Partida Rol por web

Aquelarre et confidentis

* Víctor Fernández, cristiano del Reino de Portugal, Herrero, hijo de un soldado

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27/05/2014, 08:41
Victor Fernández

Victor frunció el ceño y estuvo a punto de golpear a la mujer con su bastón. Se alejó de ella murmurando enfadado.
En qué momento habré pensado que una mujer podría ayudarme
Para él, las mujeres sólo servían para cocinar y para hacer hijos. Y había alguna que ni para eso.
Enfadado, se dirigió a la torre

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02/06/2014, 03:17
Aquelarre

Estás frente a una gran torre rectangular de tres plantas, cuya puerta es custodiada por un soldado con indumentaria idéntica a la del de la puerta de entrada al castillo. Le pides que avise a su capitán. Éste llama a voces a un soldado que se encuentra en el interior de la torre y le transmite tu petición.

Al poco, aparece en el umbral un hombre alto y fuerte, moreno, calvo y de barba rala, que viste gambesón reforzado y capa de color rojo oscuro. A diferencia de los demás soldados, no lleva casco, pero sí una espada al cinto.

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02/06/2014, 03:17
Capitán

- ¿Quién eres y qué deseas? Te pregunta con una voz grave y potente, típica de un militar.

Te presentas y le informas de tu intención de ponerte al servicio del señor del castillo.

Notas de juego

En este post aclara si eres noble o no o si eres alguna de estas cosas: alguacil, amogávar, bandido, pardo o pirata.

Evidentemente nadie dice que sea obligatorio que digas la verdad...

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05/06/2014, 08:44
Victor Fernández

Notas de juego

No entiendo. He mirado en la ficha y no soy nada de eso. Soy herrero y de posición social villano xD

Debes presentarte y decirle lo que eres. Si quieres claro... también puedes mentir...

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11/06/2014, 08:33
Victor Fernández

Señor dijo Victor cuadrándose. No pudo llegar a ser soldado como su padre, pero éste le enseñó los modales de la guardia, y creía recordad cómo eran.

Mi nombre es Victor Fernández, señor. De padre soldado del reino de Portugal. Soy herrero. Y vengo a prestar mis servicios al señor de la zona

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15/06/2014, 15:46
Capitán

Bien - Exclama el capitán - Esto es cosa de Gonzalo. Acompáñame.

Sigues al capitán hacia el interior de la torre. El lugar está oscuro debido a que carece de ventantas, aunque tus ojos se acostumbran fácilmente a la falta de iluminación. Te encuentras en un salón rectangular cuyas paredes están cubiertas de bonitos tapices.

Al fondo hay una gran silla ricamente ornamentada que hace las veces de trono, donde se sienta un hombre de pelo entrecano pero de regio porte y vestido con ropas de calidad, que apoya su codo en el brazo de la silla y te observa como si fueras un insecto insignificante. A su lado, de pie, se encuenetra un individuo de edad similar, de escasa barba y largo bigote, también ricamente ataviado, pero no tanto como el otro. A ambos lados de la sala hay sendas mesas de madera con un candelabro como único adorno.

- Este hombre solicita ponerse a vuestro servicio, señor - dice el capitán, cuyo tono enérgico ha pasado de ser de sumo respeto y deferencia, y te deja sola ante ellos.

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15/06/2014, 15:46
Gonzalo

- Acércate - Dice el hombre del bigote. Éste debe de ser el hombre al que el capitán se refirió como Gonzalo. Seguramente se trata del mayordomo del castillo.

Obedeces al instante y te acercas a una distancia prudencial. El conde se limita a escuchar, apoyado en su silla, como si no tuviera el más mínimo interés en ti.

- Dinos - Inquiere Gonzalo - ¿Qué sabes hacer?

Notas de juego

a) Artesano
b) Bufón, cómico o juglar
c) Cazador y llevas arco
d) Barbero-cirujano, curandero o médico.
e) Distinta de las anteriores.

