Partida Rol por web

Abajo la Basílica

13. La Tragedia Golpea.

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14/10/2011, 10:25
Director

Lotte se había quedado dormida.

No había gran cosa que hacer en el nuevo piso franco de los rebeldes. Era una habitación estrecha y sin ventanas, en el que había un solo camastro tan grande como para que durmieran seis personas. Tuvo que dejar sus cosas de cualquier manera en una mesa desvencijada y se preguntaba dónde dejarían las otras mujeres sus pertenencias, porque no había más muebles en la habitación.

La despertaron cuando era más de medianoche. Astor, Aimée y Rowane entraron a la carrera, jadeando y bañados en sudor. Tanto la madame como la drow estaban salpicadas de sangre. Los tres habían intentado ir al Laúd de Seis Cuerdas, pero había resultado imposible con tantos Capas Blancas patrullando y habían decidido ir al piso franco.

Pero sobre todo, Edith brillaba por su ausencia.

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14/10/2011, 11:29
Aimée

Al llegar a un sitio seguro, Aimée dejó de correr. Buscó asiento en el borde de la cama y se sentó. Tenía la mirada perdida en el suelo y temblaba tanto que las rodillas amenazaban con darle en la barbilla. Tenía sangre y vómito en el hombro, y olía a sudor y a humo. Por lo demás, era como si apenas fuese consciente de lo que la rodeaba.

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14/10/2011, 12:20
Rowane

Astor iba tirando de Rowane por el antebrazo y la drow de vez en cuando parpadeaba y sacudía la cabeza como si tratara de quitarse algo invisible de los ojos. En su vida había corrido tantísimo y tenía la sensación de que fueran a estallarle los pulmones así que nada más llegar y encontrarse a salvo se dejó caer directamente al suelo y se quedó sentada jadeando ruidosamente mientras su capa negra caía pocos segundos después, flotando lentamente hasta posarse con suavidad de nuevo sobre su espalda y el suelo.

Durante el camino había recuperado la claridad en la visión pero le latía un dolor sordo en las sienes bastante molesto que no terminaba de írsele. Se secó el sudor de la frente con el antebrazo y lanzó un par de rápidas e inquietas miradas en derredor como si esperase que algún Hijo de la Luz fuera a aparecer como por ensalmo allí mismo pero tras el primer minuto sin actividad hostil terminó por soltar un hondo suspiro de alivio.

Miró sus botas salpicadas de sangre y sus ojos del mismo intenso color rojo parecieron oscurecerse por una sombra de amargura, miró a Aimée de soslayo... pero no dijo nada. No supo qué decir.

¿De qué valían las palabras de una drow en aquél momento?

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15/10/2011, 15:57
Lotte

Se despertó sobresaltada y se incorporó bruscamente, pensando que la habían encontrado. Tardó unos instantes en reconocer a Astor, Aimée y Rowane, y unos cuantos más en darse cuenta de que algo había ido mal. Reptó fuera de las mantas y se frotó los ojos.

-¿Qué ha pasado? -Gateó hasta los pies de la cama y vio la ropa manchada de Aimée. Abrió los ojos como platos y se volvió hacia Astor-. ¿Y Edith?

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16/10/2011, 14:20
Astor

Astor tragó saliva y miró instintivamente a Aimée.

No... no lo ha conseguido.

Habían pasado muchas cosas desde que se separara de Lotte, alguna de ellas horrible. Tenía tal nudo en la garganta que parecía incapaz de hablar.

Los Hijos de la Luz han apresado al sanador drow que buscábamos. Nos encontramos con Balaena, pero lejos de ayudarnos ha estado apunto de matarnos. Íbamos a ir al Laúd de Seis Cuerdas para ver qué podía hacer Marb pero... —carraspeó—, tuvimos un percance por el camino.

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16/10/2011, 18:04
Rowane

Rowane miró a Astor de soslayo cuando éste mencionó a Balaena y pareció que fuera a decir algo pero se lo tragó. La drow volvió a bajar la mirada y guardó unos segundos de silencio como si aún se debatiera en su fuero interno.

