Marcel casi te empuja hacia la cocina, cerrando la puerta tras de si.
-Vamos a acabar un pastel.- dice en tono amenazador-La masa ya está hecha, sólo hay que prepara la mezcla del relleno y ponerla en el horno.- dice señalando la moderna cocina de hierro. El pobre Marcel aún tiene esperanzas de que aprendas a ser tan buena cocinera como lo es el.
Te da el rodillo para que estires la masa, con esperanzas de que puedas hacer algo con ella.
Tio...tienes uqe asumir de una vez que nunca sere una mujer que cocine... yo vendre a comer con Alejandro aqui cuando pasemos a vivir juntos jajaja - Me dio cogiendo el rodillo y mirando la masa, tras unos segundos en silencio comienzo a estirarla como pueda.
Sorprendentemente, te das cuenta de que no es tan dificil como parecía, incluso el correr del rodillo empieza a despejar de tu mente las libidinosas imágenes que invadían tu mente gracias a Beckett. Marcel te va corrigiendo poco a poco, pero parece bastante aliviado cuando te ve trabajando. Entre los dos, colocais la masa dentro del molde de barro.
-Muy bien, ahora hay que hacer el relleno. Esto es puré de moras, añádele el azucar y remueve.-
Echo el asucar y remuevo dando pequeñas cucharaditas y metiendolas en mi boca evadiendo los golpes d emi tio - Jooooooo! Se cocinero y no picotear no tiene gracia jajaja - Me acerco y le meto una cucharada en la boca - Ves que rico tio! - me echo a rei a carcajadas.
- A ver niña, que estás alterando la proporción de los ingredientes.- dice Marcel en tono enfadado... pero sin apartar la cara cuando le ofreces la cuchara.
Cuando acabas de remover, tu tío te enseña a volcar el relleno y a tapar la tarta con la masa que os había sobrado. Increiblemente, no tras nada al suelo y el pastel llega sano y salvo al horno.
-¿Ves como no era tan difícil? Y no tenías cara de estar sufriendo.-te pica Marcel. Mientras recogeis la mesa, un delicioso olor empieza a invadir toda la cocina.
Si, si, si... no es tan dificil, pero si me la das tu echa sabe mejor - me rio dandole un golpecito con el paño de la cocina y miro fuera a ver si hay alguien conocido en el bar - Ahora con el olor me ha entrado ganas de comer..- pongo cara pensativa - ups! normal, al final no cena... - Los recuerdos de Beckett me inundan.
-Si, claro. Será vaga.. Pues mientras vivas en esta casa, tendrás que ayudarme en la cocina. Ese es el trato.- dice enfurruñado. La hora de la cena se ha pasado y ya queda menos para tu cita con Alejandro.
Tu tío saca un papel del mandil.-Se me olvidaba Kate. La modista se ha pasado por aquí. Quería saber quienes iban a ser tus damas de honor, y si querías que te hiciese los vestidos. Tienes que ir a hablar con ella tambien para confirmarle la fecha de la boda.-
Arqueo una ceja mirandolo de reojo - Eres un chantajista... - Despues me echo a reir hasta que habla de la modista - Damas de honor? si no conozco mujeres y las que conozco son de pago...- pongo los ojos en blanco y vuelvo a mirarlo - y por la fecha...lo hablare hoy con Alejandro.
-Si hubieses pasado más tiempo con niñas, todo esto no hubiese pasado.- suspira Marcel.-¿qué clase de boda es una en la que no hay damas de honor?. Pues ya te estás buscando una. Si hace falta pagar una dama de honor, se paga.- dice indignado.
Acabe de recoger la cocina con un par de toques de paño.
-Y teneis que poner una fecha. ¿No habíais quedado esta noche en la playa?.-
-Por dios... las unicas niñas que veia era a las hijas de los del barco y dos dias al año... te puedo poner un vestido y llevarte de dama de honor - Bromeo saliendo de la cocina y poniendome un vaso de cerveza que me bebo casi de un trago - Si de echo salgo ya para alli. Nos bemos mañana tio querido.
Sales a la calle en la que ya ha anochecido. Despues de la feria del día anterior, casi todo el mundo se ha ido a casa temprano, por lo que las calles están mucho más vacías que de costumbre. Te diriges dando un paseo hacia la playa, dejando atrás todo el trasiego del puerto.
Desde lo alto de la cala, a la luz de la luna, ves a tu prometido. Pero no está solo, está arrodillado al lado de una niña de aspecto siniestro, con el pelo verde y unos ojos que parecen refulgir en la oscuridad. Sin embargo, Alejandro parece estar tranquilo, hablando con ella en calma. No entiendes lo que dicen, estás demasiado lejos. El viento agita tu pelo, pero el de la niña permanece inamovible, como si no estuviese en este plano.
