Partida Rol por web

La voz de Natalie se escucha después.

- Tienes razón Ian..., esperar puede ser precisamente una locura..., identidad falsa y poca capacidad para encerrarme en privado con un cliente que exija algo que no me guste... Y teniendo en cuenta el contexto del lugar, me puedo negar a muchas cosas...Buscaremos la manera de colarnos allí dentro, lo que sí me temo es que debes pagar los 2000, más que nada porque tendrán control de los clientes que entran en el casino, y si hay 5 y tienen 8000 recaudado, van a darse cuenta de que algo no cuadra bien... No sabemos cuántos entrarán buscando los servicios de las señoritas, pero dudo mucho que sean decenas, y si entras de los primeros, podrían cogerte y denunciarte... Podemos ahorrar esto pagando tu entrada... Ahora eso sí, cuando me veas allí dentro por favor elígeme pronto... que como lo haga otro hombre voy a tener serios problemas para salir de ahí...

Nathalie queda callada por unos instantes... Necesito pues una máscara, ¿o acaso las tienen allí para las empleadas?... Y bueno es saber de que no puedo hablar con ninguna, aunque tendré que hacerlo si quiero sacar información.... - suspira -... Vayamos a por Mike para ponerle al día, pero me parece buena idea recorrer los exteriores del casino antes de entrar, podemos conseguir bastante información así... Espero que arriesgarnos tanto merezca la pena...

Mike escucha entonces como la periodista mueve el picaporte.

De alguna manera sus dos compañeros habían acabado exactamente en el mismo lugar que él. Logró escuchar parte de la conversación pero cuando vió que el picaporte se movía, se adelantó y abrió la puerta metiéndose dentro del espacio junto con ellos. Si tenían que hablar mejor que fuera donde no podían verlos. -Los ha tratado bien el tiempo? - Susurro entredientes sonriendo por su sorpresa. -Afuera no es un buen lugar para hablar -  Trabó la puerta a sus espaldas, y se recargó contra esta para escuchar si alguien se acercaba. -Alumbrame, muchacha- Miró a ambos esperando que le dieran las noticias.

Ian se sorprende cuando, luego de quitar la traba de la puerta, siente el pestillo moverse por sí sólo. ¿Alguien usaría el baño o les habían descubierto y estaban esperando a que quitaran la traba? Sospechaba que era lo segundo. Hizo una señal de silencio a su compañera, se colocó detrás de la puerta y juntó las manos en el aire en forma de mazo para derribar al intruso. -¡JA!- Cuando éste entró y resultó ser Mike, Ian se detuvo a pocos centímetros de perpetrar el ataque.

-¡Cabrón! Justo íbamos a salir a buscarte.- Al decir eso, ocultó las manos detrás de su espalda haciéndose el inocente. -¿Dónde has estado todo éste tiempo? ¿Y qué a pasado con ese monstr...? Digo Winona.- Procuró colocar la tranca de la puerta nuevamente y permitió que su compañera diera los detalles del plan.

Lo que menos se imaginaba Nath es que Mike iba a acabar en los aseos junto a ellos, cualquiera que les viera salir pensarían que se habían montado una orgía, aunque ese no era el mayor de sus problemas en ese preciso instante.

- Bien Mike, hemos conseguido hablar con el Toro y yo le he pedido trabajo para mi bajo un nombre falso, pero no sé si me llamarán para hoy o para dentro de una semana, o si no me llamarán, así que esta noche voy a colarme en el club, estaría bien que ambos pagaseis la entrada de acceso, Ian requerirá mis servicios, y podremos echar un vistazo al ambiente desde dentro... Lo que no sabemos es si también hay chicos de compañía... Mike...¿no es ese tu sueño más erótico?... - le guiña un ojo -... podrías colarte si quieres y ser un ¿gato azul?.... ¿qué te parece la idea?....¿tendríamos posibilidades?... Sabemos que las azafatas de noche usan máscaras, así que es complicado que alguno de ellos me reconozca o sepa que no trabajo allí... ¿no crees?....

