando ahí —. Y no estoy para chorradas, esto es una conversación tranquila por ahora. 

Sin más, se quedó pendiente de aquel lenguaje no verbal y comprobar que sucedía con este sujeto. 

Alba sonríe durante apenas un segundo a sus compañeros cuando los ve entrar. Sin embargo el comentario acerca de las niñas hace que se vuelva a girar hacia Justino, con una expresión muy diferente. Hay algo en la mayoría de la gente que impele a proteger a los niños, en el caso de Alba ese instinto ya era muy fuerte antes y ahora está fuera de todo control. Una imagen mental de su pequeño le atraviesa la mente. Se imagina lo que deben estar pasando las familias de las niñas? No, no puede ni imaginárselo. No quiere imaginárselo. Y ahí tiene delante a alguien que admite “haber hecho la vida imposible” a otra gente, y que acepta como “normalidad” que de repente una serie de niñas no vuelvan a su casa.

-¿Quiere usted decir que en su entorno es habitual que desaparezcan niñas?.-Dice con un tono de voz escalofriantemente bajo, mirando al hombre fijamente. Niega con la cabeza.- No necesito que entienda lo que le estamos preguntando, necesito que me responda de una vez.- Dice con un tono seco y cortante, muy poco habitual en ella.- Explíquenos todo lo que hicieron desde que decidieron que los del Campo merecían un escarmiento.- Continúa, abriendo la libreta y cogiendo un boli.- Tenemos todo el tiempo del mundo. No se guarde detalles.

Frustrado. Así era como se sentía Iyán. La línea de investigación que estaba siguiendo no parecía aportar nada de interés al caso y el joven se planteaba abandonar ese camino para centrarse en pistas más importantes. Aunque no estaba muy convencido.

Tras colgar el teléfono, decidió acercarse a escuchar el interrogatorio que estaba realizando Alba, pero antes quería saber si Xoel y Beth habían conseguido algo más del perturbador Alfonso.

—¿Conseguisteis sacar algo más al padre de Álvaro? —preguntó a la pareja, esperando con los dedos cruzados a escuchar una respuesta afirmativa. El tiempo se les estaba agotando,

Los tres investigadores escrutan cada detalle, cada gota de sudor y cada gesto del interrogado en busca de un punto debil que puedan utilizar para romper sus defensas. Y en esa busqueda Xoel no puede evitar darse cuenta de algo muy siniestro. Parece que él viejo que tiene en frente se regodea con cada pregunta que hacen sobre las niñas. No sabe muy bien como intrepretar esto pero hay algo en él, una sensación de asco insoportable que azuza una ira apenas controlable.

Pero Xoel es um hombre petreo, y sus compañeras no se dan cuenta de lo cerca que está en estallar. Ellas en cambio analizan al hombre y parecen haber encontrado un pequeño tatuaje en el antebrazo. No sería extraño si no fuera por lo que reprenta. Parece una runa, como aquellas que tan de moda se han puesto desde que los vikingos fueran asimilados por los hipsters de Madrid. 

Alba había visto ese tipo de runas anteriormente. Las vio cuando Iyán investigaba el colgante del Nubeiro. Son runas antiguas, pero no de vikingos. Parece una runa celta.

Iyán había soltado la pregunta antes de darse cuenta que la pareja ya no estaba allí. Habían entrado al interrogatorio de Alba y siguiendo su estela los cuatro compañeros se volvían a reunir en la habitación.

Cuando las preguntas constantes sobre las niñas caen como mazazos Justino parece comprender que no saldrá de está hablando.- No voy a responder a más preguntas hasta que no llegue mi abogado. - Entrecruza los brazos - Si me acusais de algún delito es hora de escucharlo.

Llegó el último y eso solo podía significar que la mayor parte del interrogatorio tendría que escucharlo en las grabaciones. Se mantuvo en silencio, observando y escuchando todo con interés. Pero parecía que el hombre había entrado en una actitud hermética y solo hablaba para pedir un abogado.

Fue la runa lo que más llamó su atención. A pesar de haber tomado hacía un instante la decisión de no seguir el hilo de las mitologías, las leyendas y los antiguos cuentos de abuelas, no pudo evitar la sensación de que esas historias lo perseguían. Por mucho que él quisiera apartarlas, eran un elemento importante en esa investigación.

—¿Le habéis preguntado sobre ese tatuaje? —preguntó a sus compañeros—. ¿Os ha contado algo que nos sirva?

Alba había estado desde el principio con aquel imbécil de Justino así que poco podía aportar a la pregunta de Iyán.

— No... — negó con la cabeza mientras observaba a Xoel. — Nosotros hemos hablado con el padre de Álvaro — suspiró unos segundos y se rascó la nariz intentando sacar toda la ofuscación que llevaba encima. — Las niñas están muertas, en el fondo de ese maldito pueblo sumergido, o eso dice él... Y parece que tiene relación con esta puta gente, putos paletos... Actuan como una puta secta... Lo que no entiendo si Marcial era realmente amigo de Álvaro... Yo creo que si... Pero estaba en contra de la presa y toda la mierda de los del Campo... Y vosotros ¿Habéis descubierto algo?

-Vamos a necesitar quitar una imagen de ese tatuaje que me lleva usted.- Dice con un tono frío y sereno.- Como está usted aquí como testigo y no como sospechoso no puedo obligarle a que me deje quitarle una foto sin una orden, pero su buena disposición quizás haga que pueda dormir esta noche en su casa.- Dice, escogiéndose de hombros. Es evidente que lo de las niñas ha acabado con la poca paciencia que tenía.- Esto de los informes lleva su tiempo, espero que tenga usted paciencia.

Respira hondo.

-Que se comportaron como unos cabrones con los Del Campo porque decidieron que era buena idea tomarse la justicia por su mano.- Contesta a Iyán. Su tono de voz y el lenguaje son poco comunes en ella, que normalmente es mucho más educada.- No ha dicho exactamente lo que le hicieron, pero al parecer tuvimos el pack "Turba furiosa", y de ahí para el norte.

Vuelve a mirar al anciano, ya sin rastro de simpatía.

-Como al parecer tendremos que esperar aquí por su abogado vamos a hacer un poco de tiempo. ¿Cuándo se ha hecho usted ese tatuaje?.- Comprueba en la ficha policial de Justino que no hay mención a marcas de ningún tipo.- No parece usted del tipo que se hacen ese tipo de trabajos. ¿Cuál es su significado?.

La runa es sin duda de origen celta. La tinta está algo difusa debido al paso del tiempo pero cualquier podría encontrar una relación en las formas con el famoso trisquel que llevan miles de personas en colgantes o tatuajes. - No, no me va a sacar ninguna foto. Estoy bien cómodo aqui, con cena y cama pagada, mejor que en casa - se jacta el sospechoso mientras se rie socarronamente.  

Era evidente que poco más se podía sacar de este tipejo y su cerrazón dio por terminado el interrogatorio.

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Abro nueva escena