Partida Rol por web

- ¿Que hay de mí? - Repite Fran, con la boca llena. Traga antes de continuar. - Nada especialmente emocionante, redactando informes, reuniéndome con los empleados... Ya sabes, la parte aburrida de cualquier laboratorio. 

Esto era algo que Undine sabía tanto porque lo había indagada por su cuenta cómo porque Fran se lo había comentado por encima. El laboratorio en el que trabajaba pertenecía a una sección encargada de realizar mejoras del armamento y equipamiento tanto de los solados cómo de los robots de la ciudad. No era algo que a Fran le entusiasmara especialmente, pero de alguna forma había heredado el propio laboratorio después de que su padre se jubilara y por ello se encargaba solamente de asuntos de gestión y reuniones. Por muy aburrido que fuera ese trabajo siempre decía que prefería hacer eso que desarrollar directamente armas.  

- Siempre me he preguntado..- Empieza a decir.- Si no hubieses heredado el negocio de tu padre a qué te hubira gustado dedicarte?- Pregunta curiosa.

- Vaya. - Dice Fran sorprendido, cuando estaba a punto de llevarse otro bocado a la boca. Baja el cubierto. - Esa es una pregunta un tanto inesperada... Y si te soy sincero, nunca le he dado demasiadas vueltas. Desde que estaba en el colegio sabía que iba a acabar trabajando en un laboratorio. - Se encoge de hombros. - Aunque supongo que todos tienen sus fantasías de joventud, a veces quería cantar, otras quería vivir aventuras, otras quería dedicarme a pintar... Pero nunca he llegado a centrarme en nada particular. ¿Tú sabías que querías ser artista? 

- Si. - Dice sin siquiera pensarlo. - Es como si hubiese nacido para esto. Aunque ya desde pequeña fuí dirigida a aprender a tocar, cantar y bailar.- Se encoge un poco. Nunca le había contado a Fran su pasado en el burdel. Siempre había alejado un poco el tema. Aunque quería contártselo. Le había contado que se había peleado con su madre y se había ido de Naldur, y que nunca había tenido padre.

- Pero me gustó siempre, desde el princípio.- Sonríe con una preciosa sonrisa.

- ¿Y por qué elegiste Cele? - Comenta Fran con curiosidad. - Quiero decir, Naldur es un continente repleto de toda clase de artistas, por lo que se... Se que dicen que Cele es el paraíso, pero siendo de allí, estoy seguro que te hubieran tratado bastante bien... - Entonces parece que le da vueltas a sus propias palabras. - Claro que también dijiste que no te llevabas demasiado bien con tu madre, pero eso no creo que sea motivo suficiente. Siempre podrías haber trabajado en otra ciudad. ¿Que te atrajo a esta ciudad?

- Si quieres un día te cuento mi história.- Dice con una sonrisa.
- Siempre he querido que la supieras. Pero es algo delicado. Nada que se pueda contar en un café-restaurante. - Hace una pausa.- Así que tendrás que esperar.- Le sonríe un poco traviesa por dejarle con el mistério.

- ¿Misterios también por tu parte? - Dice Fran, divertido. - ¿Ves? Sin duda estáis hechos el uno para el otro. Supongo que tendré que poner en práctica mi infalible e improvisado método si quiero indagar en tu historia. Pero ya en otra ocasión, si eso. 

Undine se ríe dulcemente.
- No te preocupes, mi querido Lince, no necesitas estratégias conmigo. No quiero tener ningún secreto para ti. Eres mi mejor amigo.- Le sonríe con la más preciosa de las sonrisas.

Fran también sonríe, animado. 

- Y tú la razón por la que puedo sonreír. - Dice con seguridad, en un tono que parecía estar fuera de lugar en aquel momento. - Puedes cambiar este mundo con tu música y tus habilidades, Undine. Estoy convencido de ello. 

Undine se sonroja, conmovida por sus palabras.

- Si sigues así harás que me sonroje.- Se ríe un poco. - Pero gracias, significa mucho para mi.- Le sonríe con dulzura.

-Escucha.- Dice cambiando de tema.- Sabes qué vas a hacer para la fiesta del aniversário? Tienes algún plan? Este año no podré pasarlo contigo...

- No lo se, la verdad. - Dice Fran poniendo una mueca de desanimo. - Ni siquiera se si me apetece dejarme caer por ahí si no es contigo. - Se encoge de hombros y sigue comiendo, pensativo. 

