Partida Rol por web

Transportados por las artes místicas de un demonio rojo, salido quién sabe de qué dimensión, aparecísteis de nuevo en el tejado de un edificio cercano, de tres pisos de altura, desde el que se podía otear toda la zona. Todo parecía tranquilo en aquél momento.

La dirección os conducía directamente a un almacén todavía en buenas condiciones, aunque sin uso. Posiblemente no haría muchos años que había cerrado y desde luego no era una construcción vieja y se podría aprovechar en el futuro en cuanto un inversor se interesara por él. El lugar no parecía forzado: no habían puertas ni paredes rotas.

La conversación con Sónica había quedado truncada. Según sus palabras no iba a ser comedida y planeaba acabar con Ben Jackob, a quien debía procesar un intenso odio que los últimos acontecimientos no ayudaban a aplacar. En su mirada y sus gestos se notaba que la furia crecía en ella por momentos, presta a liberarse.

Tornado también parecía impaciente. El ex-soldado, además, sentía extenderse por su cuerpo el frío que causaba la esfera de su bolsillo. Era ciertamente antinatural.

A los pocos segundos de llegar, advertísteis que sí había algo que llamaba la atención. Un sonido que se escuchaba de fondo, que disminuía y aumentaba a intervalos regulares y que parecía provenir de la fábrica. El suelo se estremeció entonces, ligeramente. El pequeño temblor no causó ningún daño pero era indicativo de que algo pasaba. 

Los saltos son cortos y cansados, en esta ocasión. El esfuerzo realizado pasa factura, de modo que llevo al grupo paso a paso, tejado a tejado, siguiendo las indicaciones de dirección que me van dando. Orientarse en esta ciudad es complicado, sin un puerto y un mar que otear desde las alturas. En el Caribe las cosas eran mucho más sencillas, las ciudades más pequeñas, los fuertes menos protegidos...

Pero finalmente llegamos al lugar, seguidos de mis bastardos, y suelto a la mayor parte de mi carga. Desenrosco mi cola del tobillo de Dawn, quito mi pie de la espalda de Tornado, suelto las dos manos que sostengo con mi siniestra, las de Psiónica y la nueva, a la que suelto la última tras haber estado meditando la historia que compartió con nosotros ahí atrás.

Mis respetos, señorita... -Beso su mano, mirándola seductor- Cuando llegue el momento de vuestra venganza, si en algo puedo serviros de ayuda...

Pero... ¿Y esto a qué viene, Shazael?

Solidaridad con una pobre dama que ha sufrido los estragos de una agresión sexual en su familia, Dom.

¡¡Qué hipócrita!! ¡¡Pero si tú has cometido agresiones sexuales montones de veces!! ¿¡Cómo te atreves...!?

Por eso se de lo que hablo, Dominic. He hecho y volveré a hacer si tengo oportunidad actos viles y desalmados, ¡es mi naturaleza, humano! Por eso reconozco el mal cuando lo veo, y reconozco también el valor de la venganza. Muchos han acudido a mí en busca de ella. Unos para obtenerla en compensación por mis actos, otros en busca de ayuda para obtenerla. Oh, la de sacrificios que me han ofrecido esas almas perdidas... Alimentar la venganza me satisface, humano, casi tanto como el posible agradecimiento que pueda sentir esta dama tras obtener lo que desea...

...

Y tu silencio me indica otra verdad, Dom. Pese a tus redaños y tu moral, no te ves decidido a frenarme, llegado el momento. En el fondo, muy en el fondo de tu alma, desprecias tanto a un violador como para permitirme acabar con su vida.

Y, por cierto, por si te lo preguntas... Nunca violé a Sarah.

Suéltala.

¿Eh?

Que sueltes a Tótem.

Miro mi mano diestra, aún sujeta a la cintura de la mujer india. Ha estado ahí todo el camino, jeje, pensé que a Dom le pondría de buen humor tener a la morenaza cerca, de modo que la he tenido sujeta por la cintura todo el camino.

