Partida Rol por web

La nave Calamar se suelta con un leve quejido metalico de los arneses de sujeccion que la mantenian aferrada a la Ballein para precipitarse por el espacio en una caida libre.

Mientras la gran nave Marine se mantiene en la orbita todos vosotros sois sacudidos por el fuerte descenso sobre la superficie planetaria.

Nash se mantiene a los mandos en la cabina mientras que Menel se sienta junto a el en el sillon que controla el radar, comunicaciones y casco de la nave media. De repente unos pitidos y unas comunicaciones empiezan a ser vomitadas por la ingente cantidad de computadoras de la cabina... nada raro, condiciones atmosfericas, temperatura del casco, distancia e inclinacion, objetivo y demas parafernalia tecnica de cualquier descenso como este.

Menel comienza a trazar las coordenadas de aterrizaje en la pista de la base colono y abre las comunicaciones para que, cuando la nave penetre en el planeta, podais abrir un canal entre su torre de comunicaciones y la nave.

Mientras Nash lucha con los mandos para mantener el descenso suavemente con la panza de la Calamar absorviendo el mayor calentamiento... no parece complicado...

El descenso hace que sintais una fuerte compresion en el estomago tal y como tantas otras veces habeis sufrido. Tras la "caida" inicial la nave se estabiliza y Nash, el piloto, parece controlarla lo suficiente para que entreis en la atmosfera planetaria sin ningun percance aunque parece que lo mas dificil aun esta por llegar...

De nuevo en el rodeo Digo mientras reviso frenéticamente los controles, con esa obsesión de la que nunca pude deshacerme. Ok amigo, hagamos esto bien, que salga lo mejor posible.

EMpieza el desecenso algo que a la mayoria desagrada pero a mi me gusta mucho.

YEEEEEEEEEEEEEEEEEEPAAAAAAAAAAAAA

Grito emocionado

Aaaaaaaaaaahhhhhh mientras aprieto mis dientes, no me gusta para nada todo esto! Haber, bajemos a tierra! digo a la vez que me sostengo con fuerza de mi puesto.

La aceleración nos hunde a todos en nuestros asientos. Pienso por un segundo en Darius, pero ahora debo concentrarme en mi tarea. La nave vibra mientras lucha con la atmósfera tratando de abrirse paso. El suelo rocoso parece acercarse y con un vistazo, localizo los repulsores para que cuando llegue el momento activarlos. Estoy a la espera de que nos llegue cualquier señal de la colonia.

- Seguimos sin recibir nada Socio? - Digo con la voz temblorosa producida por las sacudidas de la Calamar

Los marines se debaten entre la emoción y el miedo, como los demás. Al fin y al cabo todos somos humanos. Pero pronto pasará, los descensos son bastante rápidos.

- Cómo va la temperatura del casco? Aún nada? Pero dónde están los malditos colonos? -

Oigo las palabras de todos.
Me gustaría resolver al menos la duda de Nash... pero mis problemas son ciertamente acuciantes.
Que se lo digan a mi estómago, que aún mantiene la compostura con orgullo, pero no demasiado.
Aparte de eso, el esfuerzo físico de intentar permanecer sin botar demasiado en el pequeño compartimento mientras las fuerzas de descenso me aplastan contra sus paredes resulta extenuante.

Las sacudidas de la Calamar hacen que vuestros cuerpos se retuerzan y sintais como si vuestros intestinos deseasen escapar por la boca en busca de un lugar mas tranquilo. Para los menos acostumbrados a los descensos orbitales esto es todo una odisea de autocontrol mientras que para otros no parece ser mas que un juego.

Mientras, en la cabina de control Nash parece controlar la situacion con normalidad luchando con los mandos de la aeronave para mantener el calentamiento bajo el morro y un descenso menos movido mientas que Menel prosigue su tarea de intentar estabilizar los computadores y la informacion que aun parece sufrir los daños internos de la energizacion de la Ballein.

Interferencias, chispas y pitidos no hacen mas que provocar la ira del copiloto mercenario mientras presiona botones y palancas sin cesar intentando controlar el calentamiento del casco, abrir comunicaciones con la base colono y establecer la ruta hacia la baliza de aterrizaje que aun parece no aparecer.

Darius, por el contrario, se aferra al camastro del camarote interno de la nave intentando no pensar en las turbulencias y que sus organos internos no cedan a la presion.

De repente unos pitidos alertan a los pilotos mercenarios de que la Calamar a traspasado la atmosfera y las nubes cubren toda la ventana exterior reforzada. Parece ser que las nubes, turbulencias y mal tiempo hace mas dificil el descenso haciendo que los sensores de la Calamar os alerten de la posibilidad de colisionar contra las motañas picudas y poco erosionadas del planeta...

Nash mantiene la estabilidad de la nave a duras penas pero aun no parece recibirse señal alguna de las comunicaciones o de la baliza de posicion de la colonia lo que os hace dar palos de ciego con la nave y poner aun mas e peligro vuestro aterrizaje...

