Partida Rol por web

Aarkan: Destinos Enlazados

Acto 2: Camino a Saburunda

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19/04/2010, 17:43
Director

Pasaron los días casi sin darte cuenta. Tenías lo básico para un peregrino como tu: un camino que seguir, comida para el viaje y una grata compañía a tu lado. Todo volvía a ser como siempre. Tu viaje se reanudaba una vez más. Ya llevabas meses viajando desde el otro lado del mar. Habías cruzado un desierto inhóspito y navegado con la mar embravecida. Habías incluso vuelto del más allá después de un ataque que te dejó al borde de la muerte.

Tus experiencias iban aumentando conforme recorrías tu largo camino hacia el conocimiento...

Han pasado 4 días desde tu último descanso en la ciudad de Lucrecia. Desde que saliste de ahí no te has topado con ningún soldado. Solo un par de centinelas que viste en uno de los pueblos, recaudando impuestos a los campesinos. La vida en aquellas tierras no era muy difícil, la tierra era fértil y los campos estaban aún por sembrar. Esperando a la llegada de la primavera los hombres se dedicaban a revisar las herramientas y todos los preparativos para el buen tiempo.

Yrbis había vuelto a la normalidad, volvía a ser tu alegre compañera. Algo más protectora que de costumbre te preguntaba si necesitabas descansar un rato en las largas caminatas. Tu herida empezaba a tener mejor pinta, estaba cicatrizando y eso era una buena señal. Te la cuidabas mucho y sobretodo Yrbis se encargaba de recordártelo.

Tras subir una colina, veis a lo lejos una ciudad. Estas seguro que se trata de Gaihon. Calculas que para la noche llegarás a tu destino...

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21/04/2010, 21:10
Sólo para el director

-Mira, si tenemos suerte quizas podamos dormir en una cama al fin.-

dijo sonriente el monje  mientras su compañera se acercaba para avistar lo mismo que el

-Recuerdame no meterme con los asuntos legales de la ciudad.- dijo en tono burlón pocas veces visto en el.

Ya la comida iba escaceando y debería encontrar a algún buen peregrino para sustentarse o algun trabajo que no implique un daño para su herida. Holdio era positivo al respecto y supuso que pronto encontraría algo.

Siempre la suerte a estado conmigo. Como aquella vez, que evento particular, esas voces, ¿que habrá sido?.

Holdio siguió su trayecto sin mas demoras junto con Yrbis. Un nuevo horizonte los esperaba.

 

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22/04/2010, 00:38
Capitana Beyit

Tras pasar la noche durmiendo profundamente te despiertas a media mañana. Has dormido muchas más horas de lo normal, pero tiene sentido. El hechizo del viajero os había hecho andar dos días enteros, día y noche,casi sin descansar. Habíais recorrido un camino de 4 días a pie, en la mitad de tiempo. Pero, pese a las precauciones, el bosque os había atrapado. La marca de la rosa seguía en tu mano,no era fruto de una pesadilla.

La mañana era algo fresca todavía. La primavera estaba cerca y el frío del invierno se resistía a desaparecer. Beyit ya se había levantado de la cama. Miraba por la ventana dirección a la gran torre blanca. Inmersa en sus pensamientos tarda un poco en darse cuenta de que te has despertado...

Sabía que había algo extraño en todo eso... dice sin dejar de mirar hacía el bosque.

A si que se trataba de un elemental, ¿verdad? se da la vuelta y te mira. No sabrías definir su expresión como algo concreto.   

Tuviste que hacer un pacto para que nos dejara marchar. Si, te he visto la marca en la mano mientras dormías. Estoy segura de que la rosa es uno de los glifos que suelen usar. No se si hiciste bien en sacrificarte de esa manera...

Los humanos no hubieran hecho lo mismo por ti...

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26/04/2010, 12:46
Director

Ciudad de Gaihon

Al anochecer del cuarto día desde tu partida llegas a las puertas de Gaihon. Comparado con Lucrecia, esta ciudad es mucho más pequeña. Se encuentra en un valle cerca de las montañas que la separan de Saburunda. Al otro lado se encuentra la capital del reino. Las nubes se concentran al norte y parece que se avecina una gran tormenta.

