Partida Rol por web

Sobresaltado, Zevran dio un salto del susto.

-¡COOOOÑOOOOO!-.

El alien llegó junto a Comadreja y Billy del potente brinco que dio. Casi se estampa contra Billy.

-¡Ouh mama! ¿Habéis visto eso, nenes? No estaba preparado, pero… Creo que le gusto… ¡Ey! ¡Capto tensión en el ambiente! ¿Va todo bien?

- Oye, no te agobies. Yo no quiero ir a jugar a los aventureros con esta gente. Límitate a ser sincera con eso y elude otras preguntas. Céntrate en que entienda que tus habilidades no serán de su agrado y asegurale que prefieres quedarte aquí. Almenos eso haré yo. Porque... ¿Prefieres ir con ellos o quedarte conmigo?

Comadreja no daba crédito a las palabras de Billy. Casi no se enteró de que Zevran había terminado el interrogatorio.

-¿En serio quieres pudrirte aquí, Billy…? ¿Me lo estás diciendo en serio...?

Sus ojos pardos estudiaban al vagabundo con creciente interés.

-Debes tener unos secretos cojonudos que guardar…

@Efrain - ¿Señorita Comadreja? Si es tan amable…

Comadreja miró al caballero y masculló algo entre dientes que sólo Billy y Zev pudieron alcanzar a escuchar.

-Y encima no sigue un orden predecible… Putos paladines interrogadores…

Resopló mientras miraba el suelo. Echó a andar hasta la celda número cinco.

Se detuvo un instante y se giró a Billy.

-Si paso esta mierda, tú la pasarás conmigo. William, mírame a los ojos cuando te hablo. Esta mierda la pasamos juntos. Prométemelo.

Zev miró hacia el Capi y asintió, como si estuviese muy satisfecho.

-Profesional… Muy profesional… Ese tipo me cae bien. Si fuese un forajido, estaría al mando de su propia banda de cuatreros, no tengo ninguna duda.

Le dio una palmadita a Comadreja antes de que se metiese en la jaula.

-Ánimo, chavala. No es tan difícil. Es un detector de mentiras, pero no un lector de pensamientos. He estado en peores circunstancias.

El alien le guiñó el ojo a Comadreja con aire tranquilizador.

-De repente me siento más tranquila. ¿Será porque acaba de darme ánimos un alien con cuatro brazos? Quizá sea eso…

Le sacó la lengua a Zev y dedicó una última mirada a Billy antes de meterse en la celda.

Miró fijamente a Efrain tras sentarse con evidente desgana en el jergón.

Acabemos con esto, pensó.

-Usted dirá.

Esta no iba a ser tan amigable como Zevran. De eso estaba seguro Efrain.

Zevran echó su primer brazo izquierdo por el cuello a Billy.

-Me ha sacado la lengua, Billy. Creo que, por fin, nuestra relación avanza. Quiere tema, tío. Siento la perturbación en la Fuerza. Eh, ¿qué te pasa? ¿Va todo bien?

Antes de que Billy pudiese contestar, apareció Chafee.

-¡Chafee, mi hermano! El Capi se ha saltado el orden. Chico listo… ¡Ha llamado a la Comadreja!

Chafee se rascaba la orejota sin dejar de mirar a la monja.

-Coleguis, he averiguado qué es esa mujer.

Zev estrechó el círculo tirando de Billy.

-¿Y nos dejas con este suspense? ¿Qué es? ¿Era lo que tú decías? ¿Artista marcial? Uhhh… Me gustan las mujeres flexibles… Yo tengo alcance… Ellas flexibilidad… Ouh, mama, qué combinación…

Zev miró con cierta lascivia a la Reverenda Madre Celestina.

-Es proctóloga-, soltó Chafee entornando los ojos con suspicacia, sin dejar de mirar a la sacerdotisa.

