Partida Rol por web

Conrad había estado escuchando, pensativo, analizando cada gramo de información que pudiera sacar de aquella conversación aparentemente ajena a él. Mientras Quint y Faliar discutían sobre si ir o no a Ark, y Julius limpiaba al joven recién resucitado, el cartógrafo fue retrocediendo, silenciosamente y sin llamar la antención, hasta el estante, donde volvió a colocar la botella roja justo donde estaba antes. Y allí permaneció, escuchando. Quint parecía decidido a recurrir a alguien que causaba temor en el resto. Habló de que debía darse prisa, antes de que destruyesen todo lo que había en Ark. "¿estás hablando de la Inquisición?" Preguntó Faliar. Y Conrad no pudo seguir manteniéndose al margen. Sus ojos se abrieron en señal de alarma. ¿La inquisición? No le pondrían ni un dedo encima a Niobe.

En aquel momento entraban en la estancia la chica embarazada y la joven a la que había ayudado en la fiesta. Pero no le importó la delicadeza, ni los modales que se le enseñaron en Chaville. Conrad sabía bien que todas aquellas chorradas sólo existían y eran prácticas en el acrisolado mundo de los nobles y burgueses. De modo que, con las últimas palabras de Faliar, abrió mucho los ojos, cambió su expresión, de la de paciente desinterés a la de la más pura urgencia, y se acercó a la mesa.

- ¡¡Tú no vas a avisar a nadie para que borre nada que haya en esa ciudad!! ¡¿Crees que tu amigo es el único que debe ser rescatado de ese maldito lugar?! ¡Mi hija está allí, esa condesa infernal la tiene prisionera, y nadie va a borrar nada de la existencia si mi hija está cerca!

No esperó ninguna respuesta del resucitado. Sólo le había hecho una advertencia. Pero sentía cómo todo lo que había pensado sobre el muchacho tras verle morir, se rompía en añicos, como una vidriera tan hermosa, que solo pudiera haber sido falsa.

Ya sin gritar, pero sí en voz imperativa, se volvió a Julius.

- ¿Cómo funciona esa magia que debes hacer para que pasemos? ¿tiene límites de tiempo? ¿A cuánto estamos de Karlsrude, y en qué dirección está? Y, por cierto ¿te llevaste también mi estoque?La expresión de Conrad, junto con la velocidad y tono de sus palabras, exigían una respuesta inmediata para cada una de sus preguntas. Conrad tenía prisa, y ya había perdido suficiente tiempo.

Faliar asintió a las palabras de Conrad; estaba totalmente de acuerdo con él, aunque por razones diferentes. Quint no había confirmado nada, pero para él estaba muy claro, y no pensaba dejar que Quint metiese a la Inquisición en ese asunto. Ya era lo suficientemente turbio de por si, como para encima tener a esos fanáticos detrás.

No esperó a que respondiese

- Y yo también tengo asuntos pendientes en Ark, Quint. No los metas en esto, no hasta que todos hagamos lo que tenemos que hacer allí. No eres el único que tiene algo importante en aquella ciudad. Y dado que si queremos tener algo de éxito deberíamos permanecer juntos, sugiero que te lo pienses bien

Luego le cogió la mano a Cath, la miró unos segundos, y puso su otra mano sobre el hombro de Nahia

- Y como ya has visto, vamos a ir todos

Queramos o no

Beatrice se separó de la pared y dio unos pasos para entrar en el círculo en el que estaban todos. Aunque parecía tranquila y segura, su tono era tan frío como siempre

¿No lo veis? No es cuestión de gustos. Es como aquella vez Miró a Faliar, como si pensara que el guerrero era el que mejor iba a entender sus palabras Hay alguien jugando con nosotros. ¿O no os parece suficiente coincidencia que todos queramos ir al mismo lugar, que nos reuniéramos en la misma fiesta buscando a la misma persona? No, no hay nada parecido a la suerte en algo como esto

Se giró hacia Nahia, luego hacia Catherine

Y apuesto un dedo a que ella tiene algo que ver

Por su tono se dejaba intuir claramente a quién se refería. Ni Conrad ni Julius sabrían quién era, pero eso poco parecía importarle. Sin más dilación, se encaró hacia Quint, esta vez con una mirada algo más dura

