Partida Rol por web

Mientras caminas entre las estanterías, intentas encontrar algo de interés entre toda la amalgama de libros pero a pesar de haber títulos de lo más variopintos, ninguno te dice nada. Esta claro que solo alguien versado en las artes arcanas podría encontrar algo de utilidad aquí. Escuchas con atención intentando percibir algún movimiento o voz que os pudiera indicar por donde se encuentra Nostradamus, pero solo te llega el silbido del viento.

Camináis entre los libros sin ver nada interesante y fijos en la idea de encontrar a vuestro compañero desaparecido. De pronto, la sala se sacude violentamente como golpeada por un objeto enorme. Tras asegurar bien vuestros pies en la tierra, os miráis todos intentando entender que ha pasado. Vuestras miradas se giran hacia las pequeñas grietas por las que se filtra el aire y la lluvia. Lo que veis os deja paralizados, los bordes se están helando, como si alguien o algo estuviera aplicando un frio indescriptible en la zona. Apenas tenéis tiempo de agacharos cuando el hielo se detiene y sobreviene un nuevo golpe, esta vez provocando que las rocas estallen en mil pedazos que llueven sobre vosotros. y sobre el agujero recién abierto, el Wyvern lanza un sonoro rugido que inunda toda la sala.

Sus enormes ojos negros os buscan con avidez, moviendo el cuello con violencia hacia todos los lados, al veros ruge nuevamente y prepara una bocanada de aire para escupir. Por fortuna, el agujero no es lo suficientemente grande para que la criatura penetre en la sala

Mortarius dibuja una cálida sonrisa.

-Gracias Nostradamus, sabía que podía contar contigo. Lo cierto es que es una defensa curiosa, me ha hecho unas preguntas raras  y al parecer no le han gustado mis respuestas, por lo que me ha atacado. Intenta hablar tu con ella, tal vez tengas más suerte que yo. No te diré que preguntas son pues la gárgola parece conocer las intenciones de las respuestas, por lo que si te las digo te comprometería. Si eso falla, tal vez entre los dos podamos acabar con ella antes de que nos sea arrebatada la magia por los glifos.-

Agotado por la fatiga, el mago se encorva al tiempo que tose convulsivamente.

-Ve mi querido amigo. Confió en ti.-

muy bien mi maestro, contesto de forma tranquila y acertiva volteo a ver a la gargola a mi maestro y por ultimo regreso la mirada a la gargola y me acerco a ella mientras tanto empiezo a buscar en los abismos de mi mente toda la informacion habida y retenida por mi mente en mis largos años de estudio, podia apostar lo que fuera que encontraria algo que me ayudara en esta situación, aunque analizandola completamente no estaba seguro de poder soportar un combate, estaba muy cansado y herido, y mi maestro en verdad se veia desecho...

al llegar a una distancia prudente dirijo mi voz a la bestia mi nombre es Nostradamus y deseo pasar, dime guardian que devo hacer o que necesitas para que nos permitas continuar, mi cuerpo automaticamente entro en alerta, mis manos se preararon varita y priedra en manos, listos para la accion

Me sitúo lejos del peligro del dragón...

Estando sin carga alguna - Compañeros venid tengo una idea soy el más ágil del grupo miro a Guilles y le sonrío o uno de los más ágiles,  puedo hacer un salto horizontal para cruzar la sala depende de si puedo coger carrerilla y si no hay obstáculos que bloqueen el salto o desplazarme  detrás de la mesa del salón y ponerla a modo de protección. Creo que esa mesa podrá protegerme el tiempo suficiente para que antes que exhale su nuevo aliento os de tiempo a cruzar la sala, o hacer un salto horizontal que provocará su misma reacción dando tiempo a cruzar ¿Qué os parece? 

-Me parece buen plan, pero ten cuidado de no despertarlo antes.

Observo cuidadosamente al compañero en caso de necesitar ayudar.

Mire a mis compañeros, no sabía si lo que proponían era la mejor idea, pero era la única, asique debíamos intentarlo.

- Bien, debemos probar a ver si sale bien. – Saque mi escudo y guarde mi espada, ahora esta me seria de poca utilidad.

Un placer haberos conocidos camaradas por si algo falla , lo digo con una sonrisa que deja ver mis afilados dientes. Ya sabéis moveros en cuanto me escupa el dragón . 

Tras activar el amuleto del miedo. Me desplazo hacia donde están los objetos más próximos que permitan cubrirme totalmente mientras que con una cabriola me cubro del dragón. ¡¡Ven a por mí lagartija con alas ¡¡ jaja¡¡

El Wyvern fija su vista en Regathix en cuanto lo ve aparecer y lanza un sonoro rugido que hace temblar las paredes de piedra. El acechador empieza a correr cuando la bestia lanza su frio aliento contra él. Las estanterías se resquebrajan al recibir el impacto del frio y los libros estallan llenando el lugar de papeles que revolotean unos segundos antes de caer congelados. El monstruo no pierde de vista a su presa a la que sigue no solo con la mirada sino con su aliento de muerte y hielo que aun mantiene encendido.