–Y creo que suspendió un máster en dermatología y está furiosa por ello. Me ha dicho que unta su maza en chocolate antes de zurrarte con ella. Y también que iba a meter mi cabeza en el trasero de Billy. Luego, iba a meter la cabeza de Billy –chistera incluida- en tu trasero. Pero espera… La peor parte te la llevabas tú, Zev. Ha dicho que iba a meter tu cabeza en su trasero.

Chafee solía reinterpretar las frases a su gusto. Mentir de forma patológica tenía esos efectos en la mente.

Zev abrió los ojos desmesuradamente. Era curioso. No estaba asqueado. Para nada.

-Así que es una guarrindonga, ¿eh? SIEMPRE LO SUPE… Ouh, mama… Creo que estoy enamorado de esa dominatrix… Este equipo empezaba a necesitar una femme fatale…

Mientras se sucedían los interrogatorios en el patio de reclusos, Cécil y Mikeala mantenían una interesante conversación.

@Mikeala -Dime, Cécil-La hechicera hablaba a la vez que examinaba al constructo tratando de vislumbrar si se había podido resistir a la magia del paladín- imagino que tendrías grandes problemas si Megania no apareciera. Incluso mas allá de las implicancias políticas, el príncipe se quedaría sin esposa, y en vista de que ya rechazaste al resto de las pretendientes. ¿Cual sería la próxima candidata?

Cécil Stedman ostentaba su posición por una sencilla razón: nadie podía superarle a la hora de intrigar y conspirar. Pallisade necesitaba alguien frío y fiel al Reino en su posición.

Frío y fiel.

-¿Interesada en el orden de sucesión, milady?

La mirada de Cécil estaba fija en Efrain, pero Mikeala sabía que la observaba sin perder detalle a sus movimientos.

-Si la operación resulta un éxito, esto será un desafortunado incidente que la Boda Real podrá por fortuna borrar. Se recordará como una gesta épica y se atribuirá el rescate al Príncipe Haeldorn, lo que acrecentará su prestigio y hará de Pallisade un Reino fuerte y temido por su resolución y sus intrépida fuerza de reacción. En cambio, si fracasa, la situación podría derivar en un conflicto armado, y no precisamente con Amnaria.

El autómata vio salir a Zevran de la celda y examinó el rostro de Ser Autumnshield. Comprobó que estaba satisfecho y Cécil dio un ligero toque al cabezal de su bastón.

-Algunos enemigos provienen de tierras más lejanas que el mismo horizonte, milady. El Príncipe rechazó a dos jóvenes princesas, hijas ambas de poderosos reyes que deseaban el enlace por conveniencia geoestratégica. El primero de esos reyes, Beorn, es un norteño que sabe que un enfrentamiento directo con Pallisade acabará mal para él. El segundo, apodado El Gran Conquistador, es en cambio una amenaza a tener en cuenta. Su hija es una extraordinaria hechicera y sé a ciencia cierta que quiso intimidar a nuestro Harry…

Cécil miró entonces fijamente a Mikeala.

-Sabes que Harry sólo se casará con una mujer de sangre azul, ¿verdad?

¿Cuchillada al corazón? Fue la única vez que se dirigió a ella sin su título de lady. Tampoco es que le faltase razón. Mikeala sabía bien que la familia real aceptaba el matrimonio con humanas para hermanar Pallisade –una región con una cifra de población bastante baja- con reinos más numerosos con los que forjar alianzas duraderas. Evolucionar o morir.

-Está bien tener ambiciones, Lady Edevane. Pero no dejéis que os nublen el juicio. Creedme: la monarquía no os sentaría bien. Los que nos movemos detrás del telón sabemos identificar a los nuestros. Y vos sois una igual.

Inusual declaración de Stedman. Volvió a centrar su mirada en Efrain.

-Sé que os gustará lo que os voy a proponer a continuación, milady. Dado que vos no podéis manipularme y a mí nadie puede mentirme, juguemos. El nombre del juego es: Una pregunta comprometida. Una respuesta sincera. Las damas primero. Preguntad, si lo deseáis, milady. Después será mi turno. Y recordad: no mintáis. Lo sabré.

