- ¿pero qué hay de todo aquello del destino y la tangente? parecíais los dos saber de qué hablabais, pero no os he podido seguir.
- Digamos que cuando nos juntamos, no es solo por casualidad. Ya estuvimos todos juntos una vez y... bueno, no te lo creerías...
El cartógrafo se cruzó de brazos, con el ceño aún fruncido.
- Prueba -pero nada más decirlo, pareció pensárselo- o mejor, me lo podéis contar por el camino. Seguro que es una larga historia. Pero me encantan las historias. No en vano soy cronista.
Volvió a mirar a Julius, que seguía teniendo un aspecto poco saludable.
- Está bien. Así mataremos el rato durante el viaje.
Conrad asintió ante el comentario de Faliar. Después desvió su mirada hacia Catherine. Concretamente al vientre de ésta.
- Pero no me parece buena idea que ella venga con nosotros, principalmente dado su estado. Tal vez debería quedarse con Julius, y ayudarle a recuperarse.
Catherine suspiró y miró al techo de la habitación. Para luego cambiar su gesto por un pequeño ápice de enfado y pasar al lado de Faliar y Conrad, subiendo ella también las escaleras.
-Dejadme en paz. Yo voy la primera. Si venís u os quedáis, es cosa vuestra.
De nuevo, siguió con la mirada como esta vez era la encinta la que se marchaba enojada de la estancia. Negó para sí mismo.
- No quiero entrometerme, pero creo que es una grave imprudencia. Es responsable no sólo de su propia vida, sino también de la vida que está gestando en su interior. Podrían surgir complicaciones que resultaran fatales.
Faliar suspiró y negó con la cabeza
- Ella ha decidido venir, Conrad. Yo soy su esposo, y si no he conseguido que cambie de opinión, no hay nada más que discutir.
Salió detrás de Cath, intentando tranquilizarla un poco
Quint observó el desarrollo de la escena desde al lado de Julius, y no pudo contener una sonrisa por los recuerdos que le traía: el desmayo de Faliar, la reacción de Xerine, o Alice, la cabezonería de Cath, ...
Parece que fue todo hace siglos... ¿Pero qué pinta él aquí? -Pensó refiriéndose a Pierre.-Él no estuvo en Córvinus. ¿Puede que todo esto sea obra de Seline y ella lo haya traído para ayudarnos?
-Entonces nos vamos todos, como en los viejos tiempos. Pero antes, Julius y Pierre, quiero que me contestéis a una pregunta. ¿Conocéis a una mujer llamada Seline?
Faliar alcanzó a Cath antes de que saliese al exterior.
- Tranquila cariño; ya has dejado claro que quieres venir, y yo al menos no voy a insistir más. No hagas caso de lo que diga ese tipo
Sin embargo, no era ese el motivo que le había llevado a seguirla para quedarse a solas. Había algo más que le quería decir, pero no sabía como hacerlo.
-Eso espero.
Cambió un poco su expresión, después del pequeño cabreo inicial, comenzó a ver las cosas con perspectiva.
-Ya sé que lo hacéis por mi bien, que sabéis que yo en mi estado no debería estar allí. Pero creo, sinceramente, que es más peligroso que me quede descolgada que el hecho de acompañaros. Primero de todo, mira donde estamos, ¿Qué haría si me quedo aquí y todos os vais?¿Como volvería a casa?
-Segundo, sabes muy bien que no estamos aquí por casualidad y ya lo ha dicho Xerine... el destino nos ha traído aquí, tratar de contrariarlo podría ser malo. Donde he dicho destino por Seline, o quien quieras pero sé que mi lugar está aquí.
Mantuvo un momento de silencio, y miró a Faliar a los ojos.
-Yo también he tenido sueños Fa, momentos en los que pensaba que estaba en otro lugar. Y sé- se acarició el vientre- que tengo que estar aquí. He oido un nombre, Elbrus. No sé qué es pero sé que tiene algo que ver conmigo. Algo que ver con... nosotros.
