Partida Rol por web

Otro no, pero Price era lo que se conocía como un tio duro de la vieja escuela. Ni los mareos, ni el encontrarse mal, ni el malestar, ni el dolor de cabeza ni las ganas de vomitar. Nada de eso fue suficiente, pues el mosqueo que llevaba en lo alto era más grande y fuerte que todas aquellas mierdas juntas. Aun agarraba a Burke de la pechera cuando Illanka le soltó aquel viaje. No es que intentara protegerlo, pero necesitaba a ese mamonazo consciente para que le contara cuatro cosas.

- Fénix, mira que Illanka este bien. - Le pidió, y si estaba en condiciones de zurrarle a Burke, lo estaba para ocuparse de la rusa. - Mientras yo hablaré con nuestro nuevo amigo. - Clavó la mirada en el hombre. - Yo nunca he estado tranquilo. - Le dejó claro que no iba a estar por la labor de colaborar mucho.

Pero cuando dijo que había pasado 57 años en la nevera, le sentó simplemente como un tiro. Aflojó la presa. Todo cuanto conocía, había desaparecido. Todo cuanto tenía fuera de aquella sala, sería ahora polvo. Y lo que venía a ser una mierda de wisky debía ser ahora un la ostia de 50 años de barrica.

- Cincuenta y siete años. - Repitio despacio, mientras apretaba con más fuerza la tela de la ropa de Burke, amenazanzo con estamparlo contra el techo. - ¿Si? ¿Quiere saber que paso? ¿Lo quiere saber... de verdad? - Aquella pregunta no sonó precisamente amable. Y dejaba entrever lo oscuro de lo que estaba por contarle.

Jhon aparto con suavidad a Fénix. La verdad es que no le costo nada, estaba hecho una autentica mierda. Pero mientras pasaba eso, la rusa se colo por la banda y le soltó un puñetazo, bien por la madre Rusa!

Fénix tenia unas ganas enormes de zurrarle a aquel mamón de la compañía, pero lo primero eran sus amigos, así que obedeció a su capitán y se fue a ver como estaba Illanka.

-Vamos camarada, no me extraña que potes. A mi me pasa cada vez que veo a alguien de la Weyland...-dijo mirando de reojo a aquella rata. Entonces la noticia exploto delante de ellos, como anteriormente lo hizo la nostromo.

Aquellas dos personas...eran toda la familia que le quedaba.

Todo fue bien hasta que mi puño impacto contra la cara de aquel pelele de la Weyland. Incluso estaba disfrutando de aquel contacto de mis nudillos contra su piel, de aquella presion que era capaz de suponer perfectamente cuánto le estaba doliendo.

Jodete, mamon. Jod... Puaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh

Antes incluso de que pudiera finalizar mentalmente aquel pensamiento, note como las piernas me fallaban y caia de rodillas en le suelo, vomitando lo que quisiera que hubiera en el interior de mi cuerpo sobre el suelo de aquella habitacion. Y asi, vomitando aun, y sin poder levantarme, notando como todo me daba vueltas alrededor, fue como escuche el resto de conversacion que se desarrollaba a mi alrededor, una conversacion que escuchaba lejana y distorsionada hasta que...

Hasta que escuche aquella cifra: cincuenta y siete años.

Reuni las fuerzas suficientes para alzar la mirada, con el rostro completamente palido y resollando, sin haberme recuperado aun de aquel sobresfuerzo- Y una mierrda. No puede serr. - fue lo unico que dije, jadeante, notando como volvia a irseme la cabeza ligeramente.

Todo, absolutamente todo lo que conociamos, estaba muerto. Y, aunque en mi caso no tenia familia a la que llorar, y las unicas dos personas que me habian importado durante años en el mundo estaban en aquella misma sala, lo cierto era que pensar en que todos aquellos rostros que habiamos visto y habiamos conocido a lo largo de los años habrian desaparecido ahora era, como poco impactante.