La gente de la ciudad parece atareada, aunque muchas de las tiendas y puestos del mercado están cerrando. Por suerte aún te queda algo de comida para hoy y mañana. Pero deberías buscar alguna solución para tu falta de provisiones y monedas.

Parece haber una pequeña iglesia cerca de la herrería. Como todo no es comparable con la anterior ciudad. Aunque el ambiente aquí es distinto, no parece haber ningún soldado patrullando las calles. Apenas un par de guardias en las puertas has podido ver justo antes del cierre.

Toca la campana de la iglesia anunciando el cierre de los comercios y de las puertas de la ciudad...

Todo el mundo se dirige a sus hogares o a una de las tabernas que suelen frecuentar. Un trueno suena en la lejanía, la tormenta se acerca más rápido de lo que esperabas y dentro de poco llegará a la ciudad...

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26/04/2010, 13:31
Director

Ciudad de Gaihon

Te hospedas en la humilde ciudad de Gaihon. Fuera del ajetreo de la capital aquí te sientes más tranquilo. A medio camino entre Lucrecia y Saburunda es el lugar idóneo para esperar la carta que decidirá tu futuro próximo . El Magisterium está evaluando tu situación y esperas la carta que confirme tu admisión en una de las dos ordenes más importantes.

Por un lado la Orden de Ecclesia con sede es la capital del reino, Saburunda. Es la más importante y poderosa de todas las ordenes. En segundo lugar están la Orden del Martillo Dorado de la ciudad de Marevah y la Orden de Sanctum con sede en Lucrecia, tu ciudad natal. A esta última tendrías acceso directo al ser hijo de señor de Lucrecia, pero tu prefieres ganarte por tus propios méritos el acceso a Ecclesia.  

Llevas dos semanas a la esperada de la carta... y debería estar a punto de llegar.

Miras por la ventana desde tu habitación. Parece que va a haber una fuerte tormenta. Los truenos se oyen a lo lejos y el cielo se oscurece cada vez más. La noche se cierne sobre la ciudad. Compartes habitación con tu escudero, un joven que apenas tiene la mayoría de edad.

La posada en la que te encuentras tiene un par de habitaciones para gente de tu categoría. Por lo que no encuentras en falta nada esencial. Se acerca la hora de la cena y te planteas comer fuera de la posada. Llevas demasiados días sin moverte prácticamente de ahí y te apetece estirar las piernas.

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26/04/2010, 15:19
Mariscal Zeion Siffrinmundo

Anton... - mira a su escudero -

Voy a cenar fuera, si quieres, tomate el día de mañana libre.. - decía con firmeza y autoridad -

He de estirar las piernas.... - se fue a su habitación para vestir una ropa humilde para evitar ser la mirada de los que esten en alguna taberna, para dentro de lo que cabe pasar desapercibido, ya con atuendos más dignos de un escudero que de alguien de su posición y nobleza, salió con paso decisivo a una taberna que estaba ubicada unas 4 calles más abajo, por suerte, su nuevo atuendo, llevaba una ancha capucha, que escondian sus facciones -

Escondida entre sus ropas tenia su espada, nunca se sabía a ciencia cierta, que problemas podría encontrarse alguien por las calles de una rica ciudad, o las gentes que podían regentando una taberna.

 

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26/04/2010, 22:25
Sólo para el director

Eriüm se despertó un poco desorientado, le costó unos segundos saber donde estaba y cuanto tiempo había pasado durmiendo. En la ventana y mirando hacia su querida tierra se encontraba Beyit. Aprovechó el momento para mirarse la marca maldita y cerciorarse así que no había sido un sueño. Apretó con fuerza los vendajes y resopló de mala gana, cosa que hizo darse cuenta a la Capitana que ya estaba despierto.

El elfo no esperaba para nada lo que estaba apunto de ocurrir pero así fue, Beyit había visto la marca de la rosa y lo sabía todo. Y tu que te creías que se lo podrías ocultar... Resopló un tanto aliviado y sonrió quitándose un gran peso de encima, su secreto había sido desvelado y ya no tenia que seguir fingiendo.