Creo que no tenía muchas razones... —murmuró con resignación, luego añadió algo como matizando un poco el relato que Astor le había resumido a Lotte—. Los Hijos de la Luz destrozaron todo lo que no se llevaron de la casa de Nimruil. Están muertos... pero no dejaron ni una sola poción.

El toparse con Balaena en vez de con los paladines les había salvado irónicamente la vida (de una forma no muy agradable precisamente pero el caso es que habían podido contarlo. Los Hijos de la Luz no les habrían dejado irse ni en sueños... ) Pero aquello no cambiaba nada para Edith, sin el sanador no había habido salvación para ella.

Rowane ya estaba harta de que la gente buena sufriera por culpa de los Celestarum.

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17/10/2011, 23:39
Aimée

-Edith está muerta.

Los labios temblorosos de Aimée se abrieron para decir aquello y el silencio se hizo en la habitación durante unos instantes. Levantó las piernas y las apoyó en la cama para abrazarse las rodillas. La hechicera escondió la cabeza entre ellas sin dejar de estremecerse. En su mente volvía a ver la escena una y otra vez: la trémula despedida, las toses desgarradoras, el peso flácido entre sus brazos, el modo en que Dorenne se había abrasado viva...

-Nada de lo que he hecho ha servido para salvarla -musitó de nuevo-. Todo ha sido en vano.

Cerró los ojos. Estaba demasiado conmocionada para llorar o para hacer algo que no fuese tiritar, y las palabras le salían frías y mecánicas.

-No voy a poder hacer nada por mis hijos. Nada merece la pena.

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18/10/2011, 22:07
Lotte

Le acarició la mejilla a Astor y le apartó de la cara un par de mechones de pelo. Ella también desvió la mirada hacia Aimée. Si no la hubiera visto así, hubiera encontrado difícil de creer que Edith estaba muerta.

-No digas eso. -Se apartó de Astor y se movió de rodillas hasta la hechicera-. Los salvarás. Edith estaba mal. Tus hijos no. Los salvaremos.

No sonaba nada convencida. Nunca le habían gustado los hijos de Aimée, ni los niños en general. La niña no estaba del todo mal, a lo mejor porque ya era mayor, pero se mantenía apartada de los dos. Aún así, el dolor de una madre era algo que le había resultado desconocido hasta hace unos días, y la había... conmovido, suponía.

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19/10/2011, 15:09
Aimée

-Si sólo me hubiese dado la poción... -musitó Aimée. No parecía muy dispuesta a decir mucho más o a participar en la conversación.

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24/10/2011, 20:40
Astor

Astor dedicó un remedo de sonrisa a Lotte, pero aún estaba lívido como para resultar convincente. El rebelde siguió a su amante y se acercó a Aimée.

No es propio de ti rendirte —le dijo a la madame del Dragón Rojo—. Tuviste muchas ocasiones de rendirte en el pasado, y nunca lo hiciste. Seguiste luchando, y entoncesno tenías algo tan importante por lo que luchar que tus hijos.

Astor no pudo evitar echar una mirada de soslayo a Lotte. Había sido su sueño, durante años. Casarse con Lotte, vivir juntos y tener hijos. Pero si los tuviera, ¿arriesgaría todo lo que tenía por seguir a Marb?

Marb sabrá qué hacer. Siempre lo sabe. Él te ayudará. No te tortures por lo que no puedes cambiar.

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25/10/2011, 12:56
Aimée

La mujer hundió aún más los hombros, pero no dijo nada. Ni siquiera hablar tenía sentido. Lo único en lo que podía pensar era en la herida que sentia en su interior, como si le hubiesen arrancado una parte de sus entrañas. Notaba que la herida sangraba y el dolor la embotaba. ¿Marb sabría qué hacer? ¿Acaso podía resucitar a los muertos?