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18/06/2014, 08:28
Victor Fernández

El hombre se acercó con la mayor velocidad que le permitía minusvalia. Por suerte, al apoyarse en el bastón, su brazo hacía fuerza y sus músculos se marcaban.
Al llegar a la posición que le habían indicado, abrió la boca para presentarse, pero rápidamente la cerró. No le habían pedido su nombre, si no sus capacidades.
Hay que darles sólo lo que piden, hijo creyó recordar la voz de su padre en su cabeza.
Soy herrero, señor. Y, aunque no lo parezca, hábil en la caza

Notas de juego

Opción e)

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23/06/2014, 03:23
Gonzalo

Era obvio. Comenta Gonzalo. Por el arco que cuelga de tu espalda. Ya tenemos un cazador que cuida de los perros del señor don Pedro..., pero se me está ocurriendo algo para divertirnos.

Gonzalo musita algo en el oído de don Pedro y éste asiente con una sonrisa.

Competirás contra nuestro cazador. Dice con aire triunfal. Si eres mejor que él, pasarás al servicio de don Pedro. Si no, serás azotado y expulsado. Francisco llama al guardia de la entrada manda que avisen a Lázaro, y que se traiga su arco.

No sabes qué pretende Gonzalo, pero no tienes más opción que aceptar el desafío. Observas que don Pedro se muestra algo más animado. Es obvio que su mayordomo ha organizado la competición para levantarle la moral.

Al rato aparece Lázaro, un hombre bajito y moreno, con una espesa barba negra que oculta sus labios. Su aspecto es el de un ser hosco y poco sociable, más parecido a un animal que a un hombre. Cuando entra te observa detenidamente como si fueras una presa. Parece estar completamente loco.

Lázaro anuncia Gonzalo, has de saber que este hombre te ha desafiado y ,como súbdito de don Pedro, debes defender tu honor ante él el cazador vuelve a observarte,, esta vez con un brillo de furia en su mirada; parece como si fuera a empezar a ladrarte en cualquier momento. Saldréis al patio y dispararéis tres flechas cada uno a una diana. Aquél que más se acerque al centro ganará y habrá demostrado ser el mejor.

En ese momento, don Pedro se levanta y ordena a todos salir al patio. Allí, unos soldados preparan la diana, mientras otro acude a una de las torres y vuelve con seis flechas, que rearte entre ti y Lázaro. Sitúan la diana a una distancia de unas 25 varas. Mientras tanto, todo el personal del castillo acude al evento y comienzan a animar a Lázaro. Ambos os ponéis en posición y tensáis vuestros arcos. Lázaro te dedica una última mirada de lobo hambriento antes de comenzar, para ponerte nervioso.

- Tiradas (3)

Motivo: Disparo 1

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 66 (Exito)

Motivo: Disparo 2

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 41 (Exito)

Motivo: Disparo 3

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 8 (Exito)

Notas de juego

Al decir que eres bueno en la caza te toman por cazador. Así que he tomado la opción c)

Para hacer esta prueba necesitamos unas pruebas de confrontación de tiradas.

Para confrontar tiradas, tu lanzas 1d100 y pones como dificultad el valor que tengas en arcos, que viene siendo a ser 45%.

Haces tres tiradas, y debes restar el resultado a ese 45.

En el caso de Lázaro, el resultado ha sido:

Disparo 1: 4
Disparo 2: 29
Disparo 3: 62

Los tres han sido un acierto. Así que si no quieres perder el duelo, debes sacar en las tres tiradas menos de 45. Y la diferencia de cada tirada debe ser mayor que el resultado que te he puesto un poco más arriba. (La primera debería ser la más fácil) pero ya te digo que lo tienes bastante jodido...