- Apaga la alarma de colisión, me está poniendo de los nervios. Menel Socio voy a necesitar esas coordenadas ya. Esto se pone un tanto feo y no quiero comer roca -

Comento sin que mi voz sobrepase el ruido del metal recalentado, con el fin de que mis pasajeros no se inquieten. Los bandazos de la turbulenta atmósfera colona hacen que la nave se desplaze brúscamente en cualquier dirección. Compensarla es una tarea que me exige toda mi concentración.

- Activa la luces y el tren de aterrizaje, debemos ver dónde vamos a poner los pies. Si no dan señales lo haremos a nuestra manera, Activa el telémetro y vete diciendo a qué altura estamos - Esta vez nos la vamos a dar

Vamos Nash! Cuando te he fallado?... Bah, salvo aquella ves en epsilon8, pero bueno, estaba borracho, era de esperar digo mientras río nerviosamente. Esto por aqui, y esto así, si, si, no, si... Bueno, las condiciones estan dadas, estimaría que recibiremos la comunicación en prontitud... o sino...... grito a Nash mientras me seco el sudor de la frente.

- Lo de Epsilon8 fue para incluirlo en el cuaderno de vitácora! Y vosotros cómo vais?, que os habéis quedado callados -

Digo sin mirar atrás a los soldados.

Yo feliz deberiamos de hacer esto ma seguido aunque a mis compañeros no les guste tanto jajajaja

Las nubes comienzan a agitar la aeronave cuando el ruido de los computadores de descenso se detienen ante la correcion de Menel. Al instante sus dedos comienzan a volar por la serie de monitores, computadoras y pestañas de la cabina hasta que recibe una trasmision mas nitida por las comunicaciones aislando el sonido de fondo de la tormenta que se cierne sobre la colonia.

- Aqui... fsssss... permiso de aterrizaje en ... fsssss... 327.... fsssss... bienvenidos....

Uno de los monitores en frente de Nash destaca ahora la señal de la baliza de las pistas en la colonia, cerca del generador atmosferico que ha terraformado esta parte del planeta.

Segun os vais acercando veis cada vez mas cerca la colonia minera y los edificios que la componen...

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- Si teneis algun problema en cabina solo teneis que decirlo.

Carraspeo serena dado que llevo demasiados descensos como para que me pasen factura. Me estiro y desperezo a sabiendas que, por las comunicaciones que hemos oido, estamos llegando a nuestro destino aunque, algo me dice que no vamos a poder pasear demasiado por el exterior.

A mi no me da nada de gracia esta bajada... digo sujetandome con fuerza ante tanto movimiento, me hubiera quedado con el Sargento... prefiero sus regaños a tener que pasar de nuevo por esto. Pienso aun aferrado al asiento.

Y ya podremos aterrizar? digo con voz temblorosa.

La tensión en la cabina poco a poco desaparece, todo está dado para que sea un aterrizaje limpio. Miro detenidamente el monitor y analizó las indicaciones que mi compañero deberá recibir para tocar pista sin mayores problemas, al mismo tiempo que le doy la confirmación de vectores, ángulos y demás cosas habituales en estos casos.
Ja! Parece que el calamarcito saldrá otra vez ileso! A veces creo que esta nave tiene una estrella aparte... Digo cariñosamente mientras golpeo suavemente la parte superior del monitor. Bueno amigo, he cumplido mi trabajo en esto, ahora es turno de que metas a esta preciosura sobre las líneas de la pista...
Nunca, nunca, pero nunca voy a cansarme de esto... pienso mientras algo parecido a la nostalgia me arrebata de la cabina por unas fracciones de segundo.

- ¿Me moría de ganas de esto?- hmmmfffggg glurrrgggg - Supongo que cuando me acostumbre será incluso entretenido, aunque prefiero los trances de hibernación. - gluuurrrggg, mueca de sufrimiento - Quédate quieto y deja de retorcerte por dentro, no voy a consentir quedar en inferioridad delante de estos marines. ¡Mi estómago!- Comienzo unos vanos intentos de ejercicios respiratorios, pero la vibración de la nave todavía me impide concentrarme como para relajarme. Bastante es no haberlo echado todo ya.

La Calamar comienza a descender suavemente sobre la pista de aterrizaje. Nash y Menel parecen atentos a todo lo que pueda suceder en tan accidentado viaje y os fijais en que la torre de control de comunicaciones y de la pista con la baliza se encuentra vigilante sin que podais distinguir a nadie en ella.

De repente una rafaga de fuerte viento hace que la nave se bambolee y desequilibre pero Nash logra controlarla a tiempo para que esta no choque de lateral contra el suelo y su tren de aterrizaje se afiance en el suelo.

Parece que en el exterior la lluvia es muy intensa y el viento alcanza los ochenta kilometros por hora lo que dificulta que nadie se encuentre en el exterior dado que, unido a la grava, este viento pueda ser peligroso como comprobais por el sonido contra vuestro casco.

Por un momento todos quedais en silencio, en quietud y parece que nadie de la colonia vaya a venir a recibiros hasta que veis acercarse un pequeño trasporte articulado de ruedas hacia la nave.