Más tensa que una cuerda de violín, pensó Efrain al ver entrar a Comadreja en la sala. 

El caballero la miró con semblante sereno unos segundos. Puedo notar la tensión en el aire… pobre. ¿Qué tiene que temer?

- Buenas noches, señorita. Antes de empezar, permítame una formalidad necesaria: He encantado esta sala para que no podamos mentir, ni usted ni yo. Si no quiere ser interrogada, puede marcharse. Si se resiste al encantamiento, puede marcharse.- Mientras hablaba, se despegó de la puerta de forma que su "invitada" tuviera camino libre en caso de querer abandonar la celda.

- Y, por supuesto, si no quiere unirse a una panda de locos que pretenden arriesgar su vida para salvar a una completa desconocida que ha sido raptada, puede marcharse. 

Tras una pausa de un par de segundos, se acercó un poco más a la joven y se "acuclilló" para quedar a su altura. La distancia entre ambos era tal que les permitía hablar en voz lo suficientemente baja como para que pudieran conversar sin que se oyera nada fuera de la sala.

- Pero, si decide quedarse, espero de usted dos cosas: Discreción y Confianza. Discreción, pues los dos diremos cosas que preferiremos que se mantengan en secreto. Confianza porque los dos sabremos cosas del otro que podrían hacernos daño si se supieran. Así pues, ¿Qué decide? No la amenazaré ni persuadiré para que se quede, señorita, ni obligaré a nadie a entregar su vida. Usted decide.

Al terminar de hablar se incorporó de nuevo y se alejó unos pasos, procurando que la joven no se sintiera en ningún momento intimidada por él y que tuviera en todo momento la certeza de que podía abandonar la zona sin oposición.

No la amenazaré ni persuadiré para que se quede, señorita, ni obligaré a nadie a entregar su vida. Usted decide.

Comadreja hizo un mohín de disgusto, lo que hizo pensar a Efrain que la joven tenía un más que evidente prejuicio a los de su clase.

A pesar de que la muchacha no estaba demasiado presentable, el paladín pudo reconocer que tenía una mirada muy intensa, con un matiz animal. Parecían ojos de lobo. En otra situación, resultarían algo intimidantes, mas Efrain estaba muy curtido en aquellos lances. Él era el que llevaba la iniciativa, y Comadreja lo sabía.

-Pudrirme aquí dentro o seguirle el juego. ¿Es eso?

Efrain sospechaba que la pregunta era retórica. No se confundió.

-No tengo mucha elección. Diga, ¿qué tengo que hacer? ¿Qué quiere de mí?

Hablaba con desgana y clara desconfianza, como haría un animal acorralado al que una vez ofrecieron carne envenenada y, pese a todo, sobrevivió.

Efrain suspiró: No iba a ser fácil. Sin embargo estaba aprendiendo mucho observándola y escuchando. No solo lo que decía, también cómo lo decía. Y su cuerpo, que también le contaba una parte de la historia.

- ¿Sabe? En parte la entiendo. Vivir ahí fuera en compañía de un ser realmente leal, matar para sobrevivir o para defenderse, dormir bajo un manto de estrellas, dejarse llevar por el instinto…

Miró a la joven. Sus ojos, su pelo salvaje y emplumado, su actitud de animal herido…

- Desde que conozco* esa sensación no puedo permanecer demasiado tiempo encerrado. Llevo solo tres días en Pallisade, rodeado de lujos indescriptibles y solo pienso en abandonar la ciudad y volver ahí fuera… Y, le guste o no, en ese aspecto usted es como yo: no ha nacido para vivir encerrada.

Se acercó de nuevo a ella, ya que estaba claro que no iba a abandonar la estancia, y volvió a ponerse en cuclillas junto a ella.
- Comadreja, escúcheme bien. No voy a juzgarla. No sé qué le ha traído a esta prisión y realmente no me importa. Todos hacemos cosas que a otros les parecen mal y a veces nos obligan a pagar por ello.