 

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25/06/2014, 08:17
Victor Fernández

Victor no pudi evitar mirar mal al mayordomo, a don Pedro y, si hubiera estado allí su madre, también lo hubiera hecho. Sus palabras sobre su habilidad como herrero no ha ía servido para nada. ¿Para qué le preguntaban entonces? Al ver el arco, podían haber decidido azotarle directamente.
Que quede bien claro que he dicho que soy herrero, no cazador quizá se llevaría más latigazos por eso, pero le daba exactamente igual. Ya podría estar muerta toda la familia de aquel noble, que se lo tendría merecido.
Cogeando, llegó al patio. Le dieron las flechas y las comprobó. Obviamenter, eran de muy mala calidad. Un rápido vistazo a las de su rival le informaron de que el torneo estaba amañando. ¡Qué extraño! pensó con ironía mientras comenzaban los disparos.
Era de esperar el resultado. No dejó el arco en el suelo, pero se tomó una licencia. Ya era por fastidiar.
No me extraña que la gente del pueblo piense que tienes parte de culpa en las desgracias personales del señor, con esa puntería...

- Tiradas (3)

Motivo: Tiro 1

Tirada: 1d100

Dificultad: 45-

Resultado: 75 (Fracaso)

Motivo: Tiro 2

Tirada: 1d100

Dificultad: 45-

Resultado: 11 (Exito)

Motivo: Tiro 3

Tirada: 1d100

Dificultad: 45-

Resultado: 55 (Fracaso)

Notas de juego

Pues sinceramente, no me parece nada bien. Pensé que era yo el que tomaba las decisiones, no que tu elegías por el contenido de mis post. Una cosa es el relleno, darle más gracia a mis post, y otra que prefieras hacer lo que quieras. Pero lo tendré en cuenta para los próximos

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07/07/2014, 03:35
Gonzalo

Observas con horror como la última flecha de Lázaro da casi en el centro. Todo el mundo le alaba entre gritos, y don Pedro se muestra satisfecho de que su siervo se haya mostrado más que competente.

Ha quedado demostrado quien es el mejor. Dice Gonzalo interrumpiendote. Y ahora, ya sabes lo que te espera. Dice con una mueva burlona.

Los soldados te prenden sin que puedas hacer nada por evitarlo; por otra parte, sería un suicidio intentar escapar. No tienes más remedio que resignarte y recibir el castigo anunciado.

Notas de juego

Pues siento el malentendido. Era para elegir una opción diferente a la de los demás y así poder conocer yo una parte distinta de la historia. No te enfades... :(

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07/07/2014, 03:52
Aquelarre

Los soldados te llevan a una zona del castillo, apartada de los edificios, te atan las manos a un poste de madera y te rasgan la camisa, dejando al descubierto tu espalda. Al poco acude el capitán que te recibió antes, que designa a uno de los soldados para que te azote.

El soldado se coloca a tus espaldas, preparado para golpearte con una vara, pero no lo hace inmediatamente. Transcurre un buen rato durante el cual se corre la voz y acude mucha gente a presenciar el castigo, tanto criados del castillo como campesinos. Y parece que, por desgracia, te han elegido a ti, un desconocido forastero, para descargar las tensiones acumuladas.

Todos te insultan y te hacen burlas, y para tu horror ves que han venido preparados para bombardearte con nabos y huevos podridos. Una vez que hay suficiente público, el capitán da la orden para que comience el castigo. El primer golpe es el más doloroso; sientes como la vara rasga tu carne y la abre dejando brotar la sangre.

Como ese siguen otros veinte, acompañados de gritos y las chanzas de los espectadores, y entonces el capitán alza la mano indicando al soldado que se detenga. Ambos se retiran para dejar paso a la lluvia de nabos, huevos, piedras y demás objetos que castigan tu espalda con crueldad. Una vez terminada la provisión de proyectiles, la gente se cansa de gritarte y se va retirando.

Pasa un buen rato antes de que uno de los soldados te desata, te lleva a rastras fuera del castillo y te arroja al camino, sucio, ensangrentado y dolorido.

- Tiradas (1)

Motivo: Daño

Tirada: 2d6

Resultado: 7

Notas de juego

Te he apllicado 7 puntos de daño al torso.

Te dejo para que narres, pero no te muevas del sitio. Luego pasaremos a (7)

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09/07/2014, 14:09
Victor Fernández

Victor observó al arquero con desprecio, como el que mira a un perro sucio y viejo que se acerca para morir dulcemente. Justamente antes de que le apresen, le suelta un comentario.
Ser la putita del señor tiene que tener sus ventajas, ¿verdad? le soltó con sorba mientras los guardias le retenían y le ordenaban que no intentara escaparse.