Dió una mirada de reojo con los ojos entrecerrados al fotógrafo, consciente de que había estado a punto de nockearlo. Pero lo ignoró para concentrarse en los asuntos más apremiantes. -Vas a aguantar que te manoseen, gatita? - Preguntó seriamente arrastrando la última palabra para hacer valer su punto. Si alguien pagaba para entrar allí era no iba a ser por amor al arte, y podían pasar muchas manos por ese cuerpo antes de que siquiera su compañero pudiera pedir sus servicios - Si golpeas a alguien allí dentro, se acaba el juego - Le advirtió con una media sonrisa. La propuesta de ser un scort le causaba gracia, no sería la primera vez que le pagasen por sexo, pero tenía un plan mejor en mente.

-He estado hablando con un pajarillo - Explicó bajando la voz tanto como para que tuvieran que acercarse para oir - Subiendo las escaleras de emergencia se puede entrar por detrás, poca seguridad, ninguna camara, pero si alarma -

-Podría ser nuestra mejor opción para hablar con una de las chicas en privado

- Si sois rápidos nadie tendrá que manosearme... - dijo Nat sintiendo calor de repente...¿podría soportarlo? -...Entraríais primero y cuando me vieseis, me elegiríais a mi, de hecho cada chica puede pasar toda la velada con un único acompañante, así que no estaría disponible para nadie más... Y dudo mucho que vosotros me metieseis mano... - lo daba por hecho

Las palabras de Mike eran interesantes, por lo visto había una posibilidad si entraban por detrás -... Podemos probar..., a ver si alguna de las chicas quiere comentarnos algo..., ¿qué te parece Ian?... ¿Probamos antes esta opción?.... - le pregunta la periodista a su cámara.

Escuchó el plan que tenía Nat en mente, pareciendo extraño que decidiera insistir en infiltrarse al club. -Espera, creí que íbamos a investigar primero y luego...- Pero los dos estaban ya en las suyas, avanzando en los detalles de cómo se infiltrarían, qué harían y demás. Se rascaría la cabeza. -Vale, vale. Entonces, entro al club para solicitarte. Debería entrar primero, pero no mucho antes porque me vería sospechoso si me hago esperar. Al mismo tiempo, parece que en la entrada de emergencia hay una alarma de seguridad. ¿Cuál es la idea para ignorar la alarma? ¿Tienen algo en mente o debería yo desactivarla una vez adentro? ¿Qué hará Mike? Porque en principio yo me pagaría la entrada y después podríamos negociar que se me restituyera el dinero, pero dudo que Mike quiera pagar 2.000 dólares para entrar.

Dicho todo lo "principal" que tenía por la cabeza, se separó a pensar. -¿No nos queda otra alternativa? ¿De dónde sacaron información de la escaleras? ¿No podría Mike hablar con el Toro?- Se rascaría la cabeza, sacaría la tarjeta que le había dado el Toro y la observó con detenimiento. -¿Debería contactarlo ahora? ¿Mandarle un mensaje diciendo que acepto?

Nat miró a Ian, percatándose que quizás no se había explicado con claridad -... Creo que en primer lugar podríamos ir por la puerta trasera para hablar en privado con alguna de las muchachas..., de hecho si le ofrecemos dinero por la información, estarán más que dispuestas a hablar... Si no tenemos suerte, entonces yo misma me ofrecería para entrar como infiltrada... y claro, tú deberías pedirme, Ian... Sobre la alarma, no tengo ni idea, a mi esas cosas no se me dan bien..., pero...tendríamos que desactivarla o nos echarán el guante... Sobre Mike..., podría ser un chico de compañía... - eso parecía divertirle -...Yo creo que no es buena cosa hablar con el Toro o sospechará..., dejemos estar esa baza para más adelante, por si falla la búsqueda de información Mike podría contartarle.... Ya nos explicó lo que debíamos hacer para entrar en el Casino...¿recuerdas?... Bien Mike, llévamos a la puerta trasera a ver si podemos desactivar la alarma...

-Que hable y diga que? - Preguntó alzando las cejas - No estoy en su rubro de trabajo por si no te haz dado cuenta - Ahora se le antojaba fumar, miró alrededor buscando un extractor que hiciera posible ocultar el humo. "Humo" Se le había prendido la lamparita - Por que no ambas cosas? - Sacó un pucho y se lo puso entre los dientes.

