Partida Rol por web

Tras haber recibido el inesperado mensaje de su compañera, se decepcionó un poco de que en efecto lograra cumplir con su objetivo de infiltrarse al club. Después de todo, aquello significaba que ahora estaba obligado a pagar por aquella costosa entrada. -'Joder. Voy a terminar pagando lo que cobran por una cirugía estética por una noche. No sé qué rayos piensan los clientes. Encima, es la clase de rubro que solo consigue que quieras más. Deben ser clientes muy pudientes...'- Pensaba a la vez que tomaba el móvil en una mano y comenzaba a ingresar el número en la tarjeta que le entregó el Toro.

"He decidido aceptar la propuesta. A continuación le paso los datos de la transferencia."

Poco después, Ian accedió a su cuenta bancaria utilizando una web segura para ello y realizó un giro de 2000 dólares al número de cuenta en la tarjeta. Guardó el "ticket" de transferencia en formato pdf y se lo envió como adjunto en un mensaje al Toro. Cuando éste respondiera, se acercaría a investigar.

De momento, Ian se limitaría a observar a la distancia a aquel intrigante hombre de gafas que se encontraba en la máquina de apuestas. Claramente, trataba de mantener el perfil bajo, de forma similar a como él mismo lo hacía cuando debía cumplir el rol de Paparazzi. Desgraciadamente, era aún temprano para conocer algo sobre él, ya fuera información personal o sus motivos para estar allí. No obstante, presentía que él (Ian) no sería el único en visitar el Club Vip.

Minutos después el Toro confirma el mensaje de Ian y su transferencia, enviándole entonces un mensaje.

"Todo correcto, señor Doroteo.
Le indico las dos normas: primero, podrá acceder a todas las instalaciones del Club, y tiene garantizado el disfrute y compañía de al menos una de las chicas, aunque tendrá libertad de proponer a las chicas que estén libres para sesión grupal si lo desea. Segundo, una vez se accede al Club no hay puertas. Las paredes que separan las zonas son de cristal ahumado, por lo que aunque se concede cierta discreción, podrá ver las figuras y lo que hacen al otro lado del cristal. A medianoche solicite el contenido de la taquilla 2 en la recepción del Hotel.
Disfrute de su noche."

Mientras espera que se haga la hora, continua observando al hombre de las gafas oscuras, quien de vez en cuando levanta la mirada de la máquina tragaperras, parece escanear el lugar con mirada distraída, y vuelve a su juego. El tiempo pasa rápidamente, y antes de darse cuenta el fotógrafo nota que es ya medianoche. En recepción lo reciben con una sonrisa y le hacen entrega de un llavero con dos llaves. Una de ella es pequeña y redondeada, mientras que la otra tiene un aspecto más estilizado, de color negro azabache.

Al observar el mensaje del Toro, Ian se pone un tanto nervioso. Debía confesar que nunca había visitado clubes nocturnos con connotación sexual, es decir, prostíbulos. Por ello no sabía cómo sentirse en esos momentos. El dinero gastado para eso era una enormidad, pero debía cumplir su trabajo. ¿Realmente valía la pena visitar el lugar por un precio mayor a su sueldo mensual? Solo esperaba que luego Nat cubriera la gastos con la tarjeta ejecutiva, aunque honestamente no lo veía factible.

Observa a aquel hombre un poco más, aunque es incapaz de saber si era un policía o un sicario. Nota la hora y se retira al mostrador como indicó el Toro.

-Bien. Hora del show.- Se sube al ascensor, accede con la llave del elevador, se quita las gafas y se peina con estilo. Para cuando llega al piso, era un hombre más sensual.

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