No te importa si me quedo así un rato, ¿verdad? -Le digo a la chica de Dom, sonriendo con lascivia.

¡¡Oh, mierda!!

Una explosión me deja fuera, maldito Dominic...

Me materializo, suplantando el lugar que ocupaba el demonio hace un instante. Tengo demasiadas cosas en la cabeza, y estoy ciertamente cabreado. Para variar. Quito la mano de la cintura de Tótem, agradeciendo al menos que no la pusiera en otro lugar más violento. Abro la boca para decir un "lo siento" que se ha convertido en una costumbre en mi vida, pero recuerdo la última vez que se lo dije a esta chica, de modo que me callo, le decido una sonrisa incómoda que no oculta la vergüenza y tristeza de mi mirada, y me aparto a un lado para observar el almacén desde la cornisa.

Aunque no estoy mirando el almacén en realidad, sino rebuscando entre mis recuerdos.

El viaje fue a base de pequeños saltos que, pese a lo que había pensado, no me dieron fatiga. Así que esto es teletransportarse.  Ojalá tuviera yo ese poder, siempre me quedará ir rápido cuando quiera. Trataba de mantener la mente alejada de las últimas declaraciones, puesto que cuanto más pensaba en Ben más ganas de arrancarle la cabeza de malnacido que tenía.  Debí haberlo matado cuando pasó lo de aquella niña, pero era demasiado estúpida. Esta vez no fallaré.

Al llegar a la zona del almacén el capitán rojo fue liberándonos uno a uno, no sin antes besar mi mano. Las palabras que dijo alegraron mi ánimo ligeramente, así que me esforcé por sonreírle por el gesto.  Muchas gracias, Capitán Rojo.  Mientras ese cabrón esté muerto no me importa cómo  o quién lo haga. Mis palabras sonaron sinceras y más agradables que mis anteriores intervenciones. Perfecto, al menos no estoy sola en esto. Tienes las horas contadas.

Un ligero temblor me puso en alerta cuando estábamos en esa zona. Un sonido característico  se apreciaba en aquel abandonado ambiente; en cualquiera de esas zonas podía estar Martha, por lo que no podíamos tener tiempo, pero tampoco hacer una locura.   Traté de afinar mi oído con la intención de percibir algo más. 

La zona estaba calma y se escuchaban pájaros, vehículos y el andar de algunos caminantes. En el interior del almacén, aquél sonido rítmico se hacía más intenso. Daba la impresión de que era la respiración de Darth Vader. Además, algo pesado caminaba de un lado para otro. En un momento dado, se escuchó un golpe de un objeto contra una pared.

Sabías exactamente que el sonido provenía del interior, de lo que debía ser la nave principal.

Por fin habíamos llegado. No me gusta esto de que me teletransporten a saltitos.

- La próxima vez creo que llegaré yo solo, Capi. Volar solo es más relajado que... lo que sea que es esto.

Saco la esfera de mi bolsillo y la miro. Sigue estando helada. "Si esos bastardos tienen poderes de fuego como la pelirroja, se la tiro. A ver si con suerte se apagan esos pringaos y la bola se derrite...". La vuelvo a guardar, y observo el almacén.

- A ver, ¿cómo podríamos saber que hay ahí dentro? Se me ocurre que Sónica haga de... de... bueno, de sónar. Ya sabéis, que lanzo un rayo sónico y nos haga un mapa con las resonancias del sonido. Aunque igual advierte a un montón de brutos que estamos aquí fuera... Tótem, ¿no puedes invocar un gato o un ratón o algo así? O sea, tu cuervo ha sido muy útil, pero no se si ese bicho puede entrar sin llamar la atención. ¿O sí?

Me preocupaba la sed de venganza de Sónica. Aunque era capaz de comprender sus sentimientos, no compartía sus maneras, así que sólo esperaba poder estar cerca llegado el momento para impedir lo que fuera. Para colmo el Capitán Rojo la animaba a ello.

Cuando este se dirigió a mí, nuevamente con una de sus bravuconerías, Dominic regresó, mirándome de forma que parecía querer decirme algo. Sin embargo, esto no llegó a suceder, y se apartó del resto.