-Explicaselo, Jhon. - fue lo unico que dije, tan seria y sombria como Price,  haciendo el amago de apoyarme en Fenix para ponerme en pie, mientras me limpiaba la cara con el reverso de mi manga, sonriendo ligeramente ante el comentario de Fenix. Algo a lo que, sin duda, habria respondido gustosa de no ser porque, desde luego, no habia sido la unica que parecia afectada por la noticia que aquel tipo acababa de darnos.

Si, definitivamente, ahora si que eramos todo lo que teniamos en el mundo.

No, no parecía que hubiesen tenido un buen despertar. Que le iba hacer en peores plazas había toreado, aunque puede que me comportase algo picajoso cuando les dije el tiempo que había pasado. Unas por otras.

- Vale, parece que hemos empezado con mal pie. ¿Se encuentra bien, señorita?Tomo unos segundos para rehacerme, cosa difícil cuando te están amenazando físicamente y continúo.- Sr. Price, si me suelta estaría encantado de escuchar su historia. Como le he dicho, yo soy un mandado....con traje en vez de bata de hospital pero un asalariado como ustedes. Pongo las manos alrededor de los dedos del S. Price para separarlos de mi traje. - Creen que si fuese importante me hubiesen mandado al culo de la galaxia y no creen que eso significa que soy tan nimio como ustedes. Me encojo de hombros.

- Yo solo he de contar una historia a mis jefes, una historia de una nave desaparecida. Pongo cara de quien no ha roto un plato. - Ellos quieren un porqué se perdió la nave, yo solo quiero regresar a la Tierra. Ayúdenme a ayudarles.

- No tiene ni puta idea de lo que me pide, Señor Burke. - Susurró con un tono realmente intimidante, por como movía los labios lentamente, por como brillaban sus ojos, por la forma que tenían sus músculos faciales al hablar. Era un susurro salido del pecho de alguien que parecía haber mirado a la muerta cara a cara... y le había pegado un puñetazo.

No soltó a Burke cuando este colocó las manos sobre su brazo mecánico. No lo soltó, ni cedió el gesto un ápice en varios segundos, acabando finalmente por dejarlo en el suelo primero, y después cesando la presión en la pechera del hombre. - No se equivoque. Como nosotros no. - Le dejó claró, señalandolo con el dedo mecánico.

Entonces flexionó el brazo, mostrándole claramente las marcas de algún tipo de arañazo que debió hacer una criatura gigante y que tenía la capacidad de cortar el metal como si fuera mantequilla. - Su puta compañía desvió la nave a posta para investigar una señal extraterrestre. La señal era de una nave antigua, con un bicho folla caras que te metía la polla por la boca y te metía sus putos huevos dentro. Vi a ese puto bicho salir del puto pecho de uno de mis hombres. Y en menos de seis horas medía dos metros y medio, pesaba 400 kg, su sangre era ácido y podía cortar el metal con sus garras. ¿Quiere más detalles o lo dejamos aquí? - No... parecía estrar muy contento, ni con ganas de que le provocaran. Cualquier ser racional sabría que Price estaba a una sonrisa de arrancarle los dientes a alguien uno a uno y después meterselos por el culo al dueño inicial de los mismos solo para poder describir a ese bicho con más precisión.

Mientras el capullo de la compañía hablaba, Fénix ayudo a Illanka a ponerse de pie. La verdad es que no tenia nada de ganas de hablar con un representante d ella compañía, así que se quedo en silencio mientras Price explicaba lo sucedido.

Estaba nervioso, no le gustaba nada la gente de la compañía antes, ahora con lo sucedido menos aún. Si se acercarse, acabaría por darle un puñetazo.

Parecía que podría hacer que hablaran de lo que pasó, cosa que al fin y al cabo era por lo que me habían enviado a estar en medio de esta situación. Aun así no me gustaba el tono que seguían usando y eso que no dejaba de ser lo mas encantador posible.