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25/10/2011, 23:04
Rowane

Rowane no sabía muy bien cómo sentirse. Por una parte le daba pena porque entendía que Edith había significado mucho para Aimée y a ella no le gustaba ver sufrir a la gente pues sabía lo que era que los Hijos de la Luz te lo arrebataran todo. Pero por otra, a penas conocía de nada a aquellos humanos, no sabía qué se suponía que debía decir.

Si es que debía decir algo porque las palabras de una elfa oscura nunca valían ni media pieza de cobre para nadie.

Se quedó en silencio sentada en el suelo recuperando el resuello y pensando en todo lo que había pasado. Aún le costaba asimilar que hubiese un sanador "de los que chasqueaban los dedos y te curaban" de parte de las gentes del Nidal. Uno de esos que hacían auténticos milagros y obraban imposibles. ¡Incluso era drow!

Tenía que haber una forma de liberar a Nimruil, ya no sólo por el tema de que quienes no llevasen el condenado blasón de Celestar no tendrían que volver a pasar por lo la tortura que había pasado Edith, sino porque Rowane estaba harta de que a su gente se la castigara sin haber hecho nada. Es más, se la castigaba hasta por hacer cosas buenas como le había pasado a él: Salvar la vida de un niño había provocado que le tachasen de hereje.

Que la aspasen si eso tenía sentido.

Si hasta Balaena se lo está planteando es porque tiene que haber una forma de sacarlos de allí—habló entonces levantando la vista del suelo y su voz sonó suave y más baja de volumen en comparación con las de los humanos (Por la costumbre que tenía de no destacar)—. Es decir... a sus hijos y al sanador. Si Marb siempre sabe qué hacer, seguro que da con ella.

Bueno, al final había encontrado algo que decir.
Pero casi al instante sintió un ligero desasosiego; ella lo tenía claro, pero los demás... seguían queriendo sacar a Nimruil de allí.

¿Verdad?

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26/10/2011, 12:49
Rowane
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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26/10/2011, 17:05
Lotte

Desistió cualquier intento de consolar a Aimée; incluso pareció sentir cierto alivio al hacerlo. Se apartó un poco de la hechicera, se sentó en el centro de la cama y miró a Rowane. Se volvió después hacia Astor.

-¿Y nosotras? ¿Qué vamos a hacer ahora? -preguntó con una suavidad que podía competir con la de la drow.

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31/10/2011, 16:40
Astor

Astor se encogió de hombros.

Ya os lo he dicho antes. Yo creo que deberíamos ir a hablar con Marb cuando las cosas estén menos revueltas en la ciudad.

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31/10/2011, 18:56
Rowane

Bueno, era evidente que su opinión no era precisamente algo con un peso increíble dentro de aquellos muros. Aunque eso ya era algo que Rowane tenía asumido desde que tenía uso de razón de modo que le resultaba hasta normal.

Aunque le pareció más que perfecta la propuesta de Astor.

No estaba muy segura de que ahora "que ya no les hacía falta" hubiera muchas ganas por acordarse de rescatar a un drow. Definitivamente tenían que sacar a los hijos de la madame de aquél horror de sitio, y la verdad es que confiaba en Marb pero las palabras de Balaena le habían helado la sangre y conocía tan poco a sus nuevos compañeros que no sabía que pensar...
Al pensar eso, recordó algo ocurrido hace tiempo, algo que además quizá pudiera servir para animar un poco a Aimé. Si es que una elfa oscura podía lograr tal cosa con un humano, claro.

Una vez escuché a mi antiguo amo hablar con otro noble—dijo sin poder evitar la costumbre de que su voz sonase más baja que la de los demás aunque esta vez trató de mirarlos a la cara en la medida de lo posible. Seguía costándole—. Un hijo de ese noble había muerto en un viaje en barco o algo así, y les había perdido a los clérigos de Celestar que lo... eh... resucitasen.

Había dudado en mencionar lo último porque no tenía ni idea de si alguno de los tres tenía constancia de que eso pudiera hacerse. Y lo que menos le apetecía era que se creyeran que les estaba tomando el pelo.

