Partida Rol por web

De forma tan natural que casi dirían que se la pasa grabando cada conversación que tiene con cualquier persona, Ian activó la grabadora de su móvil.

-No no, sin nombres.- Se apresuró a decir uno.

-¿De qué revista es?- Preguntó el otro. -Igual no sea algo que lea mi mamá...-

-No seas zopenco, una revista del corazón no estaría haciendo una nota sobre la Gata.-

-¿Es que tú no has visto a la tía? ¡Con lo buenorra que estaba seguro la metían de modelo!-

Siguió una discusión sobre lo chupapijas que tenía que ser el que había hablado para leer revistas del corazón, y que el otro que no, que tu eres más puto, que se desencadenó a una pelea sobre "tu mamá es tan gorda que..."

El más jovencito se acercó a Nathalie. -Puedes poner mi nombre, es Oscar. Pero sin fotos, ¿vale?- Parecía que el leve reconocimiento que tendría al ser entrevistado era más fuerte que el miedo a la policía, o peor, a sus padres.

-Casi siempre vamos allí, ¿vale? Y hoy llegué más temprano que el resto. Hay un árbol allí atrás, lo usamos para saltar el muro. Esta vez tuve que tener cuidado porque había una pava oriental que se estaba retocando el maquillaje en la calle, junto a la puerta que da acceso al jardín. Llevaba mucho rato mirándose en su espejo pequeño. La verdad es que la chati estaba superior, con sus shorts y su blusa ajustada...

>>Cuando estaba al otro lado me fijé en dos tipos malcarados junto a la piscina. No eran caras conocidas, ni skaters de la zona. Charlaban entre ellos como si trataran algún negocio clandestino. Ambos llevaban mochilas. Pero no es raro ver yonkis y camellos de poca monta rondando el lugar, así que no le di más importancia pero sí me quede escondido detrás de unos arbustos.

>>De pronto sentí como arriba de mí había alguien; la tía oriental se había subido al árbol. Por suerte no me vio. Estaba muy concentrada mirando algo. Seguí su mirada y pude ver lo que observaba... acababa de salir al jardín otra pava alucinante, vestida como en las pelis porno que le molan a Eddy, toda de cuero y con un cuerpazo que lo flipas. Pensé que podía tratarse de la famosa Gata Azul y entonces me puse la ostia de nervioso porque esa pava siempre está relacionada con malos rollos de drogas, tiros y fiambres...

>>La Gata caminaba como colocada... muy desorientada. Estuvo a punto de caerse un par de veces y balbuceaba «Michael, Michael, cariño, ayúdame...» mientras se acercaba a los tipejos que trapicheaban. Entonces, la tipa japo miró hacia la calle, comprobó que nadie la veía y saltó hacia dentro del jardín. Cuando llegó al suelo había sacado de sus shorts dos cuchillos largos y brillantes. Mecagonlaputa, casi me cago de miedo. Contuve la respiración y no moví un músculo. La japo se acercó lentamente hacia La Gata, mientras los tipos retrocedían y sacaban un par de pipas de debajo de sus camisas anchas. Estaba claro que la japo y los cabronazos esos estaban compinchados. La Gata seguía reclamando ayuda.

>>En ese momento la japo comenzó a correr rápidamente, rodeando a La Gata, que hacía un gran esfuerzo para seguirla con la mirada. Acabó tropezando y justo en ese instante la japo lanzó sus dos cuchillos... ¡directos a La Gata!... uno se clavó en la teta izquierda y el otro en el cuello. ¡Casi se me escapa un puto grito del acojone! La japo se movió rápidamente hacia La Gata que comenzó a caerse hacia atrás... y justo antes de que el cuerpo cayese le quitó los cuchillos y la dejó caer. Yo me escabullí lo más silenciosamente que pude y corrí hasta estar seguro de que no me seguían.-

Terminado su relato, miró a Nathalia con una sonrisa, como si esperara una medalla.

-Joder-logró decir Nath mientras escribía a toda prisa los datos importantes que el chaval le contaba. Cuando terminó notó que le temblaba la mano, por algún motivo sentía pena por la Gata. Era una puta superheroína y no merecía acabar así.

-Oscar, te daría un beso-le dijo con una sonrisa- esto me ayuda mucho! Me aseguraré de mencionarte en el artículo.! Muchas gracias!

El crío mostró una sonrisa de oreja a oreja, ante de cerrar los ojos poniendo los morritos esperando el beso.

En ese momento, Mike y algunos de los skaters notaron que se acercaba un coche de policía, sin las luces encendidas, que fue a aparcar en el Burger Prince.

-¡Tíos, moved el culo!- Gritó uno, y montando en sus motopatines pegaron la carrera para alejarse lo más pronto de allí, uno de ellos tirando de Oscar que no pensaba irse sin su beso.

-Tus amigos son unos cagaos, que lo sepas-le dijo divertida y a continuación le dio un pico en los labios. Nada demasiado sensual pero sabía que a un crio de esa edad le haría ver las estrellas durante unos días- ¿Contento?

- Mierda - Mascullo, dando un suave silbido para llamar a Winona de vuelta. Eso había sido jugar muy sucio, aún los más bajos criminales estarían molestos de que La Gata hubiera acabado así. No había ni un poco de altura en lo que habían hecho. Pero, al menos eso les facilitarían las cosas. No había mucha gente que estuviera dispuesta a ocultar a los que se manejaban así. Aún entre criminales, había cosas que no se hacían.

-Vayamos a la morgue - Nadie era tan buen asesino como para no dejar pruebas.

Y entre aquel infantil recuento, cuya verosimilitud podía ser dudosa por la imaginativa fuente que estaban recibiendo, Ian dejó salir un par de lágrimas. Lágrimas que limpió muy rápidamente. Lágrimas provenientes de ojos enrojecidos discretamente ocultos en sus gafad negras. Sentía pena, la pena de perder a su heroína, la pena de saber que su muerte había sido a tan mala suerte. Pero era la realidad.

Apagó su grabador ya cuando los chicos anunciaron la retirada y accedió a las palabras de Mike. -Sí. Vayamos a la morgue. Debemos verificar la historia. Ahora tenemos tres perfiles de asesinos, aunque debemos saber también bajo qué substancia se encontraba la Gata y cómo llegó a ese estado.

Puso cara de hombre duro y marchó hacia la puerta, mientras internamente lloraba como niñita.

Mientras Oscar era arrastrado con el resto de su pandilla con cara de andar paseando por las nubes (y seguramente con imágenes muy gráficas con Nat como protagonista a las que dará uso esa noche en su habitación), el trío decide continuar con su búsqueda por la identidad de la Gata Azul, poniendo dirección al Hospital Sunrise.