Partida Rol por web

Al mal tiempo

14204 - En el límite

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19/06/2019, 22:08
Director

La canción empieza con el final de nuestra historia. Una melodía que se acopla durante unos instantes al golpe de viento que sacude el autobús, al enorme vendaval de nieve y hielo que sacude el vehículo, la carretera y la cima de la montaña de forma repentina e inclemente. Como si un huracán apareciese de la nada, arremete contra vosotros con fuerza desproporcionada.

De nuevo. 

De nuevo, de nuevo, de nuevo, de nuevo, de nuevo, de nuevo...

Porque estáis de nuevo en el autobús, sentados en vuestros asientos, como si nada hubiese cambiado. Como si todo hubiese sido un mal sueño. Con un conductor muerto. Rodeados de gente que ha debido morir. Quizás lo habíais olvidado.

Pero André no lo ha olvidado.

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19/06/2019, 22:11
André

André cruza el autobús a toda velocidad. En su mente solo hay un objetivo, un recuerdo de sus últimos instantes antes de que todo se reinicie.

"Sálvalos. Llega hasta el volante".

Así que corre. Surca el pasillo como el atleta que es, a la carrera, pensando solamente en que ha fallado a tanta gente. A su ex. Joder, vaya si que le falló. ¿Se merecía que le pusiera los cuernos, día si, día también? No. Y el pequeño Jose. Joder... Tanta gente.

Pensando en ellos, corre. Y justo antes del impacto, llega hasta el asiento del conductor, se abalanza sobre el volante y lo gira, haciendo que el vehículo se voltee lo justo antes de impactar con el quitamiedos. Amortiguando el choque, salvando que, quizás, esta vez Jose Antonio no esté malherido. Que ninguno de vosotros repita el sufrimiento anterior. 

Por desgracia, André se encuentra de pie junto al cristal delantero, y el choque le lanza despedido por el cristal. Su cabeza se encuentra de frente al quitamiedos y es arrancada de cuajo del torso, dando vueltas por los aires, salpicando sangre en una espiral hermosa y perfecta.

Lo último en que André piensa es que según Pedro, quizás esto fuera lo mejor, en flores rojas en la nieve, en un beso en la frente de un niño, y en el Amanecer Negro en el que todos pensaréis y recordaréis por toda la eternidad.

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19/06/2019, 22:20
Director

El sacrificio del gigante no es en vano. Vosotros no veis lo que ocurre con él. Pero lo que si notáis es que el autobús se desliza sobre el borde de la carretera, sacudido con fuerza, pero en un choque mucho menos violento.

Y se detiene.

En la oscuridad. De alguna forma, esta vez todo es oscuridad. Fuera hay negrura. En el autobús hay negrura. Os encontráis en vuestros asientos, sin ver más allá de un par de filas de donde estáis. Se oyen gemidos, gorgoteos, susurros repetidos una y otra vez. Algo gotea. 

Y en la parte delantera oís una voz.

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19/06/2019, 22:22
Julián

- Once romanos caminaban hacia Asturia, y siete vikingos quemaban sus costas, y un tal Munuza se la meneaba sobre el rostro de un francés - canturrea la voz de Julián, una y otra vez.

No podéis verle. 

Solo recordáis su voz y que ese hombre estaba muerto.

Notas de juego

Calculad que Incoherencia tienen vuestros pjs. El salto de la otra escena a esta es inmediato, así que ahí os dejo :P.

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21/06/2019, 14:58
Miguel “Michael” Argüelles

Miguel trato de buscar la linterna, pensaba que la había puesto en la mochila. Pero... ¿Dónde están la mochila? Desesperado miro a un lado y a otro, se arrodilló sobre el asiento y miro si Sandra seguía detrás. ¿Sandra, estas ahí? Pregunto en voz baja, casi un susurro, no quería atraer a los monstruos. Pero no había monstruos, lo que les estaba pasando era peor, una burla del destino. 

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23/06/2019, 19:58
Sandra Arango

Había visto el amanecer negro, un amanecer como nunca antes alguien había podido contemplar y, a medida que aquel sol noegro como la pez iba apareciendo, Sandra comprendió al fin lo que era, su papel en el mundo, el porqué siempre se había sentido tan poca cosa, tan invisible a ojos de los demás. Ella era la nada. Esa nada que atraía a un vacío sin existencia, sin principio ni final o... ¿era el principio y el final de todas las cosas?