- No te vas a quedar en casa solo y deprimido.- Le advierte casi severa.

- Podrías provar de ir con algúno de tus trabajadores o algún jefe de otra empresa. Quién sabe, quizás encuentras a álguien capaz de hacerte sonreír.- Le dice sonriendo un poco pícara.

Un rastro de dolor pasa por la expresión de Fran durante un instante. Pero parece que lo oculta bien con su sonrisa. 

- Difícil es que lleguen a tu nivel. Y no se si me conviene ir con un trabajador... Sólo se acercan a mi las mujeres y... A no ser que lo que quieran sea un aumento de sueldo, estoy seguro de que tienen otras intenciones. No me apetece que se hagan falsas ilusiones. - Fran no había salido del armario aún oficialmente. 

Undine le miraba con cierto reproche, pero con el paso de los segundos su mirada pasa a ser más afectuosa. - No deberías sufrir más por eso, mi querido Lince. No lo merece. Él mismo lo decidió, fué un estúpido, pero algo así solo demuestra que no te merece. Así que se pudra. - Dice decidida. 

- Estoy segura que esta ciudad está repleta de hombres que podrían quitarte este dolor que llevas en el corazón. - Hace una pausa y le mira con dulzura. - Aunque si no estás listo no te presionaré por ello, pero me duele verte así. Quiero que estés siempre feliz. Como cuando estamos juntos. - Dice con una sonrisa. 

Fran sonríe con cierta amargura. 

- No te preocupes, Blue. Normalmente consigo olvidarme de él, hoy... Me lo he encontrado en el tren. He intentando hablar con él pero no atendía a razones... Ya no es el estar o no enamorado de él, sólo me gustaría poder cerrar ese capítulo de mi vida sin que parezca que tengo un enemigo mortal por ahí suelto. Odio los conflictos... Lo que resulta algo irónico trabajando dónde trabajo. - Se ríe de forma incómoda. 

Undine tuerce un poco los lábios en una mueca de indignación por el trato que decía estar recibiendo Fran.- Pensaba que os llevaváis... con neutralidad. Está enfadado contigo?- Pregunta extrañada.

Fran mira a Undine algo arrepentido, consciente de que había dicho más de lo que quería. 

- N-no quiero deprimirte con los detalles, Blue. - Dice algo nervioso. - Dejemoslo pasar, ¿De acuerdo? - Sonríe. - Al fin y al cabo, hoy es un día de celebración. ¡En la Sala de Eventos! ¡Frente a la alta nobleza! Eso si que es algo digno de lo que hablar. - Se bebe el resto de su bebida de un trago. - ¿Que cantarás? ¿Cómo irás? 

Undine le mira con cierto reproche por el cambio de tema, pero termina dejándolo pasar. No quería incomodarle más.

-Lo dejo pasar por ahora porque no me gusta hacerte sufrir.- Dice aún con cierto reproche.- Pero el día que sepa quien és se va a llevar todo mi odio por hacértelo pasar así de mal.- Dice con un falso enfado para que no se asustase, aunque lo decía en sério.

- Respecto a la fiesta.. Aún no lo se. Me gustaría ofrecer algo especial para esa noche. Pero me acabo de enterar hace menos de dos horas así que aún no he podido pensarlo demasiado.- Sonríe algo lastimosamente.- Pero será magnífico. - Dice con una sonrisa cargada de seguridad.

- Si quieres mi recomendación... - Comenta Fran, ahora más animado. - Diría que cuanto más elegante mejor. Esos nobles pueden ser muy quisquillosos con las formas cuando se lo proponen, es mejor no darle escusas para quejarse sobre nimiedades. 

- Bueno, ya, no iba a ir vestida como una pordiosera.- Se ríe un poco por la obviedad del hecho de tener que ir elegante. Aunque no se ríe como para que resultase ofensivo.

- Me gustaría trabajar yo misma con el diseñador modista para este vestido. Quiero ser la más viva imagen de una ondina para esa actuación. Y que todos queden sorprendidos por ver el vestido, que se mueva como agua cuando baile. - Se lo imaginaba y se veía la emoción en sus ojos.

-Cuando esté listo podríamos ir juntos a buscarlo, qué te parece? - Dice son una dulce sonrisa.- Así almenos podrás verme con él puesto.