No se lo habían concedido, por lo visto someten los casos a juicio o algo de eso. No tengo ni idea de cómo lo harán pero si Nimruil posee los mismos poderes que esos clérigos... quizá también pueda resucitar a la gente.

Se rascó la corta melena blanca y desvió la vista tímidamente.

¿ ...No?

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02/11/2011, 14:26
Aimée

-¿Resucitar a los muertos?

Aimée no había oído de nadie que hubiese resucitado, aunque algunos rumores difusos lo afirmaban. También afirmaban que la vida era justa y los hombres buenos, y cada vez le quedaba más claro que no era así. Pero mencionando a Nimruil... Había oído cosas buenas sobre él. Al parecer era un bienhechor de verdad, dispuesto a sacrificarse por el hijo de una ramera. ¿Por qué no sacrificarse por la amante de otra ramera?

La esperanza cosquilleó en su estómago y le hizo abandonar su estado... brevemente. No tardó en recordar que Nimruil estaba a la espera de ser ejecutado y que ni siquiera tenían el cuerpo de Edith consigo. Su cuerpo... Lo habían dejado tirado en la calle como si fuese el de un perro. Lo menos que se merecía era que le buscasen un lugar donde descansar y al que llevarle flores. Le gustaba la artemisa. Le recordaba al hogar...

-Eso es imposible -se interrumpió la hechicera a sí misma-. No creo que se pueda hacer, y aun así, ese drow está casi muerto. Y Edith... la hemos dejado atrás. -Volvió a encoger los hombros. Un fogonazo de luz apareció ante sus ojos, los gritos de Dorenne relampaguearon en sus oídos-. No. Gracias. Pero no se puede.

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02/11/2011, 17:12
Rowane

¡Claro que se puede hacer!

Rowane se sorprendió de su propia y repentina iniciativa la cual no tenía ni idea de dónde había salido. No había gritado, simplemente era la primera vez que hablaba en el mismo tono de volumen que un humano en lugar de en uno más bajo (es decir,era la primera vez que hablaba como una persona normal, no en... susurros) Lo que ocurría aunque ella misma no lo tuviese muy claro en aquel momento era que simplemente le daba rabia y le resultaba furstrante ver a la gente buena tirar la toalla y sufrir cosas que no merecían por culpa de los de siempre: Los condenados Hijos de la Luz.

"B-Bueno, ya que estoy, de perdidas al río..."

Cogió aire y trató de regular sus pulsaciones.

Los Hijos de la Luz lo hacen. Mi antiguo amo era un paladín de Celestar, yo estaba presente cuando habló con aquél noble y lo oídijo—. Y Nimruil no está muerto, ¡aún no!. Si Balaena cree que puede rescatarlo, entonces nosotros también deberíamos poder.

Según a lo que ella estaba acostumbrada, a aquellas alturas ya le deberían de haber dado mínimo dos docenas de patadas, latigazos y golpes, amén de la condenada manía que tenía aquél cretino de Hawald de retorcerle una de las sensibles orejas y apretar hasta que casi conseguía que se desmayase por el dolor. Pero en aquella ocasión no pasaba nada, aquellos humanos no hacían nada de eso y aunque (evidentemente) estaba más que aliviada de ello, se sentía extraña por el fenómeno.

Además, tienes... también tienes a tus hijos allí encerrados, ¿no?, están vivos, todavía los podemos salvar y... ¿Y te rindes?—la drow tragó saliva, se notaba que no tenía ni idea de con qué tono pronunciar aquello así que a despecho de la frase que debería de haber ido a modo de reproche, no sonó a tal, lo hizo casi con miedo—. Yo no tengo nada de eso. Vale, a mi no me queda nada, ¡p-pero si estuviese en tu lugar me agarraría a un clavo ardiendo, a un imposible, o a un milagro!