Me quedo parada unos instantes observandolos, intentando entender algo, para finalmente dar unos pasos acercandome a ellos Que narices.. Lo ultimo que necesitaba era algo asi en esta semana...
En cuanto estás cerca, al niña te mira con sus extraños ojos refulgente.
-Me iba a llevar a tu prometido para mi ejército, pero me ha suplicado tanto por vuestra vida en común, que casi estoy dispuesta a dejar que te lo quedas.- dice sonriéndote inocentemente.
Alejandro está arrondillado en el suelo, en una especie de estado de trance.
-¿Qué me das si dejo que te quedes con él?.- pregunta la niña, jugueteando con su vestido lleno de algas. Su tono de voz tiene algo inocente y antiguo a la vez. Es como si las olas rompiesen en su interior.
Arqueo una ceja y acaricio el hombro de Alejando - ¿Tu que..? - Este tipo de cosas siempre se me habian escapado de las manos, el era el que conocia las leyendas... - No puedes llevartelo, he esperado toda mi vida para poder estar con el..- digo mirandolo con ternura - te dare lo que pidas... lo que sea...- no enfades a las criaturas del mar, fue lo que me digeron desde niña.
Por suerte, Alejandro reacciona justo en el momento en que lo tocas, poniéndose entre tú y la criatura. Escuchas unos ruídos que vienen del mar. Un pequeño ejército de muertos en vida salen de las aguas, rodeándonos.
-Mira Alejandro, serás como uno de ellos.- se ríe la niña-Vivirás eternamente a mi servicio, y Avalon será mía. A no ser que ella me de lo que le pida.-
Parece realmente divertida con la situación. Entre los muertos, reconoces algún marinero del puerto. Hombres que desaparecían y nunca se volvía a saber nada de ello, o marineros que el mar se tragó y a los que nunca pudieron rescatar.
-Me da igual- dice Alejanro manteniéndote detrás con un brazo-pero ella se va Merryth. Me tienes a mi, no necesitas nada más.-
La niña estalla en carcajadas infantiles, como si hubiese escuchado el mejor de los chistes.
Lo miro alucinada - ¿Que? No! - Lo miro mal - Ni se te ocurra dejarme sola y prometida... - Mire a la niña y despues a los que nos rodeaban - ¿Que quieres?¿Que quieres acambio de dejanos tranquilos a los dos?
-Kate, no voy a dejar que...- empieza a decir Alejandro... hasta que ella os interrumpe.
-Me habeis enternecido.- lo dice de tal forma que hace que "enternecer" suene como una palabra cruel-Cuando yo gobierne Avalon, vendré a buscar lo que no esperes encontrar en casa cuando regreses... y tus estúpidas hierbas no impedirán que eso pase, Alejandro. Avalon será mío, y el día en que vuelva a por lo prometido llegará.-
Tu prometido actúa casi impulsado por un resorte, lanzándose contra Merryth, pero un enorme brazo putrefacto se impone entre los dos.
-No seas necio marinero.- dice con desprecio mientras se da la vuelta, caminando hacia el mar- seguís vivos, muchos matarían por ello.- se sumerge en el mar, junto con sus hombres, hasta que os quedais en la cala, solos. Alejandro está de espaldas a tí, con los puños apretados.
Miro como desaparece con la respiracion acelerada Mi...Nuestro...Hijo? Mire Alejando y me deje caer de rodillas al suelo - ¿Quien..? ¿Que ha..? ¿Porque..? ¿Como..? - Cientos de preguntas inundaban mi mente, hacian que todo me diera vueltas y mi boca se secase.
Alejandro reacciona y se sienta a tu lado, rodeándote con los brazos, acunándote y consolándote a pesar de que su dolor tiene que ser tan grande como el tuyo.
-Kate, tranquila. No dejaremos que eso pase, no va a pasar. Esa cosa no se va a llevar a nuestro niño, ¿me escuchas?. Te prometo que eso no va a pasar. Ni se hará con Avalon ni con nuestro hijo.-
Te habla en un tono firme, seguro de si mismo. Sientes como la ira circula por sus venas, y sabes que hará todo lo posible por evitar que ese funesto destino se cumpla.
Lo abrazo con fuerza buscando sus labios para besarlo - No dejare que se lo lleve, aun no existe pero se que lo querre mas que a nada...- mis manos se metieron por dentro de su ropa acariciando su espalda y apretandola con fuerza, necesitaba sentirlo mas cerca de mi que nunca.