Regathix apenas tiene unos segundos para agacharse cuando unos tablones de madera salen volando al estallar uno de las estanterías y esconderse tras una enorme mesa de madera. El Dragón vuelve a escupir directamente contra la madera que cruje violentamente pero se mantiene firme.

Al ver como el resto del grupo se pone en movimiento, el Wyvern alza la vista con los ojos llenos de furia.

Durante unos segundos, la estatua permanece completamente inmóvil para de pronto ponerse en movimiento, alzando la lanza por encima de su cabeza y apuntándola hacia Nostradamus. Sin embargo, cuando parece que va a lanzar su ataque, se queda completamente quieta. Una voz nacida de lo profundo de la estatua pero que no provoca ningún movimiento de labios en la criatura inunda la sala.

-¿Por qué quieres llegar hasta el grimorio?-

Tras formular su pregunta, permanece a la espera de la respuesta.

-Vamos, que no se juegue el pellejo en vano. Se interna intentando seguir el plan, atento a los movimientos del Wyvern.

Antes de poder iniciar la carrera, Marcus ve como la estantería que le sirve de parapeto se empieza a derrumbar sobre él. En un vano intento de evitar ser aplastado, salta de su escondite hacia fuera, sin embargo, la estantería le golpea fuertemente en el hombro haciendo que se tropiece sonoramente contra el suelo.

Aprovechando una mesa medio rota que tiene frente a si, Millicent se impulsa desde su escondite dando un gran salto hacia el aire. Cuando llega al suelo, da una voltereta rodando por la fría piedra para terminar parapetada tras una estantería que aun se mantiene firme en la sala.

Me acerque a Marcus cogiéndolo para acercarlo a la cobertura más próxima...

Regathix salta y se abalanza sobre Marcus que aun se encuentra algo atontado por el golpe. El wyvern, que ve moverse su presa, la sigue con la mirada y lanza una oleada de escarcha sobre ellos. El acechador toma a Marcus y tira de él con violencia, apartándolo solo unos instantes antes de que el hielo golpee donde antes se encontraba el guerrero.  La criatura ruge de rabia, al ver que esos diminutos seres se le han vuelto a escapar.

Regathix mira a Marcus quien le confirma que esta bien para ponerse en pie. Ocultos tras la estantería, esta está cristalizada y a punto de romperse por lo que su parapeto no es el más seguro en estos momentos. El acechador se asoma para ver que hace la criatura cuando esta alza la garra y golpea con fuerza la estantería más próxima. Al hacerlo, esta se vuelca sobre la siguiente y esta sobre la que tiene delante, creando un efecto dominó sobre las estanterías que terminan en donde se encuentran escondidos los dos luchadores.

Con horror, Millicent y Guilles ven como sus compañeros apenas tienen tiempo de apartarse antes de que la estantería que les cubría estalle en trozos de cristal y caiga la otra estantería sobre ellos. Una nube de polvo azul se eleva en el ambiente, bloqueando vuestra visión. El wyvern se revuelve intentando introducir su cuerpo por el hueco aunque sin ningún resultado.

Cuando el polvo se asienta, podéis ver como un poco más allá de donde ha caído la estantería, Marcus se incorpora y mira a su alrededor. Se encuentra semi expuesto, teniendo de parapeto solo los escombros del suelo. Y un poco más allá, podéis ver el inerte cuerpo de Regathix, tendido sobre la fría piedra. Marcus se aproxima y comprueba que sigue vivo, aunque inconsciente, haciéndoselo saber a sus dos camaradas. El Wyvern parece haberse rendido en su vano intento por penetrar en la estancia y ahora mira a Marcus fijamente a los ojos.

"Vale, es hora de empezar a pensar. ¿Por qué quiero el grimorio? ¿Me lo pregunta en serio o la pregunta tiene una respuesta correcta?"

Sin perderle el ojo a la gárgola, giro levemente la cabeza.

- Maestro... ¿Le hizo la misma pregunta a usted?

Agarro la varita con fuerza, listo para soltar un conjuro y salir disparado si la cosa se pone fea.

- ¿Qué le respondió? ¿Por qué dejó de atacarlo?

Haciendo acopio de todos los conocimientos que tienes, intentas entender qué clase de magia actúa aquí y si existe una respuesta correcta a la pregunta formulada por la enorme gárgola. Sin embargo, nunca oíste hablar de este tipo de magia ni entiendes que puede buscar la estatua. Salvo por la magia de la animación, no ves nada más que te de una pista de cómo proceder, dependes totalmente de la respuesta de tu antiguo maestro.

Mortarius niega con la cabeza

-Me hizo la misma pregunta Nostradamus, pero no puedo decirte que contestar. La magia que mueve la gárgola parece reaccionar no solo a que respondes sino por qué. Es magia muy poderosa. Si te diera pistas, la magia lo sabría y te podría pasar lo que me pasó a mí. La gárgola me atacó y solo tu llegada le hizo detenerse. Sin embargo no temas, se que podrás contestar bien. Confío en ti-

El anciano te dedica una de esas cálidas sonrisas que tenían la capacidad de relajarte en momentos de estrés.