Siento haberte ocultado esto Capitana, pero quería evitar que se preocupara.
Agacha la cabeza y continua. Estábamos en el bosque descansando, cuando me di cuenta que una fragancia de flores envolvía todo el campamento ya era tarde, todos estabais sumidos en un profundo sueño. Se pone el guante y se acerca a la ventana con la mirada fija en el bosque. Una joven apareció tras los árboles, se presentó como Fyara, la doncella del bosque, no tardé en darme cuenta que era una elemental de la naturaleza y seguramente la responsable del sortilegio que os durmió.

Deja de mirar al extenso bosque y se gira hacia la elfa con cara de preocupación. No se como pero ella me conocía, sabía mi nombre y de donde venía y os tenía bajo su sortilegio, no tenía otra opción que hacer el pacto con ella para que nos dejase libre. Cierra los ojos e intenta calmar su pensamientos, no era normal esa actitud en los elfos así que cogió aire y se tranquilizó. Se que los humanos no lo hubiesen echo por mi, al igual que puede que yo no lo hiciera por ellos...Eriüm tenia unos sentimientos muy fuertes sobre Beyit, pero sabía que ella era una Capitana y el un explorador, el Archimago no daría su aprobación en una unión como esa y el intentaba ocultar lo que sentía, aunque no siempre lo lograba.

Di mi promesa al Archimago de que daría mi vida por llevar a cabo esta misión. No podía dejar que la elemental interfiriera, quizás si e pagado un alto precio pero nos a servido para continuar adelante, no se preocupe por mi Capitana. Yo estaré bien.
Se dio media vuelta y comenzó a recoger sus pertenencias y prepararse para partir.

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28/04/2010, 18:19
Sólo para el director

Debería seguir las campanas. No encuentro lugar mas comodo que el de mis hermanos.

-Sigueme.-

Holdio estiro su brazo indicando la dirección deseada. La iglesia del lugar era su objetivo. Quizas allí necesitarían la ayuda de un Monje , o quizás podrían indicarle donde se precisa una ayuda para conseguir unas monedas.

-¿Estas cansada? Pronto llegaremos.-
El monje era realmene el agoado. Su herida a pesar de estar bastante sana todavía no le permitía disponer de todas sus energías.
Pronto llegaron allí , a la iglesia. El viento se volvía intenso y las primeras gotas comenzaban a caer sobre el pueblo. Holdio se apresuró a golpear las puertas del lugar que ya se encontraban cerradas ante la inminente tormenta.

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28/04/2010, 19:57
Director

Caminas durante un rato en busca de una taberna donde cenar. La tormenta finalmente hace acto de presencia. Una lluvia torrencial cae de golpe sobre las calles de Gaihon. Sin poderlo remediar te resguardas del aguacero bajo un portal.

Hay una joven cerca que te invita a entrar a su taberna. No tienes más opción que entrar ahí para guarecerte. Agradecido te internas en el local...

Parece una taberna bastante con bastante bullicio. Hay una barra y varias mesas como de costumbre. La camarera de afana en traer la bebida a la gente. Algunos juegan a dados y fuman, otros simplemente se emborrachan.

Al menos sabes que aquí pasarás desapercibido... 

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28/04/2010, 20:06
Capitana Beyit

Se que todo esto puede sobrepasarte y si eso ocurre no dudes en que todavía tienes la opción de volver a casa. Los peligros a los que nos vamos a enfrentar serán muchos y posiblemente mortales.

Siento que hayas tenido que sacrificarte de esa manera, de veras... Cuando volvamos me encargaré de ese problema. Te devolveré el favor.

Suspira profundamente y a su voz vuelve al tono natural 

Vamos, hay mucho camino por recorrer y el tiempo apremia. Apenas tenemos algo más de dos meses para ir hasta Saburunda y volver. Solo espero que allá a donde vamos encontremos respuestas...

Ves como saca el pergamino de Leo. Lo desenrolla y te lo muestra... 

Ojalá pudiera entenderlo...

Lo cierra de nuevo y se prepara para marcharse de la habitación. 

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28/04/2010, 21:54
Mariscal Zeion Siffrinmundo

Mariscal se va a la zona mas apartada para coger una mesa solo para él, le pide a la posadera que le traiga algo con lo qu poder llenar el estómago y algo de beber.