-La muchacha y yo iremos por la puerta trasera, tú entraras al casino y pasaras un buen rato - Explico con una sonrisa señalando a Ian con el cigarrillo - Si llegamos a activar la alarma, el movimiento va a replicarse allí abajo, si ves eso, activa la alarma de incendios - Prendió el encendedor y lo sostuvo frente a su rostro, antes de apagarlo y darselo al fotografo - El caos que cause debera ser suficiente cubierta para que podamos marcharnos sin ser vistos

Ian sintió un poco de desagrado con la idea pero terminó asintiendo en señal de aceptación. -Vale. Bien. Si ese es el plan, pongámonos en marcha. Usen mensajes de texto si les hace falta comunicarse. Pondré el mío en vibrador.- Tras realizar la activación del modo vibrador, abrió el cerrojo del baño y dejó la habitación.

Una vez más, se encontraba el fotógrafo por el casino. Esta vez solo. Pasaría junto a varios de aquellos juegos de Slots concurridos particularmente por un gran grupo de veteranas. El por qué las jugadoras de esas máquinas solían ser veteranas era un hecho que escapaba a su razón. La ruleta en cambio tenía un público mucho más heterogéneo, y la mesa de Póker se veía de lo más interesante. Consiguió lugar en dicha mesa y se dispuso a jugar con una modesta suma de dinero.

Parecía que habían llegado a un acuerdo, al final irían Mike y ella por la puerta trasera, y para salir activarían las alarmas de incendios para crear algo de caos y confusión. A Nat le gustaba el plan, la mujer cogió su propio móvil y lo puso también en vibración, así evitaría que sonase cuando no debiera

Tras la toma de decisiones los tres salieron del baño e irían cada cual según lo pactado.

- Vamos Mike, guíame... A ver qué conseguimos... - y fue así como se pusieron en marcha

Mike y Nat se separan de Ian y se dirigen hacia las puertas al fondo del pasillo, donde se ve en letrero que dice "Emergency" en letras verdes de neón. Al traspasar la puerta se encuentran con unas escaleras sombrías y grises con barandillas blancas. Por el hueco de las escaleras, mirando hacia arriba, se puede ver que las escaleras ascienden hasta el último piso.

A medida que comienzan a ascender pueden ver que en cada piso hay una puerta de emergencia, que puede abrirse desde el lado de la escalera haciendo presión a una barra que está apoyada de forma horizontal en el centro de la puerta. Finalmente, llegan al séptimo piso. De no ser por el número pintado en la pared que identifica cada planta no podrían haber diferenciado una puerta de otra.

Antes de que ninguno de los dos intente abrirla, Mike puede captar los sensores de movimiento que se encontraban a ambos lados de la puerta, y se los señala a Nat. Parecen un poco complicados de desactivar, pero no imposible.

Ian se separa de Mike y Nat, adentrándose una vez más en el casino del hotel. De un lado y de otro se escucha la algarabía de las tragaperras cada vez que sus usuarios tiran de la palanca con la bana esperanza de obtener el premio mayor. Más allá una vaquerita reparte las cartas sobre una mesa de poker, donde hombres y mujeres se sientan para hacer sus apuestas y ver que mano les ha tocado esa noche. En otra mesa juegan a la ruleta, y se ven las torres de ficha que cubren un número u otro, y luego son asignadas a los ganadores, aunque más a menudo terminan en casa.

Desde una de las máquinas individuales, Ian puede ver a un hombre vestido con chaqueta y gafas oscuras, y por un momento está seguro que le estaba mirando.

Para cuando llegaron al septimo piso Mike se había ya planteado un par de veces el dejar de fumar aunque había descartado la idea, aún le tomo algunos segundos retomar el aire por completo después del ejercicio. Sobretodo cuidar de no caerse con la poca luz que había allí, tenía su maña también. "Alguien podría haber instalado un ascensor" Miró por el hueco de la escalera, era una larga caída hacia abajo, y se preguntó cuantas chicas habrían caído por allí. -Espera gatita - Murmuró cuando notó los sensores de movimiento en la puerta - Veamos si puedo hacer algo con esto

¿Siete pisos a pie?.... De verdad aquel trabajo de investigación no estaba pagado. Sin embargo Nat no se quejó, comenzando su ascenso con una energía indómita, para relajarse a mitad del camino y terminar al llegar a su destino, respirando con dificultad, como si de una anciana se tratase. En ese instante vino a su cabeza la película Jumanji y el rinoceronte asmático que siempre corría detrás del resto de los animales, una gran comparativa en ese preciso instante.

