Partida Rol por web

No sé dónde se encuentra nadie mas que 58, los otros intentaron entrar por la cocina para encender la luz, mientras 58 y yo entreteníamos a esas cosas por el otro lado y eso es todo lo que sé digo visiblemente angustiada.

Uauuu, se ve que el chico lo ha logrado, pero que esto no se mueva me desconcierta un poco...

Suena un disparo.

Uyyy, eso no tiene buena pinta, no creo que pase nada si me alejo de aui un momento...

Suelto la barricada y me dirijo corriendo a la sala central mientras grito.

EH, CHICOS, ¿QUÉ HA SIDO ESO?

Estoy a la espera de saber que es lo que haces. Te están rodeando esas cosas así que tus opciones son varias aunque limitadas.

- Empujar al mimo dopplenganger y que se entretengan con él
- Intentar salir de aquí a lo bruto, disparando y liándote a hostias con esas cosas si hace falta
- Huir, o intentarlo, y que tu compi se busque la vida
- Entrar en furia berserk e ir a por ellos con instinto homicida
- Confiar en que tus compis vengan a rescatarte e intentar mantenerte con vida aquí dentro

En cualquier caso el lugar es estrecho ya que hay cosas por el suelo, una gran mesa, los bichos esos, etc... así que no hay muchas alternativas. Cuesta moverse por el sitio, aunque ahora haya luz eléctrica y se vea por donde andas, y esas cosas se están acercando peligrosamente.

Corro hacia la puerta a toda hostia mientras disparo a todo aquel que se atreva a ponerse en medio o a acercarse demasiado. Confío en que todo posible ataque por el flanco vaya destinado al pobre 52.

Todos estáis en la habitación principal excepto 52 y Martín. Ahora que volvéis a tener luz eléctrica podéis veros los unos a los otros aunque quien destaca es 51 que lleva un hacha en la mano, a saber de donde ha salido.

De pronto por el hueco que ha dejado la puerta de la cocina al romperse aparece martín corriendo y con cara de circunstancias. Una mano le agarra del pie provocando que caiga al suelo y ruede hasta la parte central de la habitación. Todos os lleváis un susto al verlo salir así pero cuando volvéis la vista hacía la puerta esperando ver salir al muchacho, a 52, no pasa nada. Bueno, mejor dicho no se ve nada porque lo que escucháis os pone los pelos de punta. Es el grito de dolor de alguien, un ser humano siendo devorado por esas cosas.

Temerosos y asustados volvéis la vista por inercia pero poco después un reguero de sangre sale de la puerta abierta de la cocina devolviéndoos al tiempo presente y a la situación actual.

- ¡Coño! ¡Hay que tapar la puerta antes de que salgan otra vez!- Me acerco a la máquina de refrescos con la intención de volver a ponerla como improvisado obstáculo entre ellos y nosotros.

Al ver lo que intenta hacer 57, corro a echarle una mano.

Liz y 57 empujan la pesada maquina de refrescos nuevamente hacía el hueco de la cocina evitando observar lo que esta ocurriendo dentro pero no pueden evitar observar como varias de esas cosas están tiradas en el suelo cubriendo lo que antes fue vuestro compañero, el joven muchacho conocido como 52.

Pero, ¿Y el resto? Se habrán quedado perplejos por lo ocurrido ya que se han quedado quietos y sin decir nada.

avanzo por el pasillo, no muy segura de si deberíamos haber hecho más caso al tío aquel, o si no deberíamos dejar nuestras espaldas sin cubrir. cuando entramos a la sala principal, se encienden las luces, se oye la electricidad vibrando por los fluorescentes que hay en el techo. entrecierro los ojos, liz está en la habitación sola, parece sorprendida, a saber de qué. un disparo nos sobresalta a todos, y luego todo sucede muy rápido, martin rodando por el suelo, un grito y liz y 57 corriendo a poner la máquina en su sitio, otra vez. me acerco a ellos y empujo con las fuerzas que me quedan.
Que coño ha pasado? digo, antes de ver como 52 ha pasado a ser parte del menú. joder....

- ¿Habéis descubierto la puta clave para salir de este infierno?- Digo señalando la puerta con el dispositivo.

Martin se levanta malhumorado tras haber rodado por el suelo por culpa de haber tropezado con algo. Ve a todo el mundo de vuelta.

Si, estamos bien, gracias por preocuparos. ¿Que qué ha pasado?

 Pues que alguien amablemente se ha jugado el cuello para dar la luz a este sitio, y como no tenía suficiente apoyo cerca, no pudo evitar que alguien enloqueciera y se abalanzara hacia su muerte. Simplemente no había nadie cerca para retenerle, por la extraordinaria táctica de "divide y vencerás". Es una táctica extraordinaria, si se interpreta bien. Consiste en dividir las fuerzas. Pero hay un problema: no consiste en dividir tu propio ejército. El objetivo a dividir son las fuerzas de tus enemigos mientras tus aliados permanecen en bloque a tu alrededor. ¿Hacemos otra locura a ver quién es el siguiente en morir? ¿A quién le toca ser ahora el aguerrido estratega del grupo de Kamikazes?

pongo los ojos en blanco. tus discursos me hacen vomitar. cierra la puta boca y guarda tus fuezas para aguantar la máquina, de mientras jugaremos a "piedra, papel, tijeras", a ver quien es el siguiente gilipollas, que te parece? podría contarle nuestro hallazgo, pero acabaría por partirle la cara y no es que no me apetezca, pero ya lo haré cuando mi culo esté a salvo. de los demás, hay alguien dispuesto a echarnos una mano? no es por nada, pero la máquina esta, pesa un huevo!

Entre los pocos que estáis tirando de la maquina conseguís volver a colocarla en su sitio. Pero de nuevo las cosas esas comienzan a golpearla con la intención de llegar hasta vosotros.
Antes valió con apartaros de ellos para conseguir que se estuvieran quietos, tal vez esta vez también...

Me parece una mierda, Jeanette. Y no cerraré la boca. Tus insultos hacia 52 son intolerables.

52 no era un gilipollas. Era un tipo valiente y dispuesto a arrisgarse por los demás, pero no se dejaba guiar por impulsos, sino por la lógica. Y la lógica de necesitar la puta electricidad le hizo arriesgarse, entre otros por tí. Y  perdió. Eso no es ser gilipollas. Es ser un héroe. Y mejor persona de lo que tu podrás ser nunca.

Doy la espalda a la víbora calva mientras me dirijo hacia las duchas.

Necesito una ducha.

sin que nadie más mueva el culo, conseguimos poner la máquina en su sitio. no le llamaba gilipollas a el, te lo decía a ti..., digo a martin mientras se va hacia las duchas. no sé lo que vais a hacer el resto, pero hay alguien con quien quiero tener una charla. vuelvo a salir por el pasillo por donde hemos entrado hace un rato.