Tranquilamente sentado espera a que le sirvan, mientras de reojo observa la posada.

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29/04/2010, 00:36
Sólo para el director

Eriüm se mantuvo firme escuchando las palabras de su capitana, no se relajó hasta percibir que el tono de voz en la elfa había cambiado. Volver a casa? el tono con el que lo dijo era bastante irónico incluso demasiado teniendo en cuenta ante quien se dirigía, pero no pudo remediarlo le salió de lo más profundo. Pocos segundos bastaron para que Eriüm volviera a su tono serio habitual. No voy a dejar la misión sea cual sea el peligro que me esté aguardando capitana, ya lo sabe. Levanta su mano derecha, no te preocupes, no voy a dejar que este sello acabe conmigo.

Cuando Beyit desenrolla el pergamino y se lo muestra, el elfo da unos pasos hacia ella para mirarlo mejor a ver si podía lograr entender algo de lo que ponía, pero por mucho esfuerzo que intentara sería en balde ya que no lograba entender nada. Sea lo que sea lo que oculta este pergamino en Saburunda lo averiguaremos.

Sin más Eriüm caminó hasta la puerta dispuesto a partir y la abrió manteniéndose a la espera que Beyit pasara. Al bajar por las escaleras pudo observar alguna que otra mirada lasciva y sonrisas pícaras de entre los humanos y era de esperar ya que la capitana era la única mujer del grupo y Eriüm había compartido habitación con ella. Una mirada fría como el hielo de ambos elfos hizo que las sonrisas cesaran de los rostros de los soldados.

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01/05/2010, 16:37
Director

Antes de que te abran la puerta la tormenta cae de imprevisto sobre la ciudad de Gaihon. Una lluvia intensa prácticamente desde el principio que cada vez se va acrecentando. Te quedas atónito cuando ves caer un rayo que ilumina la ahora oscura ciudad. Oyes pasos tras la puerta que finalmente se abre ante ti...

¿Que le hace correr el riesgo de caminar por las calles en plena tormenta? dice la voz de un anciano tras el postigo de la puerta. 

Pronto se descubre el rostro que tiene tapado bajo la capucha. La luz de la lampara que porta en su mano huesuda le ilumina la cara. Su rostro es el de un hombre muy anciano, lleno de surcos y arrugas causados por el paso del tiempo. 

¡Vamos entra, no te quedes ahí pasmado!

Desde el umbral ves como el interior esta iluminado levemente. De repente otro rayo cae aún más cerca que el anterior haciendo retumbar los cristales de las ventanas.   

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01/05/2010, 17:21
Director

Taberna de Gaihon

Te sientas en el piso superior donde todavía hay mesas libres. Forma una especie de balcón acabado en una barandilla para seguridad de los clientes.  Apenas caben cuatro mesas medianas en esa zona por lo que no estas metido en todo el barullo, sino en una zona más discreta. Donde te encuentras solo hay una mesa ocupada por un grupo de jóvenes que todavía están sobrios.

Puedes asomarte un poco por la barandilla y ver prácticamente todo el piso inferior, exceptuando la barra. Toda la gente parece muy animada y no hay ni una mesa libre. Muchos pese a la prontitud ya están borrachos. Apenas el sol se ha escondido en el horizonte y más de uno ya uno se tiene en pie. 

Cae un rayo que ilumina la sala a través de las ventanas. Se oye la lluvia repicando en los cristales como si quisiera entrar y unirse al jolgorio. En el exterior está todo oscuro. Las nubes negras tapan el cielo como un gran manto. La noche no va a ser tranquila...

Pronto la camarera te trae la cena. Un buen filete de carne ahumada y una botella de vino. No es lo más sabroso que has probado pero te pones a comer con gana. Al parecer te sorprendes gratamente pues, pese a su sabor fuerte es bastante bueno.

Mientras comes oyes las conversaciones de la mesa de al lado. Parece que los chicos empiezan a animarse y a subir el tono, por lo que no tienes demasiada dificultad para escucharles.