Todo había vuelto a empezar, el autobús seguía su camino por aquella nevada carretera. De nuevo el bandazo y André que se lanzaba como un loco para evitar la tragedia. Y la evitó, no para él pero sí para el resto... eso si no estaban muertos ya. Sandra se levantó de su asiento con una sonrisa en la boca, mirando a la negrura del exterior pero viendo porque ella era esa misma negrura, la misma oscuridad que existía en el vacío, en la nada más absoluta.

Comenzó a reírse por lo bajo cuando vio la cabeza de André salir despedida, realizando un hermoso movimiento en el aire con su estela de sangre. Volvió a sentarse, aún riéndose para mirar, con ojos abiertos como platos al joven Miguel que, sentado delante de ella, preguntaba si se encontraba allí. Su risa fue in crescendo hasta convertirse en la risa de una loca, tapando incluso la canción de Julián. Siguió riéndose, burlándose de todo y de todos incluido el mismo destino porque... ¿qué importancia tenía lo que fuera a suceder? Todo acabaría en la nada. Por fin todos la verían como lo que era y todos vendrían a ellos porque eso era lo que le esperaba al mundo... el vacío y la nada.

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24/06/2019, 13:46
José Antonio Esteban

Me toco la entrepierna. Está seca. Acababa de correrme como nunca antes. Me enseñaron que eso era pecado, pero todos lo hacíamos, es algo normalizado entre las filas de la iglesia. No se puede vivir con las reservas llenas, es algo anti natura. En otras ocasiones había necesitado de estímulos visuales pero esta vez ha sido tan puro... Quiero volver a repetirlo, ya nada importa. 

Todo se está cubriendo de ese amanecer negro, de esa oscuridad infernal ¿Infernal? ¿Acaso existe el infierno? ¿Y Dios? Bah, las íntimas dudas se convierten en pensamientos presentes, descubiertos por la locura que me invade. Me toco. Froto mi mano sobre el miembro viril, pero no sucede nada. Necesito estímulo. Me pongo de pie, estoy seguro de que nadie me ve, me desabrocho el pantalón, rápidamente, bajo mi ropa interior y salgo del asiento con los pantalones bajados. Necesito encontrar a una mujer... Da igual, solo el tacto me valdría. 

El cuello me aprieta, me desabrocho el último botón de la camisa y arranco el alzacuellos, lo lanzo a la oscuridad. Sonrío, me sorprendo a mi mismo sonriendo, no sé por qué. Quiero fumar. Fumar y tocar algún pecho femenino, algún órgano sexual, me siento tan bien...

Avanzo por el pasillo mirando a ambos lados, mi pantalón bajado dificulta los pasos, me voy apoyando en los sillones, mis ojos se salen de las órbitas. Entonces veo a una mujer a mi derecha, pocos asientos por delante del mío...

No pido permiso. No pregunto. Ni si quiera presto atención al asiento de su lado donde su se encuentra su hijo. Sólo quiero sentir el placer carnal. Me pongo delante, agarro la blusa de la mujer desde las solapas y pego un fuerte tirón para romperla. Sus pechos trémulos tiemblan tras el sujetador. Sonrío, ahora si estoy excitado, a mi edad, increíble. Me llevo una mano a la zona genital. No es gran cosa la erección, pero me vale. La otra mano agarra el sujetador de la mujer y tira hacia abajo para descubrir los pechos... Todo me parece normal y adecuado y me siento bien.

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29/06/2019, 02:42
Gerardo "Gero" Escudero

¿Por qué había esperado? En aquel momento no lo entendía. No entendía por qué había tenido que pasar todo para llegar justo a lo que quería desde que se sentase en el autobús cerca de Esperanza. Quería probar sus labios, sentir su piel apretarse contra la suya, agarrar sus pechos y hacerla gemir, y que ella le hiciese gemir. Parecía que hacía una eternidad desde que había comenzado a desearlo, pero daba igual, al fin lo había conseguido, al fin lo habían conseguido los dos. La miraba a los ojos mientras apretaba su cuerpo contra el suyo. Aun veía el sol negro reflejado en ellos. Aun veía la silueta de Esperanza recortada ante la oscuridad, acercándose y atrayendole. Dándole la mano para que diera el paso que desde el principio deseaba dar.