Puedes llamar a los perros de la iglesia si quieres, pero no harás más que traer problemas,  y algo dentro de ti lo sabe, por mucho que te niegues a verlo. No lo entiendes: Quién nos haya reunido aquí (porque, no te quepa duda, alguien nos ha reunido aquí) tenía esto previsto desde hace tiempo. Si nos separamos volverán a juntarnos, en el mejor de los casos. Negarlo es negar nuestro propio pasado

Parecía mentira que Xerine estuviera proponiendo el trabajar como un grupo. Pero lo estaba haciendo

Hay algo que tenemos que hacer o descubrir para que todo esto acabe. Podemos intentar salirnos por la tangente, pero no a ciegas. Si hay alguien jugando con nosotros, adaptémonos a sus reglas... Hasta que sepamos como romperlas

Julius miró a Conrad mientras esperaba una respuesta de su amigo. La insistencia del noble le hizo contestarle a él antes de conocer la respuesta de Quint.

-No cuesta mucho, será solo unos minutos desde que comience la invocación. Es... algo así como ligar vuestra alma al lugar al que queréis ir, de ese modo, la barrera mágica que rodea Ark no os detectará como enemigos y podréis pasar.

-En cuanto a la duración, no lo sé... pero creo que será conveniente que os deis prisa, si Erzebet ya no necesita de mi "ayuda" no tardará en modificar la protección de la ciudad. Esperemos que pase por alto ese hecho durante un tiempo.

En cuanto a tu estoque sí, está aquí, lo tengo guardado.

Nathaniel puso cara de asco. Aquello no le gustaba, era demasiado bucólico, con los animales rondando a sus anchas por un mar de árboles y arbustos. Aquel lugar invitaba al reposo y al descanso...detestable.

Cuando estuvo a una distancia prudencial de la casa se lanzó a sí mismo mentira, cuidando de ocultar todo lo posible sus poderes. Lo último que quería era que alguien se diese cuenta de que Aaron estaba trapicheando con magia, aunque no le costaría mucho hacer pasar el hechizo por una invocación tendría que dar demasiadas explicaciones sobre por qué había invocado a un arcano en mitad del bosque.

Respiró por la nariz y soltó el aire por la boca un par de veces y se dispuso a volver a la casa. Todavía tenía pendiente el asunto de Faliar.

- Bien, pues, si no te importa, devuélvemelo. No es que no agradezca que me salvaras la vida, pero si, como dices, se nos agota el tiempo, debo pasar por Kalsrude para recoger a François y algunas cosas que necesitaré. Y luego, si me ayudas con ese hechizo a entrar en Ark, estaré en deuda contigo, más aún. Pero debo partir ya, ¿hacia dónde está Kalsrude?¿está muy lejos?

-Varios días a caballo, dirección oeste. No estamos exáctamente cerca de la ciudad. Además, eso supondría demasiado tiempo, las defensas de Ark no tardarán tanto en reforzarse, o al menos eso creo. El tiempo es vital. Tu estoque puedo dártelo, pero no te recomiendo volver a Karlrude.

Hizo una pequeña pausa.

-Además, supongo que os estarán buscando. Mira precísamente los invitados a la fiesta y analiza qué cuerpos no estaba allí. Añade un par de cuerpos mutilados por el suelo, y un cuerpo con heridas mucho más complejas que una simple amputación.

La ecuación es sencilla.-Dijo con sarcasmo.

- Hm -Conrad parecía contrariado- ...¿puedes hacerle llegar una carta a François? Mirará de vez en cuando el correo que llegue a mi nombre al hotel, y tal vez nos pueda alcanzar de camino. Cuenta con mi carruaje, y de paso podría traerme mis cosas. Para sequir mi travesía, necesito mis mapas y mis libros, el trabajo de mi vida. Aunque lo primero es rescatar a Niobe, obviamente, pero en la suite también dejé mi arma de verdad. El estoque que tienes sólo es para emergencias, Y necesito mi estoque para poder rescatarla.

-No es tan fácil como creéis... Ellos ya están aquí.

Quint dejó caer la contestación para cortar la discusión que habían empezado Conrad y Julius.

-Esta es la última vez que os lo advertiré: Dad media vuelta y volver a vuestros hogares. Tanto si escribo la carta como si no, he fracasado al usar mis habilidades en la fiesta y ser reconocido por vosotros. En cuanto lo sucedido en la fiesta llegue a sus oídos, y como mi Maestra no haya recibido noticias mías para entonces, no habrá nadie que se opnoga a una "intervención" directa.