Notamos un ligero temblor, y mientras Sónica parecía concentrarse Tornado volvió a preguntarme si podía invocar algo de utilidad.

-Colton podría intentarlo, aunque sólo es imperceptible en las sombras. No puedo asegurar que no lo vea alguien al entrar. Aunque tampoco deberían pensar que es algo más que un simple pájaro. No puedo invocar nada más "discreto". Si se os ocurre algo mejor… 

Miré a Dawn, esperando alguna aportación de su parte, y después me acerqué a Dominic, posando una de mis manos en su hombro.

-¿Ves algo? – le pregunté ante su aparente inspección del almacén.

Mantener la atención en aquellos sonidos era difícil cuando podía escuchar otros sonidos a mi alrededor. Era un patrón repetitivo pero no lograba identificar a qué se atribuía exactamente.  Levanté la mano ligeramente y con la otra señalé el almacén de los que provenían los sonidos- Ahí parece haber algo moviéndose de un lado para otro, parece bastante pesado. También han tirado algo contra una pared y el sonido se va haciendo más intenso- añadí finalmente. 

Pude escuchar lo que había dicho Tótem sobre el pájaro- Puedes enviarlo a inspeccionar esa fábrica si lo ves bien, pero tras eso deberíamos acercarnos; no sé si el haber tirado ese objeto viene por una discusión entre los que se encuentren dentro o no.  Tampoco he podido escuchar mucho, la verdad- gruñí. Si me acercara más quizá podría, pero también pondría en riesgo la misión. 

¿Eh? -Me sobresalto al descubrir a Tótem a mi lado, tocándome el hombro. Estaba demasiado ensimismado con mis propios pensamientos. "Nunca violé a Sarah", esas palabras pesan en mi alma como un yunque oprimiendo mi pecho. Me lo dice ahora, pese a saber que me lo he estado preguntando una y otra vez desde aquel día en que me dejó. Ahora, precisamente, después de dejarme pasar por un infierno. Después del miedo y la culpa, de tanto sufrimiento. ¿Por qué? Pero ahora no responde, es más, parece que disfruta dejando que suponga o imagine sus motivos. Y mientras tanto, sigo sin saber qué sucedió aquella noche...

N-no, lo siento, yo... Estaba pensando en otras cosas. -Confieso a Tótem apartando la mirada con tristeza y vergüenza- El conflicto que mantengo con Shazael puede hacer que en ocasiones me distraiga del objetivo ¿Sabes? Esto es... difícil. Pero mi compromiso con vosotros es total, no quiero que pienses lo contrario.

Miro a Tótem de medio lado, reafirmando mis palabras a pesar de mi gesto triste. Entonces Sónica describe lo que ha captado del interior, aunque tampoco es que aclare demasiado.

Capitán Rojo puede llegar al tejado sin problemas. -Digo volviéndome hacia los demás- Aunque podrían oírnos al realizar el salto, por lo que necesitaríamos una distracción. Sónica, ¿podrías provocar el sonido de una alarma en uno de los almacenes adyacentes? Eso debería bastar. Y desde el tejado puedo buscar una trampilla o cualquier otro acceso desde el que acceder al interior e inspeccionar. Si Colton me acompaña, puedo hacerle entrar también al interior. Si el almacén se parece a los que conozco, tendrá luces colgantes, y mientras se mantenga por encima de ellas tendrá sombras en las que ocultarse. -Observo las reacciones de cada uno, esperando encontrar algo de apoyo. Realmente me gustaría poder aportar algo bien hecho a este equipo, que mi maldición sirva de algo por una vez. Que todo esto merezca la pena- ¿Qué os parece?

Dominic no había observado nada, confesando que sus conflictos con Shazael a veces resultaban un impedimento, pero de pronto afirmó estar completamente comprometido con nosotros. Empezaba a sorprenderme la forma en que a veces se mostraba tan distante, pero de pronto sabía cómo acercarse a lo más profundo de uno. Apreté su hombro antes de soltarlo, y me volví hacia Sónica.

