Partida Rol por web

Cómo tratar a plantas y animales para que no se vuelvan en nuestra contra

En el claro del bosque, sobre una hermosa piedra estaba sentada tal vez la mas hermosa elfa de todo el instituto. Miles y miles de elogios se había llevado por su belleza, pero millares y millares de estos se los había llevado por su habilidad. Era la instructora Liliph, quien como una musa para inspiración de un bardo esperaba anciosamente a los estudiantes.

la suave briza traía un olor a olivo y a pino. Los arboles movían sus ramas haciendo sonidos inteligibles para cualquiera, pero para ella eran poemas y sonetos de la naturaleza. 

Parece que ya están por llegar mis pequeños pupilos. arreglo un poco mi cabellos y sacudo mis ropas mientras espero la llegada de los alumnos. 

Entro y me siento, observando a la elfa. Vaya... esta si que parece una mujer de verdad y no Keyleth, seguro que no es tan estrecha como ella. ¿La nueva instructora? Pregunto desde la primera fila, su belleza era tal que cerca de ella olía de forma distinta, un aroma a campo y rosas. Permítame decirle que usted es la más bella de toda la escuela, ¿dónde ha estado todo este tiempo? Espero que no haya tardado para arreglarse para mí, no le hace falta en absoluto. Le dije a la instructora mientras le guiñaba un ojo y sonreía con mi típica sonrisa para ligar. Esta seguro que cae... es una elfa, ¿has visto lo buena que está? ¡Marcus si te la ligas, habrás triunfado!

Cornelius llego con calma a donde se impartia la clase, al ver a Marcus en su "estado natural" decidió darle un poco de privacidad y esperar a que viniera alguien mas para acercarse. Mientras esperaba intentó avistar la preséncia de algun animal para entretenerse.

Caminaba tranquilamente por el bosque, mirando de un lado a otro- ¡Vayaaaaaa! ¡Mira que montón de cosas! ¡Pero ten cuidado, seguro que hay una salamanquesa asquerosa rondando por aquí, puaaag!- Me fijé en Cornelius, que estaba algo alejado de otras dos personas... ¿Marcus y... la nueva instructora? Sí, sería ella, o una alumna nueva.  ¡Eh, eh, Cornelius!- dije mientras brincaba de un lado a otro- ¡Holaaaa! ¿Por qué estás tan alejado, eh? ¡Vamos, vamos, que luego empezamos mal la clase!- sonreí a mi compañero y seguí saltando de un lado a otro, en dirección a las otras dos personas que estaban allí.

-¡Holaaaaaaaa!- grité, energética- ¿No llegamos tarde, verdad?

Hola, Syl. Para nada llegamos tarde, de hecho si te asomas verás que hemos llegado demasiado pronto. Estaba haciendo tiempo.

He pensado que si veia a algun animal adecuado podria hacerlo mi familiar. Me ayudarias a buscarlo? La voz de Cornelius sono muy tímida en esa última frase.

¿Eh? ¡Claro, claro!- le sonreí, antes de seguir avanzando hasta Marcus y la instructora- ¡Vamos a hacer una misión secreta! ¡Pero no os preocupéis, estaremos bien!- alcé el tono para que pudieran escucharnos y le guiñé un ojo a Cornelius, de complicidad.

-Venga, venga, vamos a buscar a tu familiar- asentí convencida mientras empezaba a andar junto a mi compañero.  ¿Y por qué hacías tiempo? ¿No te gusta Marcus y por eso no quieres estar cerca de él?- pregunté, con curiosidad.

No es que me caiga especialmente mal, si quitamos lo fanfarron y gruñon que llega a ser... Lo que ocurre es que él siempre esta interesado en flirtear, es su medio natural. En parte no entro por consideración y en otra parte por vergüenza ajena. Para alguien tímido este tipo de situaciones resultan incómodas.

Seguia buscando algun animal que me convenciera.

Y tu ya tienes familiar Syl? Dice Cornelius intentando alentar una conversación y confiando en las inmensas aptitudes sociales de la cuasi-barda.

Cornelius ve una ardilla en un árbol. El pequeño roedor le ve y le observa con curiosidad, antes de bajar rápidamente y trepar por su cuerpo hasta posarse sobre su hombro para observarle de cerca, antes de intentar encajarle una bellota en el oído y alejarse de nuevo al árbol

-A mí me parece muy simpático, como todos. Bueno, Elmore me da algo de miedo, la verdad... Tengo la sensación de que quiere comerme, o dañarme, o algo de eso. ¿No me digas que Kromen estaba intentando flirtear con la instructora? ¡Vaaaaayaaaa! ¡Increíble, no me habría dado cuenta jamás!- le dije, sonriendo, mientras buscaba. Soy muy torpe para esas cosas, ya sabes, entre bardos se suelen cantar canciones y eso- me rei, recordando alguna que otra que había oído.

¿Yo? ¿Familiar? ¡Qué va! No he tenido tanta suerte, supongo. Aunque quizá Redrak... quiera ser mi amigo, ¿No crees?- asentí, convencida - ¿Verdad, Cornelius?

Di un par de saltitos por la zona, cargada de energía-  ¿Y tú por qué eres tímido? ¡Me resulta muy extraño conocer a alguien así! ¡La vida está para hablar, hablar y cantar, amigo! Pero... ten cuidado con los Dioses, que ellos sí que son peligrosos.

Elmore se acercó alegremente a Syl y Cornelius. –Buenos días humanos. ¿interrumpo algún rito especial de vuestra especie?-

 mmm si que es guapo, pero hay algo que no me gusta en el, tiene un estilo muy arrogante. Ojala no sea hechicero, que no sea hechicero.

