Partida Rol por web

Tenía sueño, por lo que no dudé en irme a dormir pronto tras despedirme del resto de compañeros. Las aventuras que vivíamos día a día en la academia me hacían olvidarme en parte del sentimiento de nostalgia que acudía a mí cada vez que pensaba en mis compañeros, los bardos. Allí había dejado a mucha gente atrás, tanto amigos como no tan amigos, aunque siempre los había considerado a todos como una familia.

No tardé demasiado en dormirme, tras haberme cambiado de ropa y haberme aseado correctamente. Fue entonces cuando tuve ese misterioso sueño, en el que una preciosa hechicera nos había hablado de...¿anykiller? Sí, algo así creía recordar, al menos ahora, que me encontraba en medio del pasillo, como si hubiese estado moviéndome en sueños, puesto que en ningún momento recordaba haberme movido por mi propia voluntad.

Había sentido poder, una gran cantidad de poder dentro de mí, mi potencial, pero ahora volvía a ser débil, propio del procedente de una principiante. Ese poder debía haber surgido de algún lugar, o eso me parecía a mí. Quizá se debía a que había cogido algo de frío y esto me había dado fiebre, lo que habría desembocado, quizá, en algún tipo de alucinación extraña, como cuando comías alimentos que no estaban recomendados. Qué cosa más rara... los días en la academia son muy normales, pero por la noche, o bien me intentan secuestrar o bien parece que algo ha hecho cualquier cosa en mí... Quizá debería ir a hablar con Trollheart... Pero es muy tarde y quizá solo sean alucinaciones, Syl, quizá es que los Dioses quieren acabar pronto contigo haciendo que te enfrentes al gran Anykiller... Venga, vuelve a descansar.

Me quedé unos segundos en el pasillo, en silencio. Quería ver si podía escuchar algo por ahí, para ver si esa extraña visión de mis sueños resultaba no ser una visión y era algo físico, por lo que entonces tendría más sentido -o no- lo que había vivido segundos atrás. Esperé un poco más y luego me marché a mi habitación, donde intenté comprobar - algo asustada, la verdad- si había cualquier indicio extraño en mi habitación sobre alguien que podría haber estado ahí, además de mi misma. Si no encontraba nada, me quedaría despierta hasta que el sueño me pudiera, pensando en distintas explicaciones que siempre acabarían culpando a los dioses.

Cuando Sylvana intenta escuchar algo oye cómo se abre una puerta. Al girarse descubre a Cornelius, con un papel en sus manos. ¿Qué hacía Cornelius a estas horas? ¿Y qué hacía Sylvana ahí de pie en el pasillo?

¿Que ocurre Sylvana? ¿Que no puedes dormir? Espera, voy un momento a entregarle una cosa a Anykiller y ahora vuelvo contigo, ¿ok? O si lo prefieres puedes acompañarme. Así no me sentiré tan desprotegido. Bromea.

Pegué un brinco cuando se abrió la puerta, notando que el pecho se me iba a salir del sitio. ¡Qué susto, leñe, es Cornelius! Sonreí levemente, haciendo como si no me hubiera asustado, mirando de un lado a otro. ¡Hombre, Cornelius!- dije, levantando un poco la voz- ¡Tsh... tsh...! La gente está dormida, no podemos hablar alto. ¿Que qué hacía yo aquí? Pues... sí, dar una vuelta. No podía dormir, no.

Asentí un par de veces, intentando reforzar mi argumento- ¿Para qué vas a dejar una nota a Any? ¡Yo te acompaño, no te preocupes!- sonreí. Miré mis atuendos, que no eran los más apropiados para ir junto a un hombre, pero no importaba: Ya era suficientemente de noche y no se vería demasiado. ¡Vamos, vamos!- dije dando un par de saltitos, para empezar a andar luego mirando de un lado a otro, como si tratara de encontrar algo.

Estooo... Si perdona Syl. Cornelius centrate joder! No es el momento, no es el momento. Se dirige junto a Syl hacia el cuarto de Anykiller, reprimiendo sin demasiado éxito la tentación que supone la bella hechicera. Y dime Syl, ¿Que haces levantada a estas horas?

-Pues verás...-dije mientras me movía de un lado a otro, como si fuera un gran espía que comprueba el terreno, solo que con menos estilo y sin hacer absolutamente nada- ¿Sabes? Es una historia muy rara. No te pongas a contarle toda la historia de que has soñado con la chica esa guapa, que se va a creer que estás peor de lo que realmente estás- Tuve una pesadilla, ya sabes, después de todas las cosas a las que estamos expuestos... pues me habrán afectado, o la comida, no lo sé, Cornelius, pero tras esa pesadilla salí a que me diera el aire, para relajarme. ¿Sabes? ¡Me has asustado cuando abriste la puerta! No me esperaba que alguien más fuera a salir, jiji- Sonreí a mi compañero, algo más despreocupada ahora gracias a su presencia.