Sé que estás pensando: curiosas palabras viniendo de un paladín, ¿no?, pensó. Y sin embargo, sabes que son verdad: estoy atado al mismo hechizo de verdad que tu.

- Sin embargo me alegro de que esté aquí, porque hoy he venido a pedirle su ayuda. Sé que no es la manera más ortodoxa, pero algún día verá que hay cosas más grandes que nosotros mismos… y no me refiero a los dioses. Una joven ha desaparecido, raptada por unos enemigos a los que jamás me he enfrentado. Hay que rastrear a los secuestradores y encontrar a la joven antes de que sea tarde. No la conozco a usted de nada y usted tampoco a mi, pero sé reconocer un alma noble cuando la veo. Por eso le pido que reconsidere su postura: Necesito que se implique en esto, no porque yo se lo pida, ni porque sea lo correcto. ¡A la mierda con eso! Le pido que me ayude porque esta manada la necesita a usted y porque, si nos ayuda, yo estaré en deuda con usted y además volverá a ser libre. 

Efrain volvió a incorporarse y se alejó un poco de la rastreadora, dándole tiempo para asimilar todo lo dicho. Si era tan lista como él esperaba, se daría cuenta de que todo lo dicho era verdad. Si no… entonces realmente no la necesitaba. Él mismo sabía rastrear malechores, aunque reconocía que no era el mejor en la materia.

Finalmente, se giró de nuevo hacia ella y preguntó:

- Entonces, ¿Puedo contar con su ayuda en esta tarea? Por favor, si guarda alguna duda sobre mi honestidad, su seguridad, su futuro o cualquier otra cosa que le impida darlo todo en esta oportunidad que se nos ha brindado a ambos, siéntase libre de preguntarme.

-¿En serio quieres pudrirte aquí, Billy…? ¿Me lo estás diciendo en serio...?

Sus ojos pardos estudiaban al vagabundo con creciente interés.

-Debes tener unos secretos cojonudos que guardar…

Cuando me estudia detenidamente, Comadreja puede notar buena parte de mi nerviosismo muy bien disimulado. Trato de sostener su mirada con mis ojos verdes asomando ligeramene por debajo del ala arrugada de mi sombrero. Pero en un momento dado, termino por desviarla hacia el suelo, para luego volver a desaparecer bajo la sombra del mismo.

- Como ya te dije en una ocasión, los secretos son una parte esencial de mi vida, no voy a comprar mi libertad con ellos.

-Si paso esta mierda, tú la pasarás conmigo. William, mírame a los ojos cuando te hablo. Esta mierda la pasamos juntos. Prométemelo.

Mis ojos vuelven a aparecer un instante de detrás de la sombra para clavarlos en los suyos, el color verde se hace más intenso por un instante al recibir el destello de una antorcha colgada de la pared más cercana:

- Te prometo pasar esta mierda contigo, Rosemary. Siempre y cuando no resulte un sacrificio más grande del que ya estoy haciendo quedándome aquí. Ahora ve i se tu misma.

*****

-Así que es una guarrindonga, ¿eh? SIEMPRE LO SUPE… Ouh, mama… Creo que estoy enamorado de esa dominatrix… Este equipo empezaba a necesitar una femme fatale…

Un atisbo de sonrisa sarcástica se dibuja en mi rostro ante la ingenuidad de aquellos dos. - Escuchadme bien zoquetes, os he repetido hasta la saciedad que no os fieis de la nobleza, las apariencias siempre engañan. Tanto la monja cegata como la estirada que se ha ido a hablar con el hojalata supremo huelen a peligro. Tened por seguro que si les dais por el culo, ellas se ocuparán de sodomizaros de maneras que desconoceis. Hacedme caso, no jugueis con fuego. Puede que Sir Perfecto sea un completo iluso al que creais que podeis manipular a vuestro antojo, pero no está solo, tiene las espaldas bien cubiertas, entrenamiento marcial y una reputación que vosotros nunca llegareis ni a saborear. Así que mantened la boca cerrada, aceptad el trabajo si quereis salir de aquí, pero ni se os ocurra joderles lo mas mínimo.