Esta había percibido algo, pero parecía ser insuficiente para aventurarnos a entrar allí sin más. Sugirió que Colton podía echar un vistazo, pero que como fuera deberíamos aproximarnos tarde o temprano, cosa con la que estaba de acuerdo. Mi amigo el cuervo podría darnos algunas pistas, pero no resultaba del todo exacto siempre, al fin de al cabo, había muchas cosas de este mundo que se escapaban a su entendimiento, y tratando con habilidades sobrenaturales, no estaba segura de hasta qué punto podría advertirnos; aunque sin duda la apreciación de Sónica no iría por ahí. Estaba preocupada por lo que esta era capaz.

Dom también parecía de acuerdo, e incluyó a Colton en su plan para acceder al almacén sin ser vistos; Sónica podría ayudar con eso.

-A mí me parece bien. Colton puede volar hasta el tejado y allí reunirse con Rojo, porque no sé si sería capaz de teletransportarse con él. Eso sí, cuidármelo…

Tótem susurró algunas palabras cerca de una liviana sombra y en respuesta, Colton, el cuervo, asomó el pequeño pico. Al escuchar el plan pareció un tanto disgustado, al parecer por la idea de ir junto a un demonio, pues espíritus y demonios no parecían congeniar en manera alguna.

Quizá fue por eso que remontó el vuelo y comenzó a sobrevolar el almacén. Habían un buen número de ventanas a través de las cuales podía otear. Así que dio algunas vueltas, curioseando, y después volvió, posándose sigilosamente en una cornisa. Colton había actuado por su cuenta, pero supuso que estaríais satisfechos con el resultado.

Graznó antes de hablar. - He visto un ser de roca allí dentro, que brillaba en rojo, incandescente. Era alto y caminaba por la sala. Pero no he visto a nadie más. Parece estar solo. También he visto una lagartija y me ha entrado hambre.

El cuervo dio unos pasos inquietos de un lado a otro, pero se mantuvo en el sitio.

- Ese ser de roca camina por la sala como si estuviera nervioso.

Carrie se fijaba en el grupo. No tenía nada que hacer, pero aquello no tenía mucho sentido según la información que tenían de antes.

- A ver, la pelirroja nos dijo que en el almacén estaba Prometheus y también algunos compañeros suyos a los que iba a otorgar poderes. Ahora sólo hay uno de ellos, ¿porqué? Imaginemos que el ser de roca es Prometheus. Es nuestra oportunidad para librarnos de él, en este sitio además no hay muchos civiles, así que es un buen lugar para usar los poderes al máximo. - Sonrió pensando que no iba a tener que contenerse. Podría destrozar y quemar sin riesgo. Le iba a venir genial para descargar tensiones.  

La mujer tocó el hombro de Dawn y lo sacudió. - ¿Sigues con nosotros o te dormiste bajo la máscara? - Arrugó los labios pues le parecía un poco extraña su actitud.

Observo el modo en que el cuervo se larga sin esperar, desbaratando toda mi propuesta. Suspiro tratando de no mirar a Tótem, por evitar que piense que pueda culparla a ella por los actos del espíritu rebelde.

Parece que no tendré oportunidad de hacer una a derechas.

El cuervo regresa con algo de información. Un único enemigo, poderoso por lo que se ve. Y ¿nada más?

Me froto los ojos, cansado, pensando en si realmente me estoy enterando de todo lo que pasa. ¿Quien es ese Prometheus, y por qué da poderes a la gente?

Eso no es lo importante...

Claro que no. Lo importante es ayudar, pero empiezo a estar cansado de ir a ciegas. Estoy aquí por hacerle un favor a la ex de Extraño, o al propio Extraño más bien. Pero eso no significa que no merezca saber lo que pasa.

En otro momento, Dom, estamos preparando un abordaje...

¿Y tú desde cuando te tomas las cosas tan en serio?

Este es mi terreno, humano, no olvides de donde vengo. Abordar, ejecutar y saquear, no hay nada más sagrado...

