Si fuese un tipo valiente, honorable, y como Dios manda, me preocuparía por qué le ha pasado a Ventura. Por desgracia, o por suerte, no lo soy.
Sin perder tiempo, salgo de allí corriendo, sin mirar atrás. Mi idea es clara: esconderme en medio del bosque, a ver como se resuelve todo.
¿Estoy desnudo o llevo algo encima? Mis pertenencias estarán ahí dentro, no?
Ventura negó con la cabeza.
—Tiene razón la muchacha— pensó.
Se detuvo unos instantes pensativo antes de contestar a Elicia.
—Tienes razón... además tardarías demasiado en traerlo de vuelta y me temo que no tenemos ese tiempo. Vamos a ver que podemos hacer. Vigila tras de mi.
Con la muchacha alerta Ventura se acercó discretamente a la ventana para intentar echar un vistazo al interior. Quería encontrar a las primas de Elicia pero sobre todo buscaba al escurridizo Ruperto. ¿Dónde se habría escondido esta vez? Ventura estaba seguro que el zagal había conseguido escabullir a los supuestos bandidos.
Justo cuando estás acercándote a la ventana, alguien sale corriendo por la puerta principal. Está completamente desnudo y cojea. Al principio te cuesta reconocerlo, pero después te das cuenta de que es Ruperto.
Por la ventana, ves en el interior la silueta de un hombre bastante alto, distinto al que quería irrumpir en vuestra habitación, que sale de la habitación donde estaba Ruperto y corre hacia afuera sosteniendo un bracamante.
Si vas a llamar a Ruperto, puedes marcarle.
Corres desesperadamente, pero antes de que pongas un pie fuera, tu perseguidor ya ha salido de la habitación enarbolando su bracamante. Sigues corriendo, pero sabes que esta carrera la vas a perder. Por mucho que te apresures, avanzas demasiado lento debido a la cojera, y aunque la espesura no está muy lejos, el tipo ese te va a alcanzar antes de que puedas desaparecer de su vista. Además estás completamente desnudo, descalzo, desarmado... Y ese bruto seguramente no te conceda una segunda oportunidad.
Puede que este sea tu fin, a no ser que se te ocurra algo, y rápido.
Tirada oculta
Motivo: Buscar
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 95 (Fracaso)
No llevas nada encima, te has dejado tus pertenencias en la habitación de Bárbara.
¿Hay algún árbol cerca?
Mi idea es saltar a una rama, y desde allí o intentar ir de rama en rama o esperar a que pase algo (como Simplicio, por ejemplo).
Si no, pues no sé, ¿qué tengo alrededor? ¿Se imitar el ruido del jabato silvestre autóctono?
Teniendo en cuenta que estás desnudo, cojo y que los árboles son de los de rama alta, la tirada de trepar sería difícil, por lo que tendría una penalización -25. Aparte de árboles, solo hay vegetación y muchas hojas caídas, y el río también está cerca, a unos 60 o 70 metros, pero antes de que llegues te cogerá tu perseguidor.
De todas formas, vamos a esperar a ver lo que hace Ventura; en estos casos siempre espero a que contesten todos los PJ implicados. Yo te aviso.
Con un gesto instó a la muchacha a ocultarse mientras él se acercaba a la esquina desde la que había visto a Ruperto.
—Ruperto —siseó con la voz suficiente para que éste le escuchara tratando de no alertar a los de dentro—. Por aquí.
Te das la vuelta y ves a Ventura en compañía de Elicia, escondidos detrás de la esquina de la casa. Vuelves a tener esperanzas de sobrevivir: llegarás a donde se encuentra Ventura antes de que tu perseguidor pueda salir de la casa.
Vuelve a marcar a Ventura.
Cuando veo a Ventura, es como si el cielo se abriese ante mí. Rápidamente, me dirijo hacia él, mientras digo en un susurro— Rápido, ¡me persiguen!
Me voy en busca de Esteban el cocinero o de algún familiar cercano, para que me lo localice, cualquiera menos la hija preñada:
Al ver al cocinero le suelto esto:
Esteban el hidepu, desaparecido se ha, hasta ausentado anda del su turno en la guardia de la puerta, ergo, no pude trabarle la trampa y el embuste pactado.
Anda escondido por el castillo, asin que no dudéis en afilar el cuchillo si lo necesitare, pues cónsteme que trama embuste doble vil y no pequeño contra el Don del castello, et contra el su hijo que es el tu nieto.
Gastad cuidado vos y los tuyos en lo que hagáis en estos ambos días.