Que yo no quiera formar parte de esta farsa no significa que no siga apreciando a mi antiguo grupo de aventuras, almenos quiero evitar que estos dos terminen por hacer que los maten a todos. No quiero que todos los esfuerzos de mi vida se vayan al garete porque a estos dos les de por jugar sus propias cartas.

- Haced como Bam Bam, sin saberlo, se está ganando la confianza de todos.

La notoria inmunidad de Cécil a la magia de encantamiento dejaba a Mikeala en una posición de desventaja. Pero, aunque no lo tenía contra las cuerdas como hubiese querido, si había aprendido algo del autómata.
-Hay Cecil, Cécil. Me desilucionas. Quizás no estás del todo programado para entender lo que las emociones humanas pueden llevar a hacer a un hombre, y quizás, como yo si entiendo muy bien eso, donde tu ves un problema si el rescate de Megania falla, yo veo una gran oportunidad para Pallisade. De hecho, quizás el secuestro de la princesa es lo mejor que podría haberle pasado al reino.

Mikeala no dejó de mostrar asombro ante el reconocimiento de Cècil:

-Iguales?.. Vaya Cécil, estas hecho un galán conmigo esta noche, no creí que consideraras a alguien en este mundo como un igual, te estás ablandando. Aunque no se si el que me llames tu igual engradece mi nombre, o el tuyo, jajaja- Mikeala mordaz como siempre no dejaba pasar la ocasión de agraviar delicadamente al constructo-En cuanto a la sucesón. Si es cierto que he fantaseado. El título de Reina Mikeala suena agradable y sabes que podría ganarme fácilmente al príncipe y que tu has sido mi único obstáculo para conseguirlo, pero, pensándolo con más frialdad, es cierto que no es conveniente para personas como nosotros. Al final, ser Reina serìa más un título de adorno a una verdadera posición de poder.

Mikeala dudaba la audaz afirmación del autómata ante la inmunidad de las mentiras, era buen momento para probarlo.

-Me agrada tu juego, pero con una condición, No puedes preguntarme sobre la oportunidad que veo en este secuestro para el Reino de Pallisade. Averiguar eso te costará más que un simple jueguito. No esperarás que te revele las cartas importantes cierto. Un plan así solo se cuenta entre aliados. Ahora, mi pregunta. Ya se que prefieres el éxito de esta misión pero,¿Prefieres que yo vuelva con vida o que sea una "lamentable" pérdida en favor del bienestar del Reino?

-Hay Cecil, Cécil. Me desilusionas. Quizás no estás del todo programado para entender lo que las emociones humanas pueden llevar a hacer a un hombre, y quizás, como yo si entiendo muy bien eso, donde tu ves un problema si el rescate de Megania falla, yo veo una gran oportunidad para Pallisade. De hecho, quizás el secuestro de la princesa es lo mejor que podría haberle pasado al reino.

-Entiendo el concepto básico de enajenación mental, milady. Quizás no lo provoque de modo natural como vos, pero sí percibo el peligro de tener como heredero al trono a un ser débil y vulgar.

Durísimas declaraciones.

-El secuestro de la Princesa Megania es, de hecho, lo peor que podría pasarle ahora al Reino. No sólo era la candidata menos… dañina. También nos permitiría forjar la mejor alianza a nivel económico. Lo acontecido tiene potencial para sumir Pallisade en una crisis diplomática de consecuencias impredecibles, milady. Y no hace falta que os diga que los enemigos de un Reino siempre se manifiestan en situaciones de excepcionalidad, de la que una crisis es paradigma, me permito añadir.

Hizo un medido silencio.

