Partida Rol por web

La puerta a tus espaldas se abrió de golpe y Lizzie entró en la azotea y se cubrió a tu izquierda. Pareció entender la situación muy rápido y actuo disparando contra el vehiculo antes de que Heisenberg entrara en su linea de tiro.

- Gilipoyas solo te vas de aquí con nosotros. - Ladró de mala leche. 

Las balas hicieron saltar chispas en la chapa del vehiculo. Y por un segundo todo se detuvo.

- Justo a tiempo para ilustrar a que me refería señorita.

El doctor siguió acercándose al vehículo, aunque la primera rafaga le hubiera alcanzado no estaba claro si podría volar o si lo que buscaba era parapetarse ahí detrás.

- Que desafortunado.... ahora que no puedo irme y que vuestro amigo ha matado a mi escolta, la seguridad activa de la corporación ya estará de camino... os recomendaría largaros si queréis salir de aquí con vida. - Os aconsejó condescendiente.

El tipo era delgado y Turok lo cubría por completo, ademas Markus parecía moverse bien en estas situaciones por que no dejaba que consiguierais linea de tiro. 

 - Si cada una se va hacia un lado no se puede cubrir de las dos. - Te dijo Lizzie

Lizzie había desaparecido por la puerta de las gradas mientras vosotros os habíais acabado de soltar y comenzabais a seguir su camino cuando escuchasteis tiros en la azotea.

Mientras Lock se agachó para ver que llevaba uno de los tíos de seguridad corporativa encima, en mitad de su registro pudo apreciar que a uno le habían abierto la garganta desde detrás y al otro le habían lanzado un cuchillo que se había clavado en su ojo. Ninguna de las dos heridas eran agradables de ver.

Pero lo más llamativo era un biomonitor en su muñequera. Estaba emitiendo una señal de emergencia ante su actual estado de salud o falta de salud. El tiempo que llevaran muertos era tiempo que os quitaba a vosotros de reaccionar. Estaba claro que se iba a presentar allí la caballería de un momento a otro.

El hacker había dejado limpios a las niñeras, así que se hizo con el cuchillo del onjo del fiambre. Lo limpió sobre su propia ropa y se lo guardó en un bolsillo.

Eh! Lock! Y con un batir de palmas le hizo gesto para que le pasara una de las pipas. Los subfusiles los llevaban Lizzie y Tayra. Y pásame también uno de esos comunicadores. A ver si puedes saber en qué banda usarlos. O poder descifrar las comunicaciones y saber más cosas cuando venga el resto del equipo.

Tras eso se perdió detrás de Lizzie, siguiendo el rastro de Tayra.

Apretó los dientes para no dejarse llevar por la pantera que llevaba dentro. Justo en ese momento entró Lizzie y aquello le proporcionó la oportunidad perfecta para detenerse a comprobar cuantas balas tenia el cargador. No añadió nada más, pues con aquel tipo no era posible llegar a un entendimiento.

Miró a los ojos un segundo a Turok como disculpandose y luego disparó unos cuantos tiros a las piernas*, por debajo de las rodillas, sin importarle que estuviera el indio delante. Era la vida de Tyler la que estaba en juego, y quizás la suerte le hiciera atinar en alguna pierna de aquel gafotas mequetrefe.

Escuchó a su compañera y comenzó a moverse hacia el lado que no fuera ella, con el subfusil apoyado en su hombro y bien sujeto, esperando que fuera efectiva aquella maniobra

Forst entró en la azotea para ver a 4 figuras allí, el bueno del doctor se cubría tras el cuerpo de un nativo americano a quien mantenía encañonado. Lizzie y Tayra estaban abriendose cada una hacia aun lado encañonando a la pareja y un deslizador aéreo estaba agujereado cerca del doctor, parecía ser el objeto de los disparos que acababan de hacerse.