Permiteme decirte que si lo soy, soy la instructora y no se si la mas bella por acá. Pero lo supongo. bajo de la detallada roca que desde ahora seria mi puesto de enseñanza, como los lobos enseñaban en sus mandas en el consejo de la roca.

Ja por ti, por ti pequeño no gastaría mi tiempo, no lo mereces. Camino cerca del joven quien intentaba flirtear con alguien con quien no podía. Aun no vales nada, solo eres un pequeño rostro de porcelana pero a mi no me interesa eso, necesito a alguien que valga la pena.

Vuelvo a caminar hacia la roca. Sus agudos y perfectos sentidos ya habían detectado a los dos estudiantes que andaban cerca y a un 3 que venia conjunto a ellos. Toma asiento mientras llegan tus compañeros, que esta minina te va a enseñar muchas cosas interesantes el día de hoy.

Me rasco la cabeza y me pongo las manos en la nuca, sonriendo mientras la observo fijamente. Joder, si es que está... aunque seguro que araña. Vaya, gracias por llamarme porcelana. Es lo mejor que me han dicho desde que estoy aquí me rio, divirtiéndome. Bueno... eso de que no soy nada, podemos discutirlo. Yo veo aquí a un hermoso chico, y además hechicero. Solo me falta el poder, ¿y crees que cuando lo tenga no voy a tener elfas a miles? Sonrío con total descaro y chulería. Te la estás ganando Marcus. Pero bueno, supongo que no sabes apreciar lo bueno que hay en mí...

Miré hacia otro lado pero rápidamente me giré hacia ella de nuevo Espera, ¿y si me dejo las uñas largas? Me reí un poco y moví la mano de lado a lado restándole importancia Es broma, es broma. ¿Te gustan las bromas? A mí me encantan, ya te acostumbrarás a ellas.

Empecé a silbar mientras hacía tiempo hasta que viniesen los demás. ¿Qué nos va a explicar de la naturaleza? Como no sea el trato con animales y los venenos...

Saiha llego con la mano tapandose la boca, intentando disimular la risa por los comentarios de Marcus que acababa de oir; cambiando su gesto, intentando mantener las formas saludo a la profesora con la tipica reverencia y se sento lo mas cerca posible a aquella roca.

Solo estabamos charlando Elmore. A propósito, por pura curiosidad ¿tu no tendras intencion de matarnos y comernos verdad? Se le escapa una leve risa a Cornelius aunque no descarta del todo que el mediano pueda ser antropófago.

Bueno Syl, Elmore. Creo que ya es el momento de ir a clase. Ya le han cortado el "ritual especial a Kromen". Me dirigí hacia la clase. Me ha caido bien Sylvana.

Me quedé levemente petrificada cuando Elmore se acercó y di un par de pasos hacia atrás, a modo defensivo. Tras eso, escuché a Cornelius y los ojos se me pusieron en blanco.  Que diga que no, que diga que no, que diga que no... ¡Yo no quiero que me coman!

-Yo... yo yo también me voy... allí- señalé donde estaban los otros, nerviosa-  Sí, sí... será mejor marcharse...

Empecé a avanzar.

Nunca había sentido simpatía por ningún hechicero, era pocos los que conocía pero suficientes para llevarme una mala idea de como eran.

No te hagas el listo conmigo hechicerito que con palabras no me convences, déjame ver como te va en la clase con eso demostraras quien eres.

Me pongo de pie en la roca de tal vez unos tres metro y medio mientras observo como el resto de la clase llega al lugar del encuentro.

asiento con la cabeza la reverencia de la joven aprendiz druida y gesticulo una sonrisa encantadora a la llegada del resto del grupo.

Bienvenidos a su primera clase del conocimiento de la naturaleza. Como bien saben mi nombre es Liliph Alaness, soy una druida de los recónditos bosques de la ciudad de la realeza, Evelonth. Aunque se que eso no es lo que importa, ya que mi procedencia no me hace importante, lo que nos hace importantes y sobresalientes ante el resto es todo lo que sepamos y sobre todo, como lo aplicamos.

doy un salto y quedo en frente de la clase.

Las reglas son muy sencillas:

1. Se me dice por mi nombre, nada de maestra ni nada por el estilo y muchos menos hermosa o calificativos de ese tipo.
2. Se alza la mano cuando se tiene una duda, no es permitido quedarse con dudas.
3. pueden traer sus familiares, pero tengan cuidado, yo también traigo a los míos.
4. La puntualidad es importante, no se admiten retrasos.
5. den todo de ustedes, porque en todo momento los estoy evaluando y en esta clase manejaremos ámbitos físicos y mentales.
6. me gusta ser cruel con mis alumnos, por eso no hay muchos druidas o demás que tengan la dicha de ser mis pupilos, así que el que no sea capaz de resistir la tentación y la fuerza de la naturaleza es mejor que se retiro y me ahorre saliva.

Poco a poco comienzan a salir de los arboles felinos de todo tipo, pequeños y grandes, robustos y fuertes, delgados y gráciles. Gatos de todo tipo, linces, tigres, leones, panteras y demás comenzaban a reunirse con el resto de la clase.

ahora si esta completa la clase. Empecemos.

¿hay alguna pregunta antes de comenzar la lección de hoy?.

A una distancia prudencial aguarda Keyleth, en silencio, observando detenidamente la clase y luego centrándose en los felinos de Liliph. Esboza una sonrisa porque le recuerda a un momento de su infancia, sobre todo cuando la druida menciona que es de Evelonth. Decide no interrumpir y observar atentamente a los estudiantes, tiene curiosidad por ver cómo va a ser la clase.

"A veces me pregunto si debí ser druida como madre, en vez de seguir la senda del paladín con padre" piensa, abstraída