Tranquilos, perros, prometo no salir corriendo. Tampoco es que pudiera los comentarios desagradables de Victor se sucedían. ¿Qué más daba? Le iban a azotar igualmente.

Le llevaron a rastras, porque tropezó con el segundo empujón, a un lugar donde la gente pudiera verle. Y claro que le vieron, un montón de personas se acercaron hasta allí, dispuestos a descargar su rabia contra un desconocido.

Buaaaa bostezó sonoramente. No es que me queje, pero me estáis aburriendo. ¿Comenzamos ya? preguntó con ironía. Y llegó el primer golpe.
he tenido piedras en los zapatos que me han hecho más daño espetó al guardia, que parecía darle con más energía. Victor era herrero, y el fuego le había golpeado durante años. ¿Esperaban que eso le hiciera mucho daño?

Aguantó con estoicismo cada uno de los golpes, a veces gritando que una mujer mayor golpearía con más fuerza. Y llegó la lluvia del pueblo. Algunos golpeaban bien, pero otros eran ridículos.

Señores de mierda, pueblo de mierda soltó cuando le tiraron en la calle

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14/07/2014, 00:57
Aquelarre

Cuando a duras penas consigues levantarte del suelo y ponerte en pie, descubres que tu bolsa de dinero ha desaparecido. Ta le deben de haber robado los soldados mientras forcejeabas con ellos. Dándola por perdida, pues ni siquiera te atreves a mirar atrás, te encaminas hacia el pueblo.

Allí te encuentras con Tobías, que al enterarse de lo sucedido te ayuda a caminar hasta su casa y le ordena a su mujer que te cure las heridas.

- Tiradas (3)

Motivo: Curación natural (1d5)

Tirada: 1d10

Resultado: 5

Motivo: Medicina

Tirada: 1d100

Dificultad: 25-

Resultado: 80 (Fracaso)

Motivo: Tirada de Medicina fallida

Tirada: 1d4

Resultado: 1

Notas de juego

Procedo a hacer una tirada de Curación natural.

Como tienes una resistencia de 16 a 20, la tirada de curación natural es de 1d5:

Tenías 7 puntos de daño. Ahora te sumas 5.

Ahora hago una tirada de Medicina por la mujer de Tobías, que tiene sólo un 25%. Como ha fracasado se tira 1d4  y se resta a los puntos de vida. 1

Total de curación 4.

Puntos de daño para apuntarse en total: 3.

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14/07/2014, 01:14
Aquelarre

Capítulo II

Agradecido, una mañana le dices a Tobías que cuando regrese de trabajar las tierras del conde le acompañarás a su pequeña parcela para echarle una mano con las labores del campo.

Llegando el mediodía, mientras aguardas a la familia en el establo, oyes unos gritos que se acercan. Sales para ver qué ocurre y, para tu sorpresa, a sólo unos metros, ves que Tobías, su mujer y sus hijos forcejean con tres soldados, mientras un cuarto sale de la casa con una daga. Éstos resuelven el conflicto rápidamente con tremendos golpes que hacen doblarse a los campesinos, sin importarles que se trate de una mujer y unos niños. Acto seguido propinan un doloroso puntapié en el estómago a Tobías y se lo llevan arrastrando.

Te acercas para socorrer a la familia.

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14/07/2014, 01:26
Señora de Tobías

¡Por favor! Solloza la mujer, con los labios ensangrentados por los golpes. ¡Ayuda a mi marido!

Le pides que se calme y que te cuente qué ha pasado.

Se lo llevan preso acusado de matar a Fernando, el hijo del conde. ¡Pero él no ha hecho nada! Grita rompiendo a llorar desconsoladamente. Intentas calmarla de nuevo para preguntarle el porqué de la acusación. Han encontrado en nuestra casa una daga que pertenecía a Fernando. Le explica. ¡Pero no sabemos cómo ha llegado hasta allí! ¡Dios mío! ¡Ayúdanos! Se lamenta.