Aquello era una danza extraña en la que el doctor se movía minimizando con bastante éxito las líneas de tiro. Parecía calcular todo hasta que entró Forst en escena.

- Bueno señorita... veremos si tenía razón usted o yo. - Dijo el doctor arrojando la pistola por la cornisa de la azotea tras expulsar el cargador y la bala de la recamara.

En el proceso el indio calló de rodillas dando muestras de una debilidad extrema.

El indio cayó de rodillas y acabo por tumbarse  boca arriba tras tratar de gatear, parecía aturdido y desorientado.

Aquel tipo indio le sonaba de haber hablado con él, una noche reciente, aunque le parecía que habían pasado años.

¿Es él el que ha limpiado el camino? En cualquier caso parecía que el viejo doctor se lo montaba bastante bien para ser un tipo de despacho. Alguien que había tratado con gentuza como Barracuda debía de tener pelotas. Y parecía que había conseguido sorprender al que había acabado con sus niñeras.

Algo le había dicho Tayra y ahora parecía que se rendía, así que ahora que había tirado la pipa y se rendía se acercó hasta el indio y comprobó su estado.

Tenemos que salir de aquí. Cagando leches.

Anunció, mientras atendía al indio.

Todo se había precipitado por culpa de aquel gilipollas. Pero un gilipollas necesario por mucho que le pesara. Miró a Forst y asintió

- LIZZIE, AYUDA A FORST - Dijo en voz alta y sonora. No bajó el arma de momento mientras se acercaba, con el pie descalzo de puntilla para que no se notara la falta de la bota al caminar, hasta la cornisa sin perder de vista al piltrafa gafotas. Oteó de refilón los edifcios que los rodeaban por si veía movimiento extraño. Luego se asomó al vació para ver si habia algo.

Si no veia nada entonces miraria de frente a Heisenmberg - Sálvalo, que yo cumpliré mi parte del trato. - le indicó con la mano la salida, para que fuera tras sus compañeros mientras ella cerraba la marcha.  - ¿Verdad chicos? - conocia los sentimientos de ella, sobretodo, pero esperaba que Tyler le importara de verdad y no antepusiera su propia vendetta a la vida del jefe.

Forst siguió los pasos de Lizzie y te quedaste solo con los cadáveres, desde donde estabas veías el cuerpo de Abraham en la arena en mitad de un charco de su sangre. El foso se había cobra su ofrenda como diría el juez de aquel tétrico lugar.

Escuchaste las voces amortiguadas de tus compañeros en la azotea. Al principio tensas, pero no hubo mas disparos.

Lizzie miró a Tayra de malas maneras. No parecía muy deacuerdo con esa orden.

- Menos humos... - Te dijo mientras se seguía moviendo para mantener encañonado a Heisenberg. 

- Forst, cuidado al sacarlo de ahí no te vuelva a drogar y no te acerques a favor del viento. Lo que sea que le ha hecho te lo puede hacer a ti. - Le aconsejó -  ¿Donde está Lock? Hay que quitarle los rastreadores antes de ponernos en marcha... - Protestó por la ausencia del hacker.

Saliste el último Heisemberg estaba desarmado y encañonado, había un coche volador de los caros con muchos agujeros de bala, una pena. Y además había un tipo de etnia nativa americana que te sonaba de haber visto pro el garito con Dorst en las ultimas noches. Éste último, el indio parecía bastante jodido por una causa indeterminada.

Según saliste Lizzie estaba preguntando por donde estabas, con su encanto especial.

"¿Donde está Lock? Hay que quitarle los rastreadores antes de ponernos en marcha... "

- Sálvalo, que yo cumpliré mi parte del trato. -

El doctor miró Tayra y se encogió de hombros con las manos en alto.

- No le va a pasar nada... - Dijo a modo de explicación sin entrar en detalles - Si me lo permiten, no deberían perder mas tiempo, al matar a los miembros de seguridad mi excursión habrá dejado de ser privada y van a venir mucha gente preocupada.