- No mi compañía no, mas quisiera que fuera mía. Como ha dicho yo solo soy un secretario bien mirado. Presto atención a sus palabras e intento dar forma a la criatura que me describe y la forma tan peculiar en la que se reproduce. - Confiando en su palabra, puedo creer que una criatura tan inverosímil exista....pero si y no es por ofender pero necesito que me cuenten todo lo que ahí ocurrió. Quizás estaba llevando esto de una manera poco humana, en repuesta al puñetazo anterior. Podía darles tiempo antes de seguir. - Comprendo que pasar por una experiencia tan traumática genere estrés, si necesitan que les deje un tiempo....pero al final necesitaré esa historia. 

Por los altavoces sono la voz de la enfermera de antes.

¿Se encuentran bien? ¿Necesitan algún calmante? Estaba claro que en cuidados intensivos habia cámaras y la enfermera estaba viendo la escena. En la que Carter estaba cogido de la pechera.

Intentaba que las cosas se tranquilizaran, pero incluso la enfermera veía que no estaba el horno para bollos. Tenía que mantener el tipo e intentar llevar la "negociación" a buen termino, no me interesaba gente que solo pudiese verme por una pantalla de plasma o drogada hasta las cejas.

- No, estamos bien. ¿Verdad que estamos bien?. Dejo la frase en el aire esperando ver si al final podíamos llegar a entendernos. 

Estamos bien dice... Fénix tenia muchas ganas de jugar a fútbol con la cara de ese capullo. Y lo haría a la mínima que Capi diese indicios de que era la hora de patear a la compañía. Pero en eso Fénix no era parcial, siempre había odiado a la compañía. Solo que ahora más, si se podía.

Así que decidió esperar la reacción de John.

Espero que el siguiente paso sea machacar a este capullo...

Parecía que esta gente había entrado en letargo ante mis palabras, nunca en una reunión esto me había pasado....bueno siempre hay una primera vez para todo. - Bueno sin una respuesta....lo mejor será dejarles. Aun tengo que rellenar un informe con los datos que hemos recuperado, pocos y sesgados.

Dejo a los supervivientes y salgo por la puerta de la enfermería, no sin antes añadir. - Si necesitan algo, pregunten por mi...les ayudaré encantado. 

Acabe por ponerme en pie con ayuda de Fenix, mientras intentaba controlar aun las ganas de vomitar, escuchando a Jhon contar aquella historia de fondo, para incredulidad de los presentes. Sin embargo, fue aquel comentario del secretario de turno, tachando nuestra historia de "inverosimil"  el que me hizo reaccionar, apartando a Fenix a un lado, con el ceño fruncido y aun tambaleandome, en un amago por dar un par de pasos hacia aquel tipo, que parecia tener ademas intencion de irse, despues de que la enfermera interviniera, preguntando por nuestro estado.

-¿Inverrosimil? ¿Que cojones sabrra ustied de lo que es inverrosimil? ¿De verrdad tenemos mucha pinta de andarr con ganas de gilipiolleces? - dije entonces, alzando ligeramente el tono, notando como la rabia se volvia a apoderar poco a poco de mi- Han intientado matarrnos. Han jugado con nuestrras vidas. Han matado al rriesto de nuestrra trripulacion despues de enguiañarrnos y conducirrnos a una muerrte casi segurra. ¿Y a usted le rresulta inverrosimil? Agrradezca que iesté en este estado. Si no lo que le rresultarria inverrosimil es la forrma en la que su cabieza se deforrmarria al estamparrse contrria el suelo. - añadi, haciendo incluso el amago de ir a por el, a pesar de mi estado.

Me estaba alterando. Mucho mas de lo que yo solia hacerlo. Desde luego, aquel no estaba resultando en absoluto el despertar que habia esperado despues de volar por los aires a aquella cosa que habia estado a punto de matarnos.

- Confiando en mi palabra. - Repitió. Si, él mismo le había dicho eso muchas veces a muchos gilipollas de la puta compañía que le habían intentado tomar por gilipollas, y que en su inmensa mayoría, habían acabado pdiendo ayuda para mover los armarios y encontrar los dientes que se les habían quedado debajo de estos. Y este estaba corriendo a zancadas en esa misma dirección.

