Partida Rol por web

 Mientras se internan en el bosque, Xerine habla con Faliar

No te alejes mucho, por favor. Necesitaremos palos y troncos para empezar a montar la estructura, así que si puedes echarnos una mano antes de perderte por el bosque... ¿No te importa?

Mira fijamente a Faliar, esperando su respuesta

Le resultó extraña la petición de Xerine; hasta entonces, la muchacha se había mostrado bastante fría, e incluso arrogante. Pero bueno, supuso que aquellas dos mujeres necesitarían un brazo fuerte para levantar un refugio, así que accedió.

- De acuerdo. A fin de cuentas de nada sirve encender una hoguera si no podemos protegerla de la lluvia.

 Sonrió a Faliar, y le guiñó un ojo de forma disimulada

Gracias. No te entretendremos mucho...

Mientras caminaban Aaron le dice a D.

-Será mejor que nos separemos ya, yo iré por allí -Aaron señala a la derecha- a buscar comida, nos reuniremos en breve en el campamento.

Aaron se separa del grupo y comienza a caminar en otra dirección el solo.

Aaron se separa del grupo, se siente muy debil e inutil, tiene pensado buscar alguna forma de volverse mas fuerte.

 Antes de que el grupo se separe, Xerine grita

¡Recordad, en dos horas en la playa!

Luego, comienza a buscar un lugar para el refugio junto a Faliar y Liana

 Avanzo con cuidado en espera de encontrar algo comestible.

 Faliar se quedó viendo como D y Aaron se alejan. Luego se giró hacia las dos mujeres; le intrigaba el por que Liana llevaba la cara cubierta, pero no le pareció el mejor momento para preguntarlo.

- Bueno, ¿por donde empezamos entonces?

A lo lejos, como un eco llevado por el viento, un sonido familiar entra en vuestros oídos. Es un leve rastro, una señal oculta entre los diversos sonidos propios de una isla desierta. Pero ahí esta. Un sonido de campanas, proviene del interior de la isla. Cuanquier otro sonido podría haber llevado a equívoco, pero no una campana. Es un indicio demasiado humano.

Además está sonando. Eso implica, obviamente, que algo o alguien la está haciendo sonar. Puede que esté abandonada y sea el viento, o puede que alguien la esté haciendo sonar.

Pero aparte de cualquier conjetura, la realidad está ahí. Un repiqueteo de campana llega hasta vosotros.

El sonido es difícil de seguir, no es el único que se eschucha y es demasiado leve para intentar concentrarse en él. Es posible seguir su pista, pero tardaríais bastante y os perderíais varias veces antes de dar con la fuente del repiqueteo.

El sonido del repiqueteo es casi molesto en tus oídos, esos sentidos de maestra del subterfugio cumplen sus cometidos. Sería muy sencillo seguir su pista y llegar hasta la fuente. Aunque... pensándolo bien ¿Quién no va a distinguir el sonido de una campana entre tanto ambiente artificial?

Meditativa desde detrás de mi máscara pienso:

-¿Y como se supone que se hace un refugio? Bueno, supongo que algo podrá hacerse, y si no, siempre se puede dormir a la intemperie o buscar una cueva.

Cuando todos parecen haber decidido lo que van a hacer, me levanto, cojo mis cosas y sigo a Xerine en busca de un lugar apropiado para empezar a construir. En ese momento, Faliar hizo la pregunta del millón, ¿Por dónde empezar a buscar? Al no tener ni idea, espero la respuesta de Xerine

Tras haberme mantenido en silencio un buen rato en la playa, me levanto, cojo mis cosas y sigo en silencio a Xerine y Faliar

 Justo entonces, Xerine se queda quieta, y abre los ojos como platos

¡Esperad! Grita a D y a Aaron, que ya están a varios metros, a punto de perderse entre la maleza ¡Venid un momento!

Una vez reunidos de nuevo, vuelve a escucharlo

¿Lo habéis oído? ¿O he sido solo yo?

Lo escucha por tercera vez. Aunque por la mirada de sus compañeros, parece que no saben muy bien de que está hablando. Les mira a todos mientras su expresión se vuelve más seria

Estoy segura. Son campanas Mira hacia el horizonte Y creo que sé de donde vienen

Las campanas eran símbolo de civilización. Y la civilización significaba el fin de sus problemas. Podrían resguardarse bajo techo, podrían saber donde estaban, y, lo más importante, podrían regresar a sus hogares. Ya no eran naúfragos perdidos en un lugar dejado de la mano de Dios ¿Iba a ser tan fácil?