Me coloqué a su lado, para seguir su ritmo. Mis patéticos intentos de investigación eran divertidos, pero no quería volverme el hazmerreir de la escuela y menos con alguien parecido a mí.  ¿Y tú qué? ¡No es la mejor hora para entregar algo! ¿No podías esperar a mañana? Fiuuu, debe ser algo súper secreto...- en ese momento miré a mi compañero, poniéndole una cara irresistible- ¿Me lo cuentas? ¡Pooorfi...!- medio supliqué, sonriéndole después con complicida.

Mmmm, ¿Deberia contarlo o no? Cuentalo, al fin y al cabo estoy casi seguro de que fue algo real. Le enseña el trozo de papel a Syl. Es un esbozo de ella, he soñado con ella pero estoy casi seguro que era algo mas real y tangible de lo que es un simple sueño. Si me equivoco solo me ganaré una carcajada tuya y de Anykiller, si acierto prevendré un mal mayor.Mi teoria es que si esta mujer la reconoce Anykiller es que no fue solo cosa de mi subconsciente. Mira a Syl un poco avergonzado, una vez explicado parece mas bien algo tonto, típico de niños pequeños. Creer que es real algo que no lo es. ¿Pero y si de verdad era algo real?

Te fijas en el dibujo de Cornelius... ¡y es la hechicera con la que soñaste hace un momento!

Me quedé mirando la imagen desde detrás suya, puesto que me dediqué a comprobar que nadie nos estuviera siguiendo. Así me gusta, Syl, comprobando que todo funcione a la perfección. No queremos que nos secuestren unos orcos...

-¿Eeeeh? ¡EEEEEEEEEEEEEEEH!- me subí a su espalda en un movimiento rápido, agarrándome a él con las piernas y moviendo una de las manos energéticamente- ¡YO LA HE VISTO! ¡Uy, perdón!, que yo también la he visto, sí sí. ¡He soñado con ella! ¿es que podemos soñar lo mismo? ¡Qué guay! ¡Es una conexión enorme! ¡Oh, espera...! ¿A ti también te dijo algo de hacer daño a Anykiller? - le susurré, casi al oido.  Porque a mí me lo dijo... pero yo quiero dañar a Anykiller, no, no.

Poco tiempo después me bajé de mi compañero y me coloqué más o menos la ropa, aunque seguía pensando que no era la más adecuada. La próxima vez ponte pantalones, Syl. ¡tenemos que buscar a Any!

Sonreí levemente y seguí avanzando, ahora más preocupada.

Me desperté de la cama y miré a los lados. Joder... tengo que dejar de tocarme antes de dormir... luego tengo sueños extraños. Me senté en ella y me quedé un rato pensando. He sentido algo especial... no parecía un sueño normal y corriente. Bueno... realmente esa mujer no era normal y corriente, tenía un cuerpo digno de una diosa. Supongo que solo serán cosas mías, será mejor que vuelva a dormir para estar fresco por la mañana para el entrenamiento de Kronnal.

Volví a tumbarme en la cama con los brazos en la nuca. ¿Pero por qué sueño con que me mandan a matar a Anykiller? Dioses... qué cosa más extraña. Lo dicho, será mejor que me vuelva a dormir. Espero que te aparezcas otra vez y me des un sueño de los que a mí me gustan señorita belleza... murmuré antes de intentar dormirme nuevamente.

Intentas conciliar el sueño, pero te es imposible. Aún estás excitado por el sueño... más bien por el aspecto extremadamente sensual de aquella hechicera. Te giras ahcia un lado tratando de buscar una posición cómoda y así intentar vovler a soñar con ella.

"¿Eeeeh? ¡EEEEEEEEEEEEEEEH! ... ¡YO LA HE VISTO!" esa voz era de Sylvana, y procedía del pasillo. Escuchas también la voz de otra persona, te parece la de Cornelius. Parecen algo nerviosos

¿Qué pasa ahí afuera? Están armando demasiado escándalo... Me levanto de la cama y salgo al pasillo con una lampara de aceite y los ojos entrecerrados. Miro a Cornelius y a Sylvana, sobretodo a esta última. Me llevo un rato observándola y luego vuelvo en mí.

¿Qué estais haciendo? Hay gente que quiere dormir... Miro a Cornelius y a Sylvana con algo de seriedad, aunque me parecía interesante eso de irme de fiesta por la noche, tenía demasiado sueño como para seguir las juergas de aquellos dos. No sabía que a Cornelius le fuese tanto la marcha...