Cuando vayáis a darle los manjares del día al amo, raro no seria que esperándoos os estuviera, et cometer delito que sobre las vos espaldas o sobre las de los vuestros caiera.
Bien sabéis que si necesitáis escolta presta, lanzada et con lanza, para vos o los suyos aquí esta el mi brazo que agarra la mi lanza. Bien se que vos sabréis manejaros. Temo más por la tu mujer si es ella la que anda de sirvienta. Avisadme pues, pues honesto es el que ayuda ofrece y necio será el que la necesita y no la toma, y por Dios que si la necesitáis.
Temo también por el preñamiento de la tu hija, y la luz del tu nieto. Como vil criatura que es, no resultare extraño que recurriera a lo humano y más a lo maldito que a lo divino para arrebataros a la criatura o matarla, pues de quien no alberga fe ni luz en las entrañas hasta lo peor corto se queda. Hacedme llegar un aviso cuando quede poco para la parida de la niña, pues con gusto leal, yo mesmo le serviré de escolta en la puerta. Tapiad la ventana del paritorio pues hay de malvados et malditos homines que trepan por pared lisa con la agilidad que otorga el maligno a los suyos, y bien sabéis que Esteban trae de maldad los bolsillos llenos.
Simplicio se queda esperando la reacción del cocinero.
Tirada oculta
Motivo: pa lo que sea
Tirada: 1d100
Resultado: 97
-1- He corrido mucho pues ya sabes que ando escaso de tiempo.
-2- Todo lo que le he soltado son imaginaciones de Simplicio, que usa esa táctica para “mover el árbol”, a ver si ve algún hueco por el que meterse.
-3- Te dejo tirada una tirada oculta, por si la necesitas-. Así avanzaré más deprisa.
Encuentras a Sancho en la cocina. Al principio parece abrumado por todo lo que le dices, pero finalmente te constesta.
"Gracias he de darvos por el vuestro ofrecimiento. Malo es que non hayamos podido seguir el plan pactado, mas peior es que non sepamos adó se esconde ese hideputa et non podamos preveer lo que vaya a fazer. Ocultaré a mi familia en otro lugar aquesta noche, pues que toda precaución es poca."
En ese momento, llega corriendo la hija menor de Sancho, muy alterada.
"¡Padre! ¡Que la Inés se ha puesta de parto!"
"¿Qué?" Sancho se queda paralizado durante unos segundos, pero reacciona enseguida. "¿Madre está con ella?", pregunta, a lo que su hija responde asintiendo rápidamente. "Corre, llama a las mujeres et faz lo que ellas te digan."
La muchacha sale corriendo, y Sancho hace lo mismo, dirigiéndose al edificio donde vive su familia, y olvidándose de ti por completo.
Tenéis unos segundos antes de que salga el tío que persigue a Ruperto. ¿Qué váis a hacer?
Si es posible, intentar esconderme. Si no, huir...
Sigo a Sancho al lugar del parto.
¿ Es el lugar establecido o han podido buscar otra ubicación?
¿ Sé algo de mis compañeros?
¿Qué hora del dia es?
Ventura tenía algo en mente... pero tenía que ser rápido.
—Muchacha, rápido... vuelve a abrir la trampilla. Ahí estaremos seguros hasta que decidan salir... y nos da la posibilidad de entrar e intentar sacar a tus primas.
Rápidamente se dirigió hacia el lugar donde estaba la trampilla por la que habían salido.
—¿Ruperto, qué ha sido de sus primas? ¿Qué ha pasado ahí dentro? —preguntó casi escupiendo las preguntas debido a la prisa.
Entras al edificio de madera siguiendo a Sancho, que se dirige a toda prisa a su habitación, en la cual ya habéis estado hoy. Allí se encuentra acostada Inés, con claros signos de dolor en su rostro surcado por gotas de sudor, acompañada de su madre, que le acaricia la frente, y su hermana Adela, la que te dio el bofetón.
A Sancho le ha pillado todo de sorpresa, así que no ha podido hacer lo que te dijo sobre esconder a su familia en otro lugar.
De tus compañeros no sabes nada. Aceptaron quedarse en casa de Genoveva y supones que allí siguen.
Está anocheciendo.
Sancho corre al lado de su hija y le coge la mano.
"Fija mía, ¿estás bien?" le pregunta, pero esta no le contesta. "Non te preocupes, ya vienen las mujeres a ayudarte."
Guiomar, la esposa de Sancho, te mira con cara de pocos amigos.
"¿Qué faze él acá?", le pregunta a Sancho.