- Le voy a decir por donde se puede meter sus buenas palabras, Burke. - Hizo una pausa. - Por el culo. - Y justo entonces osnó la megafonia. Cámaras. Claro, cámaras. Las putas cámaras. - Claro que estamos bien. Estamos como el puto oso Yogi empapado en crak antes de darle por culo al jodido Francis. - Cuando tuvo la primera de las cámaras de seguridad cerca, le hizo una peineta y acto seguido la agarró, arrancandola de cuajo de la pared cuando Burke comenzó a tener prisa por marcharse.

- De aquí no se va ni Dios. - Remarcó, bien claro, tirando la cámara a los pies de Burke. - Sientese. Primera norma de esta sala. Aquí mando yo. Segunda norma. Si me tocas los cojones, te comes mis cojones. - Y se cruzó de brazos. - Tu. - Señaló la cámara. - Traeme una cerveza. -

Señaló a Burke. - Tu. - Hizo una pausa. - Sientate. - Y señaló a Fénix e Illanka. - Buscar algun tipo de palo o barra de hierro y os poneis detrás el Señor Burke. Si le parece graciosa la muerte de mi tripulación, le rompeis dicho objeto en la cabeza. -

-Eso está hecho jefe!- Dijo Fénix mientras desenroscaba una barra de metal de la cama. Acto seguido se puso entre Burke y la puerta, ese capullo no iba a marchar de allí.

Cuanto tiempo que llevaba esperando que alguien me ordenase arrear a un capullo de la compañía!

Fénix ya llevaba años acumulando odio contra la compañía, pero este ultimo “incidente” había sobrepasado todos los limites.

Las puertas se abrieron y entro un hombre de uno ochenta y una enorme musculatura con bastantes cicatrices en la cabeza. Llevaba una taza de humeante café a juzgar por el olor. También tenia un enorme revolver en una funda.

Joder. Vosotros si que sabéis empezar con buen pie. Soy el Capitán Quaritch. Por que no dices a tus amigos que dejen esa barra en el suelo y no en la cabeza del trajeado.

Y dio un sorbo a su taza de café.  

Miro a Fenix que estaba junto a la puerta.

Hijo aparta. Unos metros . En el cuerpo de Marines nos ponemos un poco tensos si tenemos a un tío con una barra enorme al lado.

Bien por que no nos calmamos un poco antes de ir al siguiente nivel. Podéis reventarle la cabeza al trajeado. Se encogió de hombros. Pero por experiencia se que eso es una putada. Mucho papeleo y haria que os pudrierais otros setenta años en en el Fury 161. Una cárcel para maricones piojosos. Y vosotros no tenéis pinta de maricones. Y algo me dice que habéis salido de una muy jodida como para querer acabar con el culo como un bebedero de patos...

Trae unas cervezas y una botella de Bourbon. Comento y al poco de detrás de la puerta escuchasteis unos botas alejarse.

- Capitán Quaritch. - Se giró hacia él. Debe ser que en los años que había estado fuera de circulación a alguien le había parecido guay poner de moda nombre propios de pokemons. Quarich, Burke, Chappel... ¿Pero que coño había pasado en estos años, durante su ausencia? ¿Una fiebre pasajera donde un montón de hijos de puta se enganchaban los deditos jugando a un juego de tirar pelotitas a perros deformes?

- Fénix. - Movió la mano indicandole que le dejara un espacio al capitán... no sea que se ponga nervioso y allí acaben Burke y el capitán como cadáveres. Por que explicar lo de Burke es fácil... explicar dos cadáveres sería más complicado. Eso sí, le indicó que no soltara la barra de hierro. - Veo que empezamos a hablar el mismo idioma. Pero dejaremos en el tintero aun que hacemos con tu amigo el chupatintas. Por ahora que se esté tranquilito y quietecito. Ahora hablemos de verdad. ¿Dónde coño estamos y que hacemos aquí? -

Poco a poco fui recuperandome, y llegue a sonreir al ver que Price volvia a coger las riendas de toda aquella situacion, marcando sus normas, como solia ser costumbre en el.