El chico soltó un suspiro triste.

-Y no hace falta que os diga lo que eso significaría, ¿verdad?

Que entonces sí que habría fallado en mi misión. Y que el trato quedaría roto.

Estamos metidos en una jauría de perros, pues. Pero estamos juntos, Quint. Puedes aceptarlo con filosofía y razonar con ello, o ponerte dos paneles a los lados de la cara y seguir andando hacia delante cual burro obediente. Veo que la muerte no cambia la cabezonería

Su expresión se suavizó un poco, a pesar de sus duras palabras

Y tranquilo: no eres el único que va a traer amigos a la fiesta

-Quint. Ni se te ocurra llamarlos a ellos.-La expresión de Julius se endureció, volvía a reconocer a su amigo en ese chico, tan divertido en ocasiones y tan difícil de aguantar en otras.-Y esta vez, es un favor personal.

-Yo... bueno, mis viajes no han sido fáciles y no es la primera vez que me los encuentro. Digamos... que si empiezan a tirar de la manga y llegan hasta mí, no creo que sean indulgentes.

La expresión de Faliar se endurecía por momentos

- ¿Y donde NO están, Quint? Vaya a donde vaya tengo que medir con cuidado que hago o digo, si no quiero acabar con un Legislador bajo el cuello. Los que practicamos magia asumimos ese riesgo, pero una cosa es que tu creas que pueden hacer acto de presencia, y otra muy distinta es que tu les avises para que vengan. Danos unos pocos días, los suficientes para ir a la ciudad y que cada uno hagamos lo que tenemos que hacer, y luego envía la carta si quieres. Pero por favor, es importante para mi, al igual que para ti es importante sacar de allí a Selten, o para Conrad rescatar a su hija. 

Hizo una pausa mientras consideraba una posibilidad

- ¿Y no podrías mandar una carta diciéndoles que lo tienes todo controlado pero necesitas más margen de tiempo? No sé, algo que los mantenga en guardia pero que no nos los eche encima. Podrías decirles que si en una semana no has vuelto a escribir, que actúen.

No, Faliar Beatrice se acercó al guerrero y negó con la cabeza El quid de la cuestión no está en ir allí y ocuparnos de nuestros "recados". Está claro que todos tenemos cosas importantes que hacer, y yo la primera... Pero hay algo más gordo detrás de esto. Algo que debemos de esclarecer antes de que sea demasiado tarde. Algo que nos pone en peligro... A todos

Sus ojos volaron durante una décima de segundo hasta Catherine. Xerine siempre había sido una maestra del disimulo y la comunicación no verbal, y el gesto pasó desapercibido para todos excepto para el destinatario que ella buscaba: Faliar. El mensaje, por otro lado, debería de ser interpretado por este de forma subjetiva

El gesto de Xerine no le pasó desapercibido; ¿se refería a él? ¿Quizás supiese algo de su pasado que él no supiera?

¿O era Catherine el objetivo de su comentario?

No lo había mencionado en ningún momento, ni siquiera a ella. Pero había algo que en esos tres años había olvidado, y que había vuelto a recordar recientemente: la profecía que Seline hizo a Catherine.

Esa era otra de las razones que tenía para querer alejar a Catherine de aquella ciudad.

Faliar asintió, aunque había una doble intención en su gesto

- Esta claro que no es casualidad. De hecho, es más que probable que nuestros objetivos individuales estén entrelazados entre si, de alguna forma. 

Aaron volvió a entrar en casa y bajó las escaleras en ese momento. Todo el mundo estaba tenso, y Quint era el centro de las miradas. Hasta Julius lo miraba con desconcierto. Faliar mantenía la mirada fija en él y Conrad parecía especialmente enfadado.

El ambiente era tan tenso que se podía cortar con una cuchara.

Aaron descolgó la mandíbula un segundo, preguntándose que había pasado allí, pero en seguida volvió a tensar los músculos y a mantenerse alerta.

-Umm, Faliar, me gustaría hablar contigo, ¿Sería posible?

El chico esperó la respuesta del hombre en silencio.

Faliar se giró hacia Aaron e hizo un gesto afirmativo. Tenía ganas de hablar con él, para ver que le había ocurrido

- Espera un momento; terminamos de discutir una cosa y cuando quieras

Y te interesa. Así que yo que tú no me iría muy lejos