Sabes que ni Gonzalo, ni don Pedro tendrán contemplaciones con Tobías. Lo ahorcarán casi con total seguridad. Te ves en la obligación de ayudar a este pobre hombre que tan bien te ha tratado.

Notas de juego

Después seguiremos en 127.

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20/07/2014, 22:11
Victor Fernández

Esos malnacidos sólo buscan un culpable, les da igual quién sea. Te ayudaré, además de que mi cuerpo clama venganza por las heridas que aún se me están curando dijo Victor, apretando con fuerza el bastón. Con la mano libre, indicó a la mujer que entrara en la casa. Tenía hambre y era hora del desayuno.

Mientras me haces desayuno, cuéntame. ¿Tobías tenía alguna relación con Fernando? ¿Se conocían? ¿Habían tenido alguna disputa?

Escuchó las palabras de la mujer y, cuando terminó, añadió una pregunta más. ¿La casa se ha quedado sola en algún momento? Os han tendido una trampa, y quiero saber si han traído la daga con ellos y ya estaba aquí escondida.

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25/07/2014, 05:07
Aquelarre

La Señora de Tobías estaba tan nerviosa que fue incapaz de responder coherentemente a tus preguntas, ni tampoco de prepararte el desayuno. ¡Aquel asunto corría mucha prisa! Así que al final te decides a ayudarle y seguirles lo más rápido posible.

Te asomas por la puerta del castillo para ver cómo los soldados le entregan la daga a su capitán. Éste les ordena que encierren a Tobías en las mazmorras y enetra en la torre del homenaje. Poco después sale de ella don Pedro, con la daga en la mano y dando largas zancadas hacia el edificio de entrada a las mazmorras, seguido del capitán y seguido del mayordomo.

Se le ve furioso, y temes seriamente por la vida de tu antiguo anfitrión. Al cabo de un rato, los tres regresan al patio de armas. Al ver a tanta gente congregada en la puerta del castillo, el conde se dirige hacia ellos.

Un sonoro murmullo se extiende entre los campesinos, que retroceden unos pasos, pues temen la terrible ira de su señor. Pero éste se detiene bajo el umbral del gran portón de entrada y les habla en voz alta, con gran desprecio y rabia.

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25/07/2014, 05:14
Conde don Pedro

Al fin ha sido hallado el culpable de la muerte de mi hijo. Esta noche será ejecutado en la horca por su crimen. Quien no acuda a presenciar la ejecución será duramente castigado. Y preparaos, porque si averiguo que alguno de vosotros ha estado encubriendo este delito, se las verá conmigo. ¡Y ahora largo de aquí!

Dicho esto el conde se da la vuelta y ordena a su capitán que despeje la entrada. Los campesinos comienzan a correr hacia sus casas perseguidos por los soldados. Más de uno tropieza por los golpes de las lanzas y es apaleado in situ por los sádicos hombres del capitán.

Mientras tanto, acompañas a la mujer y a los hijos de Tobías hasta su casa, apartándolos del peligro a escondidas. Allí intentas tranquilizarles diciéndoles que harás lo posible por ayudar a Tobías.

Notas de juego

(74)

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27/07/2014, 17:14
Victor Fernández

Puede que evitemos su muerte, pero necesito que me responda a las preguntas que le he hecho antes, mujer. Si no, su marido sólo servirá de comida a los perros. ¡Contésteme, maldita mujer! gritó Victor, ante los continuos sollozos de la insoportable.

Notas de juego

Las preguntas eran:

¿Tobías tenía alguna relación con Fernando?

En principio ella cree que no.

¿Se conocían?

Todo el mundo conoce al hijo del conde. Es el señor de la villa.

¿Habían tenido alguna disputa?

No que ella sepa.

¿La casa se ha quedado sola en algún momento?

Sí, varias veces en varios momentos del día. Ella también trabaja en el campo, como la mayoría de gente del pueblo.