"Hoy en la mina hemos encontrado algo..." dice uno de los chicos

"¡Vamos a venderlo en Saburunda y seguro que nos pagarán un montón de Rupias!"   

Estas comiendo como si la cosa no fuese contigo...

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01/05/2010, 17:54
Director

Valle de Dalabor

Pronto retomáis la travesía. El camino hacia Saburunda parece largo para un elfo como tu que no ha salido nunca de su hogar. Vuestra siguiente parada en el camino sería Dalabor. Según lo que te habían contado los hombres era una ciudad élfica en su mayoría. Casi todos sus habitantes eran elfos como en Nalak'hum, y solo en algunos barrios había presencia humana y de medianos.

Mientras viajabais Beyit te contó algunas de sus aventuras. Al parecer había estado en alta mar durante algunos años y te fascinaba la idea de una inmensidad de agua tan grande. Todas sus aventuras te parecían fascinantes y te hacían olvidar el gran peso que llevabas encima.

Durante el camino hacia Dalabor encontrasteis algunas aldeas donde os dejaron pasar la noche. Los medianos te llamaban la atención pues pocas veces habías tenido oportunidad de verlos. En Nalak'hum apenas había una docena de ellos. Y era una escuela demasiado grande para conocerse todo el mundo entre si. La hospitalidad de los medianos era realmente como contaban, total y sincera. No temían a los extranjeros, pero si chismorreaban mucho a vuestras espaldas, pese a que sabías que no era con maldad. Simplemente era gente curiosa, dada a la vida mundana, y cualquier novedad era motivo de atención permanente.

Tras aproximadamente una semana de viaje a través de las Llanuras de Kilik'Rhaza llegáis al Valle de Dalabor. Una gran extensión boscosa, pero distinta a los bosques que tu conocías. Este era un bosque distinto, sin vida propia como era el de Nalak'hum. De alguna manera sabías que no había elementales en el. Más tarde entenderías el motivo...

Era una mañana soleada. La primavera estaba muy cerca y se notaba en el aire. El grupo se detuvo ante un cartel que indicaba la proximidad de la ciudad de Dalabor. No tardáis mucho en adentraros en el bosque que va directo a vuestro destino. Habéis calculado que antes de la noche podríais llegar a la ciudad. 

La relación con los hombres es cada vez mejor, dentro de unos limites claro está. Beyit incluso ha hablado con el Lord en alguna ocasión sin tener que acabar discutiendo como siempre. El ambiente es más relajado y en cierta manera confiáis en ellos.

Caminas a través del bosque, que no tiene nada que ver con el de tu hogar. Aquí la luz llega hasta vosotros y no parece haber ninguna criatura por los alrededores...   

Notas de juego

Puedes hablar con quien quieras

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01/05/2010, 18:29
Mariscal Zeion Siffrinmundo

Mariscal afina el oido mientras degusta su cena, la verdad que no es más por curiosidad, sino por seguridad, tal vez los chicos hayan encontrado algo peligroso, pero de momento se mantiene atento por si dicen algo más sobre ello.

Disimuladamente, hace gestos a la camarera, al odio le dice que lleve una botella de vino fuerte a los jóvenes..., si los chicos se emborrachan su lenguas estarán más sueltas, e incluso podrá acercarse a la mesa una vez esten borrachos y le digan que encontraron.

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04/05/2010, 05:26
Sólo para el director

Uh eh, lo siento.

Holdio se rascó la cabeza mientras ingresaba lo mas rapido posible al edificio. Detras de el su compañera se sacudía para cercarse lo poco que se había mojado. El olor a Iglesia ( polvo y humedad) se hicieron presentes en las percepciones del Monje. Mirando al anciano procuró ser cortés.

Gracias por su amabilidad. Yrbis y yo le estamos agradecidos por recibirnos en estas circunstancias poco agradables. Mi nombre es Holdio, un viajante en busca de la verdad del espiritu y en lo inmediato en busca de un trabajo para poder subsistir.

Holdio extendió la mano para saludarlo. 