Cuando el autobús se detuvo ellos no lo hicieron. ¿Había alguna razón para hacerlo? Seguía dentro de ella, haciéndola gemir, y haciéndose gemir. Sentía sus uñas arañandole la espalda, saboreaba su sudor al besarle la piel. Recordó entonces que el loco del invernadero había dicho que aquello se había repetido miles de veces. ¿Habrían hecho el amor miles de veces? ¿Ocurriría miles de veces más? En aquel instante la perspectiva sonaba mucho más atractiva que la de seguir huyendo.

¿De que era lo que huían exactamente?

¿Importaba?

La tenía a ella ¿Importaba alguna otra cosa?
 

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29/06/2019, 16:39
Alfonso

El silencio es inquietante, pero los gemidos son aún más horrendos. 

Jose Antonio no parece fijarse que la mujer a la que se acerca es un simple cadáver de ojos sanguinolentos. O quizás no parece importarle. Pero alguien le agarra del cuello en ese momento y le arranca de donde se encuentra. Cae contra el pasillo del autobús, en la negrura, el silencio, cuando observa a alguien delante suya.

Alfonso agarra se lanza encima del sacerdote, cruzando su brazo por el cuello de este, y comienza a apretar. A estrangularle. A sacar todo el oxígeno de su interior, mientras sus gafas rebotan por el suelo del pasillo y el enloquecido cura forcejea por puro instinto.

- Nunca la quise - confiesa el hombre mientras intenta matar a Jose Antonio -, ni a ella ni al pequeño idiota. Pero es mi mujer. Solo "yo" puedo hacer algo así. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Jose Antonio, tira cuerpo :P.

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29/06/2019, 16:44
Esperanza

Esperanza jadea, mientras se mueve a horcajadas sobre Gero. Detrás de ellos, alguien está asesinando a alguien, pero la chica sabe lo que tiene que hacer. Agarra el rostro del chico, acerca sus labios a los suyos, le besa, y no piensa nada, nada, nada.

- Vamos a morir juntos - le susurra -. Juntos. 

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29/06/2019, 16:47
Director

En la parte trasera del autobús, las carcajadas de Sandra tapan los gemidos de Jose Antonio en el suelo. Incluso las súplicas de Miguel detrás de ella. En el fondo, a su lado, Paco se encoge como un ovillo y se lleva las manos a los oídos mientras se balancea sobre si mismo. 

Y una voz se alza por encima de todos ellos.

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29/06/2019, 16:48
Carlos

La voz de Carlos suena desde su asiento, sujetando la GameBoy. No esperaba que el Zelda Breath of the Wild fuera a funcionar tan bien en esa consola, pero a veces el Sol Negro era amable, y aquella vez parecía que lo estaba siendo.

- No tenéis mucho tiempo - explica. Aún no sabe como explicarles todo, pero las paradojas tienen cierta gracia. Uno puede navegarlas si nace entre ellas, pero ellos no las entienden. Quizás él pueda ayudarles -. Aún podéis sobrevivir. Salvaros. Si entras en cualquier sitio se puede salir, por muy difícil que sea. Ahora que todo está roto... Es el momento. No habrá más iteraciones. Voy a mataros a todos en cuanto llegue al autobús... Daros prisa.

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01/07/2019, 12:44
Sandra Arango

Era difícil contener la risa y, cuando dejaba de hacerlo, un nuevo ataque volvía a doblarla por la mitad. No escuchaba nada, no veía nada, sólo el vacío que la absorbía. Por fin era feliz en su insignificancia, por fin podía reír con ganas convencida que todo volvería a su origen, al origen de los tiempos, al big bang que lo había causado todo. 

Pero la risa de Sandra se apagó de golpe, tan repentinamente como había llegado, cuando una voz se alzó con fuerza por encima de todo lo demás. Era una voz infantil pero que a ella le sonó con la sabiduría de la vejez. Una voz que nunca hasta ese momento había escuchado. Anda, si el crío sabe hablar y todo.