De acuerdo, "experto", dime ¿cómo lo harías?

Espacio cerrado, único adversario, factor sorpresa... Rodearlo, obviamente. Por el frente, la retaguardia y desde arriba. Y darle con todo, ahora mismo no se requieren sutilezas...

No es un gran plan que digamos...

Tampoco es un fuerte británico bien pertrechado...

Bfff -Lanzo un bufido desganado, cruzándome de brazos- Somos seis... ¿Tres parejas? Una por la puerta principal, otra por detrás, otra desde arriba... Y atacamos a la vez. No parece el plan más elaborado del mundo, pero si a nadie se le ocurre algo mejor...

Mientras espero a que decidan que el plan de Shazael es una mierda, oteo los tejados de alrededor, con una idea en la cabeza.

Empiezas a pensar, Dom, me siento orgulloso... Ese tipo brilla incandescente, habrá que enfriarlo...

Por eso busco un depósito de agua. Uno que podamos cargar en un salto...

He escuchado en silencio todas las opiniones y datos, y es la hora de entrar en acción, aun así no soy partidario de que el plan sea emboscarlo.

-Es verdad que tiene pinta de ser un rival a quien enfrentarnos. Pero, ¿y si no lo es? Que sea de roca y esté nervioso no nos dice nada, podría ser de los 4 Fantásticos.- Bromée.

Aun así la idea del capitán no era mala.

-Aun así tienes razón. Tres parejas. Yo entraré por la puerta principal junto a ti.- Le dije al capitán.- Intentaremos hablar con él, si la cosa se tuerza soy el más resistente para aguantar un ataque frontal, y tu... bueno, puedes desaparecerte. El resto tomar posiciones, al menor signo de hostilidad atacar.

Esperaba poder dialogar con él, pues no se me daba mal del todo, si no era así podría aguantar su acometida mientras el resto se preparaba.
Entonces llevé al capitán a un lado.

-Necesito al demonio, si es de los buenos podré hablar con él. Pero si no lo es quizás podamos convencerlo de que nosotros tampoco. Y un demonio ayudaría en eso mucho mas que... en fin... tu...- Preferiría ir con e humano, pero aquello me parece el plan más seguro.

Escuché lo que estaban diciendo los demás acerca de colarse en ese sitio.  Yo no he escuchado voces dentro, pero sí unos pasos, no sé si serían de ser de piedra. - aclaré, salvo ese extraño sonido no pude percibir mucho más. A lo mejor mi hermana y mi madre no se encontraban allí, pero si lo que hubiera ahí dentro tenía información sobre mi hermana entraría sí o sí.  Es la única pista que tenemos sobre ella. No puedo perderla. 

Asentí ante la pregunta de Dominic- Podría intentarlo, pero no sé si funcionaría. Las ilusiones no son mi especialidad, pero lo haré lo mejor posible si ese es el plan final. Estaba tratando de ser amable pese a toda la tensión que tenía acumulada por el día de hoy; sabía que no podía ceder ante la idea de tirarme a la aventura contra esos seres, así que colaborar era la única opción.

Sonreí al plan que proponía Psiónica. Necesitamos relajarnos, todos, y si ese Prometheus opone resistencia no tengo problema en hacer lo que se precise. Martha, por favor, aguanta.  Luego me encogí de hombros cuando propusieron eso de ir por parejas: no conocía a ninguno de ellos lo suficiente como para que me importara ir con uno u otro.  Si lo necesitáis, para meter miedo- dije cuando escuché el plan del tipo del casco- sí que puedo intentar hacer otras voces para que crean que estamos acompañados de otros. Aún así seis contra uno debería acojonarlo lo suficiente, pero gilipollas hay en todos lados- dije negando con la cabeza.  

Cuando llegaba la hora de la verdad, hacer un plan no era nada fácil.

Decidísteis separaros en tres grupos: Tornado y Psiónica se prepararían para transportar un depósito. Tótem y Sónica esperarían detrás, mientras que Shazael y Dawn tratarían de hablar con el ser que caminaba dentro.