-En vuestra estricta opinión teórica… ¿Qué podría ser peor?

¿Estaba siendo sarcástico?

* * * * *

-Iguales?.. Vaya Cécil, estas hecho un galán conmigo esta noche, no creí que consideraras a alguien en este mundo como un igual, te estás ablandando. Aunque no se si el que me llames tu igual engradece mi nombre, o el tuyo, jajaja- Mikeala mordaz como siempre no dejaba pasar la ocasión de agraviar delicadamente al constructo-En cuanto a la sucesón. Si es cierto que he fantaseado. El título de Reina Mikeala suena agradable y sabes que podría ganarme fácilmente al príncipe y que tu has sido mi único obstáculo para conseguirlo, pero, pensándolo con más frialdad, es cierto que no es conveniente para personas como nosotros. Al final, ser Reina serìa más un título de adorno a una verdadera posición de poder.

-Sin duda, milady, vuestro apellido hace tiempo que no es el título idóneo por el que un curtido diplomático debería dirigirse a vos.

Cécil encaró a Mikeala con esa insondable mirada verdosa suya.

-Vuestro nombre de pila cobró entidad propia cuando volvisteis de Barovia y derrotásteis a Herr Stradh. Sois a buen seguro la más grande de la casa Edevane. Y aún sois joven.

La plática de Cécil estaba tomando un rumbo tan extraño como inquietante.

-No cometáis el error de pensar que la sangre se puede teñir de azul, milady. Es un error fatal. Al final, vos tenéis unas aptitudes que se debilitarían en el tedio que supone ostentar el Trono. No, no, no, no... Vos estáis destinada a algo más. La fortuna y la gloria son para las mentes simples…

Cécil dio un paso y cubrió la distancia que le separaba de la aristócrata. Su rostro metálico quedó a escasos centímetros de la hechicera.

-Sé lo que deseáis, milady… En vuestros sueños más salvajes… En lo profundo de vuestro corazón… Es lo que todos los que practicamos este juego deseamos…

Mikeala tuvo la incómoda sensación de que Cécil tenía ojos entre el fuego verde que latía tras la cubierta sin rasgos que era su rostro. Unas pupilas distorsionadas por las llamas que observaban a la hechicera buscando su alma.

-Poder. Poder absoluto.

* * * * *

-Me agrada tu juego, pero con una condición, No puedes preguntarme sobre la oportunidad que veo en este secuestro para el Reino de Pallisade. Averiguar eso te costará más que un simple jueguito. No esperarás que te revele las cartas importantes cierto. Un plan así solo se cuenta entre aliados. Ahora, mi pregunta. Ya se que prefieres el éxito de esta misión pero,¿Prefieres que yo vuelva con vida o que sea una "lamentable" pérdida en favor del bienestar del Reino?

Cécil empleó su risa misteriosa en esta ocasión.

-¿Y si desease alejaros de un peligro cierto?

Aquello rompió los esquemas de Mikeala. ¿A qué había venido eso?

-¿Confusa, milady? Es una lástima que hayáis agotado vuestra pregunta. Contestaré con claridad, no obstante: os prefiero, con mucho, viva a muerta. Además, sobrevivisteis a Barovia. Confío en que no me defraudéis ahora y muráis abatida por unos andrajosos y estúpidos gigantes. Sería un triste final para una joven promesa como vos…

En sus palabras se filtraba un velado desafío. Qué hábil era Cécil Stedman…

-Es mi turno. No negaré que vuestro estilo de interrogatorio me ha seducido. Sea. Mi pregunta, milady, será una disyuntiva… Ser Autumnshield. Si tuvieseis que elegir entre él y el éxito de la misión, ¿qué escogeríais?

Cécil resultaba desconcertante. ¿Por qué esa pregunta?

Comadreja tenía que admitir que Zev estaba en lo cierto. El caballero tenía labia y sabía lucir su pico de oro. Y para ser honesta consigo misma, no se lo estaba poniendo tan difícil.