Mientras escuchaba las tétricas palabras del niño, Sandra sintió unas imperiosas ganas de fumar, llevaba mucho tiempo sin su dosis de nicotina y ya sentía la urgente necesidad de echar un cigarro... o quizás fumarse un paquete entero. Se lo merecía después de todo lo que había vivido.

El crío hablaba de la esperanza de la salvación, de que había que huir de aquel que iba a matarlos, de que el tiempo apremiaba, y Sandra lo único que quería era fumar. Revolvió entre sus cosas buscando con desesperación su paquete de tabaco y, de pronto, se acordó que no le quedaba ya que no le había dado tiempo comprar antes de subir al maldito autobús.

Se puso de pie, sin prestar atención a los gemidos que se escuchaban, al cura desnudo siendo ahogado por el padre del crío, ni se fijó en Miguel ni en Paco, ambos asustados por todo lo sucedido. Sólo tenía una idea metida en la cabeza y, caminando hacia la puerta del autobús, salió de allí sin tan siquiera estremecerse ante el frío del exterior.

Voy a por tabaco —fue lo que le oyeron decir—. Espero encontrar algún sitio abierto.

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01/07/2019, 18:52
Miguel “Michael” Argüelles

Miguel escucho las palabras del crio. ¡Era el profeta! El personaje que en la película da la información necesaria para resolver el entuerto.  Pedro había sido un farsante, un falso profeta, el personaje que en las películas da mal la información para que el protagonista se pierda. Pero Carlos era como Yoda dándole consejos a Luke, mensajes crípticos que llevaban a la verdad.

Cuando Sandra se levantó, Miguel la siguió. Ni siquiera reparo que iba a buscar tabaco. Sandra había comprendido las palabras del maestro Jedi, y como su discípulo la siguió. El pequeño se arrebujo en su abrigo cuando salió al exterior. Todo le recordaba al infierno helado de Hoth. ¡Sandra, espera!

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01/07/2019, 20:30
José Antonio Esteban

Ni siquiera presto atención a lo que ocurre a mi alrededor. Solamente veo la cara de mi enemigo entre la oscuridad. Me apelmaza el cuello y forcejeo, mis piernas tiemblan y dan patadas y restregones contra el suelo del autobús aún con los pantalones bajados y el miembro, ligeramente erecto, a la intemperie. Pero eso tampoco me preocupa, solo quiero vivir. Me siento frustrado por no poder acabar lo que estaba haciendo. 

No dejo de revolverme, mis ojos miran a ese hombre, abiertos como platos. El aire que sale por mi garganta silba porque es débil. Mis pulmones, dañados, me juegan una mala pasada y tengo unas tremendas ganas de toser, pero no puedo, así que me dan arcadas, que se traducen en espasmos del estómago. No puedo escapar, así que intento apartar su cara, comienzo a ver borroso, intento meter mis dedos en sus ojos, hacer que me suelte antes de que me mate. Ese demonio...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Supongo que tenía que superar la dificultad de su pelea, 21, xD

Dime si te tiro algo para la maniobra de los dedos en los ojos. 

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04/07/2019, 03:39
Gerardo "Gero" Escudero

Estuvo a punto de fundirse con ella en aquel beso para siempre. Sería tan fácil... solo tenía que dejarse llevar. Solo tenía que hacer lo que deseaba hacer... solo tendría que morir al final. Pero no quería morir. No hoy. No allí. Se detuvo y sentó a Esperanza en el asiento de al lado.

-No, no tiene que ser hoy... no tiene que ser hoy... -  ahora era el quien le sujetaba el rostro a ella para que lo mirase a los ojos - Podemos salir, se que podemos - algo así había dicho el crio ¿no? El crio raro que ahora se autoproclamaba asesino - Tenemos que salir de aquí ¿Confías en mí? Tenemos que salir... tienes que venir conmigo... Necesito que vengas conmigo.

Se subió los pantalones, y buscó la ropa de ella. Ahí fuera la necesitaría ¿no?

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

23 para convencerla
 

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04/07/2019, 21:54
Alfonso

Arañas como puedes, boqueando aire, intentando meter los dedos en la cara de tu enemigo, de la muerte.