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05/05/2010, 00:02
Sólo para el director

El camino se hacía ameno con las historias y relatos que Beyit le contaba. Sus aventuras en alta mar era una de las que más le agradaban al elfo y se sumía en sus pensamientos imaginándose como serían en realidad esas bastas extensiones de agua. Se mira la mano donde porta la marca que le pesa como un yunque Espero poder tener la ocasión de surcar esas mares…

Eriüm notaba cada vez más el cansancio cuanto más se alejaba de los bosques de Nalak`hum y le costaba mantener la compostura e intentar ocultarlo, aunque a la capitana era inútil ocultarle casi nada. Siempre era la primera que lo percibía y aconsejaba al Lord parar para descansar. De camino pararon en una aldea de medianos, Eriüm sintió curiosidad de aquellas pequeñas criaturas las cuales rebosaban generosidad y aun lo menudo de su cuerpo rebosaban una gran sabiduría y educación. Por unos momentos lamentó no haber tenido la oportunidad de conocer mejor a los medianos que viven en la fortaleza. Sin duda alguna estos medianos son unos seres fascinantes.

El carácter del elfo parecía haber cambiado desde que dejó su rutinaria vida entre las murallas de Nalak’Hum, era más sociable que antes, incluso había permitido alguna que otra broma referente a su raza por parte del Lord y sus hombres, pero en su interior comenzaba a echar de menos alguna cosa desde que entraron en el bosque de Dalabor y pronto adivinó cual era. Hay algo extraño en este bosque, no siento la presencia de… Eiüm se detiene antes de decir Elementales y rectifica a tiempo ningún tipo de criatura, es como si no tuviera vida…

Se acercó a la elfa y bajó su tono de voz. Como puede ser Dalabor una ciudad elfica con un bosque sin animales y otros seres? Puede que todo esto tuviera una explicación lógica, pero para alguien que era la primera vez que salía tan lejos de su hogar era una fuerte emoción.

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06/05/2010, 14:50
Director

La camarera asiente y vuelve al piso inferior. Mientras los jóvenes siguen hablando... 

- ¿Y no crees que deberías devolverlo a la cueva?. Seguro que eso no le agradará al espíritu de las montañas.

- Yo me lo encontré y es mío. Seguro que a esa estatua no le hace ninguna falta, jajaja!

Dos de los chicos se ríen a carcajadas. Parecen ser los que han encontrado el valioso artefacto. 

- Sigo pensando que deberías devolverlo a su lugar antes de que los dioses se enfaden. 

- ¡Eso no son más que chorradas! ... No será que quieres que lo devuelva para que tu puedas ir a cogerlo, verdad?

En ese momento la camarera de acerca para ponerles la botella de vino en la mesa. Justo entonces uno de los jóvenes se abalanza sobre el que tiene en frente. En el mismo impulso empuja a la camarera que suelta la botella de vino que estalla en mil pedazos, dejando el suelo perdido. El joven agarra al otro y lo zarandea. La camarera esta en el suelo asustada por la agresividad del individuo... 

 

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06/05/2010, 18:03
Yrvis

Entras en la iglesia y saludas al hombre que hay al otro lado del umbral. La tormenta parece hacerse más fuerte y violenta por momentos. Rápidamente entráis para poneros a resguardo, pues una cortina de agua llevada por el fuerte viento azota con fuerza la capilla. 

El sacerdote se marcha para traerte algo de beber. Por ahora los templos que has visitado te están dando una buena acogida. El hecho de ser extranjero no a afectado a su amabilidad. Al parecer un peregrino como tu siempre es bienvenido en los templos.

Yrbis parece algo inquieta. Las tormentas nunca le han gustado, y eso hace que no se aleje mucho de tus pies. 

Te encuentras en la sala principal de la capilla. Como la mayoría de ellas está llena de bancos y al final de todo un altar con la estatua de la gran diosa madre, Viela. Los cristales tiemblan con los truenos que suenan de vez en cuando. La luz de las velas se ve eclipsada por la de los relámpagos que inundan todo de luz blanca al impactar.

Esto no me gusta nada Holdio... las tormentas son muy peligrosas.

El pobre animal tiembla cada vez que cae un rayo. La verdad es que la tormenta está justo encima de la ciudad y está siendo muy fuerte. 

¿Y si nos quedamos esta noche a dormir aquí? No me gustaría tener que salir para buscar una posada...