- ¿Gatita?... - podía haber protestado, pero no quería decentar al hombre de lo que hacía. Los sensores de movimiento estaban activos y si les detectaban todo el plan se iría al garete -... Espero que no hayan problemas dentro ... - estaba nerviosa. Nunca había ido tan lejos por un trabajo y pensar que en el local pudieran tomarla por prostituta le aterraba. Suspiró alejando los pensamientos de sí -...¿Cómo lo llevas?... ¿Podrás bloquear el sistema?...

Encontrándose en la mesa de Póker, el fotógrafo no pudo evitar fijar su mirada en un hombre vestido con chaqueta y gafas oscuras jugando en una máquina individual. Era la clase de persona que levantaba sospecha a simple vista y su intuición le decía que pudiera estar en algo relacionado. Por esta razón, seguiría tranquilamente con su juego de póker mientras fijaba su atención en la persona. Necesitaba saber si demostraría ser una persona cauta que llamara su atención de alguna inesperada manera. Cualquier señal que le despertara mayor intriga le llevaría a acercarse.

Ian tarda unos segundos observando al hombre, intentando reconocerlo. No tarda en darse cuenta que efectivamente no es la primera vez que lo ve, sino la tercera, aunque las veces anteriores llevaba ropa distinta.

La primera vez que lo había visto había sido cerca de la residencia donde se había encontrado el cuerpo de la Gata Azul, caminando por la acera frente a la casa sin al parecer un rumbo fijo. Luego lo había visto nuevamente en el Hospital, sentado en una de las sillas de la sala de urgencias.

Y ahora está allí. ¿Coincidencia?

Mike se maneja expertamente con aquella tecnología. No es la primera vez que realiza un trabajo así, es incluso capaz de reconocer la marca de aquellos sensores, por lo que sabe también cómo hacer para que dejen de funcionar. En apenas diez minutos, que sin embargo para la periodista se hacen un poco largos, por fin el Cabrón da la señal de haber logrado su objetivo.

Los sensores están desactivados, y es más que probable que los dueños no se enteren de ello por quizás varios días. Ahora que no hay peligro, ambos proceden a ingresar en el local.

Su sensación de sospecha se aclaró cuando finalmente recordó dónde había visto a ese sujeto. -Bueno chicos. Ha sido un buen juego pero me retiro.- Sonrió a sus compañeros de mesa, perdiendo algp de dinero en sus apuestas, y volvió a moverse libremente por el casino.

Extrajo discretamente su cámara de fotos. Esta tenía una muy buena calidad y definición, por lo que sería mejor para capturar a aquel hombre.

Las posibilidades de quién podía ser ese hombre eran muchas, pero Ian tenía la filosofía de que en una situación dudosa, pensar lo peor y prepararse a los percances. El hombre podía estar ligado a los asesinos de la Gata. Si el hombre los reconocía igual que él lo había reconocido a él, estarían en problemas. Afortunadamente, Ian se había disfrazado y cambiado de atuendo en las diferentes ocasiones, disminuyendo significativamente las posibilidades.

Sacó discretamente una foto sin flash a media distancia. Buscó un lugar en la máquina detrás de la otra máquina en la que jugaba el hombre y buscó un ángulo desde el cuál pudiera tomarle el rostro.

Ya con éstas fotos, buscó sincronizar su cámara a su móvil y pudo así mensajear a Nat con ambas fotos. "Este hombre estuvo en el hospital Y la casa de la Gata. ¿Qué hago?" Quería una opinión. Tenía muchas ideas, algunas más arriesgadas que otras. Algunas que podían impactar con su plan.

Al poco de enviar el mensaje, Ian recibe respuesta de Nat.

Que no te vea por si te reconoce, en breve salimos a la sala. Yo soy la de la fusta. No le pierdas de vista, quizás vaya a interrogarle.... ^^

El hombre no parece haberse dado cuenta de que le han fotografiado, aunque es difícil asegurarlo debido a las gafas que lleva. Aún quedan cuarenta minutos antes de la medianoche, que es cuando el Club Papillion abre sus puertas para las fantasías de quien pueda pagarlas.