Disculpa Marcus, no pretendiamos interferir en tu sueño. Solo voy un momento a hacer un recado y vuelvo, ¿ok? Es evidente que entre el trasnochar y el ver a Syl así Marcus se muere de ganas por venir, demosle el pretexto. Si quieres puedes venirte. Estoy seguro que Syl se sentirá mas segura si nos acompañas.

¡Uy! ¡Perdón, Marcus!- le sonreí alegremente, mientras seguía intentando mostrar lo mínimo. Verás... verás... es que Cornelius y yo hemos tenido el mismo sueño, ¿te lo puedes creer? - En mi mirada se notaba que estaba totalmente sorprendida por el hecho de que algo así hubiera sucedido. Ya, ya sé que suena increíble, ¡pero era verdad!

Me movi de un lado a otro, con "sigilo", intentando ver si había despertado a alguien más con mis ruidos. ¡Jopetas, Syl! ¡Ya la estás liando! Lo siento, lo siento, ¡de verdad! Prometo no hacer más ruido, ¿vale? Le repetí una y otra vez, sonriendo.

Miro a los dos y asiento a las palabras de Cornelius. Me gustaría acompañaros, pero mañana Kronnal me necesita en su clase. Espero que vuestra expedición a la despensa sea fructífera... me giro para entrar en mi habitación. Buenas noches. Miro por última vez la camisa larga de Sylvana y un escalofrío recorre mi cuerpo.

Venga Marcus ve, de todas formas no puedes dormir... Me autoconvencí a mí mismo y pensé en el vestido de Sylvana y terminé de convencerme del todo. Está bien, voy con vosotros. Me puse al lado del Sylvana y esperé que empezasen a andar. Pero en cuanto tenga sueño me voy, ¿eh? Le sonrío a Sylvana con tono bromista mientras le seguía preguntando ¿te vienes luego a mi cuarto? levanté las cejas a la vez una y otra vez, esperando una respuesta positiva.

Esto si que es jugársela.

¡Bien, bien, entonces todos juntos de misión ultra- secreta!- sonreí a mis compañeros, satisfecha. Era mucho mejor saber que tenía a dos hombres cerca para protegerme o para poder huir, en el caso de que tuviéramos que huir de cualquier cosa.  Pero podemos ir luego a la despensa, si tenéis hambre... murmuré esto último, poco convencida.

Comencé a avanzar grácilmente, dando saltos de un lado para otro, sin sentirme realmente alterada por la presencia de hombres, aunque realmente se debía a que era demasiado descuidada como para recordar lo que llevaba puesto. ¡No te entrará sueño, no te preocupes! Sino Cornelius cargará contigo, ¿verdad?- me giré para ver si me seguían.

Escuché la última pregunta de Marcus y asentí un par de veces, antes de seguir avanzando-  Claro, Marcus, pero no me puedo acostar tarde, que sino no duermo y no rindo en clase.... ¿vale? - Volví a asentir y seguí avanzando, como si yo marcara el ritmo de la expedición.

Avanzáis por los pasillos en busca de la habitación de AnyKiller cuando escucháis unas pisadas procedente de delante vuestra. Una figura femenina, delgada y un poco baja se acerca en la oscuridad hacia vosotros, con un caminar elegante. Os detenéis unos instantes, expectantes y temerosos, esperando a distinguir a aquella figura, cuando el candil de Kromen empieza a desvelar su melena rubia y su armadura esmeralda.

Reconocéis a Keyleth, quien está en este momento haciendo la patrulla en los pasillos

La elfa se os acerca con mirada de estar extrañada de veros en pie. Había desenfundado parcialmente su espada (de la cual podéis ver que suelta un chisporroteo eléctrico), pero al reconoceros la vuelve a envainar.

- ¿Os habéis desvelado, mis jóvenes amigos? - pregunta con dulzura, esbozando una bonita sonrisa - ¿Qué hacéis por aquí tan tarde?

Maldita sea, ha tenido que ser ella... seguro que ahora piensa que soy un espía o algo así... Bueno, no lo creo, es un paladina. Su deber es confíar en la gente y proteger el bien y el orden, espera... esas dos últimas yo no las cumplo... Mierda Marcus, ¡haz algo!

Me quedo en el sitio y me he llevo la mano con la que no sujeto la lámpara a la cabeza, tapándome los ojos. Menos mal que nos ha encontrado mi señora Keyleth. Mis compañeros no podían dormir y me han convencido para ir a no sé dónde, decidí ir con ellos por si acaso algo malo ocurriese. Digo de forma trágica, como si fuese una víctima del suceso. No sé qué es lo que les ocurre... si pudieran explicarlo... lo dejo caer al final, para desvíar su atención de mí y que mañana por la mañana que ni recuerde que yo estaba deambulando por los pasillos sin motivo alguno.