Lanzó una mirada asesina a Lizzie cuando dijo aquello. No era momento de ponerse tiquismiquis delante de aquel gilipollas.

- Si. Hay un gas - dijo dandose cuenta de repente. Estaba tan fuirosa y tan centrada en Heisemberg que ni se habia acordado de alertar a Forst.

- Movamonos ya. Si tiene razón... ya vamos jodidos de tiempo - volvió a echar una rápida ojeada hacia abajo - Si no veis viable volver por donde hemos venido, aquí hay unas escaleras de incendios -

Aparezco aún peleándome con la chaqueta que le he birlado al cadáver, es ligera pero tiene algo de blindaje. Me queda grande.  El cuchillo que atravesaba su ojo ahora está en mi bota. Y bajo la chaqueta aún se observa mi camiseta manchada de sangre que desaparece justo cuando termino de abotonarla. Doy un vistazo a la escena y sonrío complacido bajo mi espesa barba. Joder, si lo llego a saber me retraso un poco más a ver si ya tenéis lo del cacharro volador arreglado. Doy una carrera un poco cómica en la que casi se me cae la pistola que me queda después de haberle dado la otra al viejo Forst. Me la vuelvo a colocar en la cintura. No hago ni caso al Heisenberg de los cojones para evitar tener que contenerme las ganas de dejarlo seco a cuchilladas. El indio me suena, pero no tengo ganas de hacer nuevos amigos. ¿el piel roja es el que ha despachado a la seguridad de ése? pregunto mientras me lanzo a destripar el software de seguridad del coche volador. No consigo anularlo por completo pero consigo que la señal parezca emitirse desde China o desde cualquier jodido lugar donde no estamos al menos por un par de horas. Tíos, van a encontrar este trasto en menos de dos horas, así que si os subís os doy un paseito gratis, o nos mato a todos en el intento.

Me coloco a los mandos y espero una señal de que todos estamos listos para salir de allí echando leches. El coche está muy jodido con tanto agujero de disparos pero desviando casi toda la energía consigo que arranque aparatosamente. No creo que el cacharro nos lleve muy lejos, pero apuesto un trago que al menos nos saca de aquí unas manzanas... acepto peticiones de destino. Pongo tarifa interurbana. Joder, me estoy volviendo un chistoso de mierda... De paso ponedme al día, ¿qué me he perdido mientras cambiaba de look?

Por fin apareció, pero la espera mereció la pena.

- Mejor que mejor, culo prieto - le dijo a Lock cuando ofreció como alternativa salir en aquel aparato volador. Seguía muy de cerca los movimientos del cientifico loco, pero no le iba a tocar un pelo a no ser que me tocara mucho el coño. Desde luego que preferia que colaborara de buenas, para asegurarse que el ciclo, o la mierda que le diera a Tyler, no estuviera alterado solo por joder. A veces era mejor tener un colaborador que conserva la esperanza de deshacer una alianza impuesta a uno cabreado que piensa que ya no tiene nada que perder.

La chica subió la última, para asegurarse que todos, TODOS, hacian caso y salían echando ostias de allí.

Asintió ante el consejo de Lizzie y con la ayuda de la chavala pusieron al indio dentro del aparato que ya manipulaba un risueño Lock.

Se le esbozó una sonrisa ante las chanzas del hacker y se le ensanchó un poco ante el piropo de Tayra.

Tú estas a los mandos, culo prieto. Busca un destino despejado donde podamos hacer un cambio de vehículo. Algo discreto.

El vehiculo se levanto del suelo con un sonido quejumbroso y para nada os dios seguridad, pero se elevó y pronto os encontrasteis sorbe volando edificios bajos. Había un parque cercano y vuestro último vehiculo no estaba lejos, o quiza optaríais por otro vehiculo, quien sabía.

O podíais forzar el vehiculo y tratar de acercarse cuanto más se podía a vuestro territorio.