¿Sueños?
Catherine no le había hablado nunca de ellos, pero teniendo en cuenta lo parecidos que eran, el extraña aura que ambos irradiaban, no le resultaba extraño.
Abrazó a su esposa y asintió
- Entonces iremos, y trataremos de dar sentido a nuestros sueños, juntos.
-No, ni siquera me suena el nombre.
Y... Conrad, la verdad es que no me encuentro bien. Pero, sea lo que sea, no espero que dure mucho, estaré bien dentro de unas horas. Sólo necesito descanso.
Catherine asintió, y con un beso se fundió con los labios de su marido. Por fin dejaban de cuestionar sus decisiones. Ella quería ir, tenía que ir y era por algo más que por acompañar a su marido. Al parecer, todos tenían motivos para estar allí, Cath no iba a ser menos.
En cuanto postee Conrad a una pregunta por abajo, finiquito la escena, así que si quieres pon un post final... o algo así. Sabes a lo que me refiero, no?
En aquel momento se dio cuenta de que realmente no quería que Catherine se quedase al margen. Temía por su seguridad, si, pero estar con Cath cerca le aportaba confianza; se sentía más decidido, las dudas y miedos se disipaban, y creía que era capaz de cualquier cosa mientras ella estuviese a su lado. Principalmente, porque sentía que Cath era la única persona con la que podía ser totalmente sincero, sin miedo al rechazo por muy extraño u oscuro que fuese lo que tenía que contarle
Tengo cierta conversación pendiente con ella, pero ya la haremos en otra ocasión :p
- ¿Seguro? -el cartógrafo dedicó a Julius una mirada de preocupación. Después, se volvió hacia Quint- ¿Seline?...no, no me suena ese nombre, y, por favor, llámame Conrad. Sólo me llaman Pierre mis familiares y amigos más íntimos. Además, aquí, en Moth, estamos muy lejos de que un nombre Chavillnense pueda resultar útil.
Aaron salió lentamente de la sala, ni se sentía especialmente a gusto entre desconocidos ni creía que le fueran a echar en falta. Sólo dedicó una breve mirada a Julius para asegurarse de que, efectivamente, estaba bien. Después les dejó solos.
Nathaniel se aseguró de no dar ninguna muestra de ánimo. Neutro, tal y como el momento le obligaba a ser.
Ark...estaba tan cerca, le llamaba, susurraba su nombre entre el viento y junto con él llegaban dulces promesas de regeneración, por fin volvería a estar completo, como tanto tiempo atrás.
Subió lentamente al piso de arriba, dejando atrás a Julius, al pedante Pierre y si, a Quint, quien debería estar muerto. Daba igual, Nathaniel parecía haber sepultado todas las dudas que podrían haberse generado sobre su pasado y Faliar no parecía sospechar de él. Xerine también había quedado satisfecha con su pequeña charla, pero no debía confiarse, ella si que sabía mentir y no iba a ser tan directa como Faliar o Quint. Si quería jugar al juego tendría que conocer todas las reglas.
Una vez llegó a los dormitorios, vio a Faliar y a Cath abrazados y besándose en medio de la habitación. No estaba solo.
Te edito, Faliar y Cath están ahí.
se aseguró de que no hubiera nadie allí y buscó con la mirada el libro de Aaron y su amada espada. Julius las habría traído, tenía que haberlo hecho, si no, sería otro problema más que añadir a una lista que empezaba a ser demasiado grande.
Aaron apareció en la habitación subiendo las escaleras lentamente. Allí estaban Faliar y Cath, que permanecían abrazados en medio de la habitación. Al parecer, acababan de separarse de un tierno beso.
Escueto y directo. ^^
Aaron subía distraído las escaleras cuando vio a Faliar y Cath besándose. Aguantando el aire, dejó de subir las escaleras y se dio media vuelta con todo el sigilo con el que le fue posible hacerlo.