-Si lo único que necesita de mí es que permanezca junto a la manada, puedo asegurarle que eso sé hacerlo. Conozco bien a parte de su tropa y tengo mano con ellos.

Comadreja no era tan hábil con las palabras, pero era muy astuta. Sabía jugar sus cartas. No eran las mejores, pero tenía una oportunidad y decidió aprovecharla. Bajó la voz adrede.

-Zevran tiene mucho talento y creo que aceptó la oferta de Cécil por el puro placer de vivir una experiencia emocionante. No sé qué demonios es exactamente, pero me fío de él. Chafee es otro cantar. Tiene una habilidad innata para el latrocinio, pero es muy caótico y alocado. Zev suele mantenerle a raya. Y si no es suficiente, entonces soy yo quien le para los pies.

Había dado con una estrategia para no alterar la zona de verdad. Daba su sincera opinión de sus compañeros y demostraba al paladín que, en efecto, conocía a su manada.

-Billy es un pobre vagabundo. Mal lugar para mendigar es Pallisade, me temo…

Echó una ojeada afuera, pero sólo encontró a la adusta Laureena vigilando la puerta. Comadreja frunció ligeramente el ceño, sólo un segundo.

-Pero tiene buen sentido del humor. Aunque no se lo crea, Zev y Chafee le están cogiendo cariño… Daría moral al grupo…

Bonita forma de decir “es un mendigo y sólo sabe tocar el banjo, pero déjele venir, señor Caballero del Zodíaco”. Comadreja estaba demasiado corta de recursos para alabar a Billy. Era demasiado misterioso. Fue entonces cuando dejó salir algo de lo profundo de su ser.

-Y tiene buen corazón…

Se sorprendió a sí misma diciendo aquello. Se pasó el dorso de la mano por los labios. Los sentía algo húmedos. Hacía tiempo que no hablaba tanto tiempo seguido.

-Y B.B…

Miró al grandullón hablando en términos metafísicos con Celestina y sonrió.

-No quiero imaginar la cara que se les quedará a lo que sea que vamos a combatir cuando vean cargar a ese titán…

Miró entonces fijamente a Efrain con esos ojos bestiales, tan directos como sentir el filo de una daga en la garganta.

-¿En qué consiste exactamente la tarea a la que nos envían…? Ha mencionado un rescate y una princesa. Vale. No soy estúpida. Es algo serio. Pero... ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Quién ha secuestrado a esa princesa?

A diferencia de Zevran, Comadreja sí quería saber en qué se metía.

Por su parte, Zev y Chafee intercambiaron una mirada cómplice tras escuchar a Billy.

-Confirmado por cortesía de nuestro buen amigo Bill, The Thrill: tenemos al menos una chica de moral distraída en el equipo, Chafee. ¡Ji, ji, ji!

Zev tendió el puño al hombre rata, que no tardó en corresponder a su colega.

-¡PSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS…

-¡…SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSHHHHHHHHHH!

Chafee reía el comentario de su hermano de armas y aplaudía la ocurrencia, pero su instinto le indicó que Billy sabía demasiado de la nobleza. Especialmente, de esa nobleza. Bajó mucho la voz antes de alzar sus gafas, descansando su montura en la frente.

-Eh, Billy, aclárame una cosa…

Los ojos de Chafee eran pequeños, negros como el carbón, y rezumaban un ingenio pérfido y ratonil. No tenía ni idea de magia y lo cierto es que era algo supersticioso sobre el tema si se le preguntaba, pero cuando Zev hablaba de su compañero de fatigas, siempre decía lo mismo:

“Billy, esa rata tiene suerte. Y no hablo de una pizca. Tiene mucha suerte. En nuestra antigua banda decíamos que teníamos pata de Chafee. El jefe le perdonó la vida cuando intentó mangarle su moneda de la suerte y le dejó unirse porque desplumó una sala de juego entera en una hora en compensación. ¡Y no le pillaron ni una sola trampa!”.