Estaba sudando así que se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano y dirigió la vista al suelo, incapaz por instinto de hacer dos cosas "prohibidas" a la vez (mirar a un humano a la cara y hablar en un tono normal con él) al hacerlo se quedó mirando la cinta de color dorado pardo que llevaba atada en la muñeca y la expresión se le tiñó de amargura.

"No, no me queda nada" pensó haciendo un esfuerzo sobrehumano "¡Pero ya estoy harta de que los Hijos e la Luz se lo queden todo!"

La desató y se quedó con ella en la mano cerrada, como si estuviera decidiéndose si volverla a atar o no , sentada como estaba en el suelo con la mirada fija en este casi jadeaba otra vez, de hecho había encogido hasta la cabeza. Para ella algo tan aparentemente normal como hablar con otra persona y poder contarlo, era una hazaña.

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03/11/2011, 13:50
Aimée

Aimée se sorprendió mucho al ver a la drow reaccionar de aquella manera. Parecía tan entusiasmada con la idea de hacer algo que Aimée temió por un momento que fuese a abofetearla si no daba su brazo a torcer. Pero por encima de aquella amenaza imaginada, vio que no era la única con esperanza. Si Rowane, que a ojos de los Hijos de la Luz había sido poco más que un despojo (a sus propios ojos, por mal que ahora le hiciese sentir haber pensado eso de la mujer que había cargado con Edith enferma sin rechistar) era capaz de sobreponerse y aferrarse a la esperanza y a un sueño de mejora, ¿por qué ella no? Ya lo había perdido todo antes y había conseguido resurgir. No había sido tan catastrófico, pero en su juventud era menos madura y sabia que ahora. Si había alguna manera de hacer volver a Edith y de rescatar juntas a sus hijos, ¿por qué se empeñaba en negar la posibilidad?

La hechicera bajó la cabeza y en su rostro apareció algo parecido a una sonrisa.

-Si tratamos de rescatar a Nimruil es posible que nos maten. -Antes de que la drow se alarmase por su pesimismo, Aimée la miró y le tendió la mano temblorosa-. Ya me han matado una vez y no es para tanto. Supongo que si no tengo nada, no tengo nada que perder, ¿no?

Y si Edith había dicho la verdad, ahora la vigilaba desde donde quisiera que estuviese, dándole fuerzas y apoyándola. Si había algún modo de traerla de vuelta, lo haría. Era una promesa.

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07/11/2011, 14:36
Rowane

La reacción de Rowane en un principio podría haberse tomado como algo hasta gracioso porque la drow encogió la cabeza entre los hombros y se la tapó con ambas manos al ver que Aimée estiraba un brazo hacia ella, tal vez porque en un principio creyó que iban a darle un guantazo. Pero el caso es que ya no resultaba tan gracioso pensar que hacía aquello por la costumbre de que los guantazos estuvieran a la orden del día en su antigua rutina.

Pero a los dos segundos cayó en la cuenta de que el gesto había sido demasiado flojo como para tratarse del inicio de un guantazo así que abrió los ojos y parpadeó desconcertada al darse cuenta de que lo que estaba haciendo la humana era tenderle una mano.

—Sí... digo, no. ¡Digo!... e-eso...—tartamudeó sin tener la más remota idea de cómo reaccionar ahora.

Se fue bajando las manos de la cabeza, aún tenía la cinta en una y miró alternativamente a ésta y a la palma de la madame como si estuviera asociando algo o pensando qué demonios hacer para una vez que que tenían un gesto no-hostil con ella.

Al final terminó por atarse la cinta a la cabeza. Rowane tenía el pelo corto pero espeso de modo que sólo se veía uno de los extremos de tela colgando suavemente tras una de sus orejas puntiagudas. En realidad siempre la había llevado así, le gustaba así, y ya llevaba demasiado tiempo sin poder. Lo segundo fue estirar una mano temblorosa que cualquiera diría que la de Aimée estuviese en llamas. Le costó dos intentos pero al final encontró el valor suficiente como para cogerla.

Aprovechó también para ponerse de pie, y se sacudió la capa como para tener las manos ocupadas en algo.