Llegar hasta sus posiciones era lo más sencillo. Las dos mujeres saltaron hasta abajo - un tercer piso no pareció ser problema para ninguna de las dos -. Tornado y Psiónica emprendieron un suave vuelo, mientras que Shazael se teleportaba y Dawn descendía. Llegaron hasta sus destinos y el plan empezó a rodar.

Psiónica se envolvió en un aura rojiza que pareció impulsarla. El vuelo debía ser cómodo, pero no era rápido. Ella intentaba ir a máxima velocidad y no parecía ser capaz de superar los cincuenta km/hora. Tornado, por su parte, acabó empujándola para acelerar el proceso y alcanzar la azotea en la que se encontraba el depósito de agua.

Allí estaba. Psiónica enseguida se dirigió a tí, expresando su punto de vista.

- Según mis pruebas, soy capaz de alzar un camión sin carga, que es un buen peso. Combinando nuestros poderes tenemos que arrancar el depósito. Si el tal Prometheus sale a la calle se lo podremos lanzar con esfuerzo. Pero si no, voy a tener que arrancar el techo antes para que puedas alcanzarlo.

La mujer golpeó el depósito con la mano.

- No está hueco. Pero lo que no sé es cómo vamos a quitarle peso. No le puedes disparar, salvo que tuvieras un silenciador.

Tras el almacén el sol no golpeaba, lo cual era un alivio. Estábais en el lado opuesto a la puerta y vuestra misión era tan sólo esperar. Os mirásteis un poco incómodas, buscando quizás algún tema de conversación o algo que expresaros.

Llegásteis hasta la puerta. Llamásteis con vuestras manos al unísono y esperásteis respuesta, pero ésta no llegó.

Desde el exterior, se seguía escuchando aquél sonido oscilante de fondo, que subía y bajaba de intensidad. A esta distancia, parecía una respiración. La respiración de alguien, delatora. El sonido aumentó de ritmo: La figura del interior había escuchado los golpes, pero no hizo nada. Poco a poco la respiración recuperó su velocidad normal.

Advertísteis entonces que la puerta estaba suelta. Se abriría si era empujada. 

Nos separamos por parejas. Me ha tocado la más fea del baile, pero tampoco es que haya sido nunca el mejor bailarín. Me gusta más asaltar el baile haciendo que la música cese y sea reemplazada por los gritos y el caos. Y en medio de ese caos, encuentro mejores parejas de baile. Y tríos. Y más aún. Es lo más divertido del mundo. Dejaré tirado a este pringado a la primera ocasión...

No, demonio, recuerda por qué estamos aquí. El plan fue tuyo, ¿no?

¡Claro que sí! Pero esperaba ir con alguna de las mozas, alegrarme la vista, quizás agarrar un poco de cacha ¡las probabilidades jugaban a mi favor! La rubia, la negrita, incluso la indígena esa que tanto te gusta...

¡Shazael! ¡No hagas que me arrepienta!

Oh, maldición, Dominic, eres tan aburrido... Y como no hagas algo, esta misión habrá terminado antes de que te des cuenta, y con ella tus opciones con la morenaza, ¿sabes? ¿O crees que se quedará aquí a tomar algo contigo cuando ya no seas, corrijo, seamos necesarios?

¿Qué es eso...?

Detengo mi odiosa discusión interior, afinando el oído. Sí, se oye algo, una especie de... respiración. Mi indeseado compañero ha golpeado la puerta, lo cual, por otra parte, es una idea absolutamente cojonuda, pero esa cosa no ha respondido. Claro, es lo que tienen los diplomáticos, que creen que pueden resolverlo todo poniendo buena cara y sonriendo. La de buenas caras que he arrancado yo, jeje. Pero quiere hablar, así que, ¿por qué impedírselo?

Tú decides, almirante -Le bautizo. El capitán soy yo, nadie va a quitarme ese galón- Echo un vistazo dentro antes, o abres a ciegas? -Digo echándome a un lado. Si al abrir la puerta, algo sale como un toro, no pienso ser el idiota que estaba ahí en medio...