Partida Rol por web

Pues recuperas 1D4 a la semana, pero puedes perder 1D4 por falta de higiene, a no ser que alguien saque una tirada de Medicina contigo. Y eso, reposando. Bienvenido a a Aquelarre.

Pablo sujetaba las riendas del caballo fuera, ignorante de los quehaceres de su nuevo señor dentro de la casa. La puerta se abre y Pablo suente una decepción perruna al ver salir a una figura con un hábito raído. No es un desconocido: Era uno de los conjuradores de la Ordalía de ayer en Osma. Pablo le sonríe y el hombre le devuelve una sonrisa torpe, antes de desaparecer por la puerta de la cuadra, donde se empiezan a oír ruidos de cascos, unos instantes después. Un poco de aire de dentro de la cabala se ha escapado y agora huele a sopa. Eso le ha abierto el apetito.
Al cabo de un rato el hambriento zagal ve como el conjurador sale al trote con un caballo por la puerta de la cuadra, y baja por la calle.
 

Con el sorber de la sopa se hace el silencio total: Ya no se oyen ronquidos arriba tampoco.

Otro crujir de escalones vuelve a atraer vuestra atención hacia la escalera. Esta vez es una figura rechoncha que baja torpemente. 
- ¡Pere!- habíais oído de arriba. -¡Pere!- escucháis gritar desde la escalera. -Uh..Disculpen vuesas mercedes... - Se disculpa confundido el hombre corpulento con barba que se rasgaba hace unos instantes la barriga y que ahora intenta saludar con la mano. -pensé que mi compañero almorzaba e quería que subiese un cuenco de aquesto que huele tan...- y se calla -Mi nombre es Froilán , El Bueno...-
Parece que espera una presentación y tras mirar de lado a lado de la estancia, pregunta. -¿Vieron a Pere...un omne que pareciera un fraile..?
 

-E¡ncantado buen omne!-dije amablemente-el mio nombre es Arturo, juglar de profesion. Doña Amelia la dama aqu´´i presente. Al suyo amigo vimosle salir antes, algo dijo de ir a la iglesia. MAs.....acompañadnos mientras comemos aquestas .-Espero a que se siente et le pregunto como el que non quiere la cosa.-Vos parecedes omne de mundo, ¿Salgo de inter´´es en aquestas terras? Queremos subir al castillo et bueno ser´´ia saber como es el señor de aquestas terras et de los suyos vasallos.

—Me vais a perdonar, Nuño, pero el destino ha hecho que seamos compañeros de penurias y no puedo seguir sin entender. ¿Qué asuntos os trajeron al Burgo y qué relación tenéis con este Godosteo? ¿Qué problema hay en dejarlo por su cuenta mientras buscamos al curandero?

Amelia sonrió amablemente, no conocía a aquellos hombres y en su largo viaje había comprobado cómo algunos hombres no consentían que una mujer hablase, al menos públicamente. Lo había comprobado por las malas y por ello se cuidaba.

Sin embargo si aquel hombre la hablaba... O si marchaba... Su mente aún divagaba sobre el recuerdo del curandero. Aún recordaba cómo la respetaban y cómo siendo niña nunca trátola mal.

- Pues meditaba yo ir allí donde fueron mis compañeros: Al castillo, et muy honrado seria de fazer compañía a vuesa merced, ca parecierame que non sólo sois un omne de mundo, mas también de bien. - 
-¿A la iglesia? Quizás pudieramos traer a Pere amb nosotros si por aquesta pasamos..-
-Pero.. la sopa...- Tegidria le da un cuenco y se lo engulle. Y después está bien dispuesto a acomparos y a charlar. 
 

Miré un momento a Amelia para ver qué opinaba ella-​¿Qué decís, vamos todos juntos?-

Después dirigíme a la señora Tegidria-​¿importaros que el mío escudero pase et coma un poco de sopa? A aquestas alturas debe estar famélico.- Dije recordándole mi pregunta anterior. Non me gustaba que un vasallo mío pasase hambre mientras yo llenaba el estómago.

-Arturo... -Dijo tras haberlo pensado un rato. -Marchemos al castillo, tengo curiosidad de saber cómo cantáis.  -Ir sola río arriba con todos los lobos que había... No era buena idea.

Tegidria asiente con convicción, y sin decir nada, y dispone otro cuenco lleno de sopa que deja sobre la mesa. Se sobreentiende que Arturo y su criado van a hospedarse en la casa esta noche.

-​Marchemos pues....mas temo defraudaros pues mi voz non est fermosa, soy un buen contador de historias, defiendome con el laúd.....mas non me pidáis que cante-dije aquesto como no podía ser de otro modo, sonriendo a la dulce Amelia de ojos oscuros.

Después de decir aquesto, dirigime a la puerta et llame a Pablo-¡Pablo, ven!-​dijele, et esperé a que devorase la sopa antes de partir.

-Os sigo mi señor. -Dijo con cortesía. -Gracias Tegri, gracias por todo et por contarme sobre madre. -Se despidió en el umbral de la puerta antes de girarse. Entonces el sol radiante la cegó por unos breves instantes hasta que sus ojos se acostumbraron a la presencia del gran astro. 

A lo lejos el castillo permanecía inmutable y eterno, a la espera de los nuevos visitantes que estaban por llegar.

Algo preocupada por la heridas de mi compañeros de viaje, asiento al ver como la mayoría pretende ir al curandero a lamerse las heridas hechas por los lobos salidos de sabe Dios que infierno. 

-Vayamos al curandero, en el pueblo sabrán encontrarlo-

¿Qué asuntos os trajeron al Burgo y qué relación tenéis con este Godosteo? ¿Qué problema hay en dejarlo por su cuenta mientras buscamos al curandero?

Espero la respuesta ante la pregunta de Zacarias. No veo to tampoco los problemas que puede causar el tal Godosteo, mas deben ser graves por la preocupación que Nuño muestra 

- Es una buena pregunta compadre - respondo a Zacarías mientras pienso como me han liado para estar aquí - conocí a los monjes peregrinando a Santiago et fueron buena compañía de viaje, más aún no sé cómo me liaron en Burgo para acompañarlos aquí.-

-  Vostedes visteis lo que sucedió con las brasas en la plaza. Non se lo que puede hacer Godosteo, mais de los monjes es el único que creo que verdaderamente pode facer algo contra los lobos. Pero con lo inocente que es, capaz es de partir solo en procesión si nadie del pueblo le sigue -

- Mi intención es voltar para acabar el camino en cuanto pueda - proseguí - mais non creo que sea seguro partir solo mientras los lobos sigan por aquí et credo que temos más posibilidades de vencerlos si los conjuradores nos axudan -

Levantados todos de la mesa y extraños como sois en una morada ajena, en la que el anfitrión os ha despedido ya, bajáis a la cocina y salis al patio del castillo, donde los criados interrumpen sus labores una vez los dejáis atras para cuchichear. 
- Buen día- se despide el guarda de la puerta. Y en efecto, lo es. Un cielo azul intenso asoma tras las montañas de cubiertas de pinos de un verde oscuro intenso. A lo lejos, las brumas que emborronan las montañas más lejanas, os recuerdan las nieblas de la llegada a Osma. Por el camino del pueblo veis a Godesteo a lo lejos, que está cruzando el puente. Y hacia allí os dirigís cuando detrás vuestro oís unos cascos de caballo. 
 

El otro caballero, aquel al que llamaba "el Buitre" don Gregorio, sale tras el portón tras vosotros. Calvo, monta encorvado hacía adelante, lo que probablemente le haya valido el sobrenombre. Aún asi, es corpulento, y su presencia impone. Os adelanta con su caballo enseguida, pues vosotros marcháis a pie y Don Tancredo y Tiago van a vuestro ritmo, y cuando lo ha hecho, se vuelve a miraros. 
- Volved..-
Dice con una mirada extraña pues le tiembla el ojo derecho
- Nunca nadie... debió habitar... aquí...-
Y arrea el caballo para salir al galope antea de que podáis replicarle de manera alguna.
 

Miro al resto de mis compañeros extrañada antes tal comportamiento. Bien está que yo no he sido muy dada al contacto con gentes y que mas me ha gustado vivir en el monte cazando lo que como que comprándolo en mercados y ferias, pero este hombre no paresceme a mi que se haya comportado de forma normal

¿Que volvamos? me pregunto a mi misma sin darme cuenta de que las palabras de escapan de mi boca

¿A donde? ¿A nuestra moradas o al castillo? Me encojo de hombros mientras miro el rostro de mis acompañantes