Y, cuando dio la orden de no alejarse de aquel tipo, me puse en pie, buscando el primer objeto contundente que se me puso a tiro, por si a nuestro nuevo amiguito le daba por ponerse imbecil.

Pero no hubo lugar para aquello. Pronto entro otro tipo, uno que, desde luego, me gusto mucho mas que nuestro colega el burocrata. Al menos parecia que hablabamos el mismo idioma. Que se acercaba a saber por qué podriamos haber pasado, o como podiamos llegar a sentirnos. Y que, desde luego, hablo de cervezas y bourbon algo que hizo que inmediatamente no solo sonriera ligeramente, casi imperceptible, sino que ademas me impulso a alzar un dedo, interrumpiendole.

-Yo prreferrirria vodka, porr favorr. Me parrecerria ofensivo beberr otrra cosa despues de tanto tiempo. Y sigarrretes. Segurro que debe haberr alguno porr aqui. Me harria muy feliz con un paquete. Y eso siemprre es algo bueno. - dije, alzando ambas cejas, con una expresion que dejaba claro que una Illanka feliz era una Illanka que daba menos problemas.

Y entonces, aguarde, mientras daba a mi cuerpo el tiempo necesario para volver a ser el mismo, con la vista fija en los alli presentes, alternando de uno a otro. Al menos parecia que la cosa pintaba mejor con aquel tipo...  Quizas, despues de todo, no todo estaba perdido.

Entonces apareció un capitán de los jodidos marines. Fénix no tenía intención de apartarse, pero John se lo pidió con un par de gestos. Así que el piloto se aparto y relajo la mano, pero sin dejar la barra. Y sin dejar de mirar al jodido chupatintas de la jodida compañía.

Empezó a escuchar al militar hablar, hasta que escucho

Una cárcel para maricones piojosos. Y vosotros no tenéis pinta de maricones...

Un flash le vino a la cabeza, él y Price, besándose. A Fénix se le erizo el bello y miro de reojo al capitán.

Sabrán algo los de la compañía? No puede ser, era un secreto...

Entonces se dio cuenta de que John le miró extrañado y Fénix le sonrió nervioso, intentando disimular, aunque muy mal. Cerro los puños mientras se fregaba las manos en los pantalones, e instintivamente acompaño la risa con un guiñó de ojo. ¿Qué?¿Qué haces guiñando un ojo Fénix? Entonces rápidamente negó con la cabeza, con una sonrisa nerviosa. Encima, el Capitán Quaritch le miró.

-Amo a Kendra sabe? me gustan las mujeres!!

Ya no sabía donde mirar, hasta que el comentario de Illanka le devolvió a la realidad.

Si joder, un cigarrillo. Quien diría que iba a echar de menos ese veneno ruso. Quizá incluso tuvieran cualquier otro tabaco mejor que el de la madre patria!

El Capitán se relajo cuando pareció que vuestras ansias homicidas habían bajado considerablemente.

Estamos en la estación de paso. Una enorme estación en la orbita de la tierra. Que como su nombre indica sirve de transito de entrada y salida de la tierra.

Imagino que no la reconozcan por que solo tiene diez años. Y por lo que he oído vosotros os habéis perdido cincuenta y siete ediciones o mas de mira quien baila…

Se sentó en una silla. Con el respaldo hacia delante y apoyando los brazos en el mismo.

Miro a la rusa.

Y por que no. Un poco de Vodka para la señora. Y un paquete de cigarrillos. Es un hospital pero que cojones. El dejar de ser un polo de carne bien merece que nos saltemos las normas.

Entonces miro a Fenix cuando proclamo que le gustaba Kendra.

Bien por ti chico. Bien por ti.

Estáis aquí. Por que después de vuestro viaje os hacia falta un hospital. De hecho al casanova este. Comento mirando a Fenix. Le han remendado de cojones. No se que ostias hicisteis pero estabais peor que un bar de permisos en fin de semana.

Supongo que el trajeado. Os estaba explicando la situación cuando os habéis puesto un poco nerviosillos…

Y entraron dos marines armados dejando en la sala lo que habíais pedido y marchándose después.