- Ríndete, cura - te dice Alfonso, aunque apenas atinas a oírle-. Morir es bonito, seguro. Más que meter ese rabito retorcido en un cadáver. Deberías haber buscado alguien vivo, cura. 

Aunque no afloja su presa, parece que logras tomar un poco de aire para seguir pujando por seguir vivo. Alfonso es mas fuerte, más joven, más... Acostumbrado al asesinato. Tú en cambio, solo puedes intentar arañar sus ojos con la esperanza de que eso le suelte. 

Pero si cierras los ojos... Lo único que ves es el final. ¿Será eso lo que vea? No lo sabes.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pierdes 6 puntos de vida por estrangulamiento. Ha sacado dos niveles de crítico sobre tu vida, así que es el daño base (2) le aplicamos un multiplicador x2 y otro más x3. Morirías de forma inmediata (la vida es cuerpo) peeeero... Vamos a recordar esto.

Sacrificio afecta de forma pasiva a varias características, se puede elegir sufrir daño de sacrificio en vez de cualquiera de los dos atributos principales, y se gasta un punto para anular los efectos de una pifia o de un critico de algo en contra del personaje.

Te resto los seis puntos de Sacrificio (que queda a 1) y cuerpo sigue a tope. 

Para hacer lo de los dedos, tira reacción... Siempre y cuando no pifies irás primero (has tenido suerte XD) Él ha pifiado reacción (valor negativo) así que pierde su turno forcejeando contigo, lo cual implica que solo se defenderá y tendrá un penalizador de -5 a su tirada (que sigue siendo 7, más que tu). Para atacar es pelea, cuerpo en tu caso.

Dale caña :).

Creo que es el momento de recordarte que esto de Heroismo también, porque puedes morir en el siguiente turno:

Heroísmo es una reserva de puntos que os permite añadir un dado adicional d10 a una escena.

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04/07/2019, 22:08
Esperanza

Esperanza observa por un momento a Gero, separando sus labios de los suyos. Y escuchó. Y por un momento, por primera vez, sonrió. Quizás recordando que hace no mucho era una joven chica, persiguiendo sus sueños. 

No le dijo a Gero que apenas tenía diecisiete años, que sabía que iban a morir muy pronto. No le dijo nada de eso. Solo asintió, y le regaló una simple frase.

Tenemos que salir de aquí ¿Confías en mí? Tenemos que salir... tienes que venir conmigo... Necesito que vengas conmigo.

- No vamos a salir, Gero - susurró a sus labios, dándole un último beso, antes de separarse-, pero confío en ti.

Cogiendo su ropa, la que prácticamente no había terminado de quitarse, salió hacia la parte trasera del autobús acompañada del muchacho.

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04/07/2019, 22:13
Director

Sandra es la primera en salir, en busca de un cigarrillo. En busca de un simple y jodido cigarrillo. Miguel corrió tras ella, y poco a poco, algunos pasos recorrieron el autobús dispuestos a acompañarles. 

En un principio, no hay cigarrillos. Lo que veis es la carretera cubierta de nieve, y un cielo cambiante. Parece como si la tormenta que antes estuviese en el cielo de forma perenne ahora parpadease confusa. Durante medio segundo, es de día, un día soleado que vuelve a ser tormenta. Al cabo de un pequeño momento, es una noche lluviosa y fría, por apenas un instante. Una y otra vez esos flashes cambian la luz, cambian el tiempo, cambian todo.

Podéis observar como el coche cercenado, con cada parpadeo, se transforma en un mili segundo en un coche completo, o desaparece por completo como si no hubiese existido. El chico que antes estaba dentro, yace en el suelo, su cuerpo seccionado en trozos... Cada vez que el coche aparece y aparece, su cuerpo, que se encuentra en medio y no va a ningún lado, es triturado como si fuese carne picada.

Eloy

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04/07/2019, 22:21
Karina

Un poco mas adelante, la imagen es aún más bizarra. La chica embarazada camina con el cuerpo destrozado sobre la nieve. Mece a su feto, triturado, que con cada parpadeo llora o desaparece. En un momento dado, la muchacha se lleva la mano al bolsillo y saca...

Un cigarrillo.

Lo enciende y lanza el humo hacia delante, mientras mece a su pequeño. Su rostro destruido por el accidente